miércoles, 15 de febrero de 2012
5906.- LUÍS QUINTAIS
Luís Quintais (Angola, 1968) se mudó a Portugal al final del periodo colonial, estudió en Lisboa y ahora es profesor de antropología en la Universidad de Coimbra. Su primer libro de poemas A imprecisa melancolía recibió el Premio Aula de Poesía de Barcelona y recientemente ha merecido el Premio Luis Miguel Nava por Duelo. Quintais, como muchos de los poetas de su generación, descreen de la tradicional presunción que la poesía dice verdades y crea belleza. Lo suyo es una voz que habla al mundo con un Usted y pregunta sin esperar respuestas. La poesía, como un pájaro que bate sus alas dentro de una bolsa de basuras.
Borges I
Ahora se llama Borges.
En un lugar de espejos donde los nombres se encuentran
el perro responde al nombre reciente.
Así es todo el reconocimiento.
Antes de llegar a nuestra puerta
tuvo otro nombre,
y antes de esa puerta
habría tenido otro.
La infinita regresión de sus nombres
y de las puertas que lo recibieron
nos trae el eco de los infatigables desciframientos.
El perro se adormece en el salón.
Sus sueños contienen el colapso de los nombres
en su carne.
Ahí se escribirá
lo que no sabemos leer.
Borges II
Sigue las grúas.
Orejas
alerta
en dirección
al cielo,
a ese cielo que sólo él
presentirá.
¿Presentirá?
Borges III
Las patas delanteras
Abrazan
el brazo.
Sus ojos me escrutan
atentamente.
Ve mi rostro
y completa
el dibujo
de mis improbables
pensamientos.
¿Cree ser humano?
Borges IV
Dibuja un círculo entorno a sí mismo.
El cuerpo se cierra sobre sí
como el enredo mortal.
En el centro habrá ciertamente
el hueco, el lumen
de su futuro fin.
Tierno es el movimiento
y así quedará pegado al ámbar
de nuestros dedos
que se afanan en el territorio
de la cruel enfermedad de existir.
Borges V
La lagartija huirá siempre.
No reconoce otra regla
que no sea la fuga.
Las patas se hunden sobre
su alargada elegancia
y súbita es la atención
que la reconoce flotando
como caudal visible
en la boca del animal
de pelo dorado.
Borges VI
¿Es la inocencia o la soledad
quien te trae por casa?
Borges VII
Le conozco las vacilantes parábolas dibujadas
en el invisible territorio del olor.
Pero ¿qué sé yo de los finos dedos que entrelazan densos hilos
en ese lugar que habitando habito inocentemente?
Será esa, ciertamente, la desconocida lengua
que ya dice lo que nos condena.
Versiones de Umberto Cobo y HAT
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