martes, 30 de junio de 2015

YISROEL STERN [16.423]



YISROEL STERN

Nacido en 1894 en Ostrolenka, localidad cercana a Varsovia, Polonia, en una familia de pequeños comerciantes.

Estudió en varias escuelas talmúdicas con la intención de llegar a rabino. En 1919 aparecen sus primeras obras poéticas, viviendo pobremente como escritor en Varsovia. Tradujo obras de Shakespeare para la Troupe de Vilna. Durante la segunda guerra es recluido en el gueto de Varsovia y deportado luego a Treblinka, donde es asesinado en 1943.




Manicomios cantan

Henos aquí encerrados por nosotros mismos
huidos a escondernos detrás de los barrotes.
Con espesas cortinas de llanto,
como con trapos, está cubierto el mundo.

Vuestra vida es atardecer y madrugada;
permanentemente sangran las calles.
Las madres enloquecen,
los niños mueren como minutos.

Y los padres desaparecen como los años,
aunque no tan lenta ni silenciosamente;
no son centeno maduro
llevado a moler presurosamente.

Y allí por donde cruza el carro
ya no ha de brotar la hierba.
Y al judío ya no le queda sino lamentarse,
y vuestra voz como el vidrio se quiebra.

Agujeros vacíos son vuestros días;
vuestra dicha, botones mal cosidos;
y cuando queréis dar con los asesinos,
os atrapáis entre vosotros mismos.

Y precisamente la noche quiere volcarse
en vuestro cerebro, como la locura,
y escucháis que el cielo hace rechinar
con ira a las estrellas, como dientes.

No sabéis a donde huir y pensáis:
¿de dónde nos vendrá ayuda?
Pero vuestro tiempo os traiciona y ríe,
y, como un pañuelo alrededor de la sien, se ajusta. 

Debéis roncar en agonía, y la ciudad
debe suspirar enferma—impura, como con leprosos,
y acudís por ayuda a nosotros, vuestros dioses;
a nosotros, los grandísimos locos.





Atardeceres

Atardeceres son criaturas halladas tras las tapias;
atardeceres son ancianos que no logran morirse;
atardeceres son lámparas, ya arden sus mechas.
Atardeceres son ojos de locos silenciosos;
 atardeceres son cartas escritas y rasgadas:
algo nos libera y algo sucumbe.
Atardeceres son anillos sobre dedos cortados:
sangre sobre oro; oro sobre sangre.
Atardeceres son brazos de hermosas pordioseras.
Atardeceres son banderas en batallas perdidas.
Atardeceres son violines mientras malos espíritus
atrapan a la novia y la arrancan de su casa.
Atardeceres son ventanas de sinagogas abandonadas,
en colores gimen los cristales. 

Antología de la poesía
ídish del siglo XX
Selección y versión de
ELIAHU TOKER 






Years

A New Year verse.

 Translated by Andrew Firestone (2014)



I

In the obscure gloomy green grey
of the last lines of trees
there at the end of the world ─ the sky bends down
carefully to the earth
and listens to the quiet passing
of the years, which swim
out like a tear, and fall
down somewhere like a tear.


II

Every night
black-eyed worlds sing
black-hearted songs,
and stars fall
down in fear:

"Who is the father?
Who is the mother?
The years are born
to neglect and abandon.
Far beyond the forests
on a wild foreign isle
the years lie
thrown about in wild chaos,
blind and sickly
and dark as the forests
and silent like the island
unable to cry
they can't cry...
and over them hangs
a frozen curse".

Every night 
black-eyed worlds sing
black-hearted songs,
and stars fall
down in fear.


III

Ding! Ding! Ding! ─
the hours run
from the town's clock-tower
down into the world
and make the call:
A year is born! ─
the hours ring down
onto the stones
and the copper coins
in the tin of "Charity
saves from death"*...

Ding! Ding! Ding! ─
A dog comes along
and stops in the market
with two moist eyes
and can't remember the way
to the village to his master...
A young year wanders lost
from the town belltower
into the night
and falls exhausted
down on the stones
and lies there broken...

Ding! Ding! Ding! ─
on the dark-blue ladder
of the dark-blue night
my heavy heart dreams
up towards the tower,
where the bell of time restlessly
throws itself upon
the night-blinded clock...

and the hours fall
like leaves in Tishrei
down onto the pavement,
until the stones groan
and say to the streets:

"Every year wanders
from star to star
but finds no renewal
and bearing its misfortune flees
from God and the heavens
and falls down
like a sinful angel
to seek out in our
cold land
its eternal rest..."
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in "Moment", Warsaw, October 15, 1919.

* "Tsedoke tahtsl memoves" = "charity saves from death" was the cry of charity collectors at funerals.






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