Kathleen O’ Driscoll
Kathleen O’ Driscoll publicó los libros Goodbye Joe (Caledon Press), Ether, short stories (Caledon Press), Pillars of the House (Wolfhound Press), The White Page (Salmon Publishing), y forma parte de la antología Divas (Arlen House). Escribió y dirigió el corto Berlín Blues. Es activista política de izquierda y mística, según sus propias palabras.
Poemas del libro Irlandesas, 14 poetas contemporáneas, publicado en Bajo la Luna, Buenos Aires, 2011. (Traducción: Leonor Silvestri)
Deseo
Yacería con vos en un lugar sagrado
Donde solo ocurren cosas esenciales.
Hacía frío y el cielo era oscuro
Antes de que llegaras.
Despertaste maravillas en mí,
Sos una nueva estrella en la noche
Una nueva flor en la mañana.
Este apetito es elemental como el sol, la lluvia, el viento.
Debo probar tu dulce carne durazno.
Tu claro deseo
Tus sombras serenas
El fuego de tus manos
La velocidad de tus pies junto a mí a veces
A veces muy alejados
A veces bien atrás.
El invierno persiste
Entre monzones,
vendavales atlánticos
y torrencial granizo ártico
rosa y blanco los cerezos invernales
por poco tiempo florecen.
El perro y yo nos agazapamos junto a nuestro pequeño fuego,
demasiado petrificados por el frío
para cualquier cosa que no sea poemas
y plegarias.
El día más largo
Un frío atardecer despejado en el río
observando la puesta del sol
detrás de las montañas de Connemara
vistas por última vez en invierno.
despacio se hunde,
dorado,
en una paz infinita,
el cielo se vuelve
oscuro carmesí,
púrpura.
Nuestro Señor y Nuestra Señora nos bendicen,
cada pequeña flor,
polilla y piedra,
ahora que la luna creciente se pone
entre los árboles del norte
la más breve buena noche.
Para Alice
Cercana a llena la luna se hunde
detrás un árbol invernal desnudo,
las estrellas brillan fuerte
aquí en Knocknacarra.
Puedo tapar
las luces encendidas toda la noche
en la mansión de al lado
con mis pequeñas manos desnudas.
Metamorfosis
En un sueño
un pimpollo de primavera
se convierte en mariposa.
A la mañana
puedo oírla
respirando,
debo tener cuidado
de no ahogarla,
quemarla,
sofocarla.
Solo puedo vivir
maravillada
junto a ella.
Primero de Diciembre
Diciembre,
niebla helada a las 8 de la mañana,
un pajarito canta.
Más tarde, el humo era azul puro,
apenas un hecho invernal, pienso,
cuando el aire se despeja.
Para estar en silencio
Tengo que recobrar la integridad
ser aquella flaca gata negra callejera,
su frugalidad,
se detiene para agarrar lo que necesita
jamás se queda,
viste viejas botas de terciopelo
que no hacen ruido
alcanza los techos
su dignidad intacta.
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