Gilles Vigneault
Gilles Vigneault (1928) nació en Natashquan, Canadá. Es poeta, compositor y editor. Estudió letras en la Universidad Laval. En 1951 se integró a la compañía teatral Les Treize, de la que posteriormente fue director y escenógrafo. A su vez, se dedicó a la docencia, participó en la fundación de la revista de poesía Emourie (1953) e incursionó en la radio y el cine. Para 1960 debutó como cantante en la ciudad de Québec, publicó Étraves, su primer poemario, y fundó la editorial Éditions de l'Arc (hoy Nouvelles Éditions de l'Arc). Comprometido con la causa política en favor de la independencia de la provincia de Québec ha participado en diversas manifestaciones independentistas. Entre sus obras están: Le cirque, Entre musique et poésie, 40 ans de chansons, L'armoire des jours, Comme un arbre en voyage, La chanson comme miroir de poche, Songo et la liberté, y Le piano muet.
Gilles Vigneault es el autor de más de cuarenta libros: tanto libros de cuentos, que han sido traducidas a más de 30 idiomas, y editados en versión impresa, en versión vocal y grabada, para difundir las palabras de sus más de cuatro poemas y difundir todas sus canciones en todo el mundo.
Gilles, se ha forjado de esta manera, desde los años 1960, una reputación auténtica de leyenda viviente dentro del Quebec. Es, incluso, muy bien recibido por sus colegas de habla inglesa, a pesar de sus fuertes sentimientos independentistas en favor del Quebec. Su obra se extiende por todo Europa , pasando por Francia, Suiza, Luxemburgo y Bélgica .
Gilles Vigneault es más conocido por temas como Gens du pays o Mon pays.
La presencia de Gilles Vigneault en la literatura canadiense
El desarrollo artístico y cultural de Canadá ha sido el resultado de siglos de interrelación de razas y nacionalidades en un proceso donde se ha concentrado, para luego irradiarse, una gama de culturas y tradiciones provenientes de casi todas las regiones del planeta. Antonine Maillet escribió: Tres océanos, millones de lagos, bosques vírgenes, las Rocallosas, las márgenes del río San Lorenzo y cuatro estaciones bien definidas: estos regalos de los dioses forman una gran nación. Agreguemos a estos un alma esculpida por tres mil años de cultura amerindia, greco-latina y occidental y el resultado es Canadá, una hora brillante en la historia del mundo.
O sea, no es solo la grandeza de la nación en bellezas geográficas y naturales o en poderío económico y social, es también la mezcla de las más variadas culturas que comenzó a forjarse desde que los primeros aborígenes cruzaron el estrecho de Bering para instalarse a lo largo y ancho del continente americano hasta los actuales movimientos migratorios que llevan a miles de personas a establecerse en un medio nuevo y con el tiempo dan su aporte a la consolidación de una nacionalidad. Al respecto Bruce Hutchinson escribió: Ellos traen, como los primeros canadienses franceses, los ingleses, los irlandeses, y el resto de nosotros, una fracción del viejo mundo. Es de estas fracciones, mezcladas juntas y suavizadas por el medio, que Canadá se ha formado. (1)
Dentro de este espectro cultural que le ha aportado al país parte de su desarrollo social se destacan las distintas manifestaciones artísticas que ubican a la nación como una potencia cultural mundial, y dentro de estas manifestaciones se destaca la literatura de forma general y la poesía de manera específica.
Benjamín Valdivia escribió: De la poesía canadiense me sorprendió su puntual y sutil sensibilidad (...), su reciente formación, matizada por voces y giros inmigrados, por asimilaciones culturales de registro diverso y el distintivo toque de la naturaleza de aquellas latitudes. (2)
De todas las razas y nacionalidades que forman la nación canadiense, la anglófona y la francófona, por el número de habitantes, son las más fuertes y de estas dos siempre ha sobresalido la literatura de habla inglesa, fundamentalmente por una cuestión de difusión.
Cuando se habla de escritores canadienses siempre se mencionan, involuntariamente, autores de la talla de Emily Carr, Margaret Atwood, Al Purdy o Stephen Leacock entre otros, todos del área angloparlante. Indudablemente la maestría en el manejo de la pluma, la máquina de escribir o el ordenador ha quedado demostrada en el valor estético que sus obras poseen. Sin embargo, existen cientos de escritores y artistas en la provincia de Quebec y otras áreas de habla francesa que son verdaderos maestros en el arte de la palabra, que son ampliamente reconocidos en su medio, pero muy poco divulgados fuera de este. Félix Leclerc, Raymond Levesque, Gilles Vigneault, Claude Beausoleil, Chrystine Brouillet, Daniel Jacques y muchos otros también forman parte del desarrollo artístico de Canadá.
Muchos de estos autores, relevantes en cada género literario, han sobresalido, de manera magistral, en la poesía y la canción, y esto ha sido el resultado de la propia idiosincrasia del pueblo quebequense así como de la musicalidad que el idioma francés posee. Estas son las causas por las cuales casi todos los poetas de esta región son a su vez compositores musicales y cantores, herederos de la lírica francesa.
La lírica es la poesía que con elementos subjetivos expresa, a través de una forma musical, las emociones y sentimientos del poeta. Es por ello que cuando hablamos de poesía quebequense debemos hablar también de canción. Tal es el caso de Félix Leclerc, quien se hizo famoso en París por sus composiciones y actuaciones y donde lo llamaron "le canadien". Gilles Vigneault lo nombró "el padre de todos nosotros" y está considerado como uno de los más grandes cantantes de Quebec del siglo XX. Sus composiciones poéticas elevan el género a su máxima definición con solo leerlas.
Poesía, y sobre poesía, han escrito muchos hombres y mujeres desde tiempos lejanos y lugares disímiles. Poesía escribió Shakespeare en Inglaterra y Martí en Cuba, Atwood en Canadá y Tagore en la India. Sobre poesía han escrito ellos mismos. El poeta inglés Matthew Arnold la definió simplemente como la forma más bella, grandiosa y eficaz de decir las cosas. El maestro de la lírica, el norteamericano Edgar Allan Poe, la describió como la creación rítmica de la belleza en palabras. Sus poemas son un espejo de la importancia del ritmo en el género.
Maestro de la lírica en Canadá es Gilles Vigneault. Al leer sus composiciones el límite entre poesía y canción es tan estrecho que es difícil identificar donde está una y donde la otra. El mismo lo explica cuando dice: El canto está en la poesía/ Así como el fruto en la flor. He aquí su grandeza como poeta y compositor.
Si en ocasiones nos resulta difícil comprender sus temas es producto de las corrientes actuales, que nacieron con el siglo XX, por las cuales transita la poesía moderna. Sin embargo, debemos recordar a Víctor Hugo, gran poeta y novelista francés, cuando escribió que en poesía no hay ni buenos ni malos temas sino buenos y malos poetas, que todo sale del arte, de cómo se trabajó, no de sobre qué ni por qué.
Gilles Vigneault es actualmente uno de los intelectuales quebequenses más conocidos y reconocidos. Nació el 27 de octubre de 1928 en la región de Basse-Côte-Nord. Estudió en el seminario de Rimouski (1942-1950) donde se destacó como escritor al publicar algunos poemas en distintos periódicos estudiantiles mostrando su interés por la música y la poesía. Se graduó en letras en la Universidad de Laval en 1953 y en el propio año participó en la fundación de la revista de poesía Emourie. Durante la década de 1950 se incorporó a la compañía teatral Les Treize desempeñándose como director y escenógrafo de la misma, y ejerció la docencia en Valcartier y en la Escuela de Tecnología de Quebec. En estos mismos años comenzó a trabajar para la televisión animando el programa Los invitados del Padre Matías de la Sociedad Radio-Canadá (SRC) de Quebec así como otros programas de la misma estación donde escribía los guiones. Incursionó también en la radio sin alejarse del teatro. En diciembre de 1958 conoció al folklorista Jacques Labrecque quien grabó, pocos meses después, las dos primeras canciones de Gilles Vigneault: Jos Monferrand y Jos Hébert, y para quien continuó escribiendo canciones durante el año 1959. En agosto de 1960, en el escenario de "La boîte à chansons" ("La club de canciones") de Quebec, Gilles Vigneault cantó en público por primera vez. Ha producido más de treinta discos y publicado más de veinte libros. Por su destacado papel en el desarrollo de la cultura canadiense ha obtenido diversos reconocimientos tanto nacionales como internacionales destacándose el Premio del Gobernador General de Canadá en 1965 por su colección Quand les bateaux s´en vont (Cuando los botes se van) así como numerosas medallas y condecoraciones entre las que sobresalen el Gran Premio del Disco Canadiense en 1962 por su primer álbum; el Gran Premio del Tercer Congreso del Espectáculo y la Animación en 1963; el segundo y primer premios en los Festivales de Sopot, Polonia en 1964 y 1965 con las canciones Jack Monoloy y Mon Pays (Mi País), respectivamente; el Premio Félix Leclerc del Festival del Disco de 1965 por la canción Mon Pays; el Premio Calixa-Lavallée de la Sociedad San Juan Bautista de Montreal en 1966; varios premios de la Academia Charles-Cros en las décadas de 1970, 1980 y 1990; el Premio Henri-Jousselin en Francia por el conjunto de sus canciones y la medalla Glorie de l’Escolle de la Universidad de Laval en 1988; las insignias de Oficial de las Artes y las Letras y la Medalla de Vermeil de Paris en 1990 durante el homenaje que se le dedicó en esta ciudad por sus 30 años de vida artística; y el Premio Homenaje por el conjunto de su obra en el Festival de Verano de Quebec en 1992. Es Caballero de la Orden de la pléyade, de la Orden de Quebec, así como de la Legión de Honor del gobierno francés. Ostenta el Premio Denise-Pelletier y un doctorado honorífico de la Universidad de Québec en Rimouski.
Su producción artística y literaria es ampliamente conocida en Canadá y Europa, específicamente en Quebec y Francia donde ha realizado conciertos y grabaciones, sobresaliendo en los espectáculos y giras en Quebec, Montreal y París. Su obra ha sido publicada en Canadá y Europa y muchos de sus libros han sido traducidos a otros idiomas, fundamentalmente al inglés y al japonés. Durante la Feria Internacional del Libro 2003 de Guadalajara, México, y donde Quebec fue la región invitada de honor, la obra de Gilles Vigneault fue presentada mediante el título en español El mar, el amor, la muerte (La mer, l’amour, la mort).
Ha trabajado con conocidos artistas como el pianista Gaston Rochon quien lo acompañó durante muchos años en su trabajo, además de Claude Leveillée, Félix Leclerc, Robert Charbelois y muchos otros que han interpretado magistralmente sus composiciones. Ha escrito numerosas canciones para el cine y ha sido objeto de filmes como Miroir de Gilles Vigneault en 1972 y The Words and Music of Gilles Vigneault en 1973 entre otros.
Como la mayoría de los intelectuales a escala internacional, su vida no ha estado alejada de la política y se ha manifestado sobre distintos acontecimientos tanto dentro como fuera de Canadá, y como muchos artistas quebequenses Gilles Vigneault no ha estado ajeno al acontecer político de su provincia, militando activamente en el movimiento independentista de Quebec. Es así que bajo la influencia de los acontecimientos de octubre de 1970 en Quebec, participó en distintas manifestaciones separatistas y compuso poemas y canciones donde ha expresado, abiertamente, sus ideas políticas. En la canción Ti-Cul Lachance, compuesta en 1973, ataca directamente al primer ministro de la época, Pierre Trudeau. Su participación en el espectáculo "Poemas y canciones de la Resistencia" en Gésu en 1971 es otra muestra de su pensamiento político, el cual se ve reafirmado en 1980 al adherirse al SI en el referendo constitucional de ese año. De la misma manera ha continuado sus actividades políticas a favor de la separación de Quebec de la federación canadiense.
Sin embargo, es incuestionable el aporte de sus canciones, poemas y cuentos a la consolidación de la nacionalidad canadiense, incluso desde posiciones independentistas.
Si se leen sus poemas desde una perspectiva quebequense, se encontrarán innumerables manifestaciones de separatismo, más, si estos se leen desde una perspectiva más general, cualquiera de ellos podría reflejar el acontecer cotidiano de la gran nación. La premiada y discutida canción Mon Pays es un ejemplo de ello. "Mí país" podría ser todo Canadá. Leslie de Freitas, en sus años de estudiante de la Universidad de McGill en Montreal, escribió: (...) el poeta nacionalista Gilles Vigneault escribió una bella canción titulada Mon Pays en 1971. La primera línea dice: " Mon pays ce n’est pas un pays c’est l’hiver". Mi país no es un país es el invierno. La nieve está en nuestra sangre. Pero si tratamos de aguantar la nieve en nuestras manos para examinarla más cercanamente, o la ponemos debajo de un microscopio, se convierte en agua.
La nieve es parte de todo Canadá y la descripción que el autor hace de Quebec en esta canción podría ser la misma de cualquier otra región del país. Es mucho más, sus poemas, canciones y cuentos, por su vigencia, podrían reflejar la vida cotidiana en cualquier rincón del mundo.
Al analizar su obra encontramos que esta está impregnada del legado poético universal que a través de los siglos ha llegado a la actualidad reflejando, de modo particular, sus sentimientos personales hacia su país y su gente, muestra además, la variedad de temas sobre los que ha escrito el autor y que lo hacen convertirse en un máximo exponente de la cultura canadiense: le canta Vigneault a su país, a los niños, a la gente sencilla y común, a la naturaleza, al aire, a la nieve, a la tierra, al universo, al agua, al fuego. Le canta incluso a la naturaleza humana: En la composición Au bout du coeur (Al final del corazón) Vigneault toma al corazón como órgano principal del cuerpo humano para expresar sus sentimientos hacia la familia y hacia la lógica evolución natural y social de los integrantes de la sociedad. Para Gilles Vigneault el corazón es el centro que mueve nuestras vidas y todo cuanto nos rodea. En su segunda estrofa expresa:
Tu corazón que hace girar la tierra,
Que late para encontrar a los suyos,
Es el músico solitario
El más antiguo
El busca también la melodía
Que pondría los corazones en acorde
Y el alma toda en armonía
Con el cuerpo...
Le canta al trabajador en Les poètes (Los poetas):
Mi vecino está casado
Tiene catorce hijos
Escribe hace quince años
Poemas de acero
Y de hormigón armado(...)
y nos recuerda aquí, en alusión indirecta, a Walt Whitman, y, en el mismo poema, a Carl Sandburg: (...) el suelda, remacha, atornilla(...)
Le canta a la paz en Les papiers (Los papeles):
Ayer mi hermano recibió sus papeles militares
Que le proponen alistarse voluntario
Para ir a matar gentes
Del otro lado del mundo (...)
y nos recuerda, en alusión directa, al peor enemigo de la raza humana: la guerra, y su obra adquiere una significante vigencia.
Le canta al amor, sin distinción de razas, en Jack Monoloy:
Jack Monoloy amó una Blanca
Jack Monoloy era indio
El la veía todos los domingos
Pero los padres no lo sabían
Todos los abedules del río Mingan
Todos los abedules lo recuerdan
La Mariouche era blanca
Jack Monoloy era apuesto
Jack Jack Jack Jack Jack
Decían los patos las perdices
Y las cercetas
Monoloy dijo el viento
La Mariouche es para un Blanco.
Se observa en esta sola estrofa su constante interés por la naturaleza, como el mayor admirador de los poetas románticos, sin embargo, su poesía es realista: emplea un claro lenguaje real y actual, simple y sincero, con ritmo orgánico y, en muchos casos, versos libres. Su técnica se asemeja al simbolismo francés del siglo XIX aunque más novedosa y pura. Pero lo que más lo identifica es el carácter concreto de su estilo lingüístico y literario.
El empleo de figuras retóricas en su obra es tan amplio que esta puede tomarse como material didáctico instructivo de la poesía moderna: símiles, metáforas, personificaciones, hipérboles, detalles sensoriales y comparaciones abundan en sus composiciones.
Tomemos como ejemplo su poema Chanson (Canción), todo un catálogo de elementos naturales, el cielo, el bosque, el agua, el mar:
Yo hice mi cielo de una nube
Y mi bosque de una caña
Yo hice mi más largo viaje
Sobre la hierba de un arroyo.
Comparaciones exageradas que un romántico del siglo XIX no haría, y continúa "haciendo" De un charco de agua:
el mar/
De una piedra (...) mi isla/
De un cubo de hielo (...) el invierno.
Sin embargo, entre todas estas invenciones Vigneault "hizo" De un poco de cemento: la ciudad: Dentro de su insaciable interés por la naturaleza aparece la mano del hombre a través de algo tan rudo como el cemento y algo tan realista como una ciudad. Termina su poema con una de las hipérboles más bellas de la poesía moderna: Es así que cuando oso/ Ofrecer a vuestra belleza/ Una rosa, en esa rosa/ Están todos los jardines del verano.
La misma abundancia de figuras retóricas aparece en el poema Dans les sirènes... (En las sirenas...) donde la concreción del lenguaje se expresa a través de imágenes sensoriales capaces de introducir al lector dentro del propio poema. Veamos un ejemplo: En las sirenas de las fábricas/ En las bocinas de la hora cinco/ En el crujido de los neumáticos/ En el estruendo continuo de la ciudad/ Yo escucho el mar. Y continúa: En las profundidades del sueño/ En los secretos viajes de la noche/ En la oscuridad herida de neones/ Yo veo el mar. Personifica en los dos últimos versos la noche y la oscuridad, y el lector termina insertándose en el mundo del poeta. Es esa su intención, con un lenguaje simple y directo. Y aunque el autor está marcado por los ingredientes de la vida cotidiana, no pierde su optimismo y su interés por la naturaleza.
Ha escrito desde modernas epopeyas hasta clásicos epigramas. Su composición Le gens de mon pays (La gente de mi país) pudiera considerarse un poema épico moderno. En las antiguas canciones de gesta se describían las hazañas de grandes héroes que representaban una raza: La Ilíada, La Eneida, La canción de Rolando, Los nibelungos, Beowulf, El Cid son típicas descripciones de los pueblos griego, latino, francés, alemán, inglés y español. Son narraciones poéticas largas donde se observan elementos de la cultura y la nacionalidad de esos países. Le gens de mon pays no trata las hazañas de un héroe en particular, mucho menos en pleno siglo XX, sino una de las características, según la visión del autor, de la gente de su país: el placer de hablar, y a partir de este se describe una serie de actividades sociales e individuales que realiza su pueblo, en una composición poética lírica de larga narración: seis estrofas compuestas cada una por 16 versos para hacer un total de 96.
Otros poemas y canciones de larga narración hablan de la vida, con su bonanza e infortunios, de un personaje concreto, como la bella composición Madame Adrienne donde narra la historia de una enfermera de 80 años ya, que se dedica a cuidar niños abandonados en los hospitales, Madame Adrienne tuvo que enfrentar, siendo joven, (... ) una moral insensible al amor(...) cuando, al dar a luz un niño, tuvo que dejarlo en adopción por ser el resultado de un amor fuera del honor. Su historia termina con el feliz reencuentro, luego de 60 años, de la madre y el hijo.
O la historia, que puede ser común a cualquier hombre, descrita en Théo l’orphelin (Teo el huérfano) sobre la evolución de un niño huérfano hacia la adultez y los cambios internos del ser humano así como del medio circundante. Con su lenguaje simple, directo y concreto, nos entrega una composición actual y completamente realista:
Cuando yo era un pilluelo
Perdí mi padre y mi madre
Teo el huérfano
Así me llamaban los vecinos
Más tarde me hice
Como se dice: todo un hombre
Ese era mi destino
Estaba escrito en mis dos manos.
Teo crece y abandona su aldea y al regresar, luego de muchos años, se encuentra con que todo ha cambiado: la aldea es una ciudad y la gente no es la misma.
Con estos ejemplos épicos, la obra poética de Vigneault entra dentro de la categoría de prosa en poesía y el contenido de sus composiciones puede ser contado, simplemente, como un cuento.
Por otra parte encontramos composiciones tan pequeñas como Juin (Junio) y Midi (Mediodía) entre otros. En Aperçu (Imágen), Vigneault solo nos dice: La miette nue/ Un moineau l'a vue/ De très haut... (La miga desnuda/ Un gorrión la vio/ desde bien alto...)
En su producción artística se pueden encontrar composiciones que siguen un patrón poético con rima y métrica estables u otras más libres cuyo estilo recuerda los poemas del gran poeta francés Apollinaire por la ausencia de signos de puntuación, reflejo del desarrollo alcanzado por la humanidad en la ciencia y la tecnología que ha traído consigo el dinamismo de la vida moderna, pero en todos los casos está presente el lirismo como característica esencial de su estilo.
Su poema Petite heure es una muestra de un patrón fijo de composición, en él se observa una rima estable a b a a en cada estrofa y a la vez una rima b b cada dos estrofas en el segundo verso. Existen otros elementos como aliteración en L´après-midi meurt, Sa mauvaise humeur, Se mêle aux rumeurs, figuras retóricas en la vie est muette, y la propia musicalidad de la lengua francesa.
Baladas, sonetos, temas históricos y cotidianos, canciones folclóricas, propias para el baile, y mucho más, aparecen en su producción, una de las más amplias del mudo cultural canadiense en la actualidad.
Quebec no es solo Celine Dion y la provincia donde esta ubicada Montreal, es mucho más, es el reflejo de lo que la cultura hace para consolidar la nacionalidad y el valor que dentro de esta relación posee la literatura es inmensamente rico.
En muchas ocasiones se le ha preguntado a la gente qué es Canadá, y entre muchas respuestas se escucha que Canadá "es el lugar donde queda Montreal" (3), sin saber incluso entonces qué es Quebec.
Bruce Hutchinson ha escrito: Todos los canadienses eran inmigrantes unas pocas generaciones atrás, y tan diversos de sangre que ningún grupo racial puede reclamar ser una mayoría nacional. Somos una nación de inmigrantes y minorías, que lentamente se combinan y resultan en lo que llamamos la raza canadiense. (4)
Comprender poesía es una tarea difícil, pero una vez que se logra se convierte en placer. M. Edmund Speare escribió: Para entender y disfrutar la poesía, uno debe leerla y releerla como se lee y se relee una carta de la persona amada. (5)
Y a través de la poesía conocemos los sentimientos más profundos del creador y su visión del mundo que lo rodea y, por consiguiente, conocemos otros pueblos y su cultura que al incorporarla a nuestros conocimientos elevamos la nuestra. Ayudar a irradiar el espectro cultural canadiense es nuestro objetivo, sin distinción de grupos y minorías.
REFERENCIAS
Hutchinson, Bruce. Cowboy from Holland. The Act of Writing. McGraw-Hill Ryerson Ltd. Toronto, 1983.
Valdivia, Benjamín. La nieve inmaculada. Universidad de Gunajuato, México, 2002.
Pittman, Al. The Day I Became Canadian. The Act of Writing. McGraw-Hill Ryerson Ltd. Toronto, 1983.
Hutchinson, Bruce. Op.cit.
Speare, M. Edmund. Great English and American Poets. Pocket Books, Inc. Nueva York, 1942.
BIBLIOGRAFIA
Conrad, Ronald. The Act of Writing. Toronto: McGraw-Hill Ryerson Ltd., 1983.
Deshusses, Pierre, et. al. Dix Siècles de littérature française. París: Bordas, 1990.
Lazar, Gillian. Literature and Language Teaching. Cambridge: Cambridge University Press, 1993.
Michele Kaltemback, Marienne Rocard. Lecture(s) du paysage canadien. Association Française d’Etudes Canadiennes, 2002.
Prieto Alfonso, Concepción, et. al. The Literature of Great Britain. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1981.
Speare, M. Edmund. Great English and American Poets. Nueva York: Pocket Books, Inc., 1942.
Valdivia, Benjamín. La nieve inmaculada. Universidad de Guanajuato, 2002.
Vigneault, Gilles. Au bout du coeur. Quebec: Editions Le Vent qui Vire, 2003.
9. Vigneault, Gilles. Le grand cerf-volant. Quebec: Nouvelles Editions de l’Arc,
1986.
Autor:
Lic. Vladimir Molina Raad
Cátedra de Estudios Canadienses
Las Tunas, Cuba.
2004
http://www.monografias.com/trabajos18/gilles-vigneault/gilles-vigneault.shtml
Mi País
Mi país no es un país, es el invierno
Mi jardín no es un jardín, es la llanura
Mi camino no es el camino, es la nieve
Mi país no es un país, es el invierno
Mon pays
Mon pays ce n'est pas un pays, c'est l'hiver
Mon jardin ce n'est pas un jardin, c'est la plaine
Mon chemin ce n'est pas un chemin, c'est la neige
Mon pays ce n'est pas un pays, c'est l'hiver
Dans la blanche cérémonie
Où la neige au vent se marie
Dans ce pays de poudrerie
Mon père a fait bâtir maison
Et je m'en vais être fidèle
À sa manière, à son modèle
La chambre d'amis sera telle
Qu'on viendra des autres saisons
Pour se bâtir à côté d'elle
Mon pays ce n'est pas un pays, c'est l'hiver
Mon refrain ce n'est pas un refrain, c'est rafale
Ma maison ce n'est pas ma maison, c'est froidure
Mon pays ce n'est pas un pays, c'est l'hiver
De mon grand pays solitaire
Je crie avant que de me taire
À tous les hommes de la terre
Ma maison c'est votre maison
Entre mes quatre murs de glace
Je mets mon temps et mon espace
À préparer le feu, la place
Pour les humains de l'horizon
Et les humains sont de ma race
Mon pays ce n'est pas un pays, c'est l'hiver
Mon jardin ce n'est pas un jardin, c'est la plaine
Mon chemin ce n'est pas un chemin, c'est la neige
Mon pays ce n'est pas un pays, c'est l'hiver
Mon pays ce n'est pas un pays, c'est l'envers
D'un pays qui n'était ni pays ni patrie
Ma chanson ce n'est pas une chanson, c'est ma vie
C'est pour toi que je veux posséder mes hivers
(In Tenir paroles, volume 1, 1983, pp. 179-180)
Oisivetés
Je me mettrai un jour
À travailler vraiment
Et mon premier souci
Sera de surveiller
La forme des nuages
Ils en changent si facilement
Et si souvent
Par le vent
Chargé d’hirondelle
Et surtout
Par le vent
Qui joue à perte d’aile
Et de feuille et d’étés par les matins d’automne
Peut-être aussi
S’il m’en reste le temps
Certains midis de l’hiver pâle
Porterai-je très douce et très grande attention
Aux différents cristaux de neige
Ils sont si neufs et si pareils
À ceux d’hier-demain
À ceux de l’an dernier
Ils se ressemblent tant
Par la fenêtre
Et sont si dissemblables
Sur le bord de la fenêtre
Qu’on en oublie de regarder dehors
Qu’on en oublie de regarder dedans
On est tout blanc on est tout seul
On meurt de feu on meurt de vent
On est l’hiver et l’univers
On est dans les mains du soleil
On est si neuf et si pareil
Je mettrai un jour à travailler vraiment
Et je vous le dirai en milliers d’exemplaires
Et si cela n’a point le bonheur de vous plaire
Je me ferai nuage et j’irai vers le nord
(Gilles Vigneault, « Oisivetés » in Balises, 1964)
Ah que l\'hiver
Ah que l'hiver tarde à passer
Quand on le passe à la fenêtre
Avec de si et des peut-être
Et des vaut mieux pas y penser
L'homme est parti pour travailler
La femme est seule seule seule
L'homme est parti pour travailler
La femme est seule à s'ennuyer
Ah que le jour tarde à venir
Quand on se lève avec l'étoile
Et on a beau lever la toile
La nuit s'étire à n' plus finir
L'homme....
Ah que le jour est donc pas long
Que la noirceur vient donc d'avance
Quand l'homme est loin c'est pas la danse
Il faut rester à la maison
L'homme
C'est du dedans c'est du dehors
La femme attend l'homme voyage
Il y a beau temps il y a bel âge
Depuis la vie jusqu'à la mort
L'homme
Excuse les fautes et le papier
Mais j'étais pas maîtresse d'école
J' tiens la maison j' tiens ma parole
Ti-Jean est arrivé l' premier
J' sais qu' t'es parti pour travailler
J' tiens la maison j' fais pa la folle
J' sais qu' t'est parti pour travailler
Mon désennui c'est d' m'ennuyer
Ils ont parlé d'un gros moulin
Au lac d'en haut ça f'rait d' la gagne
C'est p'être des plages sur les montagnes
Mais j' t'aurai du soir au matin
T'auras fini de t'éloigner
C'est p'être des plages sur les montagnes
T'auras fini de t'éloigner
J'aurai fini de m'ennuyer
Avant d' donner ma lettre à Jean
Je veux te dire en post-scriptum
Que la maison quand y a pas d'homme
C'est comme un poêle éteint tout l' temps
J' t'embrasse encore avant d' signer
Ta talle d'amour ta Rose ta Jeanne
J' t'embrasse encore avant d' signer
Ta Rose-Jeanne bien aimée...
La Manikoutai
Ils ont dit que c'était une fille
Moi je dis que c'était la Manikoutai
L'œil en feuille et la dent de coquille
Telle était la Manikoutai
C'était plus haut que la plaine
Il fallait pour aller là
La patience et l'aviron
Connaissance de la chute
Du portage et du courant
Où et comment l'eau culbute
Les oreilles de charrue
Et l'eau morte et les cirés
Les corps morts et les écumes
Veille à gauche et veille à droite
A la pince et au ballant
Sans vouloir te commander
Tiens-toi bien mais laisse aller
Pas grande eau mais c'est assez
Pour te dire qu'à l'eau douce
On finit par dessaler
Et ça c'était pour l'été
Ils diront que c'était une femme
Je dirai que c'était la Manikoutai
Le dos souple et la danse dans l'âme
Mais c'était la Manikoutai
Fatiguée de la semaine
En rapide et gros bouillons
Elle faisait son dimanche
En amont du quatrième
Vive encore et paresseuse
Avec du sable en dorure
Et les beaux cailloux tout ronds
A deux pas c'est une source
A trois pas c'est un brûlé
Le foin haut puis les framboises
Les bleuets puis les béris
Et le petit bois d'argent
Prends ton temps prends par ta course
C'est piquant puis déchirant
Pas si vite assieds-toi là
On va compter les cailloux
Ça c'était pour le beau temps...
Ils croyaient que c'était une fée
Mois je dis que c'était la Manikoutai
De feu, d'or et d'automne attifée
Telle était la Manikoutai
Aux premiers jours de gelée
Elle a déjà le gros dos
Les manchons puis les manteaux
Tout en blanc et beau et chaud
Elle a la race et la grâce
Elle est de chasse et de glace
Les renards et les visons
Les rats musqués, les castors
Le loup-cervier puis la loutre
Lui font dentelle de traces
Et quand la glace est trop mince
Pour la tenir enfermée
Elle saute la fenêtre
Elle est noire et douce-froide
Et c'est le froid qui la dompte
À la tombée de la nuit
Et c'est le temps de l'hiver...
Ils croiront que c'était une amante
Je dirai que c'était la Manikoutai
Jeune et vieille et muette et parlante
Telle était la Manikoutai
C'était le temps du trappeur
Et le temps des compagnies
On partait le vingt octobre
On revenait vingt janvier
Quand un homme est à la chasse
Sa blonde a des cavaliers
Sont partis le même jour
Mais chacun de son côté
On a trouvé par les traces
Qu'une fois rendus aux pièges
Avaient chassé tous les deux
Jusqu'à ce trou dans la neige
Attention la glace est mince!
Tu la salueras pour moi
Non. Viens pas! Tiens-toi, j'arrive !
Les chiens sont revenus tout seuls...
Ça c'était pour le printemps
Ils ont dit que c'était la Julie
Moi je dis que c'était la Manikoutai
Ils diront qu'avec l'âge on oublie
Telle était la Manikoutai
Printemps
Les lèvres sur les lèvres
Les cœurs battent sur les cœurs
Et les mains cherchent les mains
Les yeux dans les yeux
Tout veut vivre
Tout veut naître
J’ai vu sur un caillou
Des brins de mousse apparaître
Entre les lèvres les mots
S’essaient à faire la phrase
Le mot flamme les embrase
La neige semble d’accord
Pour aller vêtir le nord
Le geai dispute à la grive
Trois brindilles d’herbe sèche
Dans un nid de l’an dernier
Un carouge se dépêche
Pour arriver le premier
Les fleurs chantent le pommier
Les mots vont de lèvre en lèvre
Cherchant l’amour prisonnier
Ne cherchez pas par ici
Il s’est enfui cette nuit!
(Gilles Vigneault, Les chemins de pieds, 2004)
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