Cristina Kuneva
Cristina Kuneva naciό el 22 de septiembre, en el año 1989, en la ciudad de Stara Zagora, Bulgaria. Estudiό en la Universidad de economía, Varna, especialidad ¨Relaciones internacionales¨. Trabaja como redactora en un portal de literatura y publica poesía en diferentes ediciones literarios.
Miembro del Movimiento Poetas del Mundo.
OJO DEL HURACÁN
Busco el ojo del huracán
donde pueda construir una casa
y en la tarde derramar mi té
hasta que mis pensamientos giren en plié
y todos en el mundo bailen juntos.
Él guiñará el ojo a alguien
y yo dormiré bajo su párpado
como un grano de polvo
pequeño - pequeñito
que no deseará llorar
solo reír.
Cogeré una de sus cuerdas vocales
y me columpiaré
en el día diecinueve
exacto
en cada plenilunio
cuando los labios maduran
y las rodillas ruedan
como soles redondos
hasta la suavidad de nuestras almas.
El mecimiento convertirá el canto
en risa
cuando comience a vivir
en el ojo de huracán.
SERÁ
Él será mágico
sentados alrededor de la mesa
cenaremos
su luz caliente cubrirá)
los platos,
la comida,)
también mi ser)
irá del calor hasta el frío
y del frío al calor.
Regresará
sí
el regresará para no irse más
porque será para la gente hogar de sueños
y cosas cumplidas.
Cenaremos y todo lo inaceptable
se derretirá
de él brotará música
que correrá desde el centro de la mesa
hasta nuestros corazones.
Cuando lo ame seré silenciosa
hablaré por escrito
para tocar sus dedos
contemplaré
como las riendas del amanecer
se balancean por el viento
viniendo en su pelo
Dormiremos abrazados
y seremos parte del futuro
en cada dimensión.
Seremos canción y alba
llegando de nuevo a nosotros mismos
seremos el mañana)
de las cosas efímeras
y nuestra casa olerá a lluvia
y panecitos de hierbas.
Saldremos para pasearnos
solos entre las estrellas libres
las colgaremos
detrás de las orejas
reflectando elegantemente
nuestro amor.
ROTO
te leeré al revés
y viviremos en un refugio
de prespapie
colgaremos los faroles chinos
y por la noche
cuando se apague la lámpara
en el cielo desnudo
bajo la cobija
serás la aorta descarnada
abasteciendo mis pensamientos con...
¡Apaga los faroles de prisa!
¡Grieta!
Se están rompiendo los prespapies
rociando nuestras cabezas
con blancos copos de nieve
y nosotros desnudos
mojados todavía desde las entrañas
de mi imaginación desviada
por primera vez
sentiremos dolor
caídos de la cama
directamente sobre la tierra dura,
la que está dura (eliminaría esta frase)
entonces me enojaré
y llenaré mi vientre con ella
para poder tenerla por poco tiempo
y tú – ahórcate con mis cabellos
ojala renazcas el domingo
yo dormiré en tus ojos
roto
con un trozo de nubes
en mi cabeza.
POR UN OCÉANO Y DOS BIBLIOTECAS
Sabes, Pier,
crié solo
para ser tu ilusión.
En realidad yo nunca
pero nunca en esta vida
he poseído sangre de dama noble
nunca encontré el alba
en la orilla del río Gana
y nunca envié una balsa encendida
allí
No conozco el olor del mañana
después de la noche
en la que las almas se van.
Apenas me cruzo siempre
con icebergs chilenos
y solo por la madrugada sueño
rompiendo un pedazo de hielo
de tres mil años
lo que puede pasar algunos ratos
conmigo
en el agua del grifo
de la que tomo cada día
cenando
para poder circular
por un solo momento
por mis venas
Yo nunca fui bajo la piel
de ningún gurú indio
para quien la gente llora
por éxtasis y veneración
cuando siente el soplo del aire
de su coche Rolls Royce
pasando tan cerca
No soy ninguna noticia
extraordinaria
a lo mejor nadie me va a citar algún día
por ser silenciosa
y mi sufrimiento no es más grande
que el techo derrumbado
de una biblioteca en mi ciudad
donde vivo separada de ti
por culpa de la Biblioteca del congreso
Soy una ilusión
te lo digo
como si no fuera
apenas toco tu existencia
me siento tan ligera
y es poco posible
trasladar
un grano de polvo
de las dunas de arena
de los desiertos africanos
y el viento Siroco
no va a notar
de qué modo me podría soplar
luego voy a brincar
junto a los tambores de Marocco
voy a temblar
sobre la piel extendida
del ritmo,
voy a vibrar con todo mi cuerpo)
en una canción
de los techos aún no construidos)
y tambores
de mi biblioteca natal
Traducciόn: Violeta Boncheva
No hay comentarios:
Publicar un comentario