JULIA WONG
Nací en Chepén, PERÚ, éso se ha vuelto cada vez más importante....no se si es la gente que dejé allá, los muertos de los que no me despedí o algún recuerdo precioso. Crecí escuchando ópera china y el Disco azul de los Beatles, luego me gustaron Santana, Los Iracundos, Sandro y los Carpenters. pero cuando supe que los Doors existían decidí que me iría del Perú para siempre. Aún vuelvo, aunque me he dio muy lejos y sin saber a dónde. Me gustó estudiar en Alemania, el alemán es uno de los mejores idiomas que conozco, no se porque la gente mete toda esa historia del nazismo para bajarle belleza a una lengua. Es preciosa, el inglés también tiene una fuerza de tormentas. Y el más bello y en el que mejor se ama es el portugués, especialmente el de Portugal. También me encantó estar y estudiar en Macau. Pero vivo en español estudié muchas cosas en Español....Derecho, Literatura, sociología, geografía, filosofía, teología, nunca terminé una carrera universitaria. Flojera , incapacidad, o las dos... No se por qué las abandono un poco antes de culminar.... Le temo a la autoridad.
Tengo ocho libros publicados en español.Tomé antiepilépticos de niña, aunque nunca tuve epilepsia, no se por qué me los dieron.Me ha empezado a gustar más la vida desde que tengo una hija, pronto tendrá 11 años y es una maravilla ser su madre.
Historia de una gorda, 1994; Los últimos blues de buddha, 2000; Ladrón de codornices, 2002; Iguazú, 2004; bi rey nato, 2007; Bocetos para un cuadro de familia, 2006 ( nouvelle); Un salmón ciego, 2008; margarita no quiere crecer (relatos), 2011; un pequeño bordado sobre la verguenza, 2011.
Declaración de Tregua
en este momento de la batalla
lo único que me queda son tus ojos
no se nada de España
nada, nada
sólo soy una niña fea
afuera de ésos muros
mastico polvo y ganas
quise pegarme a tí
como el cemento de una ciudad
a punto de derrumbarse
nada me acerca a la docilidad del agua
pregunté mil veces si podía meterme en tu bolsillo
me siento como una vigilante a tu lado
y a tu lado me recuesto para desperezarme
en este momento
sólo tu voz y el ruido que revienta del vacío-abismo
no sé si me quieres
no me lo pregunto
sólo veo los mares como rabia de vaca
a la distancia como fruta marina
pienso que no importan las manchas en mi cara
si miras la perfección de otro cuerpo
pienso que me recuesto en tu sombra
en tu cálida geografía.
caeré, eso es seguro
no podría mantener mi equilibrio de huérfana
sin el pudor o el rechazo
en fin
dicen que España
mata de amor o condena
prometo no olvidar tus ojos
sé que no te has dado cuenta
pero los saqué de tu cara sin que lo notes
los llevo al baño, a la playa, a la cocina
aquí en medio de mí los llevo
en todas las batallas
aquí me duelen...
Mongolia
Aún lejana la estepa ,él patea en el delirio
Sus botas llenas de arena, lodo y gotas de sangre
No me preguntes que quedó allá. Implora
Rezamos antes de dormir
Luego me ha pedido que rasque su espalda cansada. En el hombro queda la marca de un arma...
Tiembla mientras me acaricia
Su voz es tan suave como una espada cortando sedas
Que hace cientos de años cruzaran el desierto de Turpán.
De ésas tierras son mis ancestros y mis glorias
Dioses y movimientos milenarios.
Ahora tenemos esta cama que está la mitad del año vacía de su lado.
Sus botas sucias en algún rincón de la casa , el perro muerde los pasadores
Sus botas que huelen a vómito a cal ,a muerte
Pero su cuerpo es un rio voluptuoso y su voz, el mejor sostén a la larga espera
Cuánta verborrea contra sus cascos, sus bazucas
Cuanto odio contra sus ojos enrojecidos por cadáveres ardiendo en la noche
En mi cama él es santo y perfección. El soldado que me trajo de Mongolia y sanó todas mis heridas. Que este país sea tu casa, me dijo.
Mis botas sucias, tu tapete
mi saliva llena de plomo , el elixir con que enjuagues tus lágrimas.
Y ahora soy una violenta piedrecita de una estepa lejana, entre su almohada, su voz, su boca, su espalda, el poder del silencio , más el secreto que resguarda.
Le ayudo a limpiar el revólver, la escopeta, guardamos las balas en cajitas y cerramos ésa habitación con llave. En el patio el arma un rompecabezas de Ghandi pelando naranjas
escuchamos canciones colombianas y pensamos que nuestro nuevo país es un paraíso.
El diarero se ha ido
Hugo
siéntate conmigo a mirar el mar
de la esquina al infinito no hay agua que nos salve
Nadie quería escucharnos
tenía una piedra en el corazón y todos lo intuían
esa mujer te contagiará el embiste de la oscuridad
Así, poco a poco todos se voltearon y me dejaron haciendo pajaritos
con periódicos viejos
Hugo se quedó mirándome
tenía el estómago protuberante, una hernia
acaso era una mujer vestida de vendedor de diarios
te regalo moby dick y una hazaña
un arpòn, gaturro, la nación completa, las páginas que nadie lee
las letras que quedan perdidas entre el semáforo y la gloria
de los que escriben como la lengua manda
los que no escribimos bien sólo miramos el mar.
de pronto el peso de la oscuridad es màs grande que el ombligo de Hugo
y ambos reventamos entre Bartolomé Mitre y el Pacífico
también fui a Paris, también me enamoré pero nadie lo sabe
hoy los dos sufrimos felizmente de olvido
podemos mirar el mar, cada uno su mar, cada uno con su pesadez y su ombligo.
Kafka drinking tea almost at Midnight
para mi mal, no puedo armar en español un cubo con colores brillantes.
para mi mal, es un idioma que habla de sangre y carne , carne, carne y camas
rotas...
para mi mal, sólo poseo un idioma inmoral para carniceros y recièn casados
vengo de una estirpe de monjes suicidas
que contaban ratas y cucarachas en templos olvidados en medio de la selva
hablábamos como las plantas y el bosque
y nuestra mirada era de río
de agua
de manantial tranquilo
ahora entre terremotos y una lengua que aprendo y desaprendo
en el turbio Té....te añoro en silencio
(that’s my pray for the last centuries
the reincarnation of soldiers and samurais
slaughter and killing
the green aspect of my pain without you)
I’m loosing you....
that’s my regret for not talking at the hourglass
that’s my regret for not calling on time
That’s my regret for not finding a better color
after our last dance !....
( For C. )
Palomas
ahora cagan todas
en la sopa en la mesa
en el universo doméstico de la rabia
abusan de mì
se burlan impacientes
ronronean y se soban a mis espaldas
en las sábanas manchadas de ansiedad
y tristes revoltijos
como en un reloj de arena
van de un lado a otro para molestarme con sus aletazos turbulentos
precarios
palomas sin mensajes de paz, sin alabanzas
comunes como mis deseos
de vergel sin moral
indignas, albacea de los desquicios
de grandes pesadillas
frustrada sin màs elevación que la gomina aplastada por un pie
que ya no camina ni patea
una pata automàtica de ave gonorreìca
y desgastada
escondida en alares y cornisas viejas
mugrientas, escondidas, agrietadas
rumor de asco y vulgaridad veraniega
el buche lleno de mentiras
y orquídeas sediciosas,
pasando sus patas sucias en mi hombro
grises imperfectas
como mi mano cerrada.
El cuerpo y la espuma
Nadie me toca
de mi piel sale un sonido que repele.
Espero,
Siempre estuve esperando algún primo
Geranios
o pedazos de pollo sazonados con maní
ninguna enfermedad me ha sido diagnosticada
una mujer con cara de mala y sin sostén
dice que ella ganará el combate de las palabras
yo abro el cierre de mi mochila
y le doy alguna que ella no conoce
las de espuma arena
las de inocente escolar que comía ciruelas
que contaba las velas a la entrada de la iglesia
otra mujer vestida de negro le pega en la cara
y escupe en la tierra retándola
a cambiarse de barrio
otra de muy lejos, también oriental y con olor a algas
le dice que ella pasará pronto de moda
nadie sabe tocarme
traduzco el pentagrama
a
veces mendigo en la calle
a veces me ofrezco en vitrina o por internet
algunas pócimas de amor son sólo para sirenas
revolcadas en el río de la plata
aquí hay otras angustias
otros estertores.
Vuelvo a mi espera
Rectangular, disminuida, sin trompetas
La banda del pueblo toca algunos feriados
Esos días me lavo los pies
Y con la espuma riego flores
Que demoren en brotar.
Imperio
Están marchando sobre la ciudad o mi cuerpo
Hoy da lo mismo
Su caballería ha destruido gran parte de los jardines
Con bolas de acero me revientan
Sobre mis pupilas, ejército japonés ha convertido
Mi humilde casa en un palacio
Yo cago afuera de la puerta
Ya no me dejan entrar y admirar el atardecer en mis balcones
Se han adueñado de cada palabra
Las han enterrado en ollas de barro
Y vertido sangre de ganado y gallinazos
La verdad es una telaraña codiciosa
Cuando el alga sabor pájaro de polvo
Sea engullida por los maestros del placer, o del dolor….
Hoy da lo mismo
Veré mi número arcaico impreso en mi antebrazo
Me he disfrazado de alemana, japonesa, rusa
Y profesora de literatura
Pero sólo advierto que soy el deseo enfermo
De poder o de sentir
Hoy también da lo mismo.
Miedo al agua
Me sugirió que me metiera al mar, dijo que allí me aliviaría del terrible calor y que incluso si nadaba unos cuantos metros, mi cabeza estaría liviana y podría decidir en paz.
Me subí a la roca y vi las olas fuertes de Chérrepe, a veces se ponen así poderosas, me encanta el olor del mar y su fuerza, lo miro, me mojo las piernas. Pero temo mucho tirarme a su infinito.
Moriré mientras esté disfrutando del mar y de su cuerpo. Por eso no me arriesgo … aún no es tiempo de marcharse.
Un pez me invoca
Un pez es un juglar de madrugada
En la repisa hay restos de una cola de porcelana de peso
Mi acuario está roto
Vacío
Temo que no vuelvas, no lo voy a decir
Estoy seca sin ti y en ti me ahogo
Mis branquias, mis escamas
Hay días en que soy mujer y camino, cocino, escribo
Tengo miedo al agua y no me mojo.
Cuando soy pez, soy tuya. Vuelvo a Chérrepe y a la roca.
Te espero en las tardes.
Reencarnación
El árbol de pie
expulsa fantasmas
El árbol cadáver.
He venido otra vez en forma de sal.
Fósiles carcomidos,
peso de amores muertos
(Dios me mira de reojo por las persianas.
Dios volvería a vivir si sintiera mi fe)
El Gallo Rojo
a Wata, In Memoriam
Se muere el Perú
Como los ajos
este albur de camisas
con maestría cortadas.
Las aventuras de fierro.
Barrocas.
Incesantes.
La pintura manchando mis ovarios.
Ahora el sushi se ha vuelto idioma
del pueblo
y mis tallarines poderosos
esperan en una olla olvidada.
Papá dijo que odiara a los japoneses
como dicen que odie a los chilenos.
Más,de tanto amor.
no encuentro diferencias
entre el cerezo, la sakura, la flor de loto y el olivo:
Jesucristo tamiza en el Atacama
semillas de uva colorida.
Se muere el Perú, Wata.
y sólo recuerdo lo que dijiste de mi tía:
"Estaba buena tu tía Carmen,
no parecía china".
Sonreí sin ofenderme, porque en el Perú nadie
parece nada.
Había un chifa.
Tomabas sopa wantan
con tus amigos chinos,
y mientras e buscaba un emblema
que superara él centímetro y medio
de diferencia en los párpados,
un gallo rojo
emitía un sonido mas fuerte que la nada.
Se nos muere el Perú.
El canto del gallo volverá cuando vuele la piedra
***
3 poemas inéditos de Julia Wong
La niña del agua
Estaba allí y no supe qué decirle, su mirada me atravesaba turbia, tan penetrante, casi atacando cada poro cálido inusitado a desmentirme que Lima era una ciudad costera y fresca porque el mar estaba a la vuelta de la esquina.
Mi casa se había inundado y yo salí a caminar por el malecón. Estaba poco más que triste con las noticias del huayco, me había deprimido de sobremanera. En medio de la desolación, supe que tenía que volver a mi departamento a resolver el problema del agua.
Aquella foto de una niña ahogándose allá por milnovecientosochentaidos, cuando ese fenómeno del Niño costero había destruído el puente precario que cruza el río Chamán, no podía salir de mi mente.
Nunca quise nombrar las cosas como los otros las nombraban,“corrupción política“, „castigo del cielo“, „revancha de la naturaleza“, „lecciones para el alma“, „apocalipsis sudamericano“, „cambio de era geológica“.
Una satisfaccion insana solía estremecerme al ver la foto de esa niña perdiéndose sobre un tronco de madera mientras el río se la llevaba.
¿Cómo iba a poder reconocer ante los amigos que eso me daba un placer impronunciable?, observar que la niña se aferraba, sin embargo el agua le ganaba en fuerzas y ella se perdía en la inmensidad de la riada.
Guardé esa foto por muchos años, tenía predilección en escoger lecturas sobre catátofres provocadas por el agua, vi todos los documentales y películas que llegaron a mis ojos sobre el tsunami en Indonesia, durante tres años vi cientotres videos de youtube sobre la imparcialidad del agua en Java, toda esa masa de agua destruyendo, como repito encontraba un placer inigualable que nunca supe explicar.
Casi 30 años después, mi hija ha olvidado el caño abierto mientras dormíamos y al levantarnos la sala estaba inundada. El huayco trujillano, de ese Trujillo donde nacieron Dios y Vallejo, pero tan tan lejanos de esta Lima excesivamente calurosa y poco fresca, me recuerda que es mi madre, también trujillana , la que con sus huesos enclenques me ayudó a pagar este piso barranquino,donde casi en silencio mi hija y yo secamos las patas de los muebles, exprimimos toallas, tratamos de secar la alfombra con la secadora de pelo. Usamos todos los polos viejos para dehumedecer un poco el piso de parquet chusco que empieza a levantarse sin clemencia y de pronto aparece la misma niña que estaba flotando en esa madera semi-sumergida sin piedad en el río Chamán-
-¿Éres tú? -le pregunto.
Sonríe, se sienta en el piso que acabo de secar después de tres horas de arduo exprimir toallas y ropa.
Se estira en el piso, acuosa, enlodada, soberbia y soberana,- Sí, soy yo -dice y vuelve a humedecer el parquet desgastado y me invita a rehacer su historia para no olvidarla jamás.
Agua intranquila
Escribo un poema sobre la rebeldía del agua /me mojo las ingles y la entre pierna pero no seco mi sed/ Solo se me ocurre la palabra desierto y rasco mis talones.
Escribo un poema sobre el agua que moja mis dedos de rojo, ¿cuando se volvió roja , cuándo?
Escribo un poema sobre la lluvia y el nombre de una ciudad quebrada que no conozco pero me fascina que este mojada/
Escribo un poema sobre un hombre metiendo su mano bajo mi falda en plena primavera alemana, cuando suele llover mucho en el sur del país.
Escribo un poema sobre la lluvia marrón de Macau, el viento se lleva un florero.
Mi padre dice, déjalo, déjalo que se rompa. No importa que se caiga, no trates de agarrarlo, el viento es más fuerte que tú, el agua nos sepultará.
Escribo un poema sobre las manos callosas de mi padre, tocando mi frente mientras duermo
¿Qué quieres papá?, -le pregunto.
No hay agua dice, incluso después de la tormenta / arrastra sus pies y su bastón. Dame un vaso con agua. En Macau llueve en los jardines.
El tiene miedo que nos muramos de sed
Siempre le he temido al desierto /dice
Escribo un poema sobre el agua que chorrea de las calaminas viejas.
La tierra enlodada encaramándose hasta mis labios secos.
Porque el agua se ha enardecido con todo/ empieza a introducirse bajo los cuadernos amarillos de los niños a la hora de la siesta.
Los caños revientan/
La noche sufre y parece olvidar la felicidad de sus átomos graves/
Agua agua agua/
El agua parece crecer como sábana, camión, ambulancia, helicóptero, sudor de fierro, ácido de verano eterno que nos domina, óxido del amor que corroe la falange rupestre.
Gota a gota se moja el colchón donde la perra rabiosa mordió a su cría/
Y mojamos nuestros venenos en la trampa de la nube onerosa que domina la vigilia.
Trece
Este dado eterno que el Agua primera convoca / sacando la furia de la entraña que parece adormilada. Este número que al tirar los cubos sagrados a la superficie se repite, grita trece/ trece /trece/
Y así la en-sima destructora de la vida que se ensaña con la sangre requerida para la próxima cosecha de hombres sabios, endometrios que sabrán guarecerse en pilares sobrios y constantes. Aquí no hay nada. Aquí nunca hubo nada, sólo este triste trece eterno, del dado más sangrante que se lava a la distancia
-
La niña del agua
Estaba allí y no supe qué decirle, su mirada me atravesaba turbia, tan penetrante, casi atacando cada poro cálido inusitado a desmentirme que Lima era una ciudad costera y fresca porque el mar estaba a la vuelta de la esquina.
Mi casa se había inundado y yo salí a caminar por el malecón. Estaba poco más que triste con las noticias del huayco, me había deprimido de sobremanera. En medio de la desolación, supe que tenía que volver a mi departamento a resolver el problema del agua.
Aquella foto de una niña ahogándose allá por milnovecientosochentaidos, cuando ese fenómeno del Niño costero había destruído el puente precario que cruza el río Chamán, no podía salir de mi mente.
Nunca quise nombrar las cosas como los otros las nombraban,“corrupción política“, „castigo del cielo“, „revancha de la naturaleza“, „lecciones para el alma“, „apocalipsis sudamericano“, „cambio de era geológica“.
Una satisfaccion insana solía estremecerme al ver la foto de esa niña perdiéndose sobre un tronco de madera mientras el río se la llevaba.
¿Cómo iba a poder reconocer ante los amigos que eso me daba un placer impronunciable?, observar que la niña se aferraba, sin embargo el agua le ganaba en fuerzas y ella se perdía en la inmensidad de la riada.
Guardé esa foto por muchos años, tenía predilección en escoger lecturas sobre catátofres provocadas por el agua, vi todos los documentales y películas que llegaron a mis ojos sobre el tsunami en Indonesia, durante tres años vi cientotres videos de youtube sobre la imparcialidad del agua en Java, toda esa masa de agua destruyendo, como repito encontraba un placer inigualable que nunca supe explicar.
Casi 30 años después, mi hija ha olvidado el caño abierto mientras dormíamos y al levantarnos la sala estaba inundada. El huayco trujillano, de ese Trujillo donde nacieron Dios y Vallejo, pero tan tan lejanos de esta Lima excesivamente calurosa y poco fresca, me recuerda que es mi madre, también trujillana , la que con sus huesos enclenques me ayudó a pagar este piso barranquino,donde casi en silencio mi hija y yo secamos las patas de los muebles, exprimimos toallas, tratamos de secar la alfombra con la secadora de pelo. Usamos todos los polos viejos para dehumedecer un poco el piso de parquet chusco que empieza a levantarse sin clemencia y de pronto aparece la misma niña que estaba flotando en esa madera semi-sumergida sin piedad en el río Chamán-
-¿Éres tú? -le pregunto.
Sonríe, se sienta en el piso que acabo de secar después de tres horas de arduo exprimir toallas y ropa.
Se estira en el piso, acuosa, enlodada, soberbia y soberana,- Sí, soy yo -dice y vuelve a humedecer el parquet desgastado y me invita a rehacer su historia para no olvidarla jamás.
Agua intranquila
Escribo un poema sobre la rebeldía del agua /me mojo las ingles y la entre pierna pero no seco mi sed/ Solo se me ocurre la palabra desierto y rasco mis talones.
Escribo un poema sobre el agua que moja mis dedos de rojo, ¿cuando se volvió roja , cuándo?
Escribo un poema sobre la lluvia y el nombre de una ciudad quebrada que no conozco pero me fascina que este mojada/
Escribo un poema sobre un hombre metiendo su mano bajo mi falda en plena primavera alemana, cuando suele llover mucho en el sur del país.
Escribo un poema sobre la lluvia marrón de Macau, el viento se lleva un florero.
Mi padre dice, déjalo, déjalo que se rompa. No importa que se caiga, no trates de agarrarlo, el viento es más fuerte que tú, el agua nos sepultará.
Escribo un poema sobre las manos callosas de mi padre, tocando mi frente mientras duermo
¿Qué quieres papá?, -le pregunto.
No hay agua dice, incluso después de la tormenta / arrastra sus pies y su bastón. Dame un vaso con agua. En Macau llueve en los jardines.
El tiene miedo que nos muramos de sed
Siempre le he temido al desierto /dice
Escribo un poema sobre el agua que chorrea de las calaminas viejas.
La tierra enlodada encaramándose hasta mis labios secos.
Porque el agua se ha enardecido con todo/ empieza a introducirse bajo los cuadernos amarillos de los niños a la hora de la siesta.
Los caños revientan/
La noche sufre y parece olvidar la felicidad de sus átomos graves/
Agua agua agua/
El agua parece crecer como sábana, camión, ambulancia, helicóptero, sudor de fierro, ácido de verano eterno que nos domina, óxido del amor que corroe la falange rupestre.
Gota a gota se moja el colchón donde la perra rabiosa mordió a su cría/
Y mojamos nuestros venenos en la trampa de la nube onerosa que domina la vigilia.
Trece
Este dado eterno que el Agua primera convoca / sacando la furia de la entraña que parece adormilada. Este número que al tirar los cubos sagrados a la superficie se repite, grita trece/ trece /trece/
Y así la en-sima destructora de la vida que se ensaña con la sangre requerida para la próxima cosecha de hombres sabios, endometrios que sabrán guarecerse en pilares sobrios y constantes. Aquí no hay nada. Aquí nunca hubo nada, sólo este triste trece eterno, del dado más sangrante que se lava a la distancia
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario