Mauro Ferrari
(Novi Ligure, Italia 1959) es director editorial de Puntoacapo Editrice, fundada con Cristina Daglio. Ha publicato los siguientes poemarios: Forme (Genesi, Turín, 1989); Al fondo delle cose (Novi Ligure, 1996); Nel crescere del tempo(con el artista Marco Jaccond, I quaderni del circolo degli artisti, Faenza, 2003); Il bene della vista(Novi Ligure, 2006).
La mayoría de sus cuentos se encuentran en Creature del buio e del silenzio (Puntoacapo, Novi Ligure, 2012). Ha publicato también una serie de ensayos de poética (Poesia come gesto. Appunti di poetica. Novi Ligure, 1999); el conjunto de sus ensayos y reflexiones están recogidos en Civiltà della poesia(puntoacapo, Novi Ligure, 2008). Colabora en varias revistas de literatura y sus poemas se incluyen en numerosas antología de poesía en Italia y en el extranjero.
POEMAS DE MAURO FERRARI
Traducción de Emilio Coco
Notizie da Itaca
Dicono sia sempre stato qui, fingendo
anche a se stesso assedi senza fine,
mostri e ritorni; forse persino isole beate,
lussurie di fanciulle e dee;
per non avere ricordanze,
non temer rimpianti - qui,
nascosto in una piega della Storia
mentre Penelope s’imputtaniva,
Telemaco impazziva lentamente
e il cane stesso, Argo l’amato,
lo dimenticava; a impolverarsi
con gli anni, ad osservare
il male che riempiva gli otri
finché non fosse colma la misura,
sempre più atroci vendette
meditando con accidia calcolata.
E un giorno dicono riapparve
sulla soglia brandendo l’arco e
fallendo la prova delle scuri;
uscendo di scena fra i lazzi dei servi,
dei proci, di Penelope e Telemaco
bofonchiando di versi immortali a venire.
Noticias de Ítaca
Dicen que siempre estuvo aquí, fingiendo
también a sí mismo asedios sin fin,
monstruos y regresos; quizá incluso islas dichosas,
lujurias de muchachas y diosas;
para no tener remembranzas,
no temer añoranzas ‒ aquí,
escondido en un entresijo de la Historia
mientras Penélope se emputecía,
Telémaco se volvía loco lentamente
y el mismo perro, Argos querido,
lo olvidaba, empolvándose
con los años, observando
el mal que llenaba los odres
hasta que no fuera llena la medida,
meditando venganzas
cada vez más atroces con acidia calculada.
Y dicen que un día reapareció
en el umbral blandiendo el arco y
fallando la prueba de las hachas;
haciendo mutis entre las burlas de los siervos,
de los pretendientes, de Penélope y Telémaco
refunfuñando sobre inmortales versos venideros.
*
Casa in collina. Pioggia
Nel punto in cui si abbattono
la pioggia senza fine e i radi
devastanti lampi del nulla –
un mondo irato dietro al mondo
che traspare in filigrana;
dove piangono due cipressi
e marcisce la stirpe dei frutti
in tutti i tempi senza raccolto,
dove gli occhi di una figlia
immobile in attesa
sono fissi al vuoto
contro un orizzonte chiuso
dal muro della pioggia
montagne logore e cieli –
nello stesso punto
ma in un tempo prima dei cipressi,
delle case e degli occhi sbarrati,
nel tempo in cui la roccia maturava
e non c‘erano occhi per vedere,
la stessa pioggia e un lampo uguale
con la stessa ira caddero millenni, e non fu
fecondazione ma caparbio urlo del nulla,
un nome che si urlava
senza fine dal profondo.
Su sorrisi e dolori, su corse e gesti
sospesi o bruciati in un lampo,
su ricordi e promesse tranciate
in un attimo di caso o follia
cadde imparziale l’acqua dal cielo
addestrando la propria forza
a questo istante,
questa esatta combinazione
di cielo terra e la chiazza
misteriosa rossamente umana
che in lontananza avvampa
combattendo la tempesta.
(Non c’era nulla dove guardavamo,
solo la collina aggredita dalla pioggia
e un vestito rosso contro il buio –
e lei stava aspettando sulla soglia
le palme aperte al cielo e al tutto,
un viso chiaro e la speranza accesa
per qualcosa che accadesse,
qualcuno che arrivasse
o che tornasse – non la pioggia).
Casa en la colina. Lluvia
En el punto donde se abaten
la lluvia sin fin y los raros
arrolladores relámpagos de la nada ‒
un mundo airado detrás del mundo
que se transparenta en filigrana;
donde lloran dos cipreses
y se pudre la estirpe de los frutos
en todos los tiempos sin cosecha,
donde los ojos de una hija
inmóvil en la espera
están clavados en el vacío
contra un horizonte cerrado
por el muro de la lluvia
montañas gastadas y cielos ‒
en el mismo punto
pero en un tiempo antes de los cipreses,
de las casas y de los ojos abiertos de par en par,
en el tiempo en que la roca maduraba
y no había ojos para ver,
la misma lluvia y un relámpago igual
con la misma ira cayeron milenios, y no fue
fecundación sino obstinado aullido de la nada,
un nombre que se gritaba
sin fin desde lo profundo.
Sobre sonrisas y dolores, sobre carreras y gestos
suspensos o quemados en un soplo,
sobre recuerdos y promesas cortadas
en un momento de azar y de locura
cae imparcial el agua desde el cielo
adiestrando su fuerza
a este instante
esta exacta combinación
de cielo tierra y la mancha
misteriosa rojamente humana
que a lo lejos arde
combatiendo la tormenta.
(No había nada donde mirábamos
sólo la colina agredida por la lluvia
y un traje rojo contra la oscuridad ‒
y ella estaba esperando en el umbral
sus palmas abiertas al cielo y al todo,
un rostro claro y la esperanza encendida
por algo que ocurriera,
alguien que llegara
o que volviera ‒ no la lluvia).
*
Cane
Non potete immaginare quante buche
ho scavato in giardino e sotto le siepi,
monumenti alla mia memoria:
là sotto, al centro del prato, un osso
succulento che non ebbi la pazienza
di rodere a fondo, e dietro il fico
ho sepolto il gioco di una breve estate,
mai invecchiato; e sotto la siepe
giace un qualcosa di perduto e ritrovato,
ancora da studiare. Mi aggiro
fra le erbacce e le radici, fiuto l’ignoto
e so dove trovare le cose amate; che, scusate,
non ho intenzione di portare in superficie.
Traggo invece lente deduzioni,
sondo il terreno per nuovi reperti
cercando le parole giuste –
e un giorno tutto verrà alla luce,
nel suo splendore e nella sua miseria.
Perro
No podéis imaginar cuántos hoyos
excavé en el jardín y debajo de los setos,
monumentos a mi memoria:
allí abajo, en el centro del césped, un hueso
suculento que no tuve la paciencia
de roer a fondo, y detrás de la higuera
sepulté el juego de un breve verano,
nunca envejecido; y debajo del seto
yace algo perdido y encontrado,
todavía para estudiar. Vago
entre la maleza y las raíces, olfateo lo ignoto
y sé dónde hallar las cosas amadas; que, disculpen,
no tengo intención de llevar a la superficie.
Saco en cambio lentas deducciones,
sondeo el terreno para nuevos hallazgos
buscando las palabras justas ‒
y un día todo saldrá a la luz,
en su esplendor y en su miseria.
*
Soffione
Sto
dove il vento uccide all’improvviso,
una folata e giorni di paziente crescita
svaniti senza gloria; perché a milioni
popoliamo questo campo oltre il quale,
dicono voci ossessionanti, ombrose,
potrebbero a galassie attendere
la stessa fine.
Giungono in un polverìo
resti impossibili da decifrare, muti
alla domanda su cosa sia quell’altra vita
e questa nostra fine che non ha ragione:
abbiamo colpa d’esser nati in questo vento,
e non conoscere altro che radice e terra,
nutrire desideri, provare un fremito
se l’acquazzone porta fresco e nutrimento?
Chiediamo una ragione a terra ed acqua,
il nostro mondo; ed aspettiamo con pazienza.
Fumarola
Estoy
donde el viento mata de repente,
una racha y días de paciente crecimiento
desvanecidos sin gloria; porque a millares
poblamos este campo más allá del cual,
dicen voces obsesionantes, sombrías,
podrían en galaxias esperar
el mismo fin.
Llegan en una polvareda
restos imposibles de descifrar, mudos
a la pregunta sobre qué es la otra vida
y este nuestro fin que no tiene motivos:
¿tenemos la culpa de haber nacido en este viento,
y no conocer sino raíz y tierra,
albergar deseos, sentir un estremecimiento
si el aguacero trae frescura y alimento?
Pidamos una razón a tierra y agua,
nuestro mundo; y esperemos con paciencia.
*
L’angelo difficile: utopie
Non voltarti, non parlare, non
toccare le mie penne nere e secche
per il vento attraversato: sono
l’angelo impossibile che non esiste
e parla nella luce piena – l’auspicio.
Tu sei il cogitante roso dal dubbio,
l’intrappolato nei rovi
e immorchiato, il senza volo:
ti conosco da sempre,
sei l’utile idiota appostato
alle Termopili, il ribelle
che alzerà il pugnale
piangendo al pensiero e al ricordo,
per cui la Storia è una
cicatrice arrossata, la vita
il dito che vi corre sopra –
tu sei due gambe piantate nel fango.
Hai visto la debolezza umana,
la forza della paura e delle frane:
misuri il lento, adesso,
scivolare del ghiacciaio – a notte
gli occhi chiusi sul silenzio,
la montagna che si fa morena
assediando il fondovalle.
Ti parlo nella luce e dico
– non ti voltare –
che la visione, quel bello e giusto
che hai visto in filigrana (non miraggio
né inganno della mente o del cuore)
tornerà, buio nel buio
ustionante e necessario;
per poco, tremante,
e con dolore ti schioderà dal fango.
El ángel difícil: utopías
No te vuelvas, no hables, no
toques mis plumas negras y secas
por el viento atravesado: soy
el ángel imposible que no existe
y habla en la luz llena ‒ el auspicio.
Tú eres el cogitante roído por la duda
el atrapado en las zarzas
y enlodado, el sin vuelo:
te conozco desde siempre,
eres el útil idiota apostado
en las Termópilis, el rebelde
que levantará el puñal
llorando al pensamiento y al recuerdo,
por el cual la Historia es una
cicatriz enrojecida, la vida
el dedo que corre encima de ella ‒
tú eres dos piernas plantadas en el fango.
Viste la debilidad humana,
la fuerza del miedo y de los desmoronamientos:
mides el lento, ahora,
deslizamiento del glaciar ‒ por la noche
los ojos cerrados en el silencio,
la montaña que se vuelve morrena
asediando la vaguada.
Te hablo en la luz y digo
‒ no te vuelvas ‒
porque la visión, lo hermoso y justo
que viste en filigrana (no espejismo
ni engaño de la mente o del corazón)
volverá, oscuridad en la oscuridad
quemante y necesario;
por poco, tembloroso,
y con dolor te desclavará del fango.
*
Palinuro
Ligio al timone anche a notte lui
immaginava correnti, anticipava brezze
suo compito bilanciare la forza dell’acqua e del vento
con gli strumenti umani, per rotte ideali
con una barra imperfetta: sudore e spruzzi.
Invece noi stavamo peccando in sogno
lontani da mogli e amanti
sognando fondazioni e mura
vecchie paci o nuove guerre.
Lui continua il sogno adesso
bilanciando i venti alterni,
scivolando, tenendo a bada dèi alteri
sorvolando secoli
in sé portando il sangue versato a Troia.
Noi siamo tornati, sempre in fuga
o annegati in un nostro sogno
sempre a guardarci negli occhi
se ne valesse la pena o fosse solo
altro sangue, altre pene e ferite.
Così, entro le nostre mura
abbiamo colto il destino –
un frutto marcio ma bastante,
e non il paradiso da altri immaginato;
prigioni le stanze, sarcofagi infuocati
che ci contengono, e lontanissimo
il canto dell’invidiato Palinuro:
le cicatrici, il nostro nuovo nome,
ricordano i premi non desiderati
né meritati, e bruciano.
Palinuro
Fiel al timón también por la noche él
imaginaba corrientes, adelantaba brisas
su tarea: equilibrar la fuerza del agua y del viento
con los instrumentos humanos, para rutas ideales
con una barra imperfecta, sudor y salpicaduras.
En cambio nosotros estábamos pecando en sueños
lejos de esposas y amantes
soñando en cimientos y muros
viejas paces o nuevas guerras.
Él continúa el sueño ahora
equilibrando los vientos alternos,
deslizándose, teniendo a raya a dioses altivos
sobrevolando siglos
llevando en sí la sangre derramada en Troya.
Nosotros hemos vuelto, siempre en fuga
o ahogados en un sueño nuestro
siempre mirándonos en los ojos
si valiera la pena o fuera sólo
otra sangre, otras penas y heridas.
Así, dentro de nuestros muros
hemos cogido el destino ‒
un fruto podrido pero bastante,
y no el paraíso por otros imaginado;
prisiones los cuartos, sarcófagos candentes
que nos contienen, y lejanísimo
el canto del envidiado Palinuro:
las cicatrices, nuestro nuevo nombre,
recuerdan los premios no deseados
ni merecidos, y queman.
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