Joe Montesinos Illesca
Nació en Lima, Perú el 16 de Marzo 1980. Poeta, narrador, explorador musical y panadero. Tuvo la suerte de nacer en el Perú para hacer del pesimismo un no malintencionado sarcasmo. Interesado en analizar los trabajos de Nietzsche y el trajín de las hormigas. Aficionado a la música clásica, al jazz, al rock, a los puentes y a los lagos. No baila salsa, asimismo, cinéfilo por ocioso:
La Chinoise, El séptimo sello, Eraserhead, Clockwork Orange, Ocho y Medio, Woody Allen, son ejemplos de su sinuoso gusto. Sabe hacer postres, sabe nadar, sabe pintar al estilo del puntillismo y sabe pintar paredes solitarias. Sus poemas hablan de lo místico, del absurdo y de mujeres desorientadas, salvadas y despeinadas. Es un operador de la palabra, tanto así, que le gusta la sopa de letras. Ha estudiado (según su madre) en Inglaterra cuya tesis sobre Malcolm Lowry emocionó a los borrachos. Ha ganado un concurso de baile en la Vendimia de Chincha.
Sus escritores preferidos son Joyce, Rimbaud, Dickinson, Jarry, Proust, Dostoievski, Kafka, Nietzsche, Musil, Keats, Sterne, Artaud, Velita, Borges, Nabokov, Eguren, Vallejo, entre otros. Es un serio defensor de la libertad sexual para los presos. Joe, también ha robado libros en puestos fichos de Lima, siendo pillado repetidas veces. Resuelve problemas matemáticos con maestría por correspondencia. Todavía no muere.
Además, estudió diseño y artes gráficas, algunos talleres de pintura y Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Actualmente cursa la disciplina de psicología en la misma casa de estudios. Ha publicado poemas y cuentos en algunas revistas impresas y digitales.
Publicó los poemarios Guardián de Acantilados (Pájaros en los Cables, 2010) y Aguas oscuras del sueño (Cascahuesos, 2013) . Ha editado las siguientes revistas: Barro Pensante (2000), Calidoscopio (2001-2002), Estentórica -revista de poesía hispanoamericana- (2009). Dirige el Sello editorial Pájaros en los Cables Editores y los cuadernos de composición Cuervo Iluminado. Escucha Cocteau Twins, Einstürzende Neubauten, Franz Zappa The Chameleons, King Crimson y Coltrane en las madrugadas.
Algunos poemas de “Guardián de Acantilados”.
INSIGNIA
Mi corazón es un helicóptero sobre la hierba
es para los espantapájaros
es una máquina de hacer café
de pintar soledades
de amotinar ánimas
de moldear mimos
de acoplar camaleones
de dibujar fiordos
de encumbrar montes
de surcar olas
de recorrer nenúfares
de escribir
Mi corazón es un asesino
que pasea libremente
con anteojos girasoles
por campos tropicales
deshojando margaritas
deshojando paraguas
dibujando ojos ojos tristes alegres
Es una manzana en vez de un rostro
una calavera en vez de un santo
un tren en vez de un río
Es una colección de zapatos rotos
un niño kafkiano tocando la luna en do menor
un nudo en la trompa de un elefante
una alfombra para el mar
Mi corazón es azul por las mañanas
es un cenicero profundo por las tardes
un diluvio de luciérnagas por las noches
es un garabato de sol en el agua
es una bala refugiada
en un orate sin remedio
—Lima, 2003
Esparadrapo
–A una mujer que aparece de sombra iluminada cada tantos años.
Flor de prismas
arquitectura de higuera
Saturno en miniatura
Pasifae en minifalda
he visto en mis paredes
tus vestidos cristalinos
correr
saltar
desbocar
enrojecer las praderas de mi lengua
brillar los lunares de mi íes
He visto torcer los alacranes
de tu ombligo corinto
de tus crines enaguas
en las dulces curvas de mi sal
He amargado de oro
todo mi almanaque polar
en tus ríos de ginebra
Y tú mujer esparadrapo
solo al despertar de la pared
has llorado con ojos de telegrama
en tu sillón de afilar belleza
has llorado todo lo cuervo
todo lo pelo de laúd redoblado
de mi nostalgia musical
Esta noche de tactos moribundos
te has sentado a contemplar
mi bota italiana
y mi quijada de molusco suspirante
Lámpara cansada de mi desvelo
a punto de ser mariposa
¿A dónde volarás?
Dame un beso de muerte esta noche
que quiero verte con otros ojos
viaja tu reposo
en capullos de faraón
echa las anclas
de tu naufragio de Eco efébico
Libélula tejida por mis labios
descansa ya por hoy
–Aruba 2005
A la música
Sepa usted, mi serpiente luminosa,
que yo también soy un cromo viviente
de un padre cielo jorobado
y de madre escalera quintaesencia
porque en mis cáusticos meridianos
todo el pétalo de otoño
se me ha quedado en estirpe de erizo
como un resuello de Beethoven.
Sepa usted, mi mujer colmena,
que este rinoceronte pirómano y de corbata
también sabe reír a puro tambor,
porque he crecido despatarrado
entre toneles de furtivos brebajes
y sonidos palúdicos guitarrescos,
saxofones chocolates con buen viento
y en el corazón un clavado discóbolo
de acordes trotamundos.
Porque esta sombra que me has iluminado
ha descubierto su melodía con un beso
y ha cantado una bala
de amor clarinete en mis oídos.
Salud de jazz sin lejano New Orleáns,
salud de sonidos ovíparos por eso,
mi pequeña fogata castaña,
salud hasta la luna y su sonrisa con anteojos.
————Lima, 2006
MOVIMIENTO CERÚLEO
Yo seré a tu lado un siniestro bello azul
pez prismático de silencios
a tu lado una bala despacio que cuelgue de tu cuello
como un nenúfar de piel
A tu lado un guardián de ojos
de acantilados
y un príncipe de mendigos calvos
a tu incendio leña patinando hasta tu dá
gorgojeo hojas de mi biografía malavida
Seguramente tu costado husmeará las
y las semillas no regresarán al árbol de
a tu lado un cinturón de castidad me atrapar(á)
azulado me quedaré en estatua.
RAMAS (Fragmento)
A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu : voyelles.
Rimbaud
A veces pienso que estas palabras
escritas al regreso de una triste borrachera
no son mías ni son para mí,
ni para el árbol que duerme a mi costado,
pero me doy cuenta, por momentos,
que soy yo quien las escribe,
porque frente al espejo veo mis ojos,
tras el humo del cigarro,
con refugio de explosiones nucleares
y de niños huérfanos con las manos extendidas.
En el aire están estas palabras
espantando a las moscas.
MUSICALMENTE
Orbita mi lengua alrededor de los cactus,
le pongo la piel a mi sombra, cubro
con paisajes de eclipse los campos, tropiezo
en el sombrero y sale una hermosa calavera silbadora.
El sonido se extiende como alfombra al viento:
La guitarra ronronea,
se suben a los montes los acordes de puntillas,
los gatos salvajes retuercen la luz,
una mujer con el color del leopardo
vuelve del polvo,
repta por mis rodillas, hay tambor
en sus piernas, cuchillos flamean, agitan por ella.
Una venganza con suavidad
y nos tocaremos desnudos en el tocadiscos.
Junín, 2008
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