sábado, 5 de marzo de 2011
3255.- MARÍA ROSA MALDONADO
MARÍA ROSA MALDONADO nació en Barcelona en 1944. En 1949 se radicó con sus padres en Buenos Aires, Argentina. Es profesora de Filosofía, Ciencias de la Educación y Psicología.
Publicó Poemas (Edición de la autora, 1977), Hasta que despertar es imposible (Ed. Ultimo Reino, 1989) poemario con el cual obtuvo en 1988 el Primer Premio de Poesía del Diario La Nación, El esplendor ajeno de las cosas (Ed. Ultimo Reino, 1992) y el zumbido de dios (Ed. Tse Tse, 2002). Coordina talleres de escritura y dicta seminarios y conferencias sobre literatura y filosofía.
noche de las diatomeas: una meditación
I
hialina oscuridad
en los astrocitos fulgores de berilo
es esto el atman? lo real intangible
agua para el culto
(plancton debajo de la lengua)
la postura
- saber sin oscilaciones –
aparece con el desprendimiento
fosa iliaca derecha:
la resurrección
izquierda:
crecimiento de las diatomeas
cenozoicas cajitas de cristal
su multiplicidad sin límite
manando
en la abisal caída
para el desplazamiento:
nitrógeno de nautilo
- tantos millones de años en el gozo del mundo -
así
hundirse uno buenamente en el océano de Eso
II
sílice
en la charca
diminutas mitades cerradas espinescentes
por el azul perfecto del espacio avanza
el humo de los papiros
has estado ahí
migración tras migración
entre los suaves pliegues de lila devorando
esa oscura materia:
tu propio cuerpo cedido a la mutación y el tránsito
vipassana bhavana
vipassana bhavana
lo que ves ahora es la primera noche de los cielos
sus enjambres protistas
noctilucas
girando en torbellino
el hidrógeno de la gran explosión
la nada
abandonada a su luminiscencia
III
sumersión dulce - o salada –
el agua es una tisana
donde te meces en suave maceración
un alcohol aromático
desciende por la costa del útero
hipoxia hipoxia anoxia
agua lustral funeral
del amnios a la grieta del deshecho
aquí es donde todo se detiene
en la lejana superficie una pradera de luz
infiltrada de florescencias
manchas de klimt :
cinias amapolas gencianas
malvas lirios
acacias tulipanes
o asterionellas eucampias cymbellas fragilarias
vivos silicios microscópicos vistiendo de lujosa pedrería
tu advenimiento
al reino
qué reino? qué reino?
a través de la cortina
el sol dibuja flores en el aire del cuarto:
cinias gencianas amapolas
Adsabára
I
aparecida
pleamar hojas azules
líquidas en el desasimiento:
alma de dos voces ya perdida
oscuridades
de la noche fuera de la casa
al este del jardín ha crecido una pita
y está llena de flores y morirá
después
de su alta floración su única
después
de dar sus flores amarillo-verdosas
agua guardada que no será deshielo
bálsamo ni aguamiel
el este del jardín no es el oriente del mundo
pero allí se levanta esa pita avanza en el aire
mas alta que la medianera
de perfil de frente contra el cielo
- enseñoreada en la luz -
que empuja su rizoma hacia todos los confines de la casa
II
adsabára vara de adsabára
madre de floración reciente que entra por todas las ventanas
con sus muchas cabezas
lo que aparece no viene de esa tierra
donde nunca
hubo planta ni mujer
del tálamo nacen – cerebrales – se enlazan con las regiones
mas hondas de la glía
sueño
hambre sed
íntimamente unida la piamadre
blandamente me abraza
sus flores apoyan la mejilla en el cielo gris azulado de las hojas
allí mismo estolones del sostén
de la reparación
pues lo que cuerpo nace lleva la oscuridad entrelazada
del carbono
vitriolo de la respiración
- el precipicio que se muestra -
es ella y ella
hablamos
ahora puedo decirle
cómo voy a vivir cerebral en la asfixia
de tantos años bajo tierra
me responde:
en este aquí nada es de nadie
yo soy el padre soy
la casa aquella devastada y la otra
y ando suelta en el mundo
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