Andrés Unger Salazar es un poeta peruano de la Generación de los 80's.
Andrés Unger nació en Lima, Perú, en 1959. Es hijo del reconocido periodista Tomás Unger. Realizó un doctorado en la especialidad de Literatura Hispana en la Universidad de París VIII Vincennes-Saint-Denis. Ha ejercido diversos oficios, entre otros el de taxista en Nueva York, profesor universitario en Lima y en Nantes, traductor y profesor de idiomas en Frankfurt, Zaragoza, Madrid y Barcelona, y periodista en Frankfurt. Luego de residir algunos años ejerciendo el periodismo en los Estados Unidos de América, actualmente Unger reside en España donde se dedica a la traducción y la enseñanza.
Carrera literaria
Ha publicado poemas en las revistas Turia y El Invisible Anillo, y diversos artículos en medios como Boletín de la Academia Peruana de la Lengua, Lexis, Revista Chilena de Literatura, Malandragem, y Acta Hispánica.
Como escritor, ha sido invitado a residir en la Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs (MEET) de Saint-Nazaire en 1988, y en la Casa del Poeta de Trasmoz en 2008. Como traductor, ha colaborado en el libro bilingüe Wiesse: pinturas y otros ensayos. Paintings and other works (Lima: 2005) del artista plástico peruano Ricardo Wiesse.
Obras
Poesía
La casa penada. Lima: Arte Reda Ediciones, 1986.
El aire. Lima: Caligraph, 1988.
Saint Nazaire. Edición bilingüe español-francés. Traducción al francés por Yves Roullière. St. Nazaire: Arcane 17 — Collection Les Bilingues, 1991.
Con cuerpo y con memoria. Madrid: Separata de la revista Malvís, Nº 9-10 — Colección Rectángulo de Agua, 1991.
Visiones. Colofón de Manuel Vilas. Zaragoza: Olifante Ediciones de Poesía 2002.
He
visto
delinearse el trigo
en la ciudad desierta
He comido pan en medio
del mar o sobre la
cubierta con la
cara pintada
Había
un
hombre
vendiendo
trozos de cielo
He vuelto a pasear
por mi ciudad sin prisa
sin querer llegar avanzando
lentamente
en
sueños
Y ya no eran mías
ni sus calles ni su aliento
sólo sus sombras me pertenecían
y sus techos polvorientos el ruido de
sus casas el hambre y los
mendigos
SOBRE EL MIEDO
Hace mucho tiempo que no siento miedo auténtico, cercanía real del peligro:
¿me estoy volviendo insensato o deseo la muerte? Lo mismo me ocurre con el
cauterio de la angustia. La siento próxima, pero no me seduce ni escandaliza:
¿con los años me he vuelto insensible, o me estoy inmovilizando en
esta máscara o simulacro de autocontrol y seriedad?
esta máscara o simulacro de autocontrol y seriedad?
No conocer el miedo es ser temerario; conocerlo y no prestarle atención
ser valiente. Y, buscar su amistad, ¿es valentía, temeridad o sentido
común? En la soledad se conoce íntimamente al miedo: puede ser
un buen amigo que acompaña en los momentos más difíciles.
Vivir con el miedo de morir es ser infeliz. Entonces, ¿tener miedo de morir
Vivir con el miedo de morir es ser infeliz. Entonces, ¿tener miedo de morir
no será morir infeliz?
Ser feliz es tener la capacidad de sentir y vivir la muerte todos los días.
La muerte de un ser querido es más dura que la propia porque nos impide
La muerte de un ser querido es más dura que la propia porque nos impide
vivir la nuestra, nos arranca de la soledad y obliga a contemplar el abismo
de la ausencia. Hace nacer el miedo a la soledad.
Vivir con miedo es morir muchas veces, vivir sin miedo vivir la muerte.
Vivir con miedo es morir muchas veces, vivir sin miedo vivir la muerte.
Los elegidos de los dioses mueren jóvenes y felices.
Para (con)vivir con la muerte, el miedo es la lengua franca.
Saint Nazaire. Edición bilingüe español-francés.
Traducción al francés por Yves Roullière.
SAINT-NAZAIRE
Apartamento con vista al mar. Vivir al lado del mar : nadie vive al lado del mar sino al lado de la tierra, del lado de la tierra. El árbol y el faro que veo desde mi ventana demuestran que la gente quiere poner muros y raíces en el mar.
Todos pensamos en un árbol, en un faro, antes de hundirnos en el mar.
EL ARBOL Y EL FARO
El mar y el miedo : la hora de la luz ambigua, cuando se acerca la noche azul : el mar y el sueño : el agua transparente detrás de la neblina y de la luz del faro : verde musgo, azul acero, espejo, muro, tumba, olor.
SAINT-NAZAIRE
Appartement avec vue sur la mer. Vivre au bord de la mer : personne ne vit au bord de la mer mais au bord de la terre, du côté de la terre. L’arbre et le phare que je vois de ma fenêtre prouvent que l’on veut partout mettre des murs et des racines dans la mer.
Tous, nous pensons à un arbre, à un phare, avant de nous enfoncer dans la mer.
L’ARBRE ET LE PHARE
La mer et la peur : l’heure de la lumière ambiguë, lorsque s’approche la nuit bleue : la mer et le rêve : l’eau transparente derrière le brouillard et la lumière du phare : verte mousse, bleu acier, miroir, mur, tombe, odeur.
Para Kant: Sobre el tiempo absoluto
Paseo por una calle y veo un fragmento de lo que pensaba. Recorro la calle completa, vuelvo a casa, sin salir de lo que pensaba, hace unos minutos. Escribo lo que pensaba: hace unos minutos. Pienso: el tiempo me ha perdonado: ya no pienso en él. Mañana volveré a ver las mismas piedras, pulcras, precisas, en el mismo portal. Volveré a recorrer esa calle, sin salir de lo que pienso. Maduro, medido, meditabundo. Objeto de desprecio, don Emanuel ... ¿o sujeto trascendental?
www.andresunger.com
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