domingo, 24 de julio de 2011
4236.- KOSTAS E. TSIRÓPULOS
KOSTAS E. TSIRÓPULOS nació en Lárisa (Grecia), en 1930. Estudió Derecho en la Universidad de Tesalónica en donde comenzó a publicar sus primeros poemas bajo las orientaciones del gran poeta de la Generación de los años 30, Y. Z. Vaf�pulos. Instalado definitivamente en Atenas, se dedicó a las actividades de la Banca, fue consejero del Ministerio de Educación y pasó a dirigir, hasta hoy, la magnífica revista Evthini (Responsabilidad) y Las ediciones de los amigos, en las que ha editado a grandes representantes de la poesía griega y de la literatura española. Poeta y ensayista, Tsirópulos debe adscribirse a la Segunda Generación de Postguerra junto a los poetas que publican sus primeras obras durante la década de los años 60.
Entre sus libros de poemas figuran: Odeón (1962), publicado por primera vez con el título de Odeón para voces solitarias y con el nombre de Kostas Evanguelu, Noches (1964), Conocimiento del mar (1965), Verano negro (1973), Los ángeles (1977), con traducción españla de J. Ruiz (Barcelona 1983), Cuaderno de alucinaciones (1979), Semana Santa (1980), Eros, Hypnos, Thánatos (1985), Orquestaciones (1986), Misterio (1988) y, recientemente, Himno de salida (1999). Toda su obra poética está recogida en Textos completos, tomo I (Atenas 1995).
En su calidad de ser uno de los mejores ensayistas griegos contemporáneos, ha editado, entre otros ensayos, Sobre las pasiones, Cultura del cuerpo, La dignidad humana, Música, El signo de puntuación, con traducción castellana de V. Fernández González (Barcelona 1978) y Sobre la ternura, con traducción de J. A. Moreno Jurado (Sevilla 1997). Algunos poemas suyos aparecieron en la revista ConDados de Niebla 17-18 (1996) 15-18
Traducción de J. A. Moreno Jurado
RECUERDO DE MI NACIMIENTO
Salí de cálida tierra
estatua desnuda
con ojos llenos
de lágrimas de la noche
anonadado por los aromas de la oscuridad
pero intacto
con el arco de mi mirada
en el cielo.
Bajo los párpados ocultos
se congrega herido
el mundo
obedeciendo a incomprensibles
leyes
de los nidos de los ojos
se precipitan
las hambrientas aves
del amor
buscando en la noche
alimento.
Duermen los ojos
con intranquilas alas
en senos oscuros
de misterios que titilan.
Escuchas y vas creciendo completamente
en las palmas de las manos
de tu muerte.
De Noches (1964)
POEMA DEL ALBA
Un lecho amplio amplísimo
cubre toda la creación
sobre una sábana completamente viva
yo tú
mortal decisión.
Al alba entorné
la puerta
subían del cementerio
gemidos ensangrentadas flores.
Daba vueltas en el lecho
tú me tocabas sin ojos
de nuevo salvaje luz
en el cuerpo
sin hablar
pozo de tierra con luces
devorándote las entrañas alegremente
mientras te deslumbrabas
huyendo a lo lejos con heridas
a las alturas
desdeñando lo que no era
pasión luz en noche.
Afuera hacía gárgaras
el día
cerraba la cantera de la carne.
Verano negro (1973)
1
El misterio embriaga el cuerpo
en el calor otoñal
no distingue
la oscuridad del Sueño
aja mis células.
Palpa carne temblando
mortalidad
las tormentas suspiran
recuerdo
mortalidad y recuerdo, saciado,
en tálamo de fuego brillan
esperando resurrección explosiva
tiniebla semillas enojadas
por la noche quemando Amor
que blanquea los cuerpos
antes de que, agotados,
se escondan
en las criptas del Sueño
tiniebla Sueño
misterio.
¿Criaturas de qué mundo
pólvora sangres
pasan la sequía de las lágrimas
burbujeando triunfo
cuando los cuerpos, sonámbulos,
coletean gloria de la carne?
Eros, Hypnos, Thánatos (1985)
C. P. KAVAFIS
Cuando a la medianoche
con dedos curiosos buscaban
escrituras maravillosas en sus cuerpos
recibían su belleza poética
con palabras y silencios.
Oh carne bien escrita
que en el mar de la mañana apareciste
inmarcesible
iluminando la creación de los griegos
con incorruptibilidad de amada alegría,
aquí, en la noche de muchas lenguas,
te abrieron
y vieron en tu arco misterioso
evidencia definitiva de la hermosura
cuando sus mentes perfectas
ebrias del vigor de la fantasía
se bañaban en los jugos del cuerpo
y de las fuentes oscuras de su dolor
hacían subir las palabras de inmensas ramificaciones
para que viviesen al fin su afirmación
en sus aguas injertadas
antes de que el brote satrapía del tiempo
las amontonase en ruinas oscuras
viajes de la melancolía
de manera que los griegos, al golpear
sus noches con el cuerpo en vilo,
levantasen sobre la muerte
la insigne inmortalidad
del arte de las palabras.
De Misterio (1988)
A MEDIA LUZ
1
Cuerpos a medianoche
en inmortalidad
la lengua ondeaba
sobre ellos
humedad palabras roturas
pensamientos de dioses
Su materia hacían saltar
chirriando
y veían
mitificarse el tiempo
poema barco
cenizas
Amor seísmo
de cuerpos de nombres
en Grecia
sables de hermosura
cuando la lengua adivinaba
la pasión de la carne
de dioses de hombres
Misterio (1988)
A OLGA
Cada vez
Que me cogías por el cuello
Y me decías compactamente
“Mira el abismo
Mira la oscuridad
Mira el caos – la fiera”
Me volvía a mirar
Tus ojos
Y apoyaba el mundo en la luz.
Cada vez
Que hablabas con grave silencio
Y adivinabas que te oía
Y que consideraba
Que se trataba de una despedida
No era cobarde.
Lloraba.
Sin embargo, lloraba
Con las lágrimas
Que los demás no adivinan,
Las más amargas.
Himno de salida (1998)
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