ATTILA F. BALÁZS
Rumania-Eslovaquia
Nació el 15 de enero de 1954 en Targu Mures, Rumania. Poeta, escritor, editor, traductor, editor. Es licenciado del Instituto de Teología Católica, Alba Iulia, Rumania. Desde 1989 vive en Bratislava. Trabajó como reportero de Radio Bratislava y periodista. Miembro de la Asociación de los escritores húngaros de Eslovaquia, miembro de la Asociación de los escritores de Hungría, miembro fundador de la Liga de los escritores húngaros de Ardeal, Rumania y miembro de la Unión de los Escritores de Rumania.
Publicó diez libros de poesía y seis libros de traducciones. Ha recibido el premio del Festival Nacional de Poesía "Baladas de Danubio", Ed. IX, Galati, Rumania, 1987, Premio Madách, Eslovaquia, 1994, y el premio del Festival Internacional de Poesía de Sighetu Marmatiei, Rumania, 2009. Parte de su obra poética ha sido traducida en albanés, alemán, checo, eslovaco, esloveno, francés, inglés, rumano, sueco y publicada en más de diez antologías de poesía u en diferentes revistas literarias desde Eslovaquia, Hungría, Checa, Eslovenia y Rumania.
Rompecabezas
¿Hoy es lunes o viernes?
si fuera domingo, sería mayor el silencio
ensamblo mis miembros desde el baño,
desde el dormitorio, la cocina
-en tales momentos, en la mañana-
Los junto como un rompecabezas
Números y letras se confunden en el calendario
De modo que si se mezclaran el caos sería mayor
Miro la red o leo el periódico para ver
Cómo es el mundo que visito hoy
De quién las huellas que debería seguir en el desierto
el café fluye empalagosamente
y la mañana empieza en mi poema.
Puzzle
is it Monday or Friday today?
if it were Sunday, the silence would be greater
I assemble my limbs from the bath,
from the bedroom, the kitchen
-at such times in the morning-
I put them together like a puzzle
the numbers and letters on the calendar get mixed up
so if they get muddled up the chaos will be greater
I look at the net or read the newspaper to see
what the world I dropped into today is like
whose footprints should I follow in the desert
the coffee flows oleaginously
and tomorrow begins in my poem.
Sala de espera europea
el mundo después de la hora de cierre
en una sala de espera europea,
doblando torpemente el grueso periódico
él está absorto en la lectura
la cúpula arriba, sobre su cabeza
el orbe del reloj de arena
desde el cual
chorrean lentamente
perdiendo su significado
las letras
el reloj digital no cambia
sólo chorrea el reloj de arena
con un suave raspar
una nave espacial podría hacer tal sonido
al deslizarse monótonamente
de un planeta a otro
despertando de una siesta
advierto
el periódico arrugado sobre el banco
la pequeña aspiradora
inhala las letras regadas
en la cúpula como una paloma demente
lucha una voz distorsionada
anunciando algo en una lengua extranjera
ella no está en parte alguna ahora
Embalsamado en verso
el cuerpo, el cuerpo
una estalagmita que desea,
estira y tensiona, alimentado por
fluidos invisibles
el cuerpo, el cuerpo
lujuria, un burdel
descarga eléctrica, convulsión
muerte codificada
el cuerpo, el cuerpo
alfombra única de la belleza
salmo generado por mis dedos
que mis células murmuran
casi mecánicamente ahora
tu cuerpo, la picota que rapta
la embalsamo en este poema
así vivirá para siempre
así durará para siempre
¿Quisieras una taza de té, cariño?
tonos azules entre las torres de apartamentos
la ventana parpadea en la luz irreal
en la habitación olorosa a vainilla
una señora escapada de un cuadro de Monet
lee detenidamente una revista de moda
De otra manera, todo es como
en una película aburridora,
sólo ruidos de fondo impactan el tímpano
y el viento no hace mover la cortina
no hay colillas de cigarrillos en el cenicero de plata
el piano de cola con su tapa abierta
como un pez enorme
se prepara a tragar la estatuilla de bronce lustrada
el azul se torna gris en el marco de la ventana
el espejo devuelve mi mirada con compasión
¿Quisieras una taza de té, cariño?
Las manos no se encuentran
las manos no se encuentran
simplemente reman el aire
como remos abandonados
el cielo moldea una enorme concha marina
con la tierra torturada,
tejados inundados de ceniza
árboles petrificados en un gesto de ofrenda
incrustados en cementerios antiguos
perros callejeros con la cola entre las patas
los vientos traen muerte
tras cortinas cerradas saben
que las manos no se encuentran
las manos no se encuentran
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