sábado, 25 de octubre de 2014

FÉLIX VALENCIA VIZUETE [13.834]



FÉLIX VALENCIA VIZUETE

Felix Valencia nace, en Latacunga, ECUADOR  el 31 de agosto de 1886; hijo de Pedro Valencia y de Dolores Vizuete. Termina la educación primaria en su ciudad natal, luego se va a Quito a estudiar Bachillerato. Se gradúa en el Colegio Mejía en 1908. Muere en Quito a la edad de 33 años.



AMOR TRÁGICO

Por contemplar a la que amó en la vida, 
delirante fue a abrir su sepultura
y al ver su faz rugosa y carcomida, 
sólo lanzó un grito de amargura.

Y tomando su cráneo, estremecido, 
Vertió... vertió sobre él su llanto todo, 
y luego, hablándole al oído,
lo alzó y bebió las lágrimas y el lodo.

Lo que dijo el dolor de su alma loca, 
nos contaran si hablaran los gusanos . 
Sólo sé que otros ojos más humanos, 
le vieron con el lodo entre la. boca
y el cráneo entre las manos . . .




¡UN PEDAZO DE ALMA!

Era un loco y en sus horas de locura, 
ver una gota de agua era su tema, 
diciendo que esa gota es el poema 
eterno, del dolor y la amargura.

Y al probar esa gota ensangrentada 
caída de los ojos de una bella,
sintió que en su entraña desgarrada, 
brillaban otras gotas como aquella.

Y llorando y riendo !qué locura!
me dijo en su dolor ciego y sin calma, 
esta gota tan llena de amargura,
¡es un pedazo de alma!




LA JORNADA DOLOROSA

Sobre un peñón altísimo y desnudo, 
como la roca gris en que se asienta, 
un viejo cóndor con mirada lenta, 
escruta el cielo pensativo y mudo,
y el que vio altivo el huracán sañudo 
y rugir a sus plantas la tormenta, 
ahora presa de cólera violenta, 
abrió las alas y volar no pudo.

¡Cuántas veces con trágica porfía 
intentaba levantar el postrer vuelo 
y otras tantas exánime caía!

Hasta que al fin, con hondo desconsuelo, 
quedó sobre el peón y allí vivía,
como un dolor que mira siempre al cielo.

Como ese cóndor al mirar ya ida
la ilusión de volar, yo también siento 
un profundo y amargo desaliento,
y sigo encadenado al sufrimiento, 
¡Y al hacer la jornada dolorosa 
por el mundo, voy lívido y sombrío, 
igual que un muerto que no tiene fosa!




EN LA MORGUE

Extendieron sobre el mármol el cadáver del poeta 
y aserrando el cráneo, triste presa expiatoria, 
descubrieron la negruzca y ondulante trayectoria 
que el veneno siguió raudo destruyéndole la vida. 
Los curiosos practicantes observaron en seguida
aquel cráneo que en un tiempo soñó acaso con la gloria 
y allí estaba cual brillante calcinado y hecho escoria, 
semejando sobre el mármol una perla ennegrecida.

En su pecho estaba roto el corazón por el quebranto 
y un gran coágulo de sangre solamente parecía,
¡Aquel que hizo al pobre bardo soñar mucho y amar tanto!

Arrancáronle muy luego con extraños bisturíes
y al tomarlo un practicante que estudiárselo quería 
se deshizo entre sus manos, como lluvia de rubíes ...




A MI ALMA

Alma mía en tus horas angustiosas, 
dos coronas presientes;
espera solamente la de espinas
y nunca, nunca, esperes la de rosas.

Con esperanzas locas y ambiciosas
y con sueños de gloria me fascinas ... 
¡No sabes que al Calvario te encaminas, 
cuando vas por las vías dolorosas!

Mas tú, soberbia siempre y siempre altiva, 
nunca miras abajo cuando subes,
tan sólo ves arriba, siempre arriba ...

Y al traspasar las cumbres en tus vuelos, 
eres rayo, con los rayos en las nubes, 
eres astro, con los astros en el cielo...

Esas fosas dispuestas siempre en filas, 
esas tumbas heladas y desiertas,
parecen ojos huecos sin pupilas, 
parecen bocas negras siempre abiertas.




ERRANZA LEJANA

En vano he mostrado a los cielos una hosca mirada, 
un puño crispado que, luego, más flojo ha caído;
el ave, siquiera tiene alas; el árbol un nido
y yo ni esperanza, ni anhelos, ni cantos, ni nada.

El grito que a veces se escapa se va con el viento 
y lejos... la burla del eco convierte en gemido. 
El mar tiene horas de calma, silencio y olvido
y yo ni descanso, ni tregua, ni fuerza, ni aliento.

Por eso, aunque hollaran mis plantas alfombras de rato 
Ya nada me atrae, ya nada me gusta, ya nada me alegra; 
ni canto a la aurora, ni río a la tarde, ni sueño al ocaso.

Muy triste, muy solo, a medida que el trueno retumba, 
por entre las densas tinieblas de noche tan negra,
yo soy un viajero que busca posada en la tumba.




TUS OJOS

Ojos negros, nostálgicos, que yerran, 
en busca del amor con que se halagan; 
ventanas que al amado no se cierran
y estrellas que al ungido no se apagan.

Ojos negros, pletóricos de duelos,
que tenéis para el mal que os hace estragos. 
La eterna mansedumbre de los cielos
y la eterna tristeza de los lagos.

Ojos negros, dolóricos, que a solas 
veis en el llanto de tus cuencas llenas, 
la eterna turbulencia de las olas
y la eterna borrasca de las penas.

Ojos negros, sedientos de ternuras, 
que lleváis en el fondo de sí mismos, 
el eterno fulgor de las alturas
y la eterna abstracción de los abismos.

Ojos negros, que tanto os amo y os admiro 
cuando desmaye mi vida atribulada, 
enviadme entre las alas de un suspiro,
la dulce caridad de una mirada.




LA GRAN MENTIRA

Cristo y Judas son flores de heroísmo
y la una sombra agranda la otra lumbre;
si Cristo es grande como toda cumbre,
Judas es negro como todo abismo.

Mas los dos por extraño fatalismo,
al predicar amor y mansedumbre,
el uno es presa de ebria muchedumbre
el otro es verdugo de sí mismo.

Mientras tanto el Dios hombre y el suicida,
hasta hoy no pueden con sus muertes rudas
disminuir las miserias de la vida.

¡Y entre tantos horrores no se ha visto
un acto más infame que el Judas,
ni un morir más inútil que el de Cristo.

                                     

             

COMO EL COCUYO

Ríe la tarde con ardiente anhelo,
al resplandor del sol ya moribundo,
que lo mismo que un pájaro errabundo,
cansado de volar serena el vuelo.

Llega la noche y con su oscuro manto,
cual inmenso sudario envuelve al mundo;
entre las cosas un negror profundo
y se encienden los astros en el cielo.

Tal ríe a la ilusión el alma humana
y aún le adora doblando la rodilla,
sin ver que es flor que dura una mañana.

Y, después, con inmensa maravilla,
aunque en notas de llantos se desgarra
la noche del dolor, es cuando brilla.


                             

CUERVOS

Por el inmenso y luminoso cielo,
una legión de cuervos se pasea.
cada ojo es un sol que centellea,
cada ala es un pendón de duelo.

Y es toda su ambición, todo su anhelo,
antes, antes de huir de la pelea,
apagar lo que es lumbre y es idea,
destruir lo que es canto y lo que es vuelo.

¡Y lanzando sus gritos de amenaza,
se arroja la bandada de los cuervos,
para asaltar al águila que pasa!




PUEBLO 

Con esfuerzo viril y altiva frente,
saluda al sol que en el oriente asoma,
para arrullar al bueno, sed paloma,
para herir al malvado, se serpiente.

Al soplo de tu aliento, rudamente
para abatir al roble, sed carcoma,
para arrastrar al cieno, sed torrente.

Destruye ya tus ídolos de lodo,
tu mano es la que todo cambia y muda,
tu mano es la que abate y alza todo…

Y ante esta nueva luz que te ilumina,
y ante este nuevo sol que te saluda,
deja la inercia, ¡ levántate… y camina!




TU BOCA

Quien al sentir su corazón opreso,
no se enloquece solamente al verla,
ni en el fondo del mar hay tanta perla,
ni en ninguna otra boca tanto beso.

Al dar paso al encanto con que ríes
y se entreabren tus labios virginales,
parecen dos capullos de alelíes,
empapados en sangre de corales,
empapados en sangre de rubíes.

Y cuando la impulsó de hondo desconsuelo,
lloras y con tus lágrimas los mojas, 
tiemblan en ellos como perlas rojas,
como tiemblan los astros en el cielo,
como tiembla el rocío entre las hojas.

Si cantas, los arrullos de tu acento,
me hablan con la dulzura de ese idioma,
que toca el corazón y al sentimiento,
y gime, como gime el sufrimiento
y arrulla, como arrulla la paloma.

La ardiente sangre de tus labios rojos,
a beberla en los mismos me provoca.
Yo te quisiera dar en mis antojos,
un mundo por un beso de tus ojos,
un cielo por un beso de tu boca….





2 comentarios:

  1. La Gran Mentira es el poema cumbre de Félix Valencia que merece estar en una antología universal. Saludos cordiales y felicitaciones al poeta Fernando Sabido Sánchez por tan colosal trabajo

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