James R. Jump
(1916-1990) fue periodista, maestro, poeta y escritor inglés. Luchó en las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil en España. Es autor de varios libros sobre el idioma español y sobre España. Fue amigo de Antonio Buero Vallejo, Premio Cervantes en 1986, autor del prólogo.
“Poemas de Guerra y de Paz” es el título del poemario póstumo del hispanista británico James Robert Jump que acaba de publicar la editorial Los Libros del Rayo en versión bilingüe y que cuenta con un prólogo del fallecido dramaturgo Antonio Buero Vallejo.
Todos los poemas recogidos en la obra, la mayoría de ellos inéditos, fueron escritos por Jump en los últimos quince años de su vida, con excepción de dos ellos que fueron elaborados durante su paso por España como voluntario de las Brigadas Internacionales.
Sus recuerdos de la Guerra Civil y del frente del Ebro, su fascinación por el paisaje riojano y catalán, su pasión por la libertad o su emocionado recuerdo de Miguel Hernández y Antonio Gades, a los que dedica sendos poemas, son algunos de los temas que aborda en esta obra, que dejó preparada antes de morir.
Jump nació en 1916 en Wallasey, una localidad cercana a Liverpool, hijo de un panadero y de una profesora de música.
A lo largo de su vida escribió decenas de poemas que vieron la luz en diversas antologías y revistas.
Sin embargo, esta interesante faceta de su trayectoria ha permanecido casi siempre ensombrecida por la labor de difusión de la cultura española que hizo en el Reino Unido y por la que aún sigue siendo recordado.
Autor de más de una docena de libros sobre el asunto, su gran obra personal fue sin lugar a dudas 'The Penguin Hispanic Dictionary', una recopilación de términos que ha ayudado y sigue ayudando a miles de británicos y españoles a resolver sus dudas.
Recuerda su hijo Jim en el libro que su padre introdujo una serie de errores de manera deliberada en el mismo para evitar cualquier tipo de plagio.
Un ejemplo de ello es la palabra 'comozacha', onomatopeya de como se diría en español 'como Thatcher' y que le sirvió para definir a una mujer muy testaruda, en recuerdo de la que fuera primera ministra británica Margaret Thatcher, de cuya política era un crítico acérrimo.
'The Penguin Hispanic Dictionary', publicado poco antes de su muerte, no solo es la obra más importante elaborada por Jump, sino que también es la culminación de su estrecha relación con España que se inició en 1937, cuando conoció a Cayetana Lozano Díaz.
Hija de riojanos de Lardero y Haro emigrados a San Sebastián, donde ella nació, Cayetana era una de las mujeres que llegó al puerto de Southampton acompañando a los cuatro mil niños vascos que huyeron de la Guerra Civil en el buque Habana.
Ambos se enamoraron rápidamente, aunque en un principio Cayetana le rechazó pensando que la intentona de la fuerzas sublevabas contra la República no duraría mucho.
Mientras fructificaba la relación, Jump, que poco antes se había afiliado al Partido Comunista, partió para España para combatir como uno de los 2.300 voluntarios de las Islas Británicas que se alistaron en las Brigadas Internacionales.
Sus buenos conocimientos de español, idioma que había aprendido en el colegio, hicieron que desempeñara funciones administrativas y de traducción, hasta que finalmente entró en combate en la batalla del Ebro, donde fue herido antes de regresar a su país, a finales de 1938.
Dos años después se caso con Cayetana, con la que acudiría periódicamente a España para visitar a su familia en San Sebastián y La Rioja.
A la muerte del general Franco, los dos vendieron su casa en el Gran Bretaña y se mudaron a Logroño, donde compraron un piso en el céntrico paseo del Espolón.
Allí convivirían hasta que en 1983 se separaron de mutuo acuerdo como consecuencia de la precaria salud de Jump, que, sin embargo, siguió visitando regularmente España para elaborar su diccionario.
A finales de 1990, Jump falleció en la localidad británica de Southend on Sea, desde donde sus restos fueron devueltos a su localidad natal para ser enterrados envueltos en una bandera republicana y acompañado de sus compañeros brigadistas.
Somos Compatriotas
Inglés por nacimiento soy
por costumbres y educación
mas, por adopción y por elección
creo que soy buen español.
Siendo compatriota tuyo,
más cerca de ti me siento
y, estando cerca de ti,
aún más español me creo.
Sol sobre el frente
El sol se suma a nuestro pesar
mientras yacemos boca abajo en la tierra enfadada.
Sudamos y, como miserables,
conservamos nuestra menguada ración de agua,
ahora ya asquerosamente caliente.
No recibiremos más antes de la noche.
En un delirio sueño que floto. Sueño
con frescas brisas marinas. Sueño
con estirarme sobre hierba alta a la sombra de un sicomoro. Sueño
con echarme en un rápido torrente de montaña.
En la cara de bronce incandescente del sol
no hay sonrisa de compasión.
Su cálido aliento oxida la hierba seca
y trae a nuestra línea
el perfume del pino,
de la retama y del tomillo de montaña.
El sol sonríe sin piedad sobre los heridos
ahí afuera es tierra de nadie.
Una cortina invisible de potenciales balas
cuelga entre ellos y nosotros.
Las armas enemigas previenen
a nuestros camilleros pero no previenen
la mirada vibrante del sol.
Los quejidos de nuestros camaradas
y sus ruegos de socorro llegan a nosotros
en el aire cálido.
¡Oh, madre mía! ¡Madre mía! agoniza uno.
¡Agua, agua! gime otro.
Por fin el sol seca
la humedad de sus lenguas
y evapora sus lamentos.
A mi lado
un joven recluta español se santigua,
sus labios se mueven veloces
sin ningún sonido.
Ahora el silencio asfixiante es aterrador.
Tratamos de olvidar a nuestros amigos de ahí fuera.
Nos tratamos de concentrar en nuestro propio pesar
mientras yacemos, boca abajo sobre la tierra enfadada.
Nos forzamos a nosotros mismos a pensar en nuestro combate
contra el sol.
De James R. Jump, VV.AA. Hablando de leyendas. Poemas para España.
Poemas escritos por brigadistas internacionales de las Islas Británicas
que participaron en la Guerra Civil Española
(Edición de Jim Jump, Antonio Díez y David González, Baile del Sol, 2009).
CIGARRILLO COMPARTIDO
Hace medio siglo
durante un breve recalmón en la batalla
fumamos entre los dos un pitillo -
el último de diez marca Woodbine
que me habían enviado envueltos en un periódico.
Liamos dos cigarrillos esqueléticos
y suspiramos contentos
mientras tragamos el humo,
llenándonos los pulmones con dulce esperanza.
Más tarde aquel día te mataron
y enterramos tu cadáver
allí en la montaña que da a Gandesa.
Cincuenta años después
todavía vagueas
en los márgenes de mi mente,
y haces repentinas incursiones
en mi nebulosa memoria.
Sin previo aviso aparece tu cara
y veo otra vez
la sonrisa permanente,
los ojos destellantes,
la mal afeitada barbilla.
Entonces recuerdo cómo te hallamos
caído sobre tu ya silenciada ametralladora.
En el bolsillo de tu camisa
había una pitillera vacía,
sin ni una fibra,
ni una miga de tabaco.
Me alegré en aquel momento
(y todavía me alegro)
que compartí contigo, Jorge,
mi último Woodbine.
El Paso del Ebro, 24 de julio de 1938
Pronto nos lanzaremos al ataque.
No va a ser una maniobra rutinaria.
Debemos volver a conquistar
el terreno que perdimos hace tres meses.
Todas mis pertenencias se han ido en un camión
hacia la seguridad de la retaguardia
y me quedo solo,
vestido con mi uniforme harapiento y mis temores.
No tengo nada mío en los bolsillos,
ni siquiera una navaja o un peine.
No tengo dinero, ni una sola foto
para que me trasporte, temporalmente,
lejos de la guerra.
Tengo un fusil de 1908,
cincuenta cartuchos metidos en los bolsillos
y dos bombas de mano atadas al cinturón.
Envuelto en mi manta tengo un pan
y una lata de carne.
La taza de hojalata y mi cantimplora están firmemente sujetas
para que no traqueteen cuando corro
agachado
sobre mis alpargatas
o me arrastro sobre la tripa
como un torpe lagarto sin cola.
Si tengo suerte y regreso del frente,
quizás dentro de diez días
volveré a tener mis pertenencias:
un volumen de poemas de Lorca,
una insignia metálica con los colores de la España republicana,
una foto de Cayetana,
una estilográfica y una muda de calcetines.
Pero primero debemos lanzarnos al ataque.
James R Jump, Hablando de leyendas. Poemas para España, de Varios Autores
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