May Sarton
(1912-1995), fue el seudónimo de Eleanore Marie Sarton, poeta y narradora norteamericana de origen belga, de larga y prolífica trayectoria en el mundo de las letras.
Portadora -según la psiquiatría de su época- de un pernicioso mal que era catalogado con el código 302.00, vivió plenamente y sin desmedro su existencia.
El trabajo de la felicidad
Pensé en la felicidad, en cómo se teje a diario
con el silencio de la casa vacía
y en que no es súbita ni gratuita
sino una creación, como el crecimiento de un árbol.
Nadie lo ve, pero detrás de la corteza
crece otro círculo en anillos que se expanden.
Nadie oyó a la raíz cavar más hondo en lo oscuro,
pero por ese trabajo hacia adentro el árbol se eleva
y sus penachos brillan, y sus hojas destellan.
Así, la felicidad se teje con la paz de las horas
y hunde sus raíces en lo profundo de la casa sola:
en el rincón, el busto antiguo; los frescos pisos encerados,
blancas cortinas que ondulan suave y continuamente
cuando libre se mueve el viento silencioso por el cuarto;
una biblioteca, una mesa y la pared blanqueada—
esos son los dioses de la casa, queridos y familiares,
aquí el trabajo de la fe puede hacerse mejor
y el árbol que crece es musical y verde.
Porque ¿qué es la felicidad sino crecer en paz,
el sentido atemporal del tiempo cuando los muebles
pasaron toda una vida en el mismo lugar
y los viejos sueños, así como el viento al moverse, agitan
las hojas de la felicidad presente?
Nadie ha oído una mente ni escuchado un pensamiento
pero donde alguien vivió en introspección
el aire queda cargado de bendiciones, y bendice;
las ventanas miran a las montañas y las paredes son amables.
*Traducción de Sandra Toro.
QUERIENDO MORIR
A veces
Quiero morir,
Para acabar por fin
Y de una vez con todo:
No hacer mi cama de nuevo,
Nunca responder otra carta
Ni regar las plantas más,
Ninguno de esos esfuerzos
Que todos los días
Debo hacer
Para mantenerme viva.
Pero luego,
No quiero morir.
Las hojas están cambiando
Y tengo que ver
La grana y oro
Un vez más,
Una hoja amarilla
Revoloteando a través
Del aire iluminado por el sol
Una última vez.
(Trad. J. Rondón)
2.
Si puedo dejarte ir como los árboles dejan ir
sus hojas, tan naturalmente, una por una;
si puedo llegar a saber lo que ellos saben,
que la caída es alivio, es consumación,
entonces el miedo al tiempo y a la fruta incierta
no perturbaría los grandes cielos lúcidos,
este otoño extrañísimo, dulce y severo.
Si puedo soportar lo oscuro con los ojos abiertos
y llamarlo estacional, no áspero o extraño
(porque también el amor necesita un tiempo de descanso),
y como un árbol estarme quieta ante los cambios,
perder lo que se pierda para guardar lo que se pueda,
la extraña raíz todavía viva bajo la nieve,
el amor resistirá -si puedo dejarte ir.
de Sonetos de Otoño
(Traducción de Diana Bellessi)
Porque lo que más deseo es permanencia
Porque lo que más deseo es permanencia,
el largo, relajado y continuo flujo
de ríos subterráneos sin sentido,
que alimenta los paisajes áridos con su azul-
poesía, plegaria, o llámala como quieras
que libera el difícil acto del deseo
y hace al mundo entero a la vez eterno y quieto-
concentro mi mente en el trabajo diestro y el oficio,
concentro mi corazón en la amistad, ardua y ligera
contra el feroz parpadeo encendido del azar
y todas las sensaciones abiertas en un atisbo.
Oh azul Atlántida donde los marinos sueñan
a sus muchachas en la espuma y bajo las olas-
me muevo en otro rumbo. No bajaré la vista.
Porque lo que más deseo es permanencia,
lo mejor es enterrar ahora este fuego,
guardar la llama dentro, sin sentido,
donde arden y fluyen los fuegos ocultos y los ríos,
crear un mundo que sea intenso y quieto.
Llego a ti con la mirada franca.
No son horas de fuego sino años de alabanza,
la copa llena hasta el borde, completamente llena,
pero alzada en equilibrio para que ninguna gota se derrame.
(Traducción de Diana Bellessi)
PRIMER AMOR
Esta es la primera nieve blanda
Que llega hasta tu puerta en puntas de pie
Mientras te sentás a coser junto al fuego,
La que se se filtra por una grieta del piso
Cubriéndote de escarcha el pelo.
Esta es la herida que se endurece
Y quema el corazón del ciervo
Acechado por un cazador blanco de luna,
Es la cacería, y el golpeteo enfermo
Y alegre de unos pies con miedo.
Esta es la desesperación crujiendo
tendida junto a la médula---
Caída del aire
como escarcha sobre el hueso
frágil de un gorrión muerto.
Este es el amor que va a aferrarse
a tu mente como un salvaje
para a hacer su voluntad,
Esta, la desesperación, y un cazador
ciego que nunca vas a atrapar.
NO DEJES VENIR NINGÚN VIENTO
Encontraste palabras para esto y lo llamaste amor:
Pero cuando tu mejilla estaba contra la mía como una
hoja con otra, no era amor;
Y cuando cedí a vos, no fue
Por amor. Desde lo más profundo de la mente
Llegó, tan suave como un árbol que florece,
Una luz como pétalos cayendo en lo ciego--
Vi la vida crecer en mí y plegarse.
Y ahora tengo un cuerpo que nadie tuvo,
Y ahora tengo un corazón que antes tuvo
Solamente el ala de una polilla en el hueso,
Solamente el corazón de una polilla que latía en el centro.
No es menos que el amor que ví abrirse como una
Flor en tu beso-- no es menos.
CUANDO UNA MUJER SE SIENTA SOLA
"Cuando una mujer se sienta sola, cuando la sala
Esté llena de demonios," dice la tribu
Nootka, "ahí estará La Anciana."
Ella viene a mi atravesando miles de kilómetros
¿Y qué tiene para decirme, a mí, la atribulada
"Por los fantasmas de la noche"?
¿De veras está acá?
¿Cuál es la palabra que salva desde tan hondo en el pasado
Desde tan hondo como la raíz antigua de la secoya,
Desde tan hondo como el lecho primero del océano,
Desde tan hondo como un corazón de mujer de nuevo en flor
Después de un nacimiento o una muerte difícil?
Aquí bajo el impacto del amor, me abro
A vos, espíritu Primero, una con la ola y con la piedra,
Una con los sobrevivientes de la inundación y del fuego,
Que un millón de veces reconstruyeron su casa,
Que perdieron a sus hijos y los volvieron a dar a luz.
Las palabras que escucho son fuerza, risa, entereza.
Te encuentro, Anciana, en lo más hondo de mí.
Ahí, en las raíces de la fertilidad,
Mundo sin fin, como cuenta la leyenda.
Debajo de las palabras vos sos mi silencio.
¿QUIÉN DESPIERTA?
¿Quién despierta ahora, que antes dormía ciega?
¿Quién se levanta de su cama con los ojos brillantes de furia?
Yo. Yo, la ciudadana común. No puedo dormir.
Guardo el fuego torturante en mi cabeza.
Yo, una norteamericana, grito el nombre del Negro muerto,
Y en el calor de la noche en la ciudad
Camino sola por la calle y sudo de vergüenza.
Demasiado tarde para levantarse. Para levantar a los muertos, demasiado tarde.
Esta es la cosecha. Las semillas sembradas hace tiempo -
La palabra negligente, el pensamiento malicioso, la mirada permisiva.
Ahora recojo todo lo que dejé pasar, lo que dejé ir.
Esta es la cosecha de mi propia indiferencia.
Yo, la ciudadana común, hice crecer el desorden
en mi mundo. No era mi intención.
Pero los sueños y las imágenes son poderosos y pueden matar.
Estoy de pie, acusada por ellos. Y no soy inocente.
¿Ahora podré plantar imaginación, honestidad,
amor, donde se desataron el terror y la violencia?
¿Las imágenes de la esperanza, la responsabilidad del sueño?
Aquellos que murieron aquí fueron asesinados en mi mente.
TRES DE AGOSTO
Estos días
Levantándome a mí misma
Como un enorme peso,
Camello viejo de rodillas,
Pienso en mi madre
Yen la llama inextinguible
Que la mantuvo con vida
Hasta su muerte.
Ella sabía todo sobre la fatiga
Y cómo hacerla a un lado
Para recoger las lilas
A la mañana temprano,
Igual que se la hace a un lado
Por un amigo que nos necesita,
Por un gato con hambre.
Madre, quedate conmigo.
Hoy en tu cumpleaños
Soy más vieja que vos
Al morir
Hace treinta y cinco años.
Pensándote
Este camello viejo se pone de rodillas,
Se para,
Avanza lentamente
hacia un día nuevo.
Si algo me enseñaste
Fue a no fallarle nunca a la vida.
FELICIDAD
En mitad de la noche,
Mi cuarto lavado por la luz de la luna
Y afuera
El rumor sordo
De la marea que baja,
Veo a Venus
Cerca
De la luna menguante.
Escucho el ulular de una lechuza
juguetona, que burbujea.
El ronroneo de Pierrot
Vibra bajo mi mano,
Y todo eso bañado
En el perfume a rosas
junto a mi cama
Donde siempre hay
Libros y flores.
En mitad de la noche,
¡La felicidad de estar viva!
ENCUENTRO EN ABRIL
Nos encontramos silenciosamente, como dos ciervos-
Con los cuernos, erguidos y leves, todavía de terciopelo
La piel de seda, los grandes ojos de ámbar,
Por la luz del otro, sorprendidos y ciegos.
Nos quedamos quietos, juntos, frente a frente,
Sin temblar, sin saber, lejos del amor,
Hechizados nada más que por la gracia mutua,
Sin movernos - oh, no queríamos movernos.
Nos quedamos muy quietos, como dos ciervos en el bosque,
Reconociendo un silencio salvaje y exquisito,
La sangre de mercurio helada, hecha un cristal,
El corazón feroz y transparente como un niño.
Nos encontramos silenciosamente, con gran asombro,
Sin soñar este amor-relámpago, este trueno.
"Ninguna primavera es eterna, ni siquiera ésta"
Dijiste anoche, y sos sabio, querido.
El placer delicado de ese primer beso
Volará de nuestro corazón con el último estornino;
La dulzura de tu boca en mi boca
Es tan sutil como la lluvia sobre los pétalos.
Vos, que ahora sos mi sur y mi trópico,
Vas a volverte frío antes que llegue el ruiseñor --
Mi corazón lo sabe-- no tenés que advertírmelo.
El temple feroz de este gozo está hendido;
La misma brevedad, demasiado afilada, me ha partido.
AHORA ME CONVIERTO EN MÍ
Ahora me convierto en mí. Está
llevando tiempo, muchos años y lugares;
Me disolvieron y agitaron,
Usé la cara de otra gente,
Corrí como loca, como si el Tiempo estuviera ahí,
Tremendamente viejo, gritando su advertencia,
"Apurate, o te vas a morir antes de-"
(¿Qué? ¿Antes de alcanzar la mañana?
¿Antes de que esté claro el final del poema?
¿O de amar a resguardo entre los muros de la ciudad?)
Ahora a quedarme quieta, estar ahí,
¡Sentir mi porpio peso y densidad!
La sombra negra en el papel
Es mi mano; la sombra de una palabra
Mientras el pensamiento da forma a quien la forma
Cae pesadamente sobre la página, se deja oír.
Ahora todo se funde, ocupa su lugar
Del deseo a la acción, de la palabra al silencio,
Mi trabajo, mi amor, mi cara, mi tiempo
Reunidos en el gesto intenso
De crecer como una planta.
Despacio como fruta que madura
Fértil, se separa y siempre se agota
Y cae pero no agota a la raíz,
Así es el poema, puede dar,
Crece en mí para volverse el canto,
Hecho para y por el amor.
Ahora hay tiempo y Tiempo es joven.
Oh, en esta sola hora vivo
Toda yo y no me muevo.
Yo, la perseguida, que corría como loca,
Me quedo quieta, quieta y detengo al sol!
QUERER MORIR
A veces
Quiero morirme
Para acabar con todo
De una vez,
No volver a hacer mi cama nunca,
No contestar otra carta nunca
Ni regar las plantas,
Ningún esfuerzo
De esos que hay que hacer
Todos los días
Para seguir viva.
Pero después
No me quiero morir.
Las hojas cambian
Y tengo que ver
El rojo y el dorado
Una vez más,
Una sola hoja amarilla
Cayendo
Bajo el sol
Por última vez.
(Versiones en castellano de Sandra Toro)
Autumn Sonnet
If I can let you go as trees let go
Their leaves, so casually, one by one,
If I can come to know what they do know,
That fall is the release, the consummation,
Then fear of time and the uncertain fruit
Would not distemper the great lucid skies
This strangest autumn, mellow and acute.
If I can take the dark with open eyes
And call it seasonal, not harsh or strange
(For love itself may need a time of sleep),
And, treelike, stand unmoved before the change,
Lose what I lose to keep what I can keep,
The strong root still alive under the snow,
Love will endure — if I can let you go.
First Love
This is the first soft snow
That tiptoes up to your door
As you sit by the fire and sew,
That sifts through a crack in the floor
And covers your hair with hoar.
This is the stiffening wound
Burning the heart of a deer
Chased by a moon-white hound.
This is the hunt, and the queer
Sick beating of feet that fear.
This is the crisp despair
Lying close to the marrow,
Fallen out of the air
Like frost on the narrow
Bone of a shot sparrow.
This is the love that will seize
Savagely onto your mind
And do whatever he please;
This the despair, and a snow-blind
Hound you will never bind.
Let No Wind Come
You had found words for this and called it love:
But when your cheek lay against mine like one
Leaf on another leaf, it was no love;
And when I bent to you, it was done
For love. Froom deeper in the rooted mind
There came as softly on the blind--
I saw life grow and fold itself in me.
And now I have a body who had none,
And now I have a heart who had before
Only a moth's wing lyind at the bone,
Only a moth's heart beating at the core.
It is not less than love that at your kiss
I saw a flower unfold-- it is not less.
When a Woman Feels Alone
‘When a woman feels alone, when the room
is full of daemons,” the Nootka tribe
Tells us, ‘The Old Woman will be there.”
She has come to me over three thousand miles
And what does she have to tell me, troubled
“by phantoms in the night”?
Is she really here?
What is the saving word from so deep in the past.
From as deep as the ancient root of the redwood,
From as deep as the primal bed of the ocean,
From as deep as a woman’s heart sprung open
Again through a hard birth or a hard death?
Here under the shock of love, I am open
To you, Primal spirit, one with rock and wave,
One with survivors of flood and fire,
Who have rebuilt their homes a million times,
Who have lost their children and borne them again.
The words I hear are strength, laughter, endurance.
Old Woman I meet you deep inside myself.
There in the rootbed of fertility,
World without end, as the legend tells it.
Under the words you are my silence.
Who Wakes?
Who wakes now who lay blind with sleep?
Who starts bright-eyed with anger from his bed?
I do. I, the plain citizen. I cannot sleep.
I hold the torturing fire in my head.
I, an American, call the dead Negro’s name,
And in the hot dark of the city night
I walk the streets alone and sweat with shame.
Too late to rise, to raise the dead too late.
This is the harvest. The seeds sown long ago -
The careless word, sly thought, excusing glance.
I reap now everything I let pass, let go.
This is the harvest of my own indifference.
I, the plain citizen, have grown disorder
In my own world. It is not what I meant.
But dreams and images are potent and can murder.
I stand accused of them. I am not innocent.
Can I now plant imagination, honesty,
And love, where violence and terror were unbound -
The images of hope, the dream’s responsibility?
Those who died here were murdered in my mind.
August Third
These days
Lifting mysel up
Like a heavy weight,
Old camel getting to her knees,
I think of my mother
And the inexhaustible flame
That kept her alive
Until she died.
She knew all about fatigue
And how one pushes it aside
For staking up the lilies
Early in the morning,
The way one pushes it aside
For a friend in need,
For a hungry cat.
Mother, be with me.
Today on your birthday
I am older than you were
When you died
Thirty-five years ago.
Thinking of you
The old camel gets to her knees,
Stands up,
Moves forward slowly
Into the new day.
If you taught me one thing
It was neverto fail life.
Bliss
In the middle of the night,
My bedroom washed in moonlight
And outside
The faint hush-hushing
Of an ebbing tide,
I see Venus
Close to
The waning moon.
I hear the bubbling hoot
Of a playful owl.
Pierrot's purrs
Ripple under my hand,
And all this is bathed
In the scent of roses
By my bed
Where there are always
Books and flowers.
In the middle of the night,
The bliss of being alive!
Encounter in April
We came together softly, like two deer--
Theri horns in velvet still, erect and slight,
Their fur like silk, their large eyes amber-clear,
Startled and dazzled in each other's light.
We stood quite still together face to face,
Untrembling, unaware, remote from love,
Beguiled there simply by each other's grace,
Not moving- oh, we did not want to move.
We stood quite still, like two deer in a wood,
Knowing a silence exquisite and wild,
Chilled into crystal the mercurial blood,
The heart fierce and transparent as a child.
We came together softly in great wonder,
Not dreaming of this lightning-love, this thunder.
"No spring can be eternal, nor can this,"
You said last night, and you are wise, my darling.
The delicate delight of that first kiss
Will fly out of our hearts with the last starling;
The sweetness of your mouth upon my mouth
Is evanescent as clear rain on petal.
You who are now my tropic and my south
Will have turned cold before the robins settle--
I know it all by heart -- you need not warn me.
The fiery temper of this joy es cleft;
The very briefness has too sharply torn me.
Now I Become Myself
Now I become myself. It's taken
Time, many years and places;
I have been dissolved and shaken,
Worn other people's faces,
Run madly, as if Time were there,
Terribly old, crying a warning,
"Hurry, you will be dead before--"
(What? Before you reach the morning?
Or the end of the poem is clear?
Or love safe in the walled city?)
Now to stand still, to be here,
Feel my own weight and density!
The black shadow on the paper
Is my hand; the shadow of a word
As thought shapes the shaper-
Falls heavy on the page, is heard.
All fuses now, falls into place
From wish to action, word to silence,
My work, my love, my time, my face
Gathered into one intense
Gesture of growing like a plant.
As slowly as the ripening fruit
Fertile, detached, and always spent,
Falls but does not exhaust the root,
So all the poem is, can give,
Grows in me to become the song,
Made so and rooted by love.
Now there is time and Time is young.
O, in this single hour I live
All of myself and do not move.
I, the pursued, who madly ran,
Stand still, stand still, and stop the sun!
Wanting To Die
Sometimes
I want to die,
To be done with it all
At last,
Never make my bed again,
Never answer another letter
Or water the plants,
None of those efforts
I must make
Every day
To keep alive.
But then
I do not want to die.
The leaves are turning
And I must see
The scarlet and gold
One more time,
A single yellow leaf
Tumbling through
The sunlit air
One last time.
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