Carlos Cumpián
(Estados Unidos, 1953)
Nació y se crió en Texas, y ahora vive en Chicago.
Carlos Cumpián es un autor favorito entre los chicanos/chicanas en los Estados Unidos. También ha sido un ávido promotor de la literatura chicana y ha presentado al ambiente literario autores como Sandra Cisneros, Frank Varela, Carlos Cortez, Trinidad Sánchez y Brenda Cárdenas, entre otros, a través de la editorial independiente March Abrazo Press. March Abrazo Press tiene ya más de veinticinco años de apoyar a escritores chicanos desde la ciudad de Chicago, IL. Cumpián es considerado un pionero y activista cultural en los Estados Unidos y, como muchos promotores culturales, ha dejado de lado sus propias publicaciones.
La poesía de Carlos es de comentario social. No pierde la oportunidad para reflexionar sobre asuntos migratorios, incidentes raciales, laborales o la historia de los chicanos/as. Cumpián está siempre del lado de los trabajadores de las fábricas o de las empacadoras de carne tan comunes en la parte central de Estados Unidos. Son agudas las observaciones y críticas a través de su poesía de las largas horas de trabajo mal pagadas en el Chicago que no vemos tan fácilmente cuando visitamos como turistas. Es la historia de los menos afortunados la que Cumpián registra, casi como cronista, en su poesía.
Validar la historia de los chicanos/as es algo fundamental en Cumpián. Le interesa recuperar conceptos indígenas e incorporarlos en sus versos. Aztlán, el mítico lugar de donde son originalmente los chicanos, se identifica en varios de sus poemas. A veces de manera irónica crea pequeñas historias para enseñar lo que los libros de historia oficial no nos cuentan, como en su poema, “Cuento”, donde quiere hablar por teléfono desde una caseta telefónica con Aztlán. Carlos es un educador nato y como tal tiene la virtud de sintetizar grandes cantidades de información, digerirla y presentarla de manera sencilla a los estudiantes y, en el caso de su poesía, a los lectores. Trata temas, como mencioné antes, delicados o dolorosos, como la migración, la discriminación racial y las diferencias de clase, entre otros. Lo hace porque alguien tiene que hablar de estos temas y porque Cumpián siendo Cumpián nunca se quedaría callado. Es leal a sus principios y, como resultado, su poesía es una poesía comprometida.
Mas Carlos también toca otros temas cotidianos en sus poemas: una mirada, el olor de la piel húmeda, o los labios con sabor a fruta madura también son parte de su mundo poético. Cumpián escribe la mayor parte del tiempo en inglés. Algunos poemas usan ambos idiomas y ocasionalmente encontramos poemas escritos en español.
OBRA:
14 Abriles: Poems, March Abrazo Press, Chicago, 2010
Armadillo Charm, Tia Chucha Press, LA 1996 (2nd printing, 1998)
Latino Rainbow: Poems about Latino Americans, Children's Press, Scholastic Books, Danbury, Conn., 1994 (available in hardcover, paperback and teacher's guide editions)
Coyote Sun, March Abrazo Press, Chicago, 1990 (4th printing, 2005)
Para esta ocasión he seleccionado, “Más allá de una labor tediosa”, “Cuento” y “El trabajo nuevo”.
US Latino Poets en español
Por Xánath Caraza
Copatrocinado por el Smithsonian Latino Virtual Museum
Más allá de una labor tediosa
Para Cynthia
Ser afrodita hoy en día
debe ser confuso
nadie reconoce una verdadera diosa
cuando la ve—
nadie más tiene la panza
de paciente preocupación—
estómagos planos o nada.
O arcángel del deseo
me dejo la camisa puesta mientras
tu boca de chabacano
castiga una generación
completa.
Tus orejas de concha de caracol
son evidencia entre
muecas de
rostros ordinarios,
tu exnovio, un cíclope,
lee el periódico
sus gafas para sol del
tamaño de címbalos.
Tu húmedo cuerpo de deidad
recostado sobre una toalla usada,
mientras mis ojos se deshidratan
al seguirte
como un gladiador
en el desierto.
Cuento
Hoy pensé en llamar a casa
y, pues, me puse
al teléfono
Dije: “Operadora por favor con
AZTLÁN persona a persona”
Ella contestó: “Lo siento señor, aún esperando”
después de 2 minutos—
me pidió que lo deletreara
así lo hice—
A-Z-T-L-Á-N
Al principio
pensó que dije ICELAND pero
después de deletrearlo dijo
¡¡¿Qué?!!
¡AZTLÁN!
Dijo, es esto algún
tipo de broma
Dije, “No, tú
Sabes dónde está”
Ella dijo— “Señor, no puedo
tomar esta llamada
pero si desea, lo dejo
hablar con mi supervisor—”
Dije: “Muy bien
ponlo al teléfono
tengo tiempo”—
Pues su supervisor se puso en la línea—
y le dije lo que
había dicho antes
Todo lo que ella pudo decir fue que
era la primera vez que ella había oído
sobre esto— Yo dije, “¡Vas a oír más de esto
muy pronto!” —y colgué—
El trabajo nuevo
La voz al final
de la línea
no es la mía.
Olvida el nombre que te di
cuando nos hablamos,
solamente entiendes que de parte
de este actor durante mis horas
de solitario de nueve a cinco,
existe una necesidad real
de ganar un reporte
entusiasta.
Medio en efectivo adquirido
después de cientos de facturas
apiladas. Pues, dame esa pequeña
satisfacción en tus respuestas,
pero recuerda cualquier
comentario que hagas
se mantendrá más bien
archivado que una cinta
en las manos buscadoras
del F.B.I.
Sabes, ellos en la oficina
Principal anotan todo
Como los grandes marcadores,
Entonces si pudiera mantener
un paso estable,
me quedaría contando
las ruedas que giran, tonos de señal
en el teléfono, línea tras línea
de apellidos y códigos calientes.
Y si trueno más dedos cansado
el supervisor fisgón gritará,
“¡Llame a otra persona!”
Mientras envolvemos la noche
en nuestro turno
para mejor circulación.
Hijas
"...the sons of God saw that the daughters ofmen were beautiful,
and they marriedany ofthem they chose".
Génesis 6:2 New International Bible
Hijas con deseo de sanación
algo de ello empatado con drogas,
hijas de magnesio en polvo y chicle de menta,
hijas de lluvia y cielo saliendo con hijos de África,
hijas con pistolas, la gasolina empapó el cansancio
y la pacana por la bolsa,
hijas de polen de maíz azul en una cabaña
de adobe iluminada con velas de cera de abeja,
hijas de la elegancia, que bruscamente dijeron - Cállate!
hijas en una sala de emergencias por una crisis
que empezó en el tren
Hijas en playas brasileñas bailando sin vergüenza,
Hijas en una clase abarrotada
trabajando en la noche de invierno
Hijas de gángsters de Babilonia aprendiendo
qué colores pueden vestir,
Hijas en Sacramento y Chicago
buscan trabajo mientras la economía desciende,
Hijas con ecuestre estratagemas de media mañana
se aseguran que la compañía viene,
Hijas que sacan escombros
cantando alabanzas al señor,
una letanía de canciones de terremotos,
Hijas de Port-au-Prince y Katrina
viviendo en carpas de Martes de Carnaval,
Hijas de la invención hacen contoneos de gusano
música spoon que suena en manos y rodillas,
mientras hijas del aburguesamiento luchan
contra pretensiones de moda y alquileres por las nubes
Hija de Delacroix guía a su pueblo con banderas alzadas;
sin blusa que dome su corazón,
Hija de la revolución naranja, trenzado dorado
halo del Este de Tymoshenko,
Hijas de todo el mundo protestan los pecados de los políticos,
Hijas del RSD*, fiebre del dengue,
síndrome de Reynaud, prepara un festín,
Hijas de la Iberia Gitana cantando una tonada,
con botas de cowboy y sombrero,
Hijas de La Villita responsables de cocinar
pero no hay nadie en casa hasta las siete,
Hijas de Cambridge tomando una carrera en el barrio
antropológico en pantalones caqui y sudadera,
Hijas de la periferia preocupadas por los vampiros
que les deberían gustar,
mientras las hijas de Dulcelandia son alcohólicas después de todo.
Hijas del delito encuentran kits de maquillaje robados
reclaman que fueron dejados en sus monederos,
Hijas del Tibet buscan molinillos de oración perspicaces,
no accesorios con la estampa de Prada o Levi Strauss
en el mercado negro chino,
Hijas de las primeras naciones
nunca se rendirán sin un vuelo,
Hijas de la hibridez responden en catalán
a preguntas hechas en griego,
Hijas de medalla de oro de la ambición frustrada
por la droga de la semana,
Hijas de Mongolia buscan afirmación
con la atención del tachón blanco,
Hijas de Afganistán extrañan secretamente los
altos Budas de Bamiyán condenados en las paredes
de la montaña,
Hijas del medio este cansadas de disparar, no hay medicina que calme la mente,
Hijas de los soldados que regresan llenos de tubos
cuerpos magullados que
pueden empaparse en sulfato de magnesio,
Hija de mujer policía presta sus esposas para la noche,
Hija del futbolista retirado abandona la casa con su hijo bastardo,
Hijas en peligro de suspender la clase,
se levantan tarde con móviles rojo intenso,
Hijas en astrofísica se abastecen de galones de agua
y baterías preparándose para la gigante llamarada solar
Hijas de Shangri-la no temen al demonio Chronos
cuando extiende su reloj,
Hija de Canadá toca su clavicémbalo,
así que el clima de mayo regresará pronto
Hijas de Erin ensueñan sorbos de vino en Wisconsin antes
de que se alce el telón,
Hijas de Algeria perdidas en la piel de Kasbah,
Hijas del nado del Two-Rivers,
en regiones inexploradas
Hijas de la gula coleccionan mucho más
de lo que jamás necesitarán,
Hijas de la ceguera pierden sus gafas de sol
mientras empieza a granizar,
Hijas de la Oneida- dos se elevan y una cae,
cuando las hermosas hijas de Eros
tienen atención masculina,
debemos buscar consejo del boquiabierto
o las normas de caos.
* Reflexive Symptomatic Disorder
Carlos Cumpián en 14 abriles: poems (March Abrazo Press, Chicago, 2010), incluido en Paralelo Sur (nº 9, febrero de 2012, Barcelona, trad. de Raquel Delgado).
14 Abriles: Poems by Carlos Cumpián
A REVIEW BY CJ LAITY
Carlos Cumpián, having been named among the Chicago Public Library’s “Top Ten” most requested poets and serving as editor of March Abrazo press for over twenty-five years, is Chicago’s Chicano poet and publisher in my opinion. He started his local poetry career in the 1970s and is a revolutionary who has introduced the public to the work of Sandra Cisneros, Trinidad Sanchez, Carlos Cortez, E. Donald Two-Rivers, Frank Varela, Brenda Cárdenas, and many other Latino and American Indian writers.
But as is the case with many such pioneers, Cumpián's endeavors to promote the work of other poets have often forced him to put his own work on the back burner. The last time he published a book of his own poetry was in 1996 when Luis J. Rodriguez's Tia Chucha Press published Cumpián's collection called Armadillo Charm.
Now, "in a country that isn’t in a rush to transfer its war dollars to the arts, especially poetry" (indeed, recently Oklahoma Senator Tom Coburn called a government grant that funded educational poetry exhibits an example of "this nation's most wasteful spending"), and during the current anti-Mexican immigration wave that Cumpián says has renamed Arizona "Aryan-Zona," Cumpián has once again come out strong with a sampling of new poems. "Like a human cicada I've unearthed myself after 14 years," Cumpián says about his new chapbook, 14 Abriles: poems. He "needed" to write this book, he says, because "our indigenous relatives who dare to migrate without documents are being demonized and mistreated as they seek work and a means to care for their families."
with their demands to
detect and detain
all those who have another language
other than English in their brains. (23-26)
(from "What do you call this place?"
OR "Can the enchilada coexist with the hamburger?")
With that said, it is surprising and even refreshing that the poems in this collection of fourteen "Aprils" don't take life very seriously, but instead poke some fun at the situation and mix plenty of Chicago nostalgia in with it, as is the case with Cumpián's poem about the "high-tech insulation" used during Chicago winters, "Mexkimo Poem #1:"
I'm pulling down my home winter-barrier plastic
that shielded us from cold drafts for six months. (10-11)
Anyone who knows Cumpián personally knows that he is not afraid to share his theories about the great unknown, and he doesn't hesitate to slip in some of the far-out with his poem about "Mexico City's UFO angels:"
aluminum torsos with legs that pop in and out of sight,
figures sprout wings in a mysterious crescent. (30-31)
—and also with his slightly bilingual poem about the legend of the bloodsucking Chupacabra, a beast that ends up coming home in Cumpián's imagination to Chi-Town:
Relax, we're safe in Humboldt Park
(but watch out Hyde Park)
por que esa sucker wouldn't find enuf
blood to live on
after Chicago's mosquitoes
do their picnicking in July. (44-49)
The most powerful piece in 14 Abriles is a poem called "Daughters" in which Cumpián's voice builds up to a passionate crescendo of rhythm as his imagination travels the globe, tackling an expansive range of cultures with two liners such as:
Daughters with machine guns, gasoline
soaked tires and pecans by the sack.
Daughters of blue corn pollen in an adobe hut
lit by candles of beeswax…
Daughters of Invention make wiggle-worm spoon music played on
hands and knees, while
Daughters of gentrification struggle with
fashion pretension and sky-high rent. (5-8, 26-29)
Another powerful piece in this book is called "Yo Homie, Mexica Tiahui!" (loosely translated, "brown men and women move forward!"), in which Cumpián muses about how he's never seen that expression on a tee-shirt:
pornographic, praises to those who drug traffic,
mean defamation of people from other nations,
angry tweeties and sweeties, amid shout outs to dead family…
. . . there are tee-shirts for beer drinking, and tee-shirts that
prove no one was thinking when they went shopping. (2-4, 15-16)
It is eerily foreshadowing that the first poem in this collection, "Open Mic, Open Muse," is about Decima Musa, a Pilsen venue that hosted poetry shows up until its closure on December 16, 2010, only months after Cumpián started releasing this new book to friends and colleagues and only days after Cumpián was himself featured there for a Palabra Pura event.
The microphone displays a silky blonde strand while the matte
gunmental stand still holds a hint of the good-perfumed hostess’ hand
that guides each reader through the Guild’s Complex on another
special Wednesday night. (12-15)
In Chicago, you can find 14 Abriles at Tres Americas Bookstore (4336 North Pulaski Road), The National Museum of Mexican Art (1852 West 19th Street), and The Heartland Café (7000 North Glenwood Avenue). You can also find it in Milwaukee, WI, at the Woodland Pattern Book Center (720 East Locust Street). And, of course, you can buy directly from the author at his readings or readings sponsored by March Abrazo Press.
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