Adrián Bet, Buenos Aires (Argentina), 1964
El Dragón está condenado a purgar sus faltas, por imposición del Evo, con una atroz serie de pruebas; al término de las cuales recuperaría unos pocos años de vida arrebatados tempranamente por la ginebra en un bolichón de Liniers. Entre sus sagas se cuentan: convertir a sus antiguas amantes, recobrar el Santo Grial y destruir al monstruo del capitalismo en un año. Pero esto es otra historia que no se cuenta aquí.
Alguna vez La Bestia se llamó Adrián Bet y luego fue fantasma, pero esos nombres minúsculos no revisten mayor importancia que la anécdota.
Con alegría publico mi primer poemario llamado Verbigracia.
El Dragón
Este libro cura la calvicie
y reduce la maestrozenitis en un 94,62%.
Si Ud. no advierte mejora alguna, se debe
a que no sabe leer o dicta talleres literarios
o ambas cosas.
Teoría De La Relatividad
por Adrián Bet - Teoría De La Relatividad
Pon tu mano en un horno caliente durante un minuto y te parecerá una hora.
Siéntate junto a una chica preciosa durante una hora y te parecerá un minuto.
Eso es la relatividad.
Albert Einstein.
Vamos a hablar de cosas complejas.
Conozco tu gusto de rumiar misterios,
no evidentes para el sentido común.
En tal caso le robaremos,
al gran sabio de la oficina de patentes,
su razón, contraria a toda ciencia pasada.
Entonces:
¿Qué importancia tiene
la velocidad con que nos desplacemos,
si estará presente -o ausente-,
esto es, invariante, de todos modos?
I- Sistemas Inerciales
La teoría es asesinada tarde o temprano por la experiencia.
Albert Einstein.
Arrastramos nuestra vida
en coordenadas de profundo soliloquio.
Nos cruzamos, medimos los mismos hechos
en parámetros propios e interpretaciones diversas.
Es imposible captar, a decir de Galileo, el movimiento,
intrínsecos a nuestro sistema de referencia.
Mas tenemos por cierta esta convicción:
"Existe uno, absoluto en tiempos y espacios,
el amor infinito, el amor eterno."
Luego, con pesar, por Michelson descubrimos
el juego de la luz sobre los espejos,
que invalida todo fundamento de lo etéreo;
es el ocaso del idealismo y quizás de los ángeles.
Como Lorentz, ahora,
contraemos el largo de los sentidos,
acorde crece la masa de omisiones.
Y al final sólo queda la inercia...
Nos movemos, sí, pero sin fuerza impulsora.
II- Relatividad Restringida
Yo nunca pienso en el futuro; llega demasiado aprisa.
Albert Einstein.
Caen los preceptos
pero aun se aplican locales y cotidianos.
No hay reposo absoluto,
el movimiento frena el transcurso del tiempo,
dilata la muerte,
y aun si los que nos observan menguan.
Con asombro vemos
que necesitamos de estos nuevos ojos
sabios en el espacio de Minkowski.
Las cuatro dimensiones enmiendan
cierta esperanza fenecida;
un gusto joven por la velocidad.
Aunque todavía no sepamos de aceleraciones,
la inconciencia gana una pequeña batalla;
paradojas y dados dominan el terreno.
III- E=mc²
Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo.
Albert Einstein.
Lorentz acude con su voz de transformada.
Nos preguntamos,
si serán dos aspectos de una misma cosa.
Efectivamente,
un elemental de masa y energía
redime la vieja idea de absoluto, ahora luz.
Pero, poco a poco, advertimos otra maravilla:
el límite es cuadrático, imaginario o complejo
lo que nos pone lejos de su influjo.
Entonces, como fotones sin masa,
deseamos alcanzar una ley universal,
de este modo colgamos energías infinitas,
y nuestra materia se vuelve enorme,
conforme nos acercamos a la verdad.
No obstante, preservamos intacto
el don de un Ícaro audaz.
IV- Relatividad General
Si hubiera previsto las consecuencias me hubiera hecho relojero.
Albert Einstein.
El espacio tiempo necesita curvarse
para explicar la elíptica del dios de los ladrones.
Afortunadamente, como Riemann,
desarrollamos inútiles geometrías
que adoptamos en nuestra urgencia.
Entendemos el efecto de la gravedad,
esa atracción inherente de los cuerpos;
predecimos la desviación de las estrellas
o los densos agujeros negros, que ahogan la luz.
La inercia cambia con abstracción diferencial
y muere a causa de la aceleración del sistema.
Por principio de equivalencia
sabemos de nuestra mutua necesidad,
que la fuerza de los planetas
es nada más que una deformación
en la blanda trama del universo.
Epílogo
En el pensamiento científico siempre están presentes elementos de poesía
La ciencia y la música actual exigen de un proceso de pensamiento homogéneo
Albert Einstein.
Hemos descubierto algunas cosas, Pequeño Sueño:
esa fuerza única e independiente del sistema,
más allá de las percepciones del tiempo,
nos define como lo que somos,
estrellas cargadas de brillo
o densas cuevas oscuras,
soles y planetas de trayectorias extrañas,
axiomáticos en el amor,
sobre la inflexión del espacio.
ADAMAR
[http://www.adamar.org/numero_24/000273.bet_teoria_de_la_relatividad.htm]
No hay comentarios:
Publicar un comentario