domingo, 5 de junio de 2011

RICARDO COSTA [3.893]



Ricardo Costa

Es docente y reside en la ciudad de Neuquén, Patagonia Argentina.
Obras publicadas: Árbol de tres copas (1988); Casa mordaza (1990); Homo dixit(1993); Teatro teorema(1996); Danza curva(1999); Veda negra(2001); Mundo crudo: Patagonia satori(2005) y Un referente fundacional-Las Letras neuquinas (1981-2005) y su (in)transferencia al campo educativo (2007).
Algunos reconocimientos: Bienal Argentina de Poesía 1991: Concurso Premio Plural, México 1992; Fundación Antorchas. Becas y Subsidios a la Creación Artística 1995; Premio Fondo Nacional de las Artes 1998; Tercer Premio Conc. Iberoamericano de Poesía Neruda, Chile 2000, Conc. Poesía en Tierra. Fondo de Cultura Económica-Centro Cultural de España 2004 y Premio Internacional para Obra Publicada Macedonio Palomino, México 2008




UNA NARANJA

EL cuchillo recorta circularmente la naranja
bajo su cáscara.
Hace correr el jugo entre el filo y la pulpa,
marcando el cauce de un camino líquido 
que rodea a la fruta para venirse a tu mano.
Viéndote ejecutar esa maniobra, pienso que
algo terrible ocurriría con mi corazón
si tu apetito cayera en desgracia.
Ese movimiento giratorio, ese descascarar
en crudo para llegar al brillo de la pulpa,
daría con la parte más débil de un hombre
y la desnudez de su sangre brotaría hasta
manchar sus ojos de la manera más vergonzosa.
La diferencia la marcaría el ángel que mueve
tus manos.
Porque la fruta gira entre tus dedos para que
su carne se abra por entero a la luz.
En cambio, un corazón se pudre si no se lo corta
en el momento preciso.
Queda dudando lejos, cavado en una ruina oscura,
a treinta y cinco centímetros por debajo
de la boca.

de Mundo crudo, Patagonia satori (2005)



SOLO POLVO

Minúsculo el espíritu palpable 
de aquello que en su génesis fue piedra 
para luego evolucionar en su forma más volátil.
Flota el polvo cuando nos arrojamos sobre la cama.
Esparce todo su universo microgranulado 
hasta depositarse sobre tu cabello.
Así, coronada por el alma de la Pachamama,
vas cayendo contra mí en tu versión más liviana.
Entonces comienza la danza carnal, 
la del polvo entre los cuerpos que sudan, 
la que se evapora entre el frote barroso
de los muslos.
Deslumbra esta forma ya extendida en su plenitud.
(Es una calma plomiza la del polvo reposado)
Aunque bastaría un soplido seco, un compacto empuje
del aire contra tu pelo para que todo termine,
para que el mundo se torne impalpable;
como el impacto brutal entre dos piedras
que mueren una y otra vez
en su forma más volátil.

de Mundo crudo, Patagonia satori (2005)




FÍSICA BÁSICA

El lanzamiento de una piedra
acaba con la vida de una distancia
determinada.
Un poema cumple con el mismo objetivo:
acabar con la vida de un tiempo
determinado.
La piedra, una vez detenida, ignora
el significado de la distancia.
Una vez en vuelo, el poema es una curva
que se cierra sobre sí misma.

de Danza curva (1999)




Mundo terrible la geometría.

Todo lo que resta es un círculo,
una línea volviendo a su orígen,
una figura creada para sabernos
sobre un espacio seguro.
Todos contemplamos la redondez
de ésa línea pero festejamos el vacío,
no la línea.
Así nosotros, un punto sobre otro.
Imprudente ciencia, dicen, y alguien
olvida la luz; ama la sombra que borra.
Entonces la geometría estalla.

de Teatro teorema, 1996 Ricardo Costa



PAPAS Y CUERDAS

El hijo ha dejado de comer por mirar al padre.
La mirada del padre, perdida durante la cena,
atiende la lectura de una voluntad muerta:
su cuerpo moviéndose (en una noche que no es 
esta) contra el de una mujer desnuda
entre almohadones.
El padre reclama ese recuerdo porque es un padre
cargado en un cuerpo que flota, y la memoria
le aprieta como un nudo de humo, como una
cuerda de cartón: frágil al aire, a la lágrima,
a la mínima disputa por separar al cuerpo
de la memoria.
El padre resiste mientras el hijo corta la carne
y las papas caen del plato.
Ambos buscan el alimento por debajo de la mesa.
El hijo sigue las manchas de grasa para llegar
a lo que quiere.
El padre entrega el cuello a lo que ya no puede verse
y busca, amparado por las manos, lo que antes
se mostraba más alto.

de Veda negra, 2001



Fenómeno natural

El viento aniquila la luz en esta parte del mundo.
Cada vez que sopla contra la casa, nada parece merecer
la más mínima contemplación.
Yo pensaba que una familia entera estaría abrazándose
ahora mismo bajo las cobijas y rogando por la clavadura
de las chapas contra el techo.
Ruedan botellas en el patio.
Se desgaja la ropa colgada.
Un pollo escapa y resiste bajo el piletón de lavar.
Todo el aliento muerto de la miseria parece ahogarse
contra esas cuatro paredes.
Sin embargo, en apoyo oblicuo contra el viento,
la hija sale de la casa, se acurruca junto al pollo
y comienza a cantarle suave.
A pesar del temporal, ella cree que el amor es un fenómeno natural
que habita en lo más pequeño de la estepa.
Por eso abraza al animal y se convence de que la brutalidad del aire
es un mundo vacío que va muriéndose de a poco.

de: Fauna cruda (inédito, 2011)



Noche perfecta

Bajamos del auto para ver el atardecer.
En verdad que el peso del cielo parece apretar la última lámina
del día hasta doblarla por detrás del planeta.
Nosotros, tu pueblo, la buena memoria, todo permanecerá cautivo
mientras la noche nos eleve por sobre los límites del tiempo.
No de otro modo la naturaleza agradece la insignificancia
de nuestra presencia, así, con un corazón junto a otro;
algo que nadie sabe que sobrevivirá a la revelación del día.
Cuando todo termine, lo que quede del universo será pasado.
Nada más que eso.
Entonces, el sólo hecho de haber sobrevivido de palabras
será suficiente para iluminar el mundo, otro. El que de noche
va de tus ojos a los míos y hace que la sombra de las preguntas
se hunda en la tibieza de tu boca.

de: Fauna cruda (inédito, 2011)





Ricardo Costa (Neuquén), Crónica menor (antología mezquina), Neuquén, Ediciones con doble zeta, 2015.


De Fenómeno natural (2012)


Fenómeno natural

En esta parte del mundo el viento entristece la luz.
Cada vez que sopla contra la casa, nada parece merecer
la más mínima contemplación.
Yo pensaba que una familia entera estaría abrazándose
ahora mismo bajo las cobijas, rogando por la clavadura
de las chapas contra el techo.
Ruedan botellas entre los yuyos y se desgaja la ropa colgada.
Un pollo escapa y resiste bajo el piletón de lavar.
Todo el aliento muerto de la miseria se ahoga contra esas
cuatro paredes.
Sin embargo, en apoyo oblicuo contra el viento,
la hija sale de la casa, se acurruca junto al pollo
y comienza a cantarle suave.
A pesar del temporal, ella cree que el amor es un fenómeno
natural que habita en lo más pequeño de la estepa.
Por eso abraza al animal y se convence de que la brutalidad
del aire es un mundo vacío que va muriéndose de a poco.



De Mundo crudo (Patagonia satori) (2005)

Patagonia satori

Abandonado junto a un viejo Renault gris
en el kilómetro mil quinientos setenta y ocho,
él teme que su reflexión no incluya al mundo
ni a ninguna discusión que afecte la problemática
del ser y del no ser.
Duda y su reflexión se pliega a la deriva del jote
que sobrevuela la sequedad de este páramo.
Tanto desde arriba como desde abajo, hombre y pájaro
se demoran contemplando una extensión infinita.
Para el jote, el ritual culmina cuando descubre el objeto deseado
y su vuelo se inclina para precipitarse sobre la víctima.
En cambio para él todo comienza cuando entiende
que no existe otro objeto deseado
más que los motivos de su propia existencia.
Entonces reconoce que una filosofía inquietante
no debería cargar con el cuerpo de alguien que propone
una conjetura débil entre tanto abandono.
Así regresa al punto del cual nunca debió partir, el cual acepta
como destino del único mundo que le toca vivir, el que escucha
masticar al ave mientras la ruta continúa desierta,
mientras el tiempo se eterniza en una poética del silencio
y la espera vuelve a oscurecerse porque el pensamiento
no progresa y aquí no ha pasado nada.

Jote: Ave de rapiña, especie de buitre, típica de la fauna patagónica.



Odiseo house

Deja de ser él cuando entra en la casa.
Es otro al abrir la puerta y reclamar por alguien
que no se encuentra allí esta noche.
Unas pocas partes de luz reposan en el pasillo, en los cuartos,
en la cocina que mantiene un fuego bajo junto a la cafetera.
Cierra la llave de gas y sólo escucha un mundo vacío.
Sin embargo él y esa ausencia conforman un todo
que se detiene en el más absoluto silencio.
Una vez, sentado en ese sillón y agotado por la fiebre, le escribió
una carta a su padre muerto y recorrió una vida que desconocía
a través de la palabra.
El invierno pasado, mientras peinaba a su hijo en el baño,
vio por la ventana al mundo purificándose bajo la nieve.
Ahora nada de eso es real y todo sigue registrándose
en la letra chica de su historia.
Lo triste es que por debajo de la mesa del comedor
el perro se sacude la modorra y viene hacia él
moviendo la cola.
Aunque uno haya entrado una vez más a la misma casa,
alguien nos reconocerá como venidos de un viaje lejano,
y eso no siempre es bueno cuando se comienza a creer
que lo sucedido ya no existe.
Pero el perro le lame la mano y ese reconocimiento del mundo
lo apena, lo deja tan expuesto como la puerta que vuelve
a abrirse para que una mujer entre, pregunte por él
y no obtenga más respuesta que una voz
pronunciando su nombre desde un lugar antiguo
que no muere.



De Veda negra (2001)

Puntos de vista

La forma más sencilla de celebrar una fundación
es marcar un punto junto al vacío.
Un punto es una partícula del todo imponiéndose
sobre la nada.
Un punto establece el origen de todas las formas
que caben en el universo, y el universo se mueve
sobre una sucesión de puntos encadenados
en el espacio.
Sobre uno de estos puntos estamos nosotros,
abrazándonos y girando en un vacío que nos mantiene
flotando sobre un silencio absoluto.
Pero lo mejor de esto no es el silencio ni lo absoluto.
Lo mejor de esto es que nadie sabe que flotamos
porque obedecemos una ley fundamental.
Creo que ese es el punto: flotar abrazados a la idea de la nada
mientras los cuerpos se mueven
y la fundación se convierte
en un acto de amor junto al vacío.



Velocidad crucero

El pensamiento se queda con esta imagen:
un pedazo de ropa clavada en el alambrado
y sacudida  por el viento.

El ojo es ambicioso.
Se queda con la curva que forma la ropa en el aire.
La púa del alambre tiene mucho de lenguaje.
Se aferra a cada fleco del trapo
como la palabra a la idea
que está próxima
a rasgarse.

El alambrado se continúa poste tras poste
y la distancia entre pensamiento y lenguaje
se borra en el último punto de la ruta.
Una recta en el desierto no dice nada
porque ahora la distancia se ha convertido
en un plano donde todo es lejano,
donde todo está por suceder,
mientras el pensamiento transcurre
en la mirada del que conduce. 

Este trapo fue la vestidura de alguien que alguna vez
también condujo por esta desolación y que también
tuvo un pensamiento alambrado por el lenguaje.
Entonces, el tiempo real del pensamiento
no es la púa que desgarra el trapo
ni el viento colgado en una curva.
Es la mirada del que conduce
buscando en el horizonte
un lenguaje a donde
llegar.




De Teatro teorema (1996)

Mundo terrible la geometría.
Todo lo que resta es un círculo,
una línea volviendo a su origen,
una figura creada para sabernos
sobre un espacio seguro.

Todos contemplamos la redondez
de esa línea, pero festejamos el vacío,
no la línea.

Así nosotros: un punto sobre otro.

Imprudente ciencia, dicen, y alguien
olvida la luz; ama la sombre que borra.

Entonces la geometría estalla.




De Homo dixit (1993)


Homo dixit

Cuando muera, el mundo se convertirá en un grano
minúsculo de mi bolsillo.
Por lo tanto, nombrarte será fácil pero pequeño.
Como esas cosas que suceden cotidianamente:
la lluvia, el polvo, la silueta de la memoria.

¿Crees que el silencio pueda con ella?
Con la memoria, digo.

Por ejemplo, ahora viene mi perro, apoyo su hocico
sobre mi pierna y su mirada habla de algo que sé.
Entonces la mano actúa para protegerse de sí mismo.
Simula una caricia sobre la cabeza de la mascota.
Un perro que espera algo por temor a que los dedos
un día falten y el vacío se vuelva holgado,
generoso como la tierra.
Suficiente para contener un único grano
que se asemeje a tu nombre.




De Casa mordaza (1990) 

Al aire

Venía a protegerme
a decirme basta ya está bien de estas cosas
a cortar los gajos de una noche que deseaba
como la boca tuya
la palabra arrojada bajo la lámpara
la voluntad perversa del desafío
mientras el tiempo se posa
y es incapaz de sugerir una gota de escándalo
cuando se acerca a la casa y espía sobre el hombro
cosas que distraen y pasan desbocando el polvo
que nadie finalmente camina




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