BOB KAUFMAN
POETA GENERATION BEAT
Uno de los deseos del poeta beat Bob Kaufman (Nueva Orleans, 1925 - San Francisco, 1986) fue ser “completamente olvidado”. Sin embargo, su obra lo confirmó como uno de los creadores más influyentes de su generación y una de las figuras líderes del “renacimiento” poético estadounidense de mediados del siglo veinte. La búsqueda de nuevos vasos comunicantes entre la poesía y el bebop a lo largo de su obra, le valieron ser considerado por sus contemporáneos como el poeta del jazz por excelencia. Bardo de la oralidad y la improvisación, Kaufman actuaba a cualquier hora y en cualquier lugar, lo mismo solo, en las calles de San Francisco, que acompañado por amigos músicos en los clubes de la ciudad. En su escasa obra impresa figuran Solitudes Crowded with Loneliness (1965), Golden Sardine (1967), Ancient Rain: Poems 1956-1978 (1981) y Cranial Guitar: Selected Poems by Bob Kaufman (1996).
Poemas de Bob Kaufman
Traducción y nota de Marcel Lueiro Reyes.
He guardado mis penas
He guardado mis penas bajo el manto de una noche de verano
Dándole a cada breve tormenta el espacio que le toca en el tiempo,
En silencio, persiguiendo historias catastróficas enterradas en mis ojos,
Y sí, el mundo no es cualquier Partida Cósmica sin jugar,
Y el sol sigue a noventa y tres millones de millas de mí,
Y en el bosque imaginario, el redondeado hipopótamo se convierte
en el unicornio gay.
No, mi movimiento no incluye a los confusos guardianes de los
desastres de ayer,
Exploradores del destripamiento manifiesto en las empaladas de los dolores de ayer.
Los blues vienen vestidos como los ecos introspectivos de un viaje.
Y sí, he buscado los aposentos de la luna en las frías
noches de verano.
Y sí, he revivido una y otra vez esos encuentros interminables,
Inmóviles, aún sin terminar.
Y sí, a veces he querido ser algo diferente.
Las tragedias se cantan cada noche en los funerales del poeta;
El alma revisitada se cubre con el aura de la familiaridad.
Reporte de una batalla
Mil saxofones se infiltran en la ciudad.
Cada uno con un hombre adentro,
Oculto en cajas etiquetadas
Como FRÁGIL.
Una flota de trompetas deja caer sus anzuelos,
Esta vez, de adentro hacia afuera.
Diez olas de trombones se aproximan a la ciudad
Bajo el manto azul
De las nubes neoclásicas del final del otoño.
Quinientos bajistas, las cuerdas en toda su altitud,
Ellos las enfrentan tras sus bajos.
Cien bateristas, una baqueta en cada mano,
El delicado estruendo de los pianos, entrando.
El agente secreto, un espectador inocente,
Pide una buena improvisación.
Cinco generales, reunidos en la galería,
Soplando planes.
Por fin, el código secreto se alumbra:
Ahora es el momento, ahora es el momento.
Ataque: El sonido del jazz.
La ciudad cede.
Sonidos de la costa oeste—1956
San Fran, tierra hipster,
Sonidos del jazz, sonidos de locura,
Sonidos de terremoto, otros,
Allen en Chesnut Street,
Regalando poesía a los cuadrados
Corso de rodillas, implorando,
Ojos de Dios.
Rexroth, Ferlinghetti,
Revolcándose en los sótanos,
Kerouac en Locke's,
Escribiendo a Neil
En una buena máquina de escribir,
Neil, pinchándose un chu-chu-a
sobre las heridas zigzagueantes de su brazo.
Ahora, muchos expertos de jazz
Bajando,
Gente de Nueva York,
Hacia Monterrey, un mejor ambiente,
Los San Franers se desploman.
Las fábricas de conservas cierran.
Las sardinas huyen
Rumbo a México.
Yo también.
Vagabundo celestial
Por cada sueño recordado
Hay veinte vidas nocturnas.
Bajo los multiplicados arcos del sueño
Existencias de zombie se transforman en la Existencia.
En los rectángulos retorcidos de la noche
Bañaderas tempestuosas de sexo flexible
Ya vienen preparadas, calientes.
Cada día, confundido en posturas desesperadas,
Pierde su forma, frente a los prodigios dadaístas del negro
Nunca hubo una noche que terminara
O comenzara.
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Marcel Lueiro Reyes. (La Habana, 1977). Editor y poeta. En el año 2005 su poemario Amanecer del 17 rojo formó parte de una antología preparada por la Editorial de la Mujer. Con el libro Sopa china resultó ganador en el 2008 de la IX edición del Concurso nacional literario Félix Pita Rodríguez. Poemas suyos se han publicado en publicaciones cubanas y extranjeras.
POESÍA BEAT
Por PIPA PASSES
POESÍA BEAT, BOB KAUFMAN
BOB KAUFMAN (NUEVA ORLEANS, 1925 – SAN FRANCISCO, 1986) TUVO EL MEJOR DESEO QUE UN POETA BEAT PUDO HABER TENIDO: QUERÍA SER OLVIDADO. Y POR ESO SE NEGABA A ESCRIBIR SU TRABAJO POÉTICO. PASABA MUCHO TIEMPO EN LAS CALLES, VAGABUNDEANDO Y BEBIENDO. IMPROVISANDO COMO UN MÚSICO DE JAZZ EN UNA SESIÓN DE JAM. FUE QUIZÁ EL MEJOR EXPONENTE DEL BE BOP EN LAS LETRAS DE MEDIADOS DEL SIGLO XX. PASÓ MUCHO TIEMPO EN LA CÁRCEL POR “ALTERAR EL ORDEN PÚBLICO Y ESCANDALIZAR” —Y POR SUPUESTO, POR SER NEGRO—, DADA SU COSTUMBRE DE COMENZAR A RECITAR A LOS GRITOS EN CUALQUIER ESQUINA, BAR O LOCAL QUE SE LE ATRAVESARA. PARTE DEL RENACIMIENTO POÉTICO DE SAN FRANCISCO, BOB TIENE UNOS CUANTOS LIBROS PUBLICADOS: SOLITUDES CROWDED WITH LONELINESS (1965), GOLDEN SARDINE (1967), ANCIENT RAIN: POEMS 1956-1978 (1981) Y CRANIAL GUITAR: SELECTED POEMS BY BOB KAUFMAN (1996).
DE NO SER POR SU ESPOSA Y AMIGOS —LOS DEMÁS BEATS, COMO KEROUAC, CORSO, GINSBERG Y FERLINGHETTI —, QUIENES PROCURABAN CAPTURAR AL VUELO LOS RECITALES O GRABARLO EN CINTAS MAGNETOFÓNICAS, NO HABRÍA TESTIMONIO DE SU POESÍA.
MISIONES PROFANAS
Quiero que me entierren en un cráter anónimo en la luna.
Quiero construir minigolfs en todas las estrellas.
Quiero probar que la Atlántida fue un sitio de veraneo para el hombre de las cavernas.
Quiero probar que la ciudad de Los Angeles es una broma que nos gastaron los seres superiores de un planeta simpático.
Quiero denunciar al Cielo, un sanatorio exclusivo, repleto de ricos psicópatas que creen poder volar.
Quiero demostrar que la Biblia se publicó en una revista romana para niños.
Quiero probar que el sol nació cuando Dios se quedó dormido con un cigarro encendido, exhausto tras una dura noche como juez.
Quiero probar de una vez por todas que no estoy loco.
EN
En prisioneras esquinas de deseos embriónicos, ahogadas en una gota de heroína.
En prisioneras esquinas de vuelos estacionarios para sonar los bolsillos llenos en el espacio.
En neuro-esquinas de cerebros desnudos y desesperados electro-cirujanos.
En alcoholizadas esquinas de discusiones inútiles y cronísticas crudas.
En televisivas esquinas de literarios cornflakes y rockwells América impotente
En universitarias esquinas de intelecto a la medida y abrecartas griegos.
En militares esquinas de muertes megatónicas y anestesia universal.
En religiosas esquinas de quintillas teológicas y
En radio esquinas de grabaciones eternas y eventos estáticos.
En publicitarias esquinas de helados con filtro e instantáneos instantes.
En adolescentes esquinas de seducción de libros de comics y guitarras corrompidas.
En políticas esquinas de candidatos buscados y mentiras rituales.
En cinematográficas esquinas de lassie y otros símbolos.
En intelectuales esquinas de terapia conversacional y miedo analizado.
En periodísticas esquinas de encabezados sexys e historietas escolares.
En divididas por el amor, esquinas de -muera ahora pague después- funerarias.
En filosóficas esquinas de criminales semánticos y traficantes de ideas.
En clasemedieras esquinas de pubertad de escuela privada y revueltas anatómicas.
En ultra-realistas esquinas de amor en montañas rusas abandonadas.
En esquinas de poetas solitarios, de hojas que yacen por lo bajo y de ojos de profetas enmohecidos.
∇ Extraído de Editorial Laberinto, traducción de ©Svetlana P. Garza. Presentación de ©Odeen Rocha.
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