viernes, 1 de julio de 2011
4057.- SERGIO GASPAR
Sergio Gaspar (Checa, Guadalajara, 1954). Es fundador y director de la editorial DVD Ediciones. Ha publicado los libros de poesía Revisión de mi naturaleza (1988), Aben Razin (1991), El caballo en su muro (2004), libro que recupera y corrige una parte de Revisión de mi naturaleza, y Estancia (2009). Ha traducido el libro Mula muerta, del poeta Sebastià Alzamora.
NO APLASTES MÁS EL POLVO…
No aplastes más el polvo.
Abandona esta vieja tarea de tus muertos.
Termina ya de hacerlo
con tu orina, con tu sombra,
que aplastan el rostro sin gesto del polvo.
Porque hay algo que quiere levantarse.
Cuando entras en el quirófano,
lo notas rozándote la espalda,
horizontal, como una carretera.
Lo sabes, cuando te tumbas
sobre la arena del verano:
alguien le habla a tu piel,
con una uña concluida en caricia.
Sobramos. Mientras
estemos aquí no sobraremos,
porque otros se entretuvieron en llenar
el aire de tareas para nosotros,
desde planchar la ropa
a amamantar a un niño,
y nadie sobra en este oficio
de impedir que el polvo se levante.
Pero sobramos, aun siendo necesarios.
A pesar de nuestras manos imprescindibles
para lavar los platos y apagar la luz,
seguimos sobrando en la oscuridad y en la luz.
A pesar de nuestros ojos que vigilan
las metamorfosis de la piedra
hasta volverse casa, cocina, estancia
donde duerme lo que amamos,
viviremos sobrando siempre entre la piedra.
No hablo de los demás,
de los que tal vez sean necesarios.
Hablo de ti y de mí.
De los demás yo no sé nada.
Ven a abrazar el polvo puesto en pie.
ESTANCIA (Fragmento)
No es que desee amar especialmente,
porque amor ni me sirve ni le sirve
normalmente a quien dices que lo amas.
Pero yo no seré yo. Yo soy tu hijo,
y esta inercia me conduce a postura
de decir. Tengo que amarte. Déjame
que te ame. Te levantarás. Los muertos
se incorporan nunca, cuando nadie
los mira. Tú, con tus ojos perfectos
que me vieron nacer, pronunciarás
-o dirás nada y sonará lo mismo-
esperé muchos años a que me pidieses.
Quiero bailar contigo. El momento es éste.
Cuando la orquesta se ha ido, cuando
no queda plaza ni noche. Entremos
en esta música que no está sucediendo.
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