Janice Montouliu nació en Montevideo, Uruguay, el 13 de agosto de 1963. Cursó estudios en su ciudad natal.
Su inclinación por la poesía comenzó en la adolescencia, en la cual escribió algunos poemas, siendo su poetisa preferida y musa inspiradora, la uruguaya Juana de Ibarbourou. También recitaba y musicalizaba en su guitarra poemas de Federico García Lorca.
Con el transcurso del tiempo, su afinidad por la literatura le permitió conocer a excelentes poetas a través de Internet, en donde compartieron sus obras en español y francés.
El 28 de abril del año 2010 publica su primer libro de poemas: Alma sin disfraz, y participa en el mismo año con un texto en el libro: Antología. 20 Cartas de amor (Maracaibo, Colección Nano Literatura, Proyecto expresiones, 2010).
Es integrante de Casa de Escritores del Uruguay, así como también del movimiento Poetas del Mundo (www.poetasdelmundo.com); miembro de Clepsidra Internacional-Nuestro Centro Cultural de las Américas, Costa Rica (clepsidra.ning.com) y forma parte de la Sociedad Secreta del Haijin (la cual preserva y defiende el Haiku tradicional, de su creador Masaoka Tsunenori Shiki -1867- 1902-, y está dirigida por el Sensei Logan).
Ha sido destacada en la página árabe Sherayar (http://www.shehrayar.com/ar/content/view/full/3408), entre algunos de los mejores poetas árabes, con varios de sus poemas trasladados a ese idioma por la traductora Ibtissem Sassi, de Túnez.
Ha realizado traducciones al español del poeta contemporáneo de Francia Athanase Vantchev de Thracy: el cuento para niños, El ángel sin luz (Rueil-Malmaison, Editions Institut Culturel de Solenzara, 2010) y el libro de poemas: No, el poeta no puede morir (París, Editions Institut Culturel de Solenzara, 2011).
Actualmente, continúa escribiendo poesía y está incursionando en narrativa (cuentos para niños) y poesía infantil.
CRUCIFICADA
Si no estás junto a mí
crucificada estoy
sobre esta tierra
donde no afloran semillas
donde no crecen las flores
donde el agua es turbia y gris.
A la noche las estrellas
caen sobre mis hombros
como monedas de plomo
mientras la luna se deshace
sobre el infinito añil.
Si no estás junto a mí
crucificada estoy
en un desierto candente
que agrieta toda mi piel
mas sin corona de espinas
siento sobre mi cabeza
punzantes rayos de hiel.
Si no estás junto a mí
soy una estatua de cera
una mujer que no existe
o muñeca de papel…
Si no estás junto a mí
crucificada estoy
sobre esta tierra
donde no afloran semillas
donde no crecen las flores
donde el agua es turbia y gris.
A la noche las estrellas
caen sobre mis hombros
como monedas de plomo
mientras la luna se deshace
sobre el infinito añil.
Si no estás junto a mí
crucificada estoy
en un desierto candente
que agrieta toda mi piel
mas sin corona de espinas
siento sobre mi cabeza
punzantes rayos de hiel.
Si no estás junto a mí
soy una estatua de cera
una mujer que no existe
o muñeca de papel…
¿MORIRÁ…?
¿Será mi inspiración
una fuente inagotable
como dicen ciertas personas?
¿O morirá por el camino
tumbada con mis poemas,
abrazada a mis estrofas?
Tristemente susurro
con mi voz ahogada en llanto:
¡Que no se seque esta fuente
porque se secan mis manos!
¡Si con el alma yo escribo
y al amor siempre le canto!
¿Será mi inspiración
una fuente inagotable
como dicen ciertas personas?
¿O morirá por el camino
tumbada con mis poemas,
abrazada a mis estrofas?
Tristemente susurro
con mi voz ahogada en llanto:
¡Que no se seque esta fuente
porque se secan mis manos!
¡Si con el alma yo escribo
y al amor siempre le canto!
EL LADRÓN
Me ha robado un beso.
¿Merecerá castigo?
¿O Simplemente olvido
el error que cometió?
¿Quién puede ser dichoso
besando rojos labios
de una mujer que apenas
anoche conoció?
De mí, nada lo sabe,
y nada sé sobre él,
sólo que en un segundo
robó como un ladrón
un beso de mis labios
más se llevó consigo,
el sabor de mi boca
y mi desilusión.
¿Merecerá castigo?
¿Perdono a ese ladrón?
¡Si sólo ha sido un beso
que esa noche robó!
Me ha robado un beso.
¿Merecerá castigo?
¿O Simplemente olvido
el error que cometió?
¿Quién puede ser dichoso
besando rojos labios
de una mujer que apenas
anoche conoció?
De mí, nada lo sabe,
y nada sé sobre él,
sólo que en un segundo
robó como un ladrón
un beso de mis labios
más se llevó consigo,
el sabor de mi boca
y mi desilusión.
¿Merecerá castigo?
¿Perdono a ese ladrón?
¡Si sólo ha sido un beso
que esa noche robó!
LA ESPERA
Ansío recibir tu llamada
ésa que nunca llega,
llamada que has prometido
y espero con impaciencia.
El tiempo ha transcurrido,
mi corazón agoniza
en la larga y triste espera,
y se ahoga en el silencio
tu llamada que no llega.
Ya cansada de esperar,
tantas y tantas promesas,
cuando el teléfono suene
quizás…ya no lo atienda.
Ansío recibir tu llamada
ésa que nunca llega,
llamada que has prometido
y espero con impaciencia.
El tiempo ha transcurrido,
mi corazón agoniza
en la larga y triste espera,
y se ahoga en el silencio
tu llamada que no llega.
Ya cansada de esperar,
tantas y tantas promesas,
cuando el teléfono suene
quizás…ya no lo atienda.
GOTAS DE TINTA
La gotas de tinta
transforman en letras
alegría, sueños,
mal de amores, penas.
Sobre blancas páginas
vestí de inocencia
los tristes rincones
de esta vida negra.
Y cubrí de rosas,
alcé una bandera,
en largos caminos
de guerra y pobreza.
Quise con mi pluma
cambiar la existencia
de este mundo ingrato,
villa de miserias.
Y jugué a ser Dios…
sin tener respuesta.
La gotas de tinta
transforman en letras
alegría, sueños,
mal de amores, penas.
Sobre blancas páginas
vestí de inocencia
los tristes rincones
de esta vida negra.
Y cubrí de rosas,
alcé una bandera,
en largos caminos
de guerra y pobreza.
Quise con mi pluma
cambiar la existencia
de este mundo ingrato,
villa de miserias.
Y jugué a ser Dios…
sin tener respuesta.
SOLLOZO
Araño tu sombra
muerdo mis manos
hasta sangrar.
Grito tu nombre
hasta que mi voz agoniza
en mi garganta
llagada y seca.
Camino descalza
sobre palabras muertas
frases sin sentido
y ahogo mis versos
en las encrespadas olas
de tu olvido…
Araño tu sombra
muerdo mis manos
hasta sangrar.
Grito tu nombre
hasta que mi voz agoniza
en mi garganta
llagada y seca.
Camino descalza
sobre palabras muertas
frases sin sentido
y ahogo mis versos
en las encrespadas olas
de tu olvido…
INMÓVIL
Inmóvil, estático,
con sus ocho brazos
y tres pies descalzos
habita en mi cuarto.
Sostuvo en sus manos
mi niñez, mi infancia,
moña azul de seda,
mi túnica blanca.
En mi adolescencia
colgó rebeldías,
liceal uniforme,
mis hondos bolsillos
llenos de ilusiones.
Mis prendas susurran
todas sus vivencias,
y él sigue inmóvil
en su fiel rincón,
colgando mi vida
en sus ocho brazos,
el viejo perchero
de mi habitación.
Inmóvil, estático,
con sus ocho brazos
y tres pies descalzos
habita en mi cuarto.
Sostuvo en sus manos
mi niñez, mi infancia,
moña azul de seda,
mi túnica blanca.
En mi adolescencia
colgó rebeldías,
liceal uniforme,
mis hondos bolsillos
llenos de ilusiones.
Mis prendas susurran
todas sus vivencias,
y él sigue inmóvil
en su fiel rincón,
colgando mi vida
en sus ocho brazos,
el viejo perchero
de mi habitación.
LA ALMOHADA
La almohada,
mi incondicional amiga,
sin cuerpo me sostiene,
sin rostro me observa.
No habla y me susurra,
sin oídos escucha las palabras
que grita el silencio,
contiene mis lágrimas,
resiste mis lamentos.
La almohada,
mi fiel compañera
de todas las noches.
Nada me pregunta,
consuela mi corazón
sin ningún reproche.
Confidente de secretos
en tardes solitarias.
¡No me digan que estoy loca!
Ella sin cuerpo,
sin rostro,
sin oído, voz ni vida,
cada noche, cada día,
aún sin sus manos,
me acaricia.
La almohada,
mi incondicional amiga,
sin cuerpo me sostiene,
sin rostro me observa.
No habla y me susurra,
sin oídos escucha las palabras
que grita el silencio,
contiene mis lágrimas,
resiste mis lamentos.
La almohada,
mi fiel compañera
de todas las noches.
Nada me pregunta,
consuela mi corazón
sin ningún reproche.
Confidente de secretos
en tardes solitarias.
¡No me digan que estoy loca!
Ella sin cuerpo,
sin rostro,
sin oído, voz ni vida,
cada noche, cada día,
aún sin sus manos,
me acaricia.
ESE DIA...
Muerte, ese día en que yo muera
subirás una escalera y me llevarás al cielo.
Conoceré al rey sol, el dueño del universo.
Besaré a las estrellas y reposaré en la luna,
dormiré sobre las nubes, entre sus blancas espumas.
Ese día en que yo muera,
se reunirán todos los dioses de los cielos.
Entonarán música de amor los dorados violonchelos.
Luciré en mi cabeza una suntuosa corona,
engarzada de jazmines y de púrpuras magnolias.
Ese día en que yo muera,
sobre las verdes praderas engalanadas de flores
se abrirán en abanico las frutas más sabrosas
y en las cristalinas aguas de las fuentes de colores
besará el aire el vuelo de mariposas.
Ese día en que yo muera,
la vida parecerá un juego, caerá sobre la tierra
una mágica belleza, una lluvia de luceros,
y danzaré con mi muerte, el vals del eterno sueño.
Muerte, ese día en que yo muera
subirás una escalera y me llevarás al cielo.
Conoceré al rey sol, el dueño del universo.
Besaré a las estrellas y reposaré en la luna,
dormiré sobre las nubes, entre sus blancas espumas.
Ese día en que yo muera,
se reunirán todos los dioses de los cielos.
Entonarán música de amor los dorados violonchelos.
Luciré en mi cabeza una suntuosa corona,
engarzada de jazmines y de púrpuras magnolias.
Ese día en que yo muera,
sobre las verdes praderas engalanadas de flores
se abrirán en abanico las frutas más sabrosas
y en las cristalinas aguas de las fuentes de colores
besará el aire el vuelo de mariposas.
Ese día en que yo muera,
la vida parecerá un juego, caerá sobre la tierra
una mágica belleza, una lluvia de luceros,
y danzaré con mi muerte, el vals del eterno sueño.
COMO EL VIENTO
Siempre, siempre
te esfumas como el viento
dejando en mi boca
un sabor acerbo.
Como tonta quedo
esperando tu regreso
tendida en tus vocablos
leyendo tus versos.
Ésos que has dejado
sobre mi sendero
con aroma a almizcle,
canela e incienso.
Versos que enardecen
mi alma dormida,
mi voz se hace canto
y mis ojos brillan.
Siempre, siempre
te esfumas como el viento…
Y yo sigo aquí,
esperando tu regreso
tendida en tus vocablos
abrazada a tus versos.
Siempre, siempre
te esfumas como el viento
dejando en mi boca
un sabor acerbo.
Como tonta quedo
esperando tu regreso
tendida en tus vocablos
leyendo tus versos.
Ésos que has dejado
sobre mi sendero
con aroma a almizcle,
canela e incienso.
Versos que enardecen
mi alma dormida,
mi voz se hace canto
y mis ojos brillan.
Siempre, siempre
te esfumas como el viento…
Y yo sigo aquí,
esperando tu regreso
tendida en tus vocablos
abrazada a tus versos.
SONETÍN TRISÍLABO
Colmados
nogales.
Perales
dorados.
Rosados
rosales.
Hostales
soñados.
Paisaje,
follaje,
madera.
Frescura,
tersura,
ladera.
Colmados
nogales.
Perales
dorados.
Rosados
rosales.
Hostales
soñados.
Paisaje,
follaje,
madera.
Frescura,
tersura,
ladera.
HAIKUS
Corto peonias
huelo los crisantemos
vuela un gorrión.
Noche de invierno
faroles en las calles
gente camina.
Cerezos rojos
bordean los jardines.
Brisa estival.
Corto peonias
huelo los crisantemos
vuela un gorrión.
Noche de invierno
faroles en las calles
gente camina.
Cerezos rojos
bordean los jardines.
Brisa estival.
Escribes Janice sin disfraces en el alma,
ResponderEliminarpresa de una inquietud que mana
de versos atemporales,
inquiriste en Juana de Ibarbourou
las raíces de la libertad
el latido de un mundo cosmopolita
tal vez real, tal vez imaginado,
el amor satisfecho carnal o místico
sin las lacras de la no existencia,
el alumbramiento en el inconsciente
o la permanencia de la creación
Con voz gitana de rioplatenses acentos
recitaste a luceros y corceles negros en el íntimo
universo de Federico, romances
que despertaron ecos en una guitarra de lunas
y el amor siempre en tu naturaleza,
bailando entre las flores del tiempo
un vals con la muerte que se rindió
ante la solidez de tu poética fascinación
A Janice Montouliu
Fernando Sabido Sánchez
28-06-2011
ENTRETEJIENDO
ResponderEliminarEl efebo estaba encarcelado, encadenado, esposado.
Enseguida escapó empleando engaños escabulléndose escondido entre espinillos.
Eficaces escuadrones en equinos estaban enfurecidos en encontrarlo.
Entretanto, excelentes espadachines ensayaban esgrima en especial entorno.
Encontró espejos, escribió epítetos en ellos, esperando encontrar escolta.
El edén esparció estrellas esperanzadoras, entonces el efebo exhaló entusiasmado…
Janice Montouliu
Esperaba expectante, estaba eufórica, ella enamorada esclava
Excelente educación, enjuta en exceso, encantadora en el espejo
Erguida, entusiasmada, enseñando el empeine exterior
El encanto empero, encontró exclusivamente elogios estigmatizantes.
Efímero era el encantamiento, el Efebo explicitó escaso entusiasmo…
Fernando Sabido Sánchez
Adquirirás buenas costumbres chateando despierta, entonces feliz gravitarás haciéndote imprescindible, Janice, kilométricas lunas llenas meditando nuevas ñoñerías, ordenando pasiones quizás rescatadas, sueños, tendrás únicamente vigilado.
ResponderEliminarWalter, xenófobo y zafio.
Fernando Sabido Sánchez
Ahora buscaré calma chicha. Deseo especialmente Fernando, gozar horas intactas jugando, kermeses lúdicas, llamativas, matizando nuestras ñoñeces, observándonos pasionalmente. Quisiera recitar solamente temas universales, versos.
Walkiria Xena Yáñez,zafirista.
Janice Montouliu
POEMA EN CONJUNTO
ResponderEliminar(Janice Montouliu- Fernando Sabido Sánchez)
LABERINTO DEL PRESENTE
Esta noche cruzaremos con los ojos cerrados
la puerta del laberinto,
y abrazados, saldremos hacia un mundo
de ensueños y fantasías.
Esta noche el reloj del tiempo detendrá sus agujas
en el vértice más cercano de mi sueño,
mi corazón latirá aún mas fuerte
sabiendo que estás junto a mí,
y me siento capaz de componer en la ruleta rusa
de mi memoria una sinfonía inacabable.
Una sinfonía de besos y caricias
que despertarán los dormidos rincones de mi cuerpo,
y no negaré a la noche mi salvación
ni el laberinto resistirá el embate de las mareas
del sexo que nos resucite.
Esta noche, mis manos te buscarán
en la suavidad de mis sábanas
y nuestras miradas se perderán
en la oscuridad de nuestra habitación.
Esta noche, solo por esta noche, el pasado
perderá la memoria en los atajos del presente,
y amaneceremos desnudos
bajo un cielo de promesas muertas...