Reynaldo García Blanco
(Venegas, Yaguajay, Sancti Spíritus, CUBA 13 de abril de 1962). Poeta y ensayista. Reside en Santiago de Cuba. Fue miembro del Taller Literario Serafín Sánchez de Sancti Spíritus. Es miembro de la UNEAC y del Consejo de Redacción de las revistas Sic y El Caserón. Fue director de la Casa Museo Heredia y vicepresidente de la AHS, de la cual es miembro de honor. Es Director del Centro de Promoción Literaria José Soler Puig del Centro del Libro y la Literatura, coordinador del Taller Aula de Poesía y director del boletín Ideas.
Ha realizado Aduanas de aire. Antología del fervor. Cuba-Argentina (Ediciones Santiago, 2002) y Cuatro rostros de la palabra. Ha obtenido el Premio Taller Cultura Tercer Milenio y Tercer Mundo 1997; Premio Poesía Roberto Branly 1986; Premio Poesía Villa del Cobre 1991; Premio Poesía Calendario AHS 1998; Premio Poesía Concurso Manuel Navarro Luna 1991; Premio Poesía Concurso José María Heredia 1992, 1997; Premio Encuentro Debate Taller Municipal, Provincial y Mención Nacional 1988; Premio Encuentro Debate Taller Municipal, Provincial y Nacional 1989; Premio de la Ciudad de Santiago de Cuba 1997, 1998; Premio Poesía Santiago 1993; Premio Poesía Pinos Nuevos 1994; Premio Poesía Concurso América Bobia 1994; Premio Poesía Concurso Periódico Escambray 1988; Premio Poesía 20 de Octubre 1998; 1er. Premio Poesía Concurso 28 de Enero 1997, 1998; 3er. Premio Poesía de Amor. Perfil de Santiago 1992; 3er. Premio Concurso Fayad Jamís 1989; Premio Poesía La Gaceta de Cuba 2000; Premio Ensayo José María Heredia 1993 [con Rubén Fernando Alonso y Manuel Sosa]; Mención David 1987, 1991; 1ra. Mención Concurso David 1990; Mención Concurso Adelaida del Mármol 1993; Mención III Juegos Florales de Santiago de Cuba 1998; Accésit II Juegos Florales de Santiago de Cuba 1997; Mención Premio de la Ciudad de Santiago de Cuba 1992; Mención Concurso La Gaceta de Cuba 1996; Mención Concurso José María Heredia 1995; 2do. Premio Poesía Concurso Nicolás Guillén Argentina 2003; Premio-Beca Dador Poesía 2004.
Ha colaborado en Vitrales, Del Caribe, El Caimán Barbudo, Naranja Dulce, Perfil de Santiago, Fidelia, La Gaceta de Cuba, Escambray, Sic, Claras Luces, El Caserón, Ideas, La Jiribilla de papel, Ideas en Feria, La Pedrada, Jarao, Revolución y Cultura, Juventud Rebelde, La Letra del Escriba, Hacedor, Revista del Vigía, Péndulo, A Contraluz, Malas Lenguas, Somos Jóvenes y otras publicaciones tanto nacionales como internacionales.
No morir hasta haberlo visto todo
Mi mujer cantando Alfonsina a las diez de la noche
Unas muchachas recostadas a los médanos
Un poeta robándose las obras completas de Severo Sarduy
Tres prostitutas en Medellín que me confunden con un nicaragüense
Un ciego de espaldas al mar
Fayad Jamis leyendo El ahorcado del Café Bonaparte
Una librería con todo Borges y Los alimentos terrestres de Gide
Un pingüino muerto en las costas de Talcahuano
Otra vez mi mujer haciendo pajaritas de papel
Mi madre tendiendo unas sábanas blanquísimas
Un policía leyendo a Rainer María Rilke
Thiago de Melo y María de Aparecida preguntándome por Cuba
Mi padre a punto de morir bebiendo té con bergamota
Una mesa llena de uvas negras y otras ambrosías desconocidas por mí
Tres mendigos sonrientes en la Avenida paulista
Dos revistas Orígenes en la Librería Renacimiento
Unas vacas nadando en el mar de Manzanillo
Un tren francés roto en las llanuras de Camagüey
Un vendedor de agujas con poemas publicados
Un ciervo herido que busca en el zoológico amparo
Mi hermana a la salida de un quirófano
La Plaza de la Revolución vacía y oscura
Los muros del Moncada a las tres de la tarde y en agosto
Esto he visto yo y espero no morir hasta haberlo visto todo.
Poema para estrenar una camisa blanca
La trajo Pierre de Haití
sin más preámbulo que regalarme una camisa
Me asomé a la patria
en la mitad de un mes es decir en la canina
y fui por un desayuno nada estatal
con mi camisa blanca
Pasan tres marineros hablando solos
—de esos que llegan al puerto de Santiago de Cuba
besan y se van—
Ahí voy yo con mi camisa blanca
con la patria por delante
y todo arde
se cocina
a fuego lento
las viandas de los noticieros
La trajo Pierre de Haití
y todos me elogian
cuando tengo un azul que flota a mis espaldas.
Animal Común
He dejado de ir a la Iglesia
y me pongo a regar el jardín en las tardecitas
No recibo cartas que me hablen de la niebla
o de los papalotes encima de los cordeles
Subo
y bajo unas escaleras que no me llevan al cielo
Debo revisar mi cuenta bancaria
quitar el lodo de la puerta
comprar un espejo
Dios sabe estas cosas
y vuelvo al jardín
y tengo miedo
Habanera (Tristísima)
Cristo de la Habana
baja un momento
y cruza esta bahía
esta rumorosa bahía
y mira
a estas muchachas
estas tristes muchachas
que estallan en los dólmenes
y son pálidas
y leves.
Cristo de la Habana
abre tus brazos
y comienza a decir un Padre Nuestro
—el de Mario Benedetti o el de la Madre Teresa—
no importa cuál
tan sólo un Padre Nuestro
por estas muchachas
que se van a morir como una hoja de laurel
como un arco iris a las doce de la noche.
Cristo de la Habana
asómate a este pedazo de país
no mires los autos que pasan
no mires los ciclones que se alejan
fíjate en estas muchachas con luna en los labios
fíjate en estos ángeles
que no van a tener sitio en el paraíso.
Cristo de la Habana
regálame un mapamundi
un astrolabio
una bola mágica para entender esta bahía
y estas muchachas
estas tristes muchachas
que a tus pies
Cristo de la Habana
Se van a morir como una hoja de Laurel
como un arcoiris a las doce de la noche.
Mi padre bebe té con bergamota y no sabe...
Mi padre bebe té con bergamota
y no sabe que febrero será el mes más cruel
Lo miro detenerse en esos círculos de sangre
en esa música de la orina
en la rauda caída de las estatuas
Mi padre bebe té con bergamota
y hace mutis por el ácido
por las esferas azules que acomodo a sus pies
Yo también me asomo a esos abismos
y voy por sábanas limpias
y le digo adiós a las bestias
me acomodo en la heredad
en el azar
Mi padre bebe té con bergamota
y no sabe que muy pronto el esparto
hará de las suyas encima de los huesos
y yo beberé un coñac a su memoria
Salgo a caminar la ciudad
y todo es ámbar
todo es niebla
y por mi lado pasa un galán con enterradores
y quiero llorar por esa oscura vencidad
Mi padre bebe té con bergamota
y palidece
me habla de los sótanos
me pide que le traiga cerezas de Santiago de Cuba
y yo pronuncio como un santo la palabra Adelfa.
Campos de belleza armada
Piedras blancas de la quebrada del Yuro o trillos de san Lorenzo
al galope vienen los clarines esos cornetas de Dios a sombra luz
que el cielo de la patria puede estar allende al mar allí donde
dibujan los llanos de Camagüey y colinas de Contramaestre
agua del Cauto para lidiar las magulladuras de la guerra y
vienen las mujeres con los canutillos de jengibre paloma torcaza
que no es la arena de Ogaden allí donde los rifleros se esconden
bajo el algarrobo sombreros de petate para los que no saben de la
lluvia y unos muchachos matan a un perro en el crucero de la
Anacahuita y es Lola con su jolongo pájaro carpintero al
mediodía de Las Tozas que hay que enfilar los carros y los
bueyes rumbo al Paso de Jagua que Venegas huele a pólvora
pues en al Alto de Villalobos el café humea con aire de Oruro a la
derecha el monte seco y pardo y por la izquierda la colina del
caucho los pliegos de Mantua y suena el machete címbalos de
sangre y lágrima a contracorriente arroyo de la furia y la sierra
donde una arena imposible se deja caer toque usted a degüello
pomarrosa a desgano en la mitad del potrero Amalia Simone
espiga y sobre salto con Ignacio a contrasol a contrafuerte selva
arriba selva adentro Dos Ríos en la plenitud de todo Paso de las
Damas siempre el río que todo lo lleva y todo lo trae ríos que
vienen del monte de allá de la sierra y van al mar al mar batalla
de Santa Clara humo de Kunene Campos de Castilla y llega la
parca y se va pues no puede con tanta belleza esplendor de un
octubre que estalla revolver en mano piedras blancas de la
Quebrada del Yuro Ernesto bocabajo en la Higuera y el Delegado
que mira al sol y la bala que no era para mi surca silba urde
principia su andar en estos campos de belleza armada.
Mar de junio
Si a la mar de junio yo me fuera
como un Mariano Brull que se quita la camisa
si yo me fuera sin tricornio sin bastón
así no más a la mar de junio
que no sea lunes ni menguante sobre la cabeza
solo bojear la isla ver los plátanos sonantes
las palmas imposibles
las muchachas que enardecen las costas
dar vivas por la espuma.
Si a la mar de junio
Yo me fuera
CARACOL
Esto es un poema que tiene que ver con mi mujer
(Esos pedazos de ternura que Dios nos regala cada cien años)
Pero en realidad es un poema amargo
y tiene que ver con un caracol
les cuento
hace unos días
mi mujer fue a la playa con unas amigas
a meditar
a tratar de arreglar el mundo desde la fe
y yo le pedí humildemente un caracol
no importaba que fuera terrestre o lunar yo quería simplemente un caracol pero mi
mujer llegó con las manos vacías y el espíritu alto
ahora repaso esos breves regalos que uno acumula como una herencia
caballitos de ajedrez torres de pizza libros en miniatura
pero no tengo un caracol
y es por ello que me siento a escribir un poema amargo pero no es contra mi
esposa ni nada parecido yo escribo contra esa amargura de no tener un caracol ni
terrestre ni lunar y pensar que somos una isla que estamos rodeados de lentos
moluscos que miran y sospechan de nuestras pasiones esa misma pasión de querer
tener algo que de repente !zas! así como el que no quiere las cosas se convierte en
madera para escribir un poema amargo por donde desfilan mi mujer unas amigas
una playa y los deseos de tener un caracol.
ELA O΄FARRYL ESTÁ CANTANDO ADIOS FELICIDAD
Aun no tenemos catorce provincias ni médanos de aire para empinar pájaros de
papel estraza. Somos la lumbre detenida Allí donde cuelga la cimitarra, el arcabuz.
No ha llegado el humo que mata los pájaros. No ha llegado mi padre con su diente
de morder cebollas y escupir al cielo. La primavera se confunde con una mujer
fluvial que se voltea y me muestra los pechos. Soy el que dibuja la rayuela en el
mapa de la patria. La que salta es mi hermana. Al otro lado del patio conversan los
difuntos que esperan a los ciclones, las guerritas chiquitas y mundiales. En el
brasero del vecino se hunde la carne que un día fue sangre caliente del bosque. En
las tendederas ondean las sábanas que en su día fueron las franjas blancas de la
bandera. Del huerto familiar llega un olor que no saben los hospitales. Las frutas en
ristre pasan en trenes veloces rumbo a la memoria. En el cuaderno de bitácora mi
madre apunta los abortos, los nacimientos, los eclipses. Yo estoy al centro de la
nada y bebo un agua nutricia mitad sangre mitad resurrección.
ME GUSTARÍA CONOCER A SHENG-NUNG
Hoy fui al mercado
y no pude con los gritos de los vendedores
con la escalerilla que lleva al área de las carnes
con la mujer que vende bolsas de nylon
Hoy fui al mercado
y quedé en éxtasis con un conejo en una jaula de madera
- creí leer en sus ojos la pleitesía de la muerte -
Fui al área de las frutas de estación
y tuve simpatías por los pregones
Me gustaría conocer a Sheng-nung inventor de la agricultura
para que me explique este asunto de los precios
en este miércoles
en el mercado municipal.
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