JAMES ARLINGTON WRIGHT
(1927-1980) Nacido en 1927 en Martins Ferry, Ohio (EE.UU.)
Recibió una subvención de la Fundación Rockefeller y el Premio Pulitzer por sus Collected Poems.
En 1979, un dolor de garganta crónico se le diagnosticó el cáncer de la lengua. Wright murió el 25 de marzo de 1980.
ACOSTADO EN UNA HAMACA EN LA FINCA
DE WILLIAM DUFFY
EN PINE ISLAND, MINNESOTA
Sobre mi cabeza, veo la mariposa de bronce
dormida sobre el negro tronco,
revoloteando como una hoja en la sombra verde.
Por el barranco, detrás de la casa vacía,
los cencerros de las vacas van uno tras otro
hacia las distancias de la tarde.
A mi derecha,
en un campo lleno de luz entre dos pinos,
lo que vertieron los caballos el año pasado
se enciende y se torna piedras doradas.
Yo me arrecuesto, mientras cae y se oscurece la tarde.
Un polluelo de halcón pasa volando, buscando casa.
He desperdiciado mi vida.
(Traducción de: G. A. Chaves, 2011.
Deprimido por un libro de mala poesía, echo a andar
hacia un prado silvestre e invito a los insectos
a reunirse conmigo
Aliviado, dejo caer el libro tras una roca.
Asciendo una ligera cuesta de hierba.
No quiero molestar a las hormigas
que recorren en fila india el poste del cercado,
portando pequeños pétalos blancos,
lanzando sombras tan precarias que puedo ver por ellas.
Cierro los ojos un instante y escucho.
Los viejos saltamontes
están cansados, saltan pesadamente,
tienen sobrecarga en los muslos.
Me gustaría oírlos, los sonidos que emiten son claros.
Se han ido a dormir.
Delicioso y lejano, entonces, un oscuro grillo les releva
en los castillos de arce.
Traducción de Jordi Doce
Entrando al Templo de Nimes
En tanto que dure la tarde
caminaré el Templo de Diana
y sus alrededores.
Espero hacer ahí la reverencia a la diosa
a la que amaron los jóvenes romanos.
A pesar de que aprendieron su nombre de la oscura roca
entre los griegos barbudos,
fue aquí, en el sur de Galia, que ellos encontraron su
verdadera soledad .
Pues aquí, seguramente, las mujeres jóvenes de Galia
lanzaron su mirada atenta por encima de sus hombros
desnudos y blancos, y apuraron su paso
para salir y luego ascender, reapareciendo
cual hiedra y hojas pálidas de sicomoros
en los espacios verdes.
Esta tarde, en invierno
rezo para que la legión de los ojos de piedra de la lluvia
abandone su armadura.
Concédeme pasear entre los altos pilares
y hallar ahí el nacimiento de una hoja de vid,
a pesar de que he llegado tarde a la primavera
y la lluvia aun monta su guardia.
Traducido por Gabriela Cantú
HOW MY FEVER LEFT
I can still hear her.
She hobbles downstairs to the kitchen.
She is wearing at the dishes.
She slaps her grease rags
into a basket,
and slings it over her skinny forearm, crooked
with hatred, and stomps outside.
I can hear my father downstairs,
standing without a coat in the open back door,
calling to the old bat across the snow.
She's forgotten her black shawl,
but I see her through my window, sneering,
flapping upward
toward some dark church on the hill.
She has to meet somebody else, and
it's no use, she won't listen,
she's gone.
CÓMO SE ME FUE LA FIEBRE
Aún puedo oírla.
Baja a la cocina a trompicones.
Maldice los platos.
Lanza sus andrajos grasientos
a un cesto,
y lo tira por sobre su flaco antebrazo, retorcida
por el odio, y sale dando fuertes pisotones.
Puedo oír abajo a mi padre,
parado en la puerta trasera abierta, sin un abrigo,
llamando al viejo murciélago a través de la nieve.
Ella ha olvidado su chal negro,
pero la veo desde mi ventana, riéndose con sarcasmo,
aleteando
hacia una iglesia oscura en la colina.
Tiene que reunirse con alguien, y
es inútil, no escucha,
se va.
ARRIVING
IN THE COUNTRY AGAIN
The white house is silent:
my friends can't hear me yet.
The flicker who lives in the bare tree
at the field's edge
pecks once and is still for a long time.
I stand still in the late afternoon.
My face is turned away from the sun.
A horse grazes in my long shadow.
LLEGANDO
DE NUEVO AL CAMPO
La blanca casa está silenciosa.
Aún no pueden oírme mis amigos.
El aleteo que vive en el borde pelado
al borde del prado
picotea una vez y se queda inmóvil mucho tiempo.
Me quedo inmóvil yo al final de la tarde.
Se aparta el sol de mi rostro.
Un caballo pace en mi alargada sombra.
TODAY I WAS SO HAPPY,
SO I MADE THIS POEM
As the plump squirred scampers
across the roof of the corncrib,
the moon suddenly stands up in the darkness,
and I see that it is imposible to die.
Each moment of time is a mountain.
An eagle rejoices in the oak trees of heaven,
crying
this is what I wanted.
HOY HE SIDO FELIZ,
ASÍ QUE HE HECHO ESTE POEMA
Mientras la rolliza ardilla corretea
por el tejado del granero,
de pronto la luna se yergue en la oscuridad,
y veo que es imposible morir.
Cada instante de tiempo es una loma.
Un águila disfruta en los robles del cielo,
chillando
esto es lo que quería.
MILKWEED
While I stood here, in the open, lost in myself,
I must have looked a long time
down the corn rows, beyond grass,
the small house,
white walls, animals lumbering toward the barn.
I look down now. It is all changed.
Whatever it was I lost, whatever I wept for
was a wild, gentle thing, the small dark eyes
loving me in secret.
It is here. At a touch of my hand,
the air fills with delicate creatures
from the other world.
ALGODONCILLO
Mientras me hallaba aquí, al aire libre, ensimismado,
debo de haber mirado mucho tiempo allí abajo
las hileras de maíz, y más allá de la hierba,
la pequeña casa,
muros blancos, bestias que se agolpan
hacia el granero.
Miro ahora hacia abajo. Todo ha cambiado.
Sea lo que fuera lo que perdí, lo que llorara,
era algo salvaje y manso, los ojillos oscuros
que me aman en secreto.
Está aquí. Al tocarlo mi mano,
el aire se llena de delicadas criaturas
del otro mundo.
A DREAM OF BURIAL
Nothing was left of me
but my right foot
and my left shoulder.
They lay white as the skein of a spider floating
in a field of snow toward a dark building
tilted and strained by wind.
Inside the dream, I dreamed on.
A parade of old women
sang softly above me,
faint mosquitoes near still water.
So I waited, in my corridor.
I listened for the sea
to call me.
I knew that, somewhere outside, the horse
stood saddled, browsing in grass,
waiting for me.
EL SUEÑO DE UN ENTIERRO
Nada quedó de mí
salvo mi pie derecho
y mi hombro izquierdo.
Yacen blancos como el ovillo de una araña que flota
en un campo de nieve hacia un edificio oscuro
contra el que arremete el viento, manchándolo.
Dentro del sueño, seguí soñando.
Un desfile de ancianas
cantaba quedamente sobre mí, como
vagos mosquitos junto a un agua quieta.
Así que esperé, en mi pasillo.
Quedé a la escucha, para cuando el mar
me llamara.
Sabía que, en algún sitio allí afuera, el caballo
permanecía ensillado, paciendo en la hierba,
esperándome.
[Poemas escritos por James Wright y publicados en el libro titulado No se quebrará la rama, (The branch will not break, editio princeps de 1963), Madrid, Vaso Roto Ediciones, 2014, 1ª edición, nº 58, (traducción de Antonio Rivero Taravillo), pp. 103]
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