martes, 6 de septiembre de 2011
4636.- SERGIO DE MATTEO
Sergio De Matteo nace en Santa Rosa (La Pampa, Argentina) en 1969. Durante 1992 conduce con Jorge Ferrari y Rubén Ferradás el ciclo radial de divulgación literaria En busca del tiempo perdido. En 1996 anima junto a Marcelo Aromando el programa de difusión cultural Música de cañerías. Ha publicado las plaquetas Soles violentos (1995); Absurdo / Absoluto (1996); y los libros Ozono (1997); Criatura de mediación (2005); El prójimo: pieza maestra de mi universo (FEP, 2006). Miembro fundador del colectivo artístico "Patria de arena" y del "Grupo de la neurona poseída" para realizar trabajos de intervención cultural. Es editor de la revista: Che, Artes y Culturas en Abya Yala, rebautizada Museo Salvaje (2001). Organiza en 1999 y 2000 el 1° y 2° Encuentro Interregional de Productores Culturales. Dirige la editorial Museo Salvaje Ediciones. Colabora con investigaciones, antologías y revistas y sitios web del país y extranjeras. Libros inéditos: Barqueros (poesía, 1997-2002); Canto errante (poesía, 2003); Estar fuera de casa (poesía; —fotografías de Paz Garrido—, 2004); Morder el polvo (poesía, 2005); La luz de las águilas (poesía, 2006); Estatua de sal (poesía, 2006); Los tigres de la ira (cuentos, 1997-2004); La acusación de la incertidumbre (nouvelle, 1999-2006). Investigaciones en proceso: Jorge Luis Borges en La Pampa; Ensayo sobre poesía patagónica; Ensayo sobre literatura pampeana; Muestra de poesía «patagónica-argentina», junto al editor Andrés Kurfirst; Antología poética argentina, junto al profesor Jorge Warley; Publicaciones en torno a la poesía de J. C. Bustriazo Ortiz.
Horse power
Tras el linde de la ventana
—ante mis ojos
ante esta imaginación
todavía retenida
en los reductos del sueño—
el crepúsculo diseña
la intensa lumbre del día
vide pasar los pájaros
altos altaneros ruidosos
por el cielo de otoño
y todo estaba tan triste
en el mes más cruel del año
donde se licuan las raíces
las flores renuncian a sus encantos
vide pasar esos pájaros
y estaban muy lejanos
para tomarlos en la mano
así ha de ser cada una de estas palabras
sopesadas en el habla
de mi madre de mi padre
en la historia diaria y pasada
y en la que está por venir
a sucederme
a mí
el iluso que escribe sin cesar
queriendo trascenderse en el discurso
en signos inequívocos rotulados
metaforeando pareceres y padeceres
de la carne del cuerpo del objeto
sudando instantes
ante el papel en blanco y el canon
y el corpus
tañendo un lenguaje que enciende la lengua
al convocar el único nombre posible:
poesía
quebradas astillas que me sostienen
cuando todo desbarranca
la palabra misma es mi propia gangrena
irreductible e irrenunciable
a pesar de que el silencio
es un templo de dignos y vivos pilares
el ego no se permite solaz
prefiere la batalla desgastante
de los símbolos propios y ajenos
circunstancias del ir y del venir
pero siempre resulta más artera
la palabra del otro
visión completa
que quema y religa las entrañas
dándonos vueltas y giros y retruécanos
en la lengua natal de nosotros
y los venidos de más distanciados lugares
recreados en versiones traducidas
se incorporan y estallan como cohetes de fiesta
en la rótula de la memoria
dependencia estimulante de las influencias
¿cómo no gozar hasta el hartazgo
un rimbaud un rilke una dickinson un kerouac
un blake un poe un eliot un dante una woolf
y tanto tantísimos/mas más?
—oh, placer del texto, dadá barthes—
Free on rail
El mojón, la estatua y el nombre
fundamentan los límites de un sueño,
ahí el instante en que se abandona el aura
para fundar percepciones de objetos reales.
La hora impone su dominio, su orden. Y de pronto
las mercancías cobran nuevo valor,
preciado valor en la lucha diaria
del hormiguero de gentes.
Feliz, entonces, el alejado de los negocios
que no cede a la usura del vasallaje.
Ha pasado la época de los césares
y de sus tropas que caían como aves de rapiña
arrasando con posesiones y mujeres,
o acaso ahora es tan sutil la conquista
que somos estafados sin darnos cuenta?
Mucho más peligroso es el veneno interno
la víscera comida por el propio hermano;
allende los salvajes el matadero la mazorca
más acá la dolida llaga de la vida puerca,
la ciudad abstraída corrupta cosmopolita,
la sangre del ojo flagelado al intentar mirar…
[Mirada extasiada con la novedad,
pensador interpretando las costumbres
de un territorio desconocido,
monóculo dorado tras el humo de la pipa
de un hombre sentado en una silla de madera,
una copa de licor lugareño, y
los aromas cautivantes, hechiceros,
dándole vida al griterío anónimo.
Croquis y notas en silencio.]
Casi noche, la estación del pueblo
está desbordada como es costumbre,
y los parientes y los trabajadores
apuran su paso por el andén.
La locomotora ha pitado tres veces
anunciando su pronta partida,
manos y pañuelos alzados en aleluya
con algunas lágrimas y sonrisas
enmarcan la postal del viaje.
Los rieles se tensan y vibran
al unísono de la carrera de la máquina,
la luz abre las sombras ahuyentando
a todos los animales del vecindario.
Se alejan las mercancías, las montas,
las insistentes voces de los intermediarios;
las instantáneas del flâneur hacia la metrópolis.
La soledad de todo viajero
es el alto precio de la aventura.
Free along side
El pueblo ya es un punto diminuto
perdiéndose en el horizonte
—acaso en el infinito
acaso en el crepúsculo extinguido—
una lluvia oblicua de tiempo
y términos ocultan un rostro
la marchita sangre de una estirpe
heredada y malediciente
pero insiste el viento en medio de la tormenta
con sus años y jornadas de sol de polvo
trayendo retazos de memoria
fotos amarillentas descoloridas
aquellas imágenes de la fundación
historias de nunca acabarse
leyendas y fábulas de aparecidos
tergiversadas en la palabra
del que se desarraiga
el tren trepida en línea recta
por la llanura rala
huyendo de la melancólica
postal de pueblos estaqueados
en el espacio junto a esa corriente
que arrastra multitudinarias raleas
en su anagrama perenne
resuenan pasos
viniendo de más allá del pasado
los mismos pasos
que regresan en cada estación otoñal
a los andenes vacíos
caducos
porque la vida está en otra parte
en las callejuelas del sosiego
en las oportunidades del puerto grande
el viajero arroja por la ventanilla
la maleta de cartón
tan pesada como un siglo
con la prosapia de familias inclaudicables
siendo mutiladas por las feroces ruedas
del convoy rumbo hacia el muelle
que va a cierto triunfo a cierta gloria
ahora libre de sellos de títulos
rematando los últimos valores
en el agente de cambio
para comprar una habitación
alta e higienizada
en la más bella cuadra
de la ciudad
ahora es un rumor en la soledad
es toda su luz de las ascuas renacidas
Free on board
Aquestas costas has venido
pequeño Príamo
—el rescatado, el comprado
mediante rescate—
a olvidar la sangre de tus queridos
la violencia de las espadas
has llegado aquestas costas
en la noche desfondada y silenciosa
en una barca ligera
con tu bolsa casi vacía
las manos callosas de tanto pulir recuerdos
atrás muy atrás de esta jornada
permanece la figura del padre
la sonrisa dulce de la madre
el generoso ruego de la hermana
resplandecientes como el oro
entre la ingratitud de los invasores
fuertes brazos atenazan
los pulsos del corazón
arrebatado por la muerte
un hilo sujeta las heridas
los odios las maldiciones
aquestas costas menos duras
te reciben auspiciosas Príamo
pájaro sin límite en el cielo enduelado
has pagado el oneroso óbolo
al que te conduce al descanso
en la barca ligera
las estrellas se reflejan
en esa moneda sostenida por la boca
destino de mercancía Príamo
el liberado por un deseo
el descastado por la simetría
común a todos los hombres
ahora viajas tranquilo
aquestas costas sin linaje
la mano trémula Príamo
busca la avenencia de la luz final
de Estar fuera de casa (inédito)
http://alpialdelapalabra.blogspot.com/
La estación de peces diáfanos
"Más oscuro en lo oscuro, más desnudo estoy."
Paul Celan
I
la yema del dedo va deteniéndose
durante difusos instantes sobre el filo de la piedra
entretanto la mirada se extravía en la distancia
en esa línea que inventa el horizonte
donde jamás se detendrá el fundamento del sol
donde siempre navega la barca de la añoranza
pero insiste la mano con su sinuoso recorrido
yendo y viniendo por la arista monocorde del mineral
yendo y viniendo
como buscando algo perdido
como buscando algo
como buscando
II
la memoria
se sostiene bajo la lumbre de una candela
se sostiene oscilante aunque no se la distinga
junto a otras luces artificiales
pero la memoria
permanece persuasiva y vital
en la noche donde los corazones puros todavía no suelen ser vencidos
III
tanto hemos conversado de lenguajes ultrajados
tanto que los preciosos vocablos gotean sus tenues filamentos de oro
aunque en las almenas fueron escandidos por imperios de hierro
todavía fulgura en la condenada ausencia su impronta vegetal
oh diáfanos peces oh plumajes multicolores de aves solares
sí
lejos de la rapiña humean tribulaciones de tigres subterráneos
telares que siguen tejiendo el canto de los pájaros de cristal
[de miguel ángel bustos
aún hoy en el fondo de aquellas arcaicas canteras trasudan los poetas
por eso el escriba quita los pernos de las puertas que custodian
[el silencio
camina a tientas hacia toda perdida hacia todo encuentro
http://poesiaenlaescuela.blogspot.com/2010/10/sergio-de-matteo.html
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