jueves, 18 de septiembre de 2014

MICHAEL DONAGHY [13.364] Poeta de Inglaterra


Michael Donaghy

Michael Donaghy (Mayo 24, 1954 - Septiembre 16, 2004) fue un poeta y músico de Nueva York, que vivía en Londres desde 1985.

Donaghy nació en una familia irlandesa y creció en el Bronx, Nueva York, perdiendo ambos padres tempranamente. Estudió en la Universidad de Fordham y realizó estudios de posgrado en la Universidad de Chicago. 

OBRA:

1988 Shibboleth , Oxford University Press
1993 Errata Oxford University Press
1997 Penguin Modern Poets 11 (contributor with Andrew Motion and Hugo Williams), London, Penguin
2000 Dances Learned Last Night: Poems 1975-1995 London, Picador
2000 Conjure Picador
2005 101 Poems about Childhood (editor), London, Faber & Faber
2005 Michael Donaghy Reading from his poems (CD) The Poetry Archive
2009 Collected Poems, Picador. (Posthumous)
2009 The Shape of the Dance: Essays, Interviews and Digressions Picador. (Posthumous)





Engaño

La nube gris pizarra llega muy rápido.
El maizal susurra como un fuego.
Las primeras gotas golpean y cimbran los tallos.
El deseo que se logra no es deseo.
La nube gris pizarra llega muy rápido.
No importa con cuánta astucia conspiremos,
las primeras gotas golpean y cimbran los tallos.
Tener la cosa entera no podemos.
Traiciona el viento su cosecha pobre.
Giran las hojas muertas, lijan la acera.
Su añoranza de bosque
para siempre incompleta.
Dile al chofer que te deje
en la esquina. Sé discreta.
El deseo que se logra no es deseo
sino sólo cenizas de algún fuego.
Giran las hojas muertas, lijan la acera.

Michael Donaghy en Shibboleth (1988), incluido en La generación del cordero. Antología de la poesía actual en las Islas Británicas (Trilce Ediciones, México, 2000, selec. y trad. de Carlos López Beltrán y Pedro Serrano).






Analizante

Tuve un sueño importante. Pero puede esperar.
Quiero primero hablar de Efraín Herrero
y del tatuaje azul cobalto de México
que le adornaba el antebrazo.

Fuimos sus discípulos cuando íbamos a la escuela.
Cuántas horas pasé imitando su acento,
frente al espejo, alisando mi chamarra con esmero
contra el bulto de un cuchillo de cocina.

Una vez me puso una navaja al cuello,
pero sobre eso ya hablé bastante aquí.
¿Le conté que ganó el premio de latín?
Como ve no era sólo miedo o desprecio

lo que a él nos atraía. El día que lo agarraron
vendiendo coca en mayo según supe,
detrás de La Virgen de Guadalupe,
nos sentimos tan aliviados como perdidos.

El día del juicio fuimos a la corte
a apoyar al caído; el perjurio encarnado
traía una corbata que tal vez me había robado
y el traje de domingo de algún otro.

Fue un golpe duro verlo tan asustado.
Y cuando pasó al frente y alzó el brazo
y la manga cruzó al sur del Río Bravo
supe al instante de qué lado yo estaba.

Lo que me trae al sueño, si tenemos tiempo.
Es de noche y estoy vadeando un río, hiela
y traigo puesto ese traje y la corbata. Una linterna
me sorprende a mitad de las aguas. Intento hablar.

Pero alguien se interpone entre la luz y yo.
Surgen estrellas como de un eclipse. Lento
él alza un dedo hacia sus labios. Despierto
antes de que él emita ese ruido desgarrador.

Michael Donaghy en Shibboleth (1988), incluido en La generación del cordero. Antología de la poesía actual en las Islas Británicas (Trilce Ediciones, México, 2000, selec. y trad. de Carlos López Beltrán y Pedro Serrano).






El origen de la geometría

Aves enormes planean por encima de Tebas
dibujando círculos cada vez más pequeños.
El niño griego allá abajo le dice a su tutor

que todas las cosas —el aire de canela en el ocaso
y la roja arena— son la escritura
tridimensional de los dioses.

Así es, dice, y su alfabeto es un mundo
arañado en la arena roja con una vara de ciprés.
Él lo mira desde arriba como un dios.

Pero el anciano graba dibujos
en un trozo de barro. Luna. Escarabajo.
"¿Ves? ¿Ves?", señala el joven Tales

la primera letra de su nombre.
"Redonda como la luna." El anciano entrecierra los ojos
y espanta una mosca de su rostro.

En unos instantes
perderán a los dioses para siempre.
Pero ahora las grullas circulan en lo alto

dentro del vórtice de luz que se distiende.

Michael Donaghy en Shibboleth (1988), incluido en La generación del cordero. Antología de la poesía actual en las Islas Británicas (Trilce Ediciones, México, 2000, selec. y trad. de Carlos López Beltrán y Pedro Serrano).




Machines

Dearest, note how these two are alike:
This harpsicord pavane by Purcell
And the racer’s twelve-speed bike.

The machinery of grace is always simple.
This chrome trapezoid, one wheel connected
To another of concentric gears,
Which Ptolemy dreamt of and Schwinn perfected,
Is gone. The cyclist, not the cycle, steers.
And in the playing, Purcell’s chords are played away.

So this talk, or touch if I were there,
Should work its effortless gadgetry of love,
Like Dante’s heaven, and melt into the air.

If it doesn’t, of course, I’ve fallen. So much is chance,
So much agility, desire, and feverish care,
As bicyclists and harpsicordists prove

Who only by moving can balance,
Only by balancing move.

Michael Donaghy, “Machines” from Dances Learned Last Night: Poems 1975-1995. Copyright © 2000 by Michael Donaghy. Reprinted with the permission of Macmillan.



The Present 

For the present there is just one moon,
though every level pond gives back another.
But the bright disc shining in the black lagoon,
perceived by astrophysicist and lover,
is milliseconds old. And even that light’s
seven minutes older than its source.
And the stars we think we see on moonless nights
are long extinguished. And, of course,
this very moment, as you read this line,
is literally gone before you know it.
Forget the here-and-now. We have no time
but this device of wantonness and wit.
Make me this present then: your hand in mine,
and we’ll live out our lives in it.









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