José Angel Valente, Emilia Palomo, su primera mujer, Jacinto López Gorgé (que facilitó la foto), Dora Bacaicoa y Muhammad Sabbag
Mohammad Sabbag
(Tetuán, Marruecos, 1927)
En la poesía de Mohammad Sabbag, encontramos, en palabras de Vicente Aleixandre, “cantos inconfundibles, donde hay tanto de pasión propia, coloreada y patética, como de alcanzados acentos de iluminada solidaridad”.
EL LOCO
Durante los diez primeros años de mi vida,
escribí sobre mi traje escolar:
Mi pueblo es mi canción.
Y seguí cantando…
Pasó el tiempo. Sopló el aire. Y se llevó mi canto.
Durante los segundos diez años de mi vida,
tracé sobre mi libro, con mi pluma:
Mi pueblo es mi juventud.
Pasó el tiempo. Sopló el aire. Y borró mi escritura.
Durante los últimos diez años de mi vida,
escribí con mi propio sudor, sobre mi frente:
Mi pueblo –y vuestro pueblo– se ha dormido en vuestros brazos.
Y pasa junto a mí mi propia gente, espantada, diciendo:
¡Ese es el loco! ¡Alejaos de él!
El árbol de fuego, 1954. Versión de Pedro Martínez Montávez.
Hay gentes que siembran sus sueños en invierno
para que, cubiertos de hojas, den flores en primavera.
Otras hay que los siembra en verano
para que nazcan en las riberas con el sol.
Pero yo
siembro mis sueños en otoño, entre brasas,
para recogerlos con mis dientes
de las llamas.
Del fuego de la luna y otros poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario