lunes, 27 de agosto de 2012

7594.- CARLES RIBA




Carles Riba
Carles Riba i Bracons (Barcelona, 23 de septiembre de 1893 - 12 de julio de 1959) fue un humanista, filólogo, escritor y poeta en lengua catalana. También fueron muy valoradas sus traducciones de textos griegos tanto clásicos como modernos.
Estudió Derecho y Filosofía y Letrasl en la Universidad de Barcelona, donde adquirió una importante formación helenística. Se casó en 1916 con la también poetisa Clementina Arderiu, a la que había conocido en unos Juegos Florales. Trabajó como profesor en la Escuela de Bibliotecarias.
Viajó a Alemania y estudió bajo la dirección de Vossler en Múnich (1922). Su formación clásica se completó con viajes a Italia y Grecia durante los años 1920. En esta misma época también fue colaborador de Pompeu Fabra en la elaboración del Diccionario general de la Lengua Catalana.
Trabajó en la Fundación Bernat Metge, especializada en estudios clásicos y pasó a ser profesor de griego en la Universidad Autónoma de Barcelona en 1934.
Comprometido con las causas catalanista y republicana, se vio obligado a exiliarse a Montpellier (Francia) tras la victoria de la rebelión franquista que acabó con el gobierno republicano en 1939. En su salida al exilio acompañó el último viaje del poeta Antonio Machado. De nuevo en España, en 1943, siguió trabajando en traducciones de autores clásicos para la Fundación Bernat Metge, y llegó hasta la dirección de la fundación.
Ejerció de portavoz indiscutible de los intelectuales de lengua catalana en los congresos de poesía de Segovia (al que fue invitado por Dionisio Ridruejo) en 1952, Salamanca (1953) y Santiago de Compostela (1954). Tras estos congresos, su correspondencia con Ridruejo mostró el interés que la cultura catalana despertaba en los sectores más inquietos del panorama literario español.
Traductor de Constantino Cavafis, Friedrich Hölderlin, Edgar Allan Poe, Rainer Maria Rilke y Franz Kafka, además de a los clásicos griegos y latinos, también se dedicó a la narrativa, en el terreno de los relatos infantiles.
Su poesía establece la voluntad de tratar el amor como elemento poético, con unas referencias cultas que mostraban su vastísima cultura clásica y anglogermánica. Su poesía tiene modelos diferenciados en el tiempo y en el espacio. Por un lado, el más evidente es el de los clásicos griegos, con especial acento en Homero, pero también es evidente el influjo del renacentismo catalán (Ausías March) o italiano (Petrarca y Dante) o de la poesía moderna catalana (Josep Carner).
Falleció en 1959 y fue enterrado en el Cementerio de Sarriá de Barcelona.

Obra

Narrativa

1917 - Aventuras de Perot Marrasquí (cuentos)
1920 - Guillot el bandolero (cuento)
1924 - El amor ingenuo
1928 - Seis Juanes

Poesía

1919 - Primer libro de Estancias
1912-1919 - La palabra de lloure
1930 - Segundo libro de Estancias
1937 - Tres suites
1943 - Las Elegías de Bierville
1947 - Sobre el juego y el fuego
1952 - Corazón salvaje
1957 - Esbozo para tres oratorios

Crítica literaria y otros ensayos

1922 - Escolis y otros artículos
1927 - Los márgenes
1937 - Para comprender
1957 - ...Más los poemas

Traducciones (al catalán)

Odisea de Homero
Vidas paralelas de Plutarco
Teatro de Sófocles
Teatro de Eurípides
Poesía de Constantino Cavafis




Del joc i del foc 

Un amante grita el nombre

DIOS pudo hacer que se abriera
una rosa más, la más noble,
en el alba de una isla sin hombres;
pudo, por remoto cambio nocturno,
entre su cielo y el nuestro desgajar
en sonrisa un astro, el más puro;
en un golfo secreto, hacer expirar
toda la dulzura del mar grande
en la ola más radiante:
prefirió que un amante, solo
por la triste calle, dijera un nombre,
de pronto el inefable nombre,
que lo gritase al tosco viento
que avienta a todos los rosales,
hinche las velas de todos los nautas
y despeja la noche humilde
del alegre viandante sin asilo.

“Un amante grita el nombre” [Un amant crida el nom], 
a Antología [edició bilingüe]. 
Traducció de Rafael Santos Torroella. 








Más allá

Como proa con ola,
como luz con un vidrio,
como amante y amada,
me encontraré contigo,
Esperanza, Esperanza,
tú esquiva, yo en mi sitio.
No sabré si es amor
o si una brava lucha;
si fasto o languidez.
Será la prueba pura,
Esperanza, Esperanza,
más allá, ¡oh más ventura!


“Más allá” [Cap enllà], a Poetas catalanes contemporáneos: 
Antología [edició bilingüe]. 
Traducció d’Agustín Goytisolo. 







Tannkas de las cuatro estaciones

(8)

¡Qué furiosas
oigo correr las aguas
de nuestro amor, cuando
a ti llego por el frágil
puentecillo de una caricia!


“Tannkas de las cuatro estaciones” 
[Tannkas de les quatre estacions], a Antología [edició bilingüe]. 
Traducció de Rafael Santos Torroella. 






Poeta muerto (Màrius Torres)

Siempre tras
los pájaros invisibles
de la esperanza,
hasta dónde ha ido esta
vez, que no regresa?

“Poeta muerto” [Poeta mort], 
a Seis poetas catalanes: Josep Carner, Carles Riba, 
Joan Salvat-Papasseit, J. V. Foix, Pere Quart i Salvador Espriu 
[edició bilingüe]. Madrid: Taurus, 1969





Del joc i del foc 


"¡Súnion! Te evocaré desde lejos..."

II

¡Súnion! Te evocaré desde lejos con un grito de alegría,
a ti y a tu sol leal, rey de la mar y del viento:
por tu recuerdo, que me yergue feliz de sal exaltada,
con tu absoluto mármol, noble y antiguo yo como él.
¡Templo mutilado, desdeñoso de las otras columnas
que en el fondo de tu salto, bajo la ola riente,
duermen la eternidad! Tú velas, blanco en la altura,
por el marinero, que por ti ve bien dirigido su rumbo;
por el ebrio de tu nombre, que a través del desnudo monte bajo
va a buscarte, extremo como la certeza de los dioses;
por el exiliado que entre arboledas sombrías te vislumbra
súbitamente ¡oh preciso, oh fantasmal! y conoce
por tu fuerza la fuerza que le salva de los golpes de azar,
rico de lo que dio, y en su ruina tan puro.


“Elegía II”, a Elegías de Bierville. 
Elegies de Bierville [edició bilingüe]. 
Pròleg de J. A. Goytisolo. 
Traducció d’Alfonso Costafreda. Barcelona: Edicions del Mall, 1985, 





IV

Pura en la soledad y en la hora lenta, una mujer
hace resbalar, con movimiento de árbol o de grito amoroso,
a lo largo y dulce de sus brazos alzados, la túnica. Mientras
brilla ya el torso secreto, queda cautiva en el lino,
en lo alto, la cabeza. Un instante o dos. ¡Ah! ¿bastan para romper
oscuramente el lazo entre la bella y este
tímido junio que de ella, desnuda en la ola, esperaba
alegría e impulso fluvial para hacerse perfecto? ¿Han bastado,
para que tú, imponderable cosa de oro y mirada,
cabeza, flor erguida, salgas vaga —y talmente recelando,
ahora, las nadas del silencio que antes eran venturosas
cómplices? Un cuclillo canta de súbito, inocente.
Ella sonríe. La sangre juvenil del mundo vuelve a correr,
salta, brusca, con el salto de la magnífica, y va
tiempo abajo, hacia soles más maduros —y ella nada ¡oh ritmo!
hacia el verano excesivo— ¡ella y los dioses y mis ojos!


“Elegía IV”, a Elegías de Bierville. 
Elegies de Bierville [edició bilingüe]. 
Pròleg de J. A. Goytisolo. 
Traducció d’Alfonso Costafreda. Barcelona: Edicions del Mall, 1985, 







IX

Para Pompeu Fabra

¡Gloria de Salamina roja sobre el mar en la aurora!
¡Dormidos en el viento de Queronea, cipreses!
Esplendor para los ojos o melancólica estampa,
grito de arribada o fuego bajo la ceniza de un nombre,
¡lugares! mi presencia con corazón violento os completa,
¡palabras! mi voz sedienta os vuelve llenas.
Si en mi cuerpo carnal solamente un triunfo inefable
pudo engendrarme contra la noche y la nada
(entre los brazos de mi padre ¡oh madre en la luz y en la Gracia,
pura presa en el puro comienzo de mis años!)
no hacía falta victoria con humillación de reinos
ni importaba un ocaso vacío de la fuga y la sangre,
para que fuese dejada en el surco incansable de los siglos
la furiosa semilla para mi ser civil.
Lo que fue necesario y bastaba, es que unos hombres sintieran
que no hay fasto más dulce que ser y gustarse uno mismo;
simplemente, sutilmente que supiesen que no hay inútil
espíritu alguno, si crece libre en su virtud;
que para poder llegar a ser lo que querían sus dioses, en la forma
viva de lo que eran ya desde las raíces de sus muertos,
consintiesen en hacerse ¡ellos, los diversos! iguales en las armas,
por la ley persuadidos, ellos que se dictaban las leyes,
y a la fuerza más fuerte que oprime o que inunda, opusiesen
la razón que se conoce y la acometida viril.
Hombres que intentasteis y realizasteis acciones más que humanas
para merecer el orgullo de ser y llamaros humanos,
yo me reconozco entre los hijos de vuestras siembras ilustres:
sé que no fuimos hechos para un bestial destino.
La libertad adquirida en la apasionada búsqueda
de lo que es verdadero y justo, y con sobreprecio de dolor,
nos enseñasteis que dondequiera que sea del mundo es salvada, se salva
para todo el linaje de aquellos que la quieren ganar;
y que si en algún lugar es vencida y su luz es cubierta
por la tempestad o la noche, toda la tierra sufre.
Sí, pero la esperanza maravillosa muere,
grita, más real que la tiniebla o que la estrella
—huesos decepcionados y la heroica pira en el anochecer
desesperado— para muchos parece en principio una fe;
sólo que espera menos y arranca desde todos los exilios
hacia su grito, y los vencidos van reencontrándose soldados.

Traducido por Alfonso Costafreda
Carles Riba, "¡Súnion! Te evocaré desde lejos...". a: Elegías de Bierville. 
[edició bilingüe]. Pròleg de J. A. Goytisolo. 
Barcelona: Edicions del Mall, 1985





Estances

Morir tal vez será...

MORIR tal vez será
como cuando, dormidos, un golpe precipitado
nos abre de par en par los ojos a la tiniebla,
y nos reincorporamos con la duda de si fue realidad
o si fue un sueño que, en su fuga,
dejó prendido

en nuestro aguzado sentido
un regazado jirón de fiebre.
El horror está en sentir que entre la verdad
y nosotros no hay sino un paso de tiniebla,
y que el pie obedece en secreto
a la cobardía de la voluntad.

Traducido por Rafael Santos Torroella
Carles Riba, Estances. Llibre segon (Español). 
 “Morir tal vez será…” [Morir tal vegada seria…], 
a Antología [edició bilingüe]. Esplugues de Llobregat: 
Plaza & Janés, 1983, 






Salvaje corazón

¡Celeste muro! ¡Viento que lanza velozmente
sus azules corceles campo a través sin ira!
Maduran paz los frutos mientras hierven y gira
con la tierra el tan frágil, noble afán de la mente.

Dios religa con fuego al amante incoherente,
cubre con fronda a aquel que, acosado, se mira
en la fuente desnudo, y escucha al que suspira
sin haber dicho nada desesperadamente.

Así es, mi Dios; y tengo casa, y plenitud.
Pero más te complazco sumiso a la tormenta
que apacible en tu calma, llegado ya el estío

que con Tu mano enciendes. La vida en mí no fío
que de esos dones viva. El resto la sustenta
de lo que malversaba, ayer, mi juventud.


“¡Celeste muro!...” [Celeste mur!], 
a Salvaje corazón. Pròleg d’Antonio Tovar. 
Traducció de Rafael Santos Torroella. 
Salamanca: Universidad, 1953, 








No en vano lo diría...

No en vano lo diría, pues contar
con el dolor, que siempre es orgulloso,
debemos: solamente es al gozoso
al que la vida en plenitud se da.

A todo o nada, pura, hay que arriesgar
la jugada y su albur, aunque dudoso;
quien no sepa morir por amoroso
cuartel no espere del amor lograr.

Aún más profundos son que el pensamiento
los ojos que vibrar al sentimiento
con lo mirado, en parigual fulgor,

hacen; y vemos, ¡Padre!, con amor
nuestro tan dulce reino terrenal,
tal príncipe entre muchos cada cual.

Traducido por Rafael Santos Torroella
Carles Riba, Salvaje corazón. “No en vano lo diría...” 
[No ho diria en va…], a Salvaje corazón. 
Pròleg d’Antonio Tovar. Salamanca: Universidad, 1953,






Palmeras tras el balcón; al despertar

A la memoria de Guerau de Liost

La noche, con la profunda fuga
de sus pájaros sobre tus ramas
hacia un suave oriente de blancas
auroras, no te hizo miedosa

ni menos necesaria a mi corazón,
palmera, columna fiel
sobre la que pesa el primer cielo
que devuelto me fue, cuando súbito muere

el dios de los sueños que me poseía,
y me encuentro, náufrago, no sé dónde
del tiempo y la melancolía;

pero estás tú, noble forma, están
tus rayos contra el día, ¡oh triunfo
sosegado de un pensamiento perfecto!

“Palmera tras el balcón; al despertar” 
[Palmera darrera el balcó; en despertar], 
a Antología [edició bilingüe]. 
Traducció de Rafael Santos Torroella. 
Esplugues de Llobregat: Plaza & Janés, 1983









Soldados

Para J. V. Foix

SON un paso que pasa, erizado
de rostros —uno, muchos— la común
fuerza y el aferrado ritmo
se los llevan: versos en una

lengua desconocida, palabras
llenas de un destino que no nos espera:
bella es la música —muchos, todos—
y extraño el viento de la bandera.

La indispensable soledad
los sigue y hará suyos —¿para vivir
o para morir?—. Cada cual perdido

en sí mismo, rostro libre ya,
lamentable que haya vivido
o monstruoso que pueda volver a reír.

“Soldados” [Soldats], a Antología [edició bilingüe]. 
Traducció de Rafael Santos Torroella. Esplugues de Llobregat: 
Plaza & Janés, 1983, 






Madre y niño

Para Manolo, sobre una escultura suya

¡CÓMO entre suave y suave rostro
dos alientos de mortal arcilla
mezclan sueños todavía futuros
y sueños en triunfal ojo convertidos!

Madre y niño, niño y madre,
cada cual por el otro más junto a Dios está:
¡pequeño dios aún sin destino
y madre que el suyo recomienda!

El mundo es justo, clara la noche,
cuéntase la vida por tu canto:
si duerme el niño, no duermas, madre.

Las albas y el saber te aferrarán
riendo; cuando duerma tu madre,
dormirás, ah, para siempre niño.

Traducido por Rafael Santos Torroella
Carles Riba, Palmeras tras el balcón; al despertar.
“Madre y niño” [Mare i infant], a Antología [edició bilingüe]. 
Esplugues de Llobregat: Plaza & Janés, 1983





Poemes per a un nou llibre encara sense títol

[DINS LA NIT, ELS MEUS ANYS...]

Dins la nit, els meus anys
han cridat i em desperten;
semblen ocells perduts,
sóc d’ells i no em coneixen:
són meus i van errants,
perquè no em pugui entendre
quan cerco en el meu cor
què m’ha fet gran i feble.
¿Què hi dius tu, pur infant
que encara et meravelles
de sobte, amb brusc delit,
pels ulls per on vas créixer,
i de qui guardo, amb corn
profund, les orelletes
tan fines a escoltar
les tendres veus que vencen?
¿Què hi respondries tu,
l’infant que jo vaig ésser,
tu que eres simplement,
tu que no pots comprendre
que el cor sigui pesant
i les coses esquerpes,
i el somni tingui risc,
i tot amor tristesa?
Per a ignorar-ho jo
i que, uns minuts, la teva
ventura elemental
revisqui en mi de sempre,
cal que cedeixi a tu
i que ho pagui creient-me
i sentint-me dir foll,
foll que no mira enrera.
¿Qui somriurà dels dos,
el vell que no preveies
futur de tu, oh infant,
o tu, fonda innocència?
Sols sé que miro el riu
al llarg de la ribera;
i sempre sóc el punt
on l’aigua fa el seu pur
començament a perdre’s.

[1952]

Poemes per a un nou llibre encara sense títol








No hay comentarios:

Publicar un comentario