miércoles, 10 de junio de 2015

BASAVANNA [16.228] Poeta de India



BASAVANNA

Basavanna nació en una aldea llamada Bagewadi del distrito de Bijapur, en Karnataka (India del Sur) el año 1131 d.c.. Falleció en el año 1167 de nuestra era cristiana.



BASAVANNA
Y el señor de los ríos encontrados

“La doncella Parvati, hija de Himalaya, el rey de la montaña, se retiró a las altas colinas para practicar austeridades muy severas. Un tirano titán llamado Taraka había usurpado el gobierno del mundo y de acuerdo con la profecía, sólo un hijo del Alto Dios Shiva podría derrotarlo. Shiva, sin embargo, era el modelo de dios del yoga; apartado, solitario, sumergido en la meditación. Era imposible que Shiva se interesara en engendrar un hijo.

Parvati decidió cambiar la situación del mundo compitiendo con Shiva en la meditación. Alejada, solitaria, sumergida en su alma, también ayunó, desnuda bajo el sol ardiente, y aumentó el calor haciendo cuatro fuegos suplementarios en los cuatro puntos cardinales.

El hermoso cuerpo se convirtió en una frágil estructura de huesos, la piel se volvió apergaminada y dura. El cabello lo tenía desgreñado y crecido. Los suaves ojos líquidos ardían.
Un día un joven brahmin llegó y preguntó por qué una persona tan hermosa había de destruirse con tales torturas.
“Mi deseo – replicó ella - es Shiva, Objeto Supremo. Shiva es un dios de la soledad y de la concentración inalterable. Practico estas austeridades para sacarlo de su estado de equilibrio y atraerlo hacia mí lleno de amor”.

“Shiva – dijo el joven – es un dios de destrucción, Shiva es el Aniquilador del Mundo. El deleite de Shiva consiste en meditar en los crematorios, entre el humo de los cadáveres; allí contempla la podredumbre de la muerte y eso congenia con su corazón devastador; las guirnaldas de Shiva son de serpientes vivas. Shiva es un mendigo y además, nadie sabe nada de su nacimiento”.

La virgen dijo: “Está por encima del espíritu de los que son como tú. Es pobre, pero es la fuente de la riqueza; es aterrador, pero es la fuente de la gracia; puede ponerse a voluntad guirnaldas de serpientes o guirnaldas de joyas.

¡Cómo había de haber nacido si él es el creador de lo increado! Shiva es mi amor”.

El joven se quitó su disfraz; él era Shiva.

Kalidasa, “Kumarasambhavam”


En la trinidad de dioses hindúes, Shiva es el destructor, Brahma el creador y Vishnu el preservador. Shiva simboliza lo auspicioso y la prosperidad, su ocupación es la fusión y desintegración del Universo; en cada fase de sus movimientos hay una alternancia de efectos contrarios que aparecen o se sustituyen, cada desplazamiento suyo es creación y devastación…
A esta deidad venerable consagró su vida Basavanna. Pensador profundo, reformador social, poeta santo y maestro religioso.

…Los relatos de su vida proceden de muchas y diferenciadas fuentes.
Ciertas anécdotas colindan con relatos deificantes y míticos, pero todas hacen referencia a su lucha espiritual, a los esfuerzos por disciplinarse y a la trascendencia de sus enseñanzas.

Basavanna nació en una aldea llamada Bagewadi del distrito de Bijapur, en Karnataka (India del Sur), sus padres; Madarasa y Madalambike eran seres muy piadosos y profundamente religiosos.

Cuenta la leyenda que cierta noche, Madalambike tuvo un sueño maravilloso: Nandi, el toro que montara Shiva para llegar a este mundo arribó a la casa de la pareja, y el lugar ante su presencia, se anegó de luz, la claridad desbordaba puertas y ventanas y todo resplandecía como el oro. A la mañana siguiente Madalambike reveló el sueño a su esposo, quien interpretó lo soñado por su mujer como una anunciación.

Tiempo después, Madalambike dio a luz un hijo varón. Madarasa quiso que el gurú de la aldea viera al niño, quien al nacer parecía encontrarse en un estado de extrema beatitud. El gurú tomó al niño en sus brazos e impregnó su frente con vibhuti, el recién nacido abrió los ojos y cuando el santo ató el “linga” alrededor de su cuello, comenzó a sonreír.

El gurú dijo entonces: Por la gracia del dios Shiva, ha nacido un gran hombre que promoverá dharma en el mundo y luchará por el bien de la humanidad entera. Llámalo Basava…

Años después, Basava, fue llamado afectuosamente Basavanna (hermano mayor).
Había nacido en Bagewadi, el año 1131 d.c.

Basavanna alcanzó la admiración de todo su pueblo por su bondad e inteligencia. Siendo adolescente aún, cuestionó las enseñanzas de los maestros, porque estaban sujetas a métodos tradicionales y concertados… Sus preguntas excedían el marco de lo establecido.

Así fue forjando un pensamiento independiente y complejo.

En el transcurso del tiempo sus cuestionamientos abordaron otros aspectos, religiosos y sociales: las desigualdades de casta, la creación de nuevos dioses, la sujeción a los moldes tradicionales, la esclavitud del pensamiento…

Con el deseo de adquirir mayor sabiduría, abandonó su hogar a la edad de dieciséis años y se dirigió a Kudalasangama, lugar santo donde convergen los ríos Krishna y Malapahari, para continuar su educación a los pies del guía espiritual de su aldea; quien se ocupaba del templo dedicado al dios Sangameshwara (6) y del funcionamiento de un Gurukula (escuela).
Su dedicación al estudio, modestia y generosidad le hicieron ganar el afecto de todos.

Los años pasaron, Basavanna incursionó en todas las ramas del saber y descolló en cada materia, creciendo intelectual y espiritualmente.

Baladeva, ministro en la ciudad de Kalyana oyó hablar acerca de los prodigiosos dones del muchacho y de sus enormes progresos en el conocimiento.

Kalyana era la capital del reino de Chalukya, gobernada por Bijjala soberano de la dinastía de Kalachurya.

Baladeva creyó en la importancia de un ser brillante como Basavanna para ocupar un lugar en la corte de Bijjala, pues argüía que la prosperidad y la fama del reino se acrecentarían.
También pensó que el maravilloso joven sería el mejor esposo para su hija.
Con tales propósitos llegó a Kudalasangama, y los comunicó al gurú, por quien sentía gran admiración y respeto.

Informado Basavanna acerca de los ofrecimientos, meditó largamente en cuanto a sus alcances, pero los desestimó creyendo que le impedirían lograr su ideal.
No obstante su maestro le aconsejó aceptar las propuestas, y confiando en la voluntad de Dios y por obediencia a su gurú, finalmente consintió.

En el año 1155, Basavanna emprendió viaje a la ciudad de Kalyana.
Allí comenzó a trabajar como oficial menor en la Hacienda del estado del rey Bijjala.

Muy pronto el monarca comenzó a admirar su agudo intelecto y capacidad administrativa. La revelación de una clave secreta por intermedio de Basavanna, posibilitó el descubrimiento de un tesoro oculto; el hallazgo provocó enorme abundancia en el estado y Bijjala plenamente satisfecho con el joven, lo designó Ministro de Hacienda.

Al poco tiempo Basavanna contrajo matrimonio con Gangambike, hija de Baladeva, y con Neelambike, hermana adoptada del rey. Su prosperidad aumentó, como su influencia en el reino. Mientras tanto algunos personajes de la corte comenzaron a conspirar contra él… Por entonces la religión y la vida social atravesaban una crisis muy grave.

Con el propósito de lograr la igualdad de todos y recuperar el camino de la vida virtuosa, Basavanna creó una nueva institución espiritual con fundamentos democráticos, que denominó “Anubhava Mantapa”.
En su seno no existían las diferencias de casta ni la discriminación hacia la mujer, todo el trabajo propendía al despertar espiritual y al rechazo de los rituales sin sentido. Sólo se requería un carácter piadoso y una entrega incondicional a los actos de devoción.

Anubhava Mantapa pronto llegó a ser popular. Devotos de Karnataka y otros lugares de la India comenzaron a llegar a Kalyana.

En ese ámbito de paz y recogimiento Basavanna pudo desarrollar sus ideas religiosas que contrastaban con la ortodoxia hindú, y a la vez concebir sus mejores poemas “vachanas” (7), especie de epigramas que preconizan las virtudes del dios Shiva y reflejan la adoración del poeta por la deidad. Son textos “bhakti”

Estas poesías, semejantes a los salmos e himnos cristianos, estaban escritas en kannada, lengua dravídica que junto al tamil, malayálam y télugu desarrollaron una literatura fecunda y propia. Las obras, de inspiración budista, corresponden al período del “kannada medio”, que tuvo su influencia en India durante los siglos XII y XVI…



El cuenco no es de un metal distinto
que el del espejo.
Cuenco y espejo son del mismo metal.
Devolviendo luz
uno se convierte en espejo.
Consciente, uno es del Señor;
inconsciente, un simple humano.
Venera al señor sin olvidarte,
al señor de los ríos encontrados.



Basavanna le da a Shiva el vocativo de “Señor de los Ríos Encontrados”, tal vez por no hallar una palabra adecuada para definir los aspectos de un dios recóndito, de personalidad imprecisa, que simboliza todas las ambigüedades.

El prestigio de Basavanna crecía en la corte por su sabiduría y piedad, como también las conspiraciones de sus enemigos. Estos, para desprestigiar al poeta, le comunicaron al rey que Basavanna tomaba dinero de su Hacienda para alimentar a la mayoría de sus seguidores, llamados Virasaivas o Lingayats (devotos de Shiva). Sin embargo, el santo poeta logró poner en claro la situación, convenciendo a Bijjala con pruebas contundentes, que la alimentación de los fieles era resuelta por las ganancias que obtenían ellos mismos con su trabajo. A la muerte de Baladeva, Basavanna ocupó su lugar en la corte. El celo de sus adversarios creció desmesuradamente y por una desgraciada circunstancia, pudieron alzarse con una deshonrosa victoria.

Cuando el santo admitió el enlace de la hija del brahmin Madhuvarasa con el hijo de Haralayya, perteneciente a una casta inferior, provocó la ira del grupo ortodoxo que se levantó en violenta protesta contra esa unión. Argumentaron que su sistema religioso había sido injuriado por Basavanna, y como  el deber del rey era mantener y proteger las costumbres y tradiciones religiosas, exigieron de Bijjala el castigo más severo para quienes infringían las leyes sagradas.

La presión ejercida por los ortodoxos, hizo que el rey condenara a muerte a la pareja; entonces Basavanna consideró que Kalyana se había convertido en un lugar impuro para residir, y por tal motivo dimitió a su ministerio agobiado por la violencia desatada. El poeta, practicante del “ahimsa”, no pudo soportar semejante crueldad…

La poesía de Basavanna, como todo texto religioso, trasciende lo literario… Como su vida, consagrada a la devoción y al despertar espiritual de sus hermanos.

Sus palabras son invocaciones, rezos, súplicas, tentativas de comunión con lo sagrado.
Aligeradas y elevadas como el aire, enredadas sutilmente en su tinta de infinito. Hijas de la luz, semillas dispersas de estrellas fugitivas, con cierta pureza incandescente que puede ser una invención de la mirada.
Cuerpo que fluye, desata y anuda todos sus fulgores.
Danza ritual, interminable, sobre brasas de viento, sobre la nieve en llamas.
Sueño en que se derrama un río sobre la piel de la tierra, y anda sobre sonidos y se detiene entre silencios.
Cuenco que arroja cielo sobre todo lo vacío… mientras amanece en el mundo.


…Desvinculado de la corte del rey Bijjala, Basavanna regresó a Kudalasangama. Allí pasó el resto de su vida entregado a las oraciones y la meditación.

Falleció en el año 1167 de nuestra era cristiana.



El dueño de la casa
             ¿está o no está en casa?

La yerba ha crecido en el umbral,
la casa está llena de mugre.

El dueño de la casa
            ¿está o no está en casa?

El cuerpo lleno de mentiras,
la mente llena de deseos.

El dueño de la casa,
Señor de la Confluencia,
no está en casa.


Este poema es creación de Basavanna  llamado también Basaveshwara. Como nos comenta Prabhu Shankara en una nota biográfica sobre el poeta, Basavanna fue el jefe de una nueva religión que llamó Virashaivismo. Atrajo a multitudes cansadas de la religión védica, incapaz de separarse de las diferencias ilógicas y humillantes que existían entre las castas. Con su religión se podía vivir una libertad y una dignidad que pocas veces se había visto en la India, como por ejemplo, la que se había vivido brevemente en la época del Buda. Publicado por Miguel Fochesatto





Basavanna.
Poeta Vacana, India. (1106 - 1167 o 68 DC)
Cantos a Siva (o Shiva)
ADIAX S.A., Barcelona, 1981



Los ricos
levantan templos para Siva.
¿Qué puedo yo,
un pobre
hombre,
hacer?

Mis piernas son columnas,
mi cuerpo el
santuario,
mi cabeza una cúpula
de oro.

Escucha, Oh señor de los
ríos encontrados,
lo inmóvil caerá,
pero el móvil permanecerá por
siempre.




Haz de mi cuerpo un laúd
de mi cabeza la caja de resonancia
de mis nervios las cuerdas
de mis dedos las clavijas

Aférrame estrechamente
y ejecuta tus treinta y dos cantos
¡Oh señor de los ríos encontrados!





Nueve mastines sueltos
en pos de una liebre,
los deseos del cuerpo
gritan:
¡Soltad!
     ¡Soltad!

¡Soltad! ¡Soltad!
gritan los deseos de la mente

¿Llegará hasta tí, mi corazón,
Oh señor de los ríos encontrados?

antes de que las perras del deseo
lo alcancen y lo atrapen?




COMO UN MONO

Igual que un mono en el árbol,
que vuela de rama en rama,
mi corazón va saltando
perdiendo mi confianza,
puesto que impide elevar
hasta mi Padre mi alma,
hasta el Señor de los ríos
que en el camino se abrazan.





Ellos dicen: ¡Vierte, vierte la leche!
cuando ven la imagen en
piedra de una serpiente.
Pero gritan: ¡Mátala, mátala!
cuando se topan con una
serpiente de verdad.




Rito sin amor, 
Trabajo sin cariño- 

Ese culto, ese trabajo 
Son como figures pintadas, hermanos, 
Como caña de azúcar pintada ¿lo ven? 
Abrazándolas no hay placer, 
Comiéndola no hay gusto. 

Así, Señor de la Confluencia, 
es la verdad sin devoción. 





Si una puta que tiene hijo 
Recibe un cliente por dinero 
No está  con el niño 
Ni con el cliente. 
Una vez apacigua el niño, 
Una vez se acuesta con el hombre. 

El deseo de dinero 
No deja escapar, 
Señor de la Confluencia. 





La cabra que trajeron como sacrificio 
A la fiesta 
se comió los capullos traídos para 
las coronas. 

Sin saber que le iban a matar 
Quería llenarse el cuerpo. 
El día del nacimiento 
es el mismo de la muerte. 

¿Sobrevivieron los que la mataron, 
Señor de la Confluencia? 





Visión de los ojos 
Saber del corazón 
Discurrir de la mente, Señor. 

Chubascos de miel caían, 
Fulgores de néctar se derramaban, 

Me sacudía, Señor, 
El océano sensitivo 
Llamado “Señor de la confluencia”. 



***

Iván García nos propone una breve pero interesante selección de Basavanna, a partir de las traducciones al portugués de Décio Pignatari en 31 poetas 214 poemas. Do Rigveda e Safo a Apollinaire. São Paulo: Unicamp, 2007. 2ª edición,

Traducción del portugués: Iván García


No sé nada de métricas y acentos
tampoco de números cuerdas y tambores
no distingo entre un yambo y un dáctilo

Como sé que no te ofende
canto con gusto
Mi Señor de los Ríos Que Se Encuentran






Shiva sin piedad
Shiva sin corazón

¿Por qué me diste una vida
miserable en este mundo
apartándome de lo otro?

Dime mi Señor

Entre la vida del mundo

¿no quedaba para mí
la de alguna florecita
o la de algún árbol?





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