martes, 14 de junio de 2011

3925.- HERMAN DE CONINCK


Herman de Coninck nació en Malinas, Bélgica,(21 febrero 1944-22 mayo 1997) fue un poeta flamenco, ensayista, periodista y editor.

Bibliography

Poetry
1969. De lenige liefde. Brugge: Orion – Desclée De Brouwer. 70p.
1975. Zolang er sneeuw ligt. Brugge: Orion.
1980. Met een klank van hobo. Amsterdam: Van Oorschot. 52p.
1984. Onbegonnen werk: gedichten 1964-1982. Antwerpen: Manteau. 212p.
1985. De hectaren van het geheugen. Antwerpen: Manteau. 59p.
1991. Enkelvoud. Amsterdam: De Arbeiderspers. 51p.
1994. Schoolslag. Amsterdam: De Arbeiderspers. 61p.
1997. Vingerafdrukken Amsterdam: De Arbeiderspers. 66p.

Fiction
1996. De cowboybroek van Maria Magdalena (en andere reisverhalen). Amsterdam: De Arbeiderspers. 134p.

Non-fiction
1972. Woe is woe in de Nedderlends? Amsterdam: Manteau. Co-authored by Piet Piryns.
1983. Over de troost van pessimisme: essays. Antwerpen: Manteau. 256p.
1992. De flaptekstlezer. Amsterdam: De Arbeiderspers. 242p.
1994. Intimiteit onder de melkweg: over poëzie. Amsterdam: De Arbeiderspers. 223p.
1995. De vliegende keeper: essays over poëzie. Amsterdam: De Arbeiderspers. 251p.






TRANVÍA 11

Ida y vuelta en tranvía. Ida: joven zaireña
comparte con bebé arrullo ronco, mucho
tiempo, intimidad, mutualidad, un hecho
público y sin embargo púdico. Tranvía mira.

Vuelta: madre marroquí intenta acallar
lloriqueo de retoño ñoño en otoño. Cuanto
más lo zarandea, más le bailan las letras.
Hasta que el tarareo de una tata amberina

le hace recobrar la calma. Y a nosotros la nuestra.
¡Tilín tilín!, ¡tilín tilín! atraviesa la ciudad.
Transporte público al servicio de la educación,
la festividad, el mantenimiento del desorden.



Herman de Coninck (extraído de: De gedichten [Los poemas],
Ámsterdam - Amberes, 2001)
© Traducción española: Diego J. Puls 2007
(con ocasión de un festival callejero celebrado en Amberes)





SÓLO TENGO DOS CLASES DE FOTOS...

Sólo tengo dos clases de fotos en las que apareces sonriendo:
en unas sales con tus hijos, hasta que tienen unos ocho años,
y en las otras con tus nietos. (El mayor ya ha cumplido los trece
pero todavía no está en la edad rebelde, buena gente.)

Lo acontecido entre unas fotos y otras puede apreciarse
en los cinco frascos homeopáticos que guardas en tu botiquín,
provistos de primorosas etiquetas: «miedos», «depresiones»
(dos), «aprensión», «pánico». Dramáticos

combates recurrentes de tres gotitas contra el mar.
Seguiste siendo maestra. Un señor mezquino
pero en mujer. Creíste perder todos los días
un poquito durante veinte años seguidos
era menos terrible que perderlo todo de una vez.

Y luego, con algo pequeño en brazos, volviste
a sonreír. Después de todo lo que a lo largo de la vida
te había resultado demasiado grande. Así, en la foto de bodas
de tu hija, te yergues veciendo tu dolor de espalda,

bien derecha, como un clavo torcido al que hubieran
enderezado a martillazos. Y sonríes, tras la muerte
de tu marido, tus hermanos, tus hermanas, tus amigos
—una lista que parecía hacerse interminable—

como sonríen los cristales rotos bajo el sol.

Herman de Coninck (extraído de: De hectaren van het
geheugen [Las hectáreas de la memoria], 1985)
© Traducción española: Diego J. Puls (en colaboración
con Carmen Bartolomé Corrochano), publicada en
«Poesía contemporánea en lengua neerlandesa»,
Stichting Ons Erfdeel, Rekkem (Bélgica), 1993.








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