JAVIER DAS
Nacíó en Madrid en 1980. Ha publicado los poemarios en estas 4 paredes y No hay camino al paraíso. Ha participado en las antologías El Tejedor... en Madrid y Los rincones más oscuros (Antología del miedo) y en los fanzines "Es hora de embriagarse con poesía", "Groenlandia" y "Vinalia Trippers". Ha escrito el prólogo de Ya no leo tebeos de Wonderwoman, poemario de Ángel Muñoz.
http://www.callados.blogspot.com/
CAMBOYA
En Camboya,
por las calles,
hay niñas
que venden naranjas
que guardan en un cesto.
Y los turistas,
sonriendo,
viendo ternura en la escena,
les sonríen
e incluso
las fotografían.
Lo que no saben,
lo que no les han explicado,
es que esas niñas,
en su mayoría,
son esclavas,
prostitutas,
que venden su cuerpo
camuflado en unas piezas de fruta,
que un hombre,
cuantas más compre,
más completo quiere el servicio.
Porque cómo dice el folleto
de una exposición de fotografía
que visito
"el hombre que compre
las naranjas
acabará por sacarle
todo el jugo a la niña"
EN ÉPOCA DE CRISIS...
Hoy recibo
dos mails de una editorial.
En el primero me rechazan
un original que les mandé
hace cuatro o cinco
meses,
sin frío en las manos,
han tardado poco,
tardaron un año en rechazar
en estas 4 paredes
y dos en
933 versos.
El segundo
es otro rechazo,
otro original
que no se edita,
escrito en viernes.
El problema
es que juro
que este poemario
no es mío,
yo no lo he escrito.
yo no lo he mandado.
Tal vez será un aviso,
una advertencia,
una oferta,
un 2x1,
un avance de la nueva colección
donde yo
una vez más
no tengo cabida,
un rechazo anticipado
para que no me moleste
en enviarles
más.
CUESTIÓN DE ROLES
Para escribir
utilizo un cuaderno
tamaño cuartilla
como el que los niños
utilizan para ir
al colegio.
Me gusta
porque es barato,
cómodo
y tiene rayas
- nunca me gustó
escribir en folio -.
Pero lo más importante
de todo
es su tapa,
porque en un recuadro
está escrita la marca,
GUERRERO,
y yo,
a la hora de enfrentarme
a algunos poemas,
me lo creo.
EL DESEO
Coge el coche,
te invito
a escuchar
un disco nuevo
que me he comprado.
Y de paso,
si quieres,
cenamos en algún
bar de carretera,
en el que quieras,
di un kilómetro
y nos paramos.
Seguro que allí
no hay tanta luz,
y con un poco de suerte,
si la noche está despejada,
podremos ver las estrellas.
Creo que si lo pienso
nunca he visto una estrella
fugaz.
Y tal vez ese sea el problema
en todo esto,
que nunca he podido
formular
mi deseo.
NOCHEBUENA
En las fotos
de la cena de Navidad,
entre huevos rellenos,
platos de jamón,
paté y salmón,
destaca una cara
entre todas,
la de mi padre,
con 5 meses y medio
de enfermedad
a sus espaldas,
y en cambio,
40 kilos
menos de peso.
Fue una
de las pocas veces
que pudo cenar
algo sólido
y no basar su alimentación
en batidos especiales
con sabor
a plátano.
Lo que sorprende
al ver
el resto de las caras,
es que ninguna
muestra
el más mínimo
signo
de tristeza,
todo son risas,
felicidad,
como cualquier
otro año.
Porque
el regalo
que todos
recibimos ese año,
fuera de objetos materiales
y dinero,
fue
compartir esa cena
con él,
prepararla a su lado,
verle sonreír,
y por una vez,
ganarle la partida
a un cáncer de estómago,
aunque
solamente diez días
más tarde
nos demostrase
a lo que había venido.
Desgaste
Tiro a la basura
mi viejo estropajo,
roto por varias partes
y con poca efectividad.
Porque como las personas,
de tanto quitar mierda,
de tanta suciedad a soportar encima,
empiezan siendo una cosa
pero el tiempo les rompe
poco a poco.
A punto del naufragio
Un barco a la deriva
siempre se acaba hundiendo.
Necesita de unas manos
que lo manejen,
que lo guíen
a tierra.
En alta mar,
un tablón de madera
puede ser tu pasaporte para seguir con vida.
Tú y yo, hoy,
no sabemos nadar,
nuestras manos se distraen
acusándose,
y este barco
hace rato
que no advierte
las señales
del faro.
Nudos
Un boxeador
con los guantes desatados
seguramente
pierda el combate.
A mí,
los nudos
sólo se me forman
en el estómago
cuando escribo.
Pero eso sí,
sin ellos,
yo también estaría
perdido.
De Manual
En el manual militar
de un amigo
que ingresó en el ejército
enseñaban todo tipo
de técnicas
de camuflaje.
Cómo conseguir
que no te vean,
cómo camuflar tus armas,
pintar tu casa,
qué ropa llevar.
En definitiva,
cómo actuar
cuando nadie
debe reparar
en ti.
La sociedad
en la que vivimos
no necesita de manuales.
Es muy simple
No quieras ver siempre
el vaso medio lleno
o medio vacío.
Mejor acábate
lo que te queda
y pídete otro.
A éste te invito yo.
Cuestión de roles
Para escribir
utilizo un cuaderno
tamaño cuartilla
como el que los niños
utilizan para ir
al colegio.
Me gusta
porque es barato,
cómodo
y tiene rayas
- nunca me gustó
escribir en folio -.
Pero lo más importante
de todo
es su tapa,
porque en un recuadro
está escrita la marca,
GUERRERO,
y yo
a la hora de enfrentarme
a algunos poemas,
me lo creo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario