Juan Manuel Barrado
Huertas de Ánimas, Cáceres 1962
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura. Profesor de Lengua y Literatura, ha impartido talleres de creación literaria y ponencias sobre poesía visual. Pasó cinco años trabajando en el Gran Teatro de Cáceres, de donde le viene esa pasión por la poesía escénica y las músicas. Bajo el epígrafe de poesía experimental no ha dejado de trabajar desde su Improvisación 31 participando en innumerables exposiciones nacionales e internacionales, así como en proyectos individuales como en la galería Dasto de Oviedo, del que se ha publicado un cuidado catálogo, que incluye obra gráfica, poemas objeto y libros objeto. Además del ensayo Diario de un poeta de provincias (1999), ha publicado en prosa La buhardilla del carpintero Zimmer (2002). Ha sido incluido en las antologías: Diez años de Poesía en Extremadura (1985/1995) , Muestra de poesía última, (La Luna), Aldea poética (Ópera prima, Madrid, 2000), Voces del extremo: poesía y conflicto (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2002.)
Su primer libro recoge los poemas escritos desde 1986, el título lo toma del último tramo, escrito en 1993 y que consta de cuatro sonetos amorosos. En el libro alternan los poemas cortos, los experimentales, los metros clásicos y los poemas en prosa, no en vano es recopilación de distintos momentos poéticos del autor. Su concepción poética según él mismo es la de que el poema es ritmo, música, “confluyen en el poema una experiencia de las palabras y una experiencia del silencio. El resto es literatura.” Su afán experimentador está presente desde este primer libro, que no es otra cosa que una búsqueda de la forma poética: sonetos, dípticos, poemas visuales, etc.
El culturalismo forma parte también de su poesía, con referencias al mundo de la música, al mundo actual (Sarajevo) o al mundo de la pintura.
Sus poemas han evolucionado desde un hermetismo inicial hasta un lenguaje más cercano al lector, sin llegar al coloquialismo. Texto azul del café Rocco es un libro mejor estructurado, más centrado en los temas, con un estilo muy estudiado, culto, pero accesible al lector, con algunas experimentaciones y con referencias culturalistas.
En cuanto a su labor en la poesía visual o el libro objeto diremos que es otro camino de expresión que ha dado frutos muy sugerentes en los últimos años. La poesía visual es un movimiento de vanguardia de finales del s. XX (quizá el último), que une imagen y palabra, de manera que el lector también observa, mira. A partir del poema visual el autor quiere transmitir una idea, una reflexión, una crítica o quiere provocar una reacción en el lector/espectador. Juan Manuel Barrado ha buscado la expresión poética por diferentes vías, utilizando la palabra o eliminándola, en distintos soportes y con distintos materiales. Y ello le ha valido el reconocimiento en el ámbito de la poesía visual.
BIBLIOGRAFÍA
Poesía
Cuarteto. ERE, Mérida, 1994.
Texto azul del Café Rocco. Col. Alcazaba, Badajoz, 1997.( XVIII Premio "Ruta de la Plata" de Poesía.)
Suite Celan. Ed. del autor, 2002 .
¿y si te llamara isla?. Col. Alcazaba, Badajoz, 2003.
Fragmentos de cal (El Gaviero).2008
Prosa
La buhardilla del carpintero Zimmer. Mérida, ERE, col. Vinvapervinca, 2002. (Finalista del Premio SIAL de Narrativa, Madrid.)
Del libro: ¿y si te llamara isla?
SENSACIÓN
He conectado el televisor
y he visto tierras de Nueva Guinea.
Palmeras y niños en canoas,
máscaras azules, rituales...
Y ese espacio -hondo y mágico
como un secadero de maíz-
parecía la infancia.
JOSEPH BEUYS DESPIERTA EN CRIMEA
Cómo he llegado hasta aquí, no lo sé.
Antes de que pudiese gritar
mi avión había caído sobre la nieve.
El dolor forma parte del aire,
ésa es una vieja historia.
He conocido el vértigo de Baudelaire,
las hogueras de Goya,
en su soledad amarga.
Ahora observo un paisaje extraño,
muy distinto de Berlín. Los tártaros
me han curado con grasa y cera:
saben que el fieltro es cálido.
No sé ya si recuerdo mi infancia
porque en esta tierra fabulosa,
o he hallado la clave
-llamadlo filosofía, luz-
o he perdido la memoria.
ELLA
No llovía
desde octubre, y mi gata
ronda inquieta los voladizos,
se frota contra las arpilleras
asustada por los relámpagos.
Escucho un disco de Van Morrison,
y en la penumbra recuerdo ahora
aquel foulard verde, la mirada
de quien vuelve de Marvâo.
Traía un libro de Joyce Mansour
y -hermosísima en la tarde-
se quedaba escuchando la lluvia,
después del sexo.
LECTURA DE CATULO
Que la policía jamás escriba
tu nombre, amor mío.
EL NEXO COMÚN
En las llanuras de Palestina
y en los suburbios de Europa
despunta el alba.
La radio,
como un vasto almanaque,
anuncia la desolación: el hambre
inconcebible, la economía de Asia,
crímenes en serie de prostitutas.
Y habrá alguien que recuerde
-salvando la distancia-
el final horrible de Pasolini.
También la imagen de Marilyn
a solas con los barbitúricos,
la agonía del Che, la pobreza,
que forman parte de la mañana
—y antes el gas mostaza, la bomba atómica,
la lluvia ácida sobre las margaritas...—
Del libro: Texto azul del Café Rocco
SARAJEVO
Esto no es una mampara de bastidores.
Ni un idilio en Hiroshima.
Son negras flores que languidecen,
podrían manchar las páginas de un bestiario.
Aurora, aurora terrible de hospitales
donde lloran aquellas muchachas rubias.
Los amigos yacen en el Estadio Olímpico.
Hay quien muere en el puente
y amaba apasionadamente la pintura:
para los francotiradores es cosa menor.
Aquí nadie recuerda al archiduque.
Ni el trineo musical de las montañas.
La misión de nuevo es sortear la herrumbre,
llegar hasta aquel cine en ruinas,
y escribir quizá una última nota:
Te espero en la Calle Lys.
He encontrado rosas y cosméticos.
WOLFGANG AMADEUS MOZART ACEPTA
ABATIDO EL ENCARGO DE UN RÉQUIEM
Una partitura es un tema de escuela.
Un inventario godo por las galerías
con sibilino pánico al castigo,
como espiar el rubor de Constanza
no en la fachada matemática,
más bien en serrallos de días líquidos.
Parecen intersecciones de aquel tiempo:
la simpatía, la lección de la hierba,
mi buen domingo si no llorabas,
mi alegre burla en las definiciones.
Todavía al alba, serenamente,
suena música de cámara, Alteza,
la misma que ocultaba
un mago en espesos bosques,
aunque perdura en los palacios,
y el corazón vuela hacia aquel hogar
como una lágrima en doble fuga
Del libro: Cuarteto
LA LÓGICA DE LOS CONTRARIOS
2001: ODISEA EN EL ESPACIO
No volver a Cabo Kennedy, recordar los violines, acorazarse en la nave espacial, forma parte de nuestra coordenada: con movimiento artificioso, prolongación pura de Copérnico, vamos a la deriva (pedrería de astros) en busca de la clave genética: tu gesto claro, la belleza de Andrónico, bajo un cielo suave, donde el simio atroz empuña el hueso como instrumento.
Cierto que la tristeza, una educación sentimental no ayuda, estamos pálidos ante el abismo: minotauro o computadora asesina atenaza el aire, nuestro lugar exacto, azoramiento cuyo triunfo es rosa o muerte. En lógica de laberinto, conjurad simetrías.
TÉ EN HARTFORD
Por todo elogio exige no la hípica cuanto el deliquio perpetuar el rigor concupiscencia a modo de fanfarria desde un ángulo evidentemente ñoño ha de prescindir con qué industria hasta el suplicio de la oca o profanar el conciso adiós que el abanico etc.
Un amor suntuario como graffiti en la pared no basta abate con lasitud acaso la perfección abaldona si trata de poseer por la línea curva fascinado un decoro de prímulas lo que princesita explaya en el tono amable infiere el no cínico la bacanal o acarrear un alcohol de once mil grados (señor B.)
rabia
alcohol
luz
veneno horizonte
pobreza
avispas
y otra vez pobreza
no mirar en el diccionario
la palabra palestina
¡Excepcional poeta!
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