Vittorio Sereni
(Nació en Luino, 27 JULIO 1913 – Murió en Milano, 10 FEBRERO 1983) es un escritor y poeta italiano.
Poesía
Frontiera, Edizione di Corrente, Milano 1941 (II ed. accresciuta col titolo Poesie, Vallecchi, Firenze 1942
Diario d'Algeria, Vallecchi, Firenze 1944 (poi Milano 1965)
Una polvere d'anni di Milano, Maestri, Milano 1954 (con tre disegni di Attilio Rossi)
Non sanno d'essere morti, San Rafael 1955
Frammenti di una sconfitta-Diario bolognese, Scheiwiller, Milano 1957 (con una acquaforte di Franco Gentilini, 130 esemplari)
Appuntamento a ora insolita, a cura di Vanni Scheiwiller, Allegretti di Campi, Milano 1964
Gli strumenti umani, Einaudi, Torino 1965; nuova ed. ivi 1975
Lavori in corso, Scheiwiller, Milano 1965 (poi Luxembourg 1970)
Dodici poesie, Sommaruga, Verona 1966 (con un'acquaforte di Pio Semenghini, 125 esemplari)
La guerra girata altrove, Editiones Dominicae, Verona 1969
Addio Lugano bella, Edizioni dell'Upupa, Firenze 1971 (con sei serigrafie di Ernesto Treccani)
Da tanto mare, Galleria L'incontro, Milano 1971 (con due litografie di Gianni Dova)
Sei poesie, ivi 1972
Poesie scelte (1935-1965), a cura di Lanfranco Caretti, Mondadori, Milano 1973
Toronto sabato sera (con Fantasie di Kodra), Edizioni per la Galleria Rizzardi, Milano 1973
Un posto di vacanza, Scheiwiller, Milano 1974
A Venezia con Biasion, Edizioni Ca' Spinello, Urbino 1975 (con sei acqueforti di Renzo Biasion)
Tre poesie per Niccolò Gallo, edizioni Galleria Pananti, Firenze 1977 (con nove cartegialle di Mario Marcucci, 350 esemplari)
Nell'estate padana, La Spirale, Milano 1978 (con tre acquetinte di Enrico Della Torre, 90 esemplari)
Rapsodia breve (con introduzione di Lento Goffi), Il Farfengo, Brescia 1979
Stella variabile, con litografie di Ruggero Savinio, Amici del libro, Verona 1979; Garzanti, Milano 1981; ivi 1982
Tutte le poesie a cura di Maria Teresa Sereni, con prefazione di Dante Isella, Garzanti, Milano 1986
Il grande amico. Poesie 1935-1981, (introduzione di Gilberto Lonardi, commento di Luca Lenzini), Rizzoli, Milano 1990
Poesie. Un'antologia per la scuola, a cura di Dante Isella e Clelia Martignoni, Nastro & Nastro, Luino 1993
Poesie, edizione critica a cura di Dante Isella, Mondadori, Milano 1995
Ciudad nocturna
En el tren militar que te bordea
tan lentamente, tembloroso
me tiendo a tus siniestros resplandores
en un aliento de árboles.
Mientras duermes y hay alguien,
quizá, que muere en lo alto de los cuartos,
y tú te alejas con un rostro
detrás de cada vidrio
—tú misma un rostro, un rostro solo
que por siempre se cierra.
*
Es la primera noche
de Atenas, es un largo adiós
de trenes que atraviesan tus suburbios
con su carga de angustia en la penumbra.
Como el dolor de un duelo
he dejado el verano en cada curva
y el mañana es un mar, es un desierto
sin estaciones ya... Europa,
Europa que me miras
inerme, absorto, con mi frágil mito
bajar entre las filas de las bestias,
un hijo tuyo en fuga
soy, que no sabe de más enemigo
que la propia tristeza, o una ternura
renacida, de lagos y de frondas
tras los pasos perdidos: me encamino
envuelto en polvo y sol a condenarme,
a hundirme durante años en las dunas.
`*
Ya nada sabe, alto sobre las alas,
el primer caído de bruces sobre la playa normanda.
Alguien, por eso, anoche
me tocaba en el hombro murmurando
que una oración dijera por Europa
mientras la Nueva Armada se acercaba
a la costa de Francia.
He respondido en sueños: —Es el viento,
el viento con sus músicas extrañas.
Pero si es cierto que eres
el primer caído de bruces sobre la playa normanda
reza tú, si es que puedes, yo estoy muerto
así en la paz como en la guerra.
Hoy la música es esta:
las lonas que golpean en los postes.
No es música de ángeles,
pero es mi sola música, y me basta.
Campo Hospital 127, junio de 1944
Saba *
Gorra pipa bastón, apagados
objetos de un recuerdo.
Pero yo los vi animados por un
peregrino en una Italia de escombro y polvo.
Siempre de sí mismo hablaba pero como él a ninguno
he conocido que de sí hablando
y a otros vida en el hablar pidiendo
otra tanta y más le diese
a quien quisiera escucharlo.
Y un día, un día o dos después del 18
de abril ** lo vi errar de plaza en plaza
y de café en café en Milán
perseguido por la radio.
"Puerca -vociferando- puerca". Lo miraba
estupefacta la gente.
Se lo decía a Italia. De rabia, como a una mujer
que sabiéndolo o no de muerte nos ha herido.
Poesie, Mondadori, Milán 1995
L'opera poetica di Vittorio Sereni, Francesca D'Alessandro, Universitâ Cattolica del Sacro Cuore, Milán, 2001
Vía Irene Gruss
Versión de Jorge Aulicino
* Umberto Saba, poeta (Trieste, Italia, 1883-Gorizia, Italia, 1957)
** El 18 de abril de 1948, tres años después de terminada la guerra, la Democracia Cristiana obtuvo la mayoría relativa en las elecciones para las dos Cámaras. El triunfante Alcide de Gasperi promovió desde entonces la exclusión sistemática del Partido Comunista, segunda fuerza electoral, de cualquier gobierno (en Italia rige el sistema parlamentario para la designación del gabinete de ministros). El veto se rompió a comienzos de los 70. Por otra parte, el triunfo de la DC significó la consolidación de Italia en el bloque "occidental" en el comienzo de la Guerra Fría. Sereni aclaró -cita Francesca D'Alessandro en su trabajo sobre la poesía de Sereni- que Saba de hecho no era filo-comunista, sino que más bien reaccionaba ante cierre de una oportunidad de cambio abierta por la Resistencia y clausurada por el fortalecimiento de la hegemonía democristiana.
Saba
Berretto pipa bastone, gli spenti
oggetti di un ricordo.
Ma io li vidi animati indosso a uno
ramingo in un'Italia di macerie e di polvere.
Sempre di sè parlava ma come lui nessuno
ho conosciuto che di sè parlando
e ad altri vita chiedendo nel parlare
altrettanto e tanta più ne desse
a chi stava ad ascoltarlo.
E un giorno, un giorno o due dopo il 18 aprile,
lo vidi errare da una piazza all'altra
dall'uno all'altro caffè di Milano
inseguito dalla radio.
"Porca – vociferando – porca." Lo guardava
stupefatta la gente.
Lo diceva all'Italia. Di schianto, come a una donna
che ignara o no a morte ci ha ferito.
Poetas en la Via Brera: dos épocas
Es necesario un siglo o casi
-fulguraba Ungaretti en los umbrales
de la Galería Apollinaire-
es necesaria toda la fatiga todo el mal
toda la sangre corrompida
toda la sangre límpida
de un siglo para hacer a uno...
(Y mientras tanto
por la otra vereda
de dos en dos tomándose del brazo
de dos en dos odiándose en gorjeos
de recíproco amor
seis desfilaban. Seis).
de Tutte le poesie, Mondadori, 1981, en Il Nuovo, Vecchio Stil. Hoja de Poesía Italiana N° 21. Versión de Pablo Anadón, Córdoba, Argentina, 1988
Poeti in Via Brera: due età
Ci vuole un secolo o quasi
-flammeggiava Ungaretti sulla porta
della Galleria Apollinaire-
ci vuole tutta la fatica tutto il male
tutto il sangue marcio
tutto il sangue limpido
di un secolo per fare uno...
(Frattanto
sul marciapiede di fronte
a due a due sottobraccio tenendosi
a due a due odiandosi in gorgheggi
di riciproco amore
sei ne sfilavano. Sei).
Terraza
Repentina nos toma la noche.
Ya no sabes
dónde el lago termina;
solamente un murmullo
roza nuestra vida
bajo una terraza colgante.
Estamos todos suspendidos
de un tácito evento esta noche
dentro de aquel rayo de torpedera
que nos escruta luego gira se va.
Frontiera, 1941
Versión de J. Aulicino
Terrazza
Improvvisa ci coglie la sera.
Più non sai
dove il lago finisca;
un murmure soltanto
sfiora la nostra vita
sotto una pensile terrazza.
Siamo tutti sospesi
a un tacito evento questa sera
entro quel raggio de torpediniera
che ci scruta poi gira se ne va.
Cita a hora insólita
La ciudad - me digo - donde la sombra
es casi más deliciosa que la luz
cuando brilla renovada en la mañana ...
"... seca el temporal de esta noche - ríe
mi alegría vuelta a mi lado
después de un corto alejamiento.
"Seca al sol sus contradicciones"
- torvo, ya al punto de creer, replico.
Pero la forma, la imagen, el semblante
- de ángel habrías dicho en otros tiempos -
resurgió a mi lado en la vidriera:
"Querido - me escarnece abiertamente - querido,
con esa cara de vacaciones. Y piensas
en la ciudad socialista".
Ha vencido. Y ya me suelto: "No
llegaré a verla", le respondo.
(No estaremos
juntos, debería decir). "Pero es justo;
haces bien en no tomar nota de estas cosas,
si las digo por odio hacia alguien
o rabia por algo. Pero cree en la otra
cosa que se abre paso en mí de tanto en tanto,
que incluye a las otras y las hace espléndidas,
rara como esta mañana de septiembre...
justo, entre tú y yo, me hablaba a mí mismo:
de la alegría".
Se me cuelga del brazo.
"No es verdad que sea rara - me corrijo-: está;
se lleva como una herida
por las calles deslumbrantes. Es
esta hora de septiembre reprimida en mí
durante todo un año, es la zorra robada que el chico
guardaba bajo la ropa y le desgarraba las costillas,
un arma llevada por abuso, fuera
del breve sueño de unas vacaciones.
Podría
con ella matar, con la sola alegría..."
¿Pero dónde estás, donde te has metido?
"Es esto lo que pienso si alguien
me habla de revolución",
digo a la vidriera que vuelve a estar desierta.
de Gli strumenti umani (1965). Versión de J. Aulicino.
Appuntamento a ora insolita
La città — mi dico — dove l'ombra/quasi più deliziosa è della luce/come sfavilla tutta nuova al mattino.../ «...asciuga il temporale di stanotte» — ride /la mia gioia tornata accanto a me/ dopo un breve distacco./«Asciuga al sole le sue contraddizioni»/ — torvo, già sul punto di credere, ribatto./Ma la forma l'immagine il sembiante /— d'angelo avrei detto in altri tempi —/risorto accanto a me nella vetrina:/«Caro — mi dileggia apertamente — caro,/con quella faccia di vacanza. E pensi /alla città socialista?»./ Ha vinto. E già mi sciolgo: «Non/arriverò a vederla» le rispondo./(Non saremo/più insieme, dovrei dire). «Ma è giusto,/fai bene a non badarmi se dico queste cose,/se le dico per odio di qualcuno/o rabbia per qualcosa. Ma credi all'altra /cosa che si fa strada in me di tanto in tanto /che in sé le altre include e le fa splendide,/rara come questa mattina di settembre.../ giusto di te tra me e me parlavo:/della gioia». / Mi prende sottobraccio./ «Non è vero che è rara, — mi correggo — c'è,/la si porta come una ferita/ per le strade abbaglianti. È/ quest'ora di settembre in me repressa/ per tutto un anno, è la volpe rubata che il ragazzo/ celava sotto i panni e il fianco gli straziava,/ un'arma che si reca con abuso, fuori/dal breve sogno di una vacanza./ Potrei/con questa uccidere, con la sola gioia...»//Ma dove sei, dove ti sei mai persa?// «E' a questo che penso se qualcuno/mi parla di rivoluzione»/dico alla vetrina ritornata deserta.
Ya no sabe nada…
Ya no sabe nada, alto con sus alas
el primero que cayó de boca en la playa normanda.
Por él alguno esta noche
me tocaba la espalda murmurando
que rogara por Europa
mientras la Nueva Armada
se presentaba ante la costa de Francia.
He respondido en el sueño: Es el viento,
el viento que hace músicas extrañas.
Pero si tú fueses de veras
el primero que cayó de boca en la playa normanda
ruega tú si puedes, yo estoy muerto
en guerra y paz.
Esta es la música ahora:
la de las lonas que golpean los palos.
No es música de ángeles, es la mía,
sólo música y me basta.
de Diario d'Algeria (1947)*
Esos chicos que juegan
un día perdonarán
si prestamente nos quitamos del medio.
Perdonarán. Un día.
Pero la distorsión del tiempo,
el curso de la vida desviado tras pistas falsas,
la hemorragia de los días
por la abertura del entendimiento corrompido:
eso no, no lo perdonarán.
No se perdona a una mujer un amor mentiroso,
el ameno paisaje de agua y hojas
que se desgarra develando
raíces putrefactas, miasma negra.
"En el amor no existen los pecados",
se enfurecía un poeta en los años tardíos,
"existen solamente pecados contra el amor".
Y ésos no, no los perdonarán.
La playa
Se fueron todos-
parloteaba la voz en el auricular.
Y luego, sabido, -No regresarán-.
Pero hoy
en este tramo de playa nunca visitado
esas manchas solares... ¿Señales
de que los que se fueron no lo hicieron del todo?
Y callan al darte vuelta, como si nada.
Los muertos no son los que día
a día se extinguen sino aquellas
manchas de insistencia, cal o ceniza
prontas a hacerse movimiento y luz.
No
dudes - me inviste de su fuerza el mar -
hablarán.
de Gli strumenti umani (1965)
Versiones de J. Aulicino
*Desde Grecia, el regimiento en el que servía Sereni fue transferido a Sicilia, donde el poeta fue capturado por los norteamericanos el 24 de julio de 1943. Pasó por diversos campos de concentración en Africa septentrional (Orán, Casablanca, Sainte Barbe du Thélat, Sidi Chamani) y de esta experiencia surgió su segundo libro, “Diario de Argelia”, que fue publicado en 1947.
El País, Madrid
Sereni en un Analisi del Novecento
Contexto: Produzione poetica italiana dopo il 45
Non sa più nulla…
Non sa più nulla, è alto sulle ali /il primo caduto bocconi sulla spiaggia normanna. /Per questo qualcuno stanotte /mi toccava la spalla mormorando /di pregar per l'Europa /mentre la Nuova Armada /si presentava alle coste di Francia. //Ho risposto nel sonno: - E' il vento, /il vento che fa musiche bizzarre. /Ma se tu fossi davvero /il primo caduto bocconi sulla spiaggia normanna /prega tu se lo puoi, io sono morto /alla guerra e alla pace. /Questa è la musica ora: /delle tende che sbattono sui pali. /Non è musica d'angeli, è la mia/sola musica e mi basta.
Quei bambini che giocano
un giorno perdoneranno /se presto ci togliamo di mezzo. /Perdoneranno. Un giorno./Ma la distorsione del tempo /il corso della vita deviato su false piste /l'emorragia dei giorni /dal varco del corrotto intendimento:/questo no, non lo perdoneranno. /Non si perdona a una donna un amore bugiardo, /l'ameno paesaggio d'acque e foglie /che si squarcia svelando /radici putrefatte, melma nera. / “D'amore non esistono peccati”, /s'infuriava un poeta ai tardi anni, / “esistono soltanto peccati contro l'amore". /E questi no, non li perdoneranno.
La spiaggia
Sono andati via tutti - /blaterava la voce dentro il ricevitore. /E poi, saputa, - Non torneranno più -. //Ma oggi /su questo tratto di spiaggia mai prima visitato /quelle toppe solari... Segnali/ di loro che partiti non erano affatto?/E zitti quelli al tuo voltarti, come niente fosse. // I morti non è quel che di giorno / in giorno va sprecato, ma quelle / toppe d'inesistenza, calce o cenere /pronte a farsi movimento e luce. /Non /dubitare, - m'investe della sua forza il mare -/parleranno.
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