sábado, 19 de marzo de 2011

LORÁND GÁSPÁR [3.531]


LORÁND GÁSPÁR

Nacido en 1925 en Marosvásárhely en la Transilvania oriental (actual Rumanía), Lorand Gaspar estudió en la Escuela Politécnica de Budapest hasta 1943, fecha en la que fue movilizado y más tarde deportado a un campo de trabajo por el gobierno nazi en Hungría. Tras este episodio estudió medicina en París y ha trabajado como cirujano en los hospitales franceses de Jerusalén y Belén, así como en el hospital Charles Nicolle de Túnez.

Alemán, húngaro y rumanoparlante desde niño, añade a sus conocimientos un cuarto idioma, el francés, que se convertirá —sobre todo tras obtener la ciudadanía francesa— en su lengua cotidiana, familiar y profesional. Sus obras estarán escritas en francés en original. «No puedo concebir vivir en una lengua y expresar mi experiencia vivida en otra», comenta el propio autor.

Entre sus obras caben destacar poemarios como Le désert vivant, Sol absolu et autres textes (Poesie/Gallimard, 1982) o Patmos et autres poemes (Poesie/Gallimard, 2001). Obras en prosa como Feuilles d’observation (Gallimard, Paris, 1986), Apprentissage (Deyrolle/Verdier, 1994) o Arabi e Heureuse (Deyrolle/Verdier, 1997).
Su labor de traductor le ha llevado a traducir a autores como Rilke, Joachim Sartorius (alemán), Georges Seferis, Sàndor Weöres, Jànos Pilinszky, Georges Somlyo o Bela Marko (húngaros) o Paolo Cristofolini (italiano).


Estos poemas pertenecen a Patmos et autres poèmes.

Traducción y notas: José Manuel Gallardo Parga


LA MAISON PRÈS DE LA MER – I

8.

el silencio de los muros el pudor de la palabra rosa
murmullos de olor al fondo de los años
y la mar desnuda en las habitaciones desiertas —
mis ojos quedaron de nuevo atrapados en la noche
pero ahora escucho el día que modela
el petirrojo en su garganta —




LA MAISON PRÈS DE LA MER – II

2

los guijarros tiemblan
los guijarros ríen
se acercan con la resaca
entrechocan y se vuelven a acercar
tintinean en mi bolsillo
hacen comprender a mis dedos
la idea de que puedo
escuchar y tocar —




de pie
frente a la mar
los ojos cerrados
se diría que desde siempre
como si esperase
que como la savia
la luz ascendiera
de no se sabe qué profundidades —
como si hubiese comprendido
que ni las palabras
ni las luces
bastaran
para ver realmente —




NOCHES

acojo la noche
sin importar si la grandeza
de su techado hoy
me esconde el centelleo
de una profundidad sin fondo —
en las noches de insomnio
escucho puros los propósitos de la mar
y la quemadura del batir
de alas descosidas del corazón
— silbido extraño
del mochuelo —



MAR ROJO

Luz enérgica, corrosivo amor,
desnudez a la que la llama no se compara
palpitaciones inmóviles en la piedra —
dureza del fondo bajo el agua traslúcida
encantamiento de colores y formas
destello de escamas y de cuerpos
en la mecánica de los dientes voraces.
Descalzos ensangrentados caminamos hacia Jardin

Poder ver y a veces ser ciegos
aceptar un movimiento tan simple del cuerpo
llevar en lo más claro del pensamiento ciertos días
una costra pesada de noche en el corazón
(como se vacía un pozo con la sed del desierto —)

Ser cuerpos opacos, pero penetrables
como los huecos de los macizos calcáreos
en los que por la noche fermenta la claridad —
sucede entonces que ,cercados de tinieblas,
volvemos el rostro hacia la nada —

Y todo esto que nada desde hace tiempo
en la tierna hinchazón matinal
vista en el agua que rompe en el abismo
que ocupa toda la superficie abrazada —

http://www.elcoloquiodelosperros.net/numero16/espanola16.htm#lorand


Poemas de Lorand Gaspar

Traducción: Víctor Bermúdez
http://thelightpassenger.blogspot.com.es/


La poesía de Lorand Gaspar

El nomadismo es uno de los rasgos determinantes de la biografía de Lorand Gaspar. Nació en Transilvania —actual Rumanía— en 1925 y adoptó el francés como su lengua de comunicación literaria. Homo viator, como es, Lorand Gaspar se forma en la ruta como escritor errante: inicia estudios en Budapest para posteriormente refugiarse en París durante la Segunda Guerra Mundial, donde se forja como médico y desde donde parte —ya como ciudadano francés— a Jerusalén, y quince años más tarde a Palestina y a Túnez. Funda y dirige en los años setenta la revista Alif, junto a Jacqueline Daoud y Salah Garmadi, sobre literatura árabe y francesa. En su faceta como traductor, Gaspar exploró las escrituras de autores como D.H. Lawrence, Rainer Maria Rilke, Georges Séféris y Janos Pilinszky, entre otros.

Un código de austeridad atraviesa las moléculas de la poesía gaspariana bajo los signos del desierto, el mar, la luz y el cuerpo. Se trata de una escritura del hombre en el espacio, una geopoética, en la que lo literario y lo científico se erigen como dos formas de acceso al conocimiento dotando a la metáfora de un potente contenido epistemológico. Y es que la noción de aprendizaje es telón de toda su obra: el pensamiento de Gaspar se construye en la intersección entre lo científico y lo poético, donde acontece lo corporal, lo fenomenológico. Se trata de un escritor forjado en la pluralidad de lenguajes, en la comprensión de los procesos neurológicos, en la traducción, la fotografía y la curiosidad. Así se revelan las costuras de una escritura humanista de la mano de un genuino aprendiz de la luz.


El jardín de piedras

Vivimos en la frescura de ir
portadores de imágenes al jardín de piedras
el vasto imperio expandido, airado.
Lo que permanece a lo largo de los años,
suspiros azulados, violencias calcáreas
enorme región de vidas enmudecidas
crujidos verdes en los dedos de tiza
poco a poco aprendimos a escuchar
en algún lado la caída del jazmín –


*

todas esas noches en las piedras
duermes los ojos los pulmones empapados
de ruidos de un viento inagotable.
La crudeza límpida de una fuga de los cuerpos
adosada a las horas que atormentan la cama
del campamento agitado por la luz –

callar los nombres con suficiente gozo
para que las líneas de fuerza
se muestren en los blancos.
Ve si puedes sentir la arteria
de tanto peso –


*


Hubo noches de acero frágil
Engarzados de gestos inclinados sobre el fuego
el peso de la arena y las penas olvidadas.
Tragaluz paciente en la espesura de la sombra
cada alba en el granito del corazón
tú vuelves a aprender a agitar la luz –


*


Ese ruido de palabras
que viniste a secar
sobre esas pistas donde el viento
se prepara con los cuidados la minucia
de un entomólogo inclinado sobre los coleópteros –

lo que yo amaba por encima de todo
claridad de hierbas de frágil felicidad
era en suma la invención del tallo
brotado temerario, vulnerable
ocupado solamente en crecer.


*


Que en una tersa sílaba yo pueda
diluir toda violencia y todo oro
ese puro trigo de mí mismo enmudecido.
El desmoronamiento está en mis dedos –


*


Te siento como una flexión en mi voz
donde los polvos de la tarde vienen a asentarse.
La travesía será larga decía el ángel
en la espesura de la piedra


*


que no quede más que el ojo indiviso de nuestra carga.
Volvemos siempre más pesados a la tierra
agujereados de espacio clavados de luz
las manos apacibles en el descenso –


*


tus brazos caen
en bajo bosque violáceo
tus ojos caen
y las escamas de la voz
y yo me escucho mil siglos más lejos
recompuesto sonido por sonido.


*


Sostengo mi vida
una migaja de pan
muy fuerte los cien gramos
del prisionero de guerra
y a menudo tengo tanta hambre
que apenas quedan
y las cosas se colorean
de temores maravillosos –


*


Noche todavía.
Ráfaga de ventana en los cuerpos
abruptos y callados.
La llama pintada del día voluble
sus maquillajes encima del ícono de carne
y cada grado de la noche para comprender
la memoria obsoleta, ¿hasta dónde nos dilataremos?

Esta plenitud casi y el desgarre de los faros
las aguas de dentro sacuden las ventanas
inmóvil yo escucho escucharme en algún lado
un hambre desbordante de nacer –


(versión original en francés)


Le jardin de pierres

Nous vivions dans la fraîcheur d’aller
porteurs d’images au jardin des pierres
le vaste empire répandu, éventé.
Ce qui reste au large d’années
souffles bleuis, violences calcaires
énorme pays de vies muettes
craquements verts dans les doigts de craie
peu à peu nous apprîmes à écouter
quelque part la chute du jasmin –

(QEM, 77)


toutes ces nuits dans les pierres
tu dors les yeux les poumons trempés
de bruits d’un vent à jamais.
La crue limpide d’une fugue des corps
adossée aux heures qui harcèlent le lit
du campement hâtif dans la lumière –


taire les noms avec assez de joie
pour que les lignes de force
se montrent dans les blancs.
Vois si tu peux sentir l’artère
de tant de pesanteur –

(QEM, 78)


Il y a eut des nuits d’acier froissable
serties de gestes courbés dans le feu
poids des sables et peines oubliées.
Lucarne patiente dans l’épaisseur de l’ombre
a chaque aube dans le granit du cœur
tu rapprends à bouger la lumière –

(QEM, 79)



Ce bruit de mots
que tu es venu sécher
sur ces pistes où le vent
se prépare avec les soins la minutie
d’un entomologiste penché sur les coléoptères –

ce que j’aimais par-dessus tout
clarté d’herbes du bonheur fragile
c´était en somme l’invention de la tige
poussé téméraire, vulnérable
occupée seulement à croître.

(QEM, 80)



Que dans une très douce syllabe
je puisse diluer toute violence et tout or
ce pur froment de moi-même tu.
L’effritement est à mes doigts –

(QEM, 81)



Je te sens comme une flexion dans ma voix
où les poudres du soir viennent se poser.
La traversée sera longue disait l’ange
dans l’épaisseur de la pierre

(QEM, 82)



qu’il ne reste plus que l’œil indivis de nos poids.
Nous revenions toujours plus lourds à la terre
troués d’espace cloués de lumière
les mains apaisées dans la chute –

(QEM, 83)



tes bras tombent
en forêt basse violacée
tes yeux tombent
et les écailles de la voix
et je m’écoute mille siècles plus loin
recomposé son après son.

(QEM, 84)



Je tiens ma vie
un morceau de pain
très fort les cent grammes
du prisonnier de guerre
et souvent j’ai si faim
qu’à peine il en reste
et les choses se colorent
de peurs merveilleuses –

(QEM, 85)


Nuit encore.
Rafale de fenêtre dans les corps
abrupts et muets.
La flamme peinte du jour volubile
ses fards posés sur l’icône de chair
et chaque degré du soir à comprendre
la mémoire périmée jusqu’où nous dilaterons-nous ?


Cette plénitude presque et la déchirure des phares
les eaux du dedans se cognent aux vitres
immobile j’écoute m’écouter quelque part
une faim intarissable de naître –

(QEM, 86)

http://www.vallejoandcompany.com/poemas-de-lorand-gaspar/ 




Poemas de «Fouilles», segunda serie de Égée, por Lorand Gaspar

Traducción y texto: Víctor Bermúdez

Inédito en español, el poema «Fouilles» es la segunda serie de la obra Égée publicada en 1980. Estos cuatro poemas contextualizan al hombre prehistórico y representan el aprendizaje que se inaugura en el contacto del hombre con la naturaleza. La cueva es pues el espacio, junto a los primeros palacios minoicos, donde Gaspar representa nacimientos o primeras escrituras primitivas, trazos de una humanidad excavándose, reconociéndose.


Excavaciones


Neolítico II

     Diosas adiposas que no ha tocado aún la
proporción, ni las gracias complicadas, ni el ascesis,

     todo a su reserva de leche, de lípidos, de semillas —
     reina del pliegue que exhala la aloe amarga y los sieteperfumes propiciatorios, mezclados con los husmos de las bestiasgrasas sobre el fuego.
     En un rincón de la casa, en las grandes jarrasblancas, en cuclillas, los muertos.
     Allá, entre los crisantemos de alta mar,con su pesada carga de obsidiana, las barcas deMelos derivan.
Minoico antiguo

La mano deletrea en el sueño las piedras
los nombres y los ritmos del conjuro.
Y es tan clara esta voz procedente de lo opaco,
es tan simple la garganta que ella abre a lo que pesa,
que la mano se estremece sobre las pendientes escotadas.
Adosada a la noche, ella vacila todavía,
tantos ruidos agudos de las aguas en los dedos,
sigue una línea aún desconocida en el mundo
de punto en punto donde su tacto respira,
donde la onda de piedra desabrocha su cuerpo,
desata en el vientre la dicha de la plenitud,
ella repite la línea desconocida ya en el mundo,
en el calor del mismo estrago olvidado.


Minoico medio III

Pozos de luz de los palacios de Tilisos
pozos de sombra de las fiestas del verano
En la habitación profunda de frescor
la Piedra de la mirada en el anillo oscuro
Roto por un breve chorreo de cobre
Culebra de la fecundación, protectora de los muertos.

Recolectores de azafrán,
Recolectores de pepitas rojas, azules y blancas
En Cnosos y en Hagia Triada
la sed de las flores bajo el peso de los muertos
curva la mano en los flancos del jarrón —
¡como brilla un instante en el vientre húmedo del sol!
Hombres lampiños de largas melenas,
ceñidos de taparrabos, adiestrados en combates,
el arco tendido al extremo del movimiento,
cosechadores y portadores de ofrendas —
chorreo de hachas y de joyas —
damas azules y hombres de largas melenas
¿qué han visto tan incomprensible?
¿Qué era este clamor encima de sus umbrales?

año 1570




Minoico reciente I
(de Hagia Triada)

Delfines, pulpos, peces
frescor de lino, de cañas, de olivos,
vibración del día en un color
gozo de una línea que se mueve todavía
y yo sueño con esta mano entre millones
de manos, sorprendida, feliz —
y no sé qué, un pigmento
que hace que el alma respire,
que vea la vida esas cosas que
vienen a mis ojos
y morirán una vez más —


——


Fouilles


NÉOLITHIQUE II

   Déesses adipeuses que n’a pas encore touchées laproportion, ni les grâces compliquées, ni l’ascèse,
     tout à leur réserve de lait, de lipides, de semences —
     règne de plis qui exhale l’aloès amer et les septparfums propitiatoires, mêlés aux relents des bêtesgrasses sur le feu.
     Dans un coin de la maison, dans les grandes jarresblanches, accroupis, les morts.
     Là-bas, entre les chrysanthèmes de haute mer,grosses de leur charge d’obsidienne, les barques deMélos dérivent.
(EJ, 21)



Minoen ancien

La main épelle au sommeil des roches
des noms et des rythmes pour une incantation.
Et si claire est cette voix tirée de l’opaque,
si simple la gorge qu’elle ouvre en ce qui pèse,
que la main frissonne sur les pentes évidées.
Adossée à la nuit, elle hésite encore,
tant de bruits fins des eaux dans les doigts,
elle suit une ligne encore inconnue dans le monde,
de point en point où son toucher respire,
où l’onde de pierre déboutonne son corps,
délace au ventre le bonheur du plein,
elle redit la ligne déjà inconnue dans le monde,
dans la chaleur du même ravage oublié.

(EJ, 22)




Minoen Moyen III

Puits de lumière des maisons de Tylissos
puits d’ombre des fêtes de l’été.
Dans la chambre profonde de fraîcheur
la Pierre du regard dans l’anneau sombre
Rompu d’un bref ruissellement de cuivre
Couleuvre de fécondation, protectrice des morts.

Cueilleurs de safran,
Cueilleurs de pépites rouges, bleues et blanches
à Cnossos et à Hagia Triada
la soif des fleurs sous le poids des morts
courbe la main aux flancs du vase —
comme il brille un instant le ventre mouillé de soleil!
Hommes glabres aux longs cheveux,
ceints de pagnes, huilés de combats,
l’arc tendu à l’extrême du mouvement,
moissonneurs et porteurs d’offrandes —
ruissellement de haches et de bijoux —
dames bleues et hommes aux longs cheveux
qu’avez-vous vu de si incompréhensible?
qu’était cette clameur sur vous seuils ?

an — 1570
(EJ, 23)



Minoen Récent 1

(Aiguières d’Hagia Triada)

Dauphins, poulpes, poissons
fraicheur de lin, de roseaux, d’oliviers
tremblement du jour dans une couleur
joie d’une ligne qui bouge encore
et je rêve à cette main entre milliards
de mains, étonnée, heureuse —
et je ne sais quoi, un pigment
qui fait que l’âme respire,
que voit la vie ces choses qui
viennent à mes doigts
et mourront une fois encore —

(EJ, 24)

http://www.vallejoandcompany.com/poemas-de-fouilles-segunda-serie-de-egee-por-lorand-gaspar/





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