jueves, 2 de junio de 2011

3879.- ALBANO MARTINS



Albano Martins (Telhado, Fundão, 1930) es uno de los grandes nombres de la poesía portuguesa actual, junto con António Salvado y António Osório. Licenciado en Filología Clásica por la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa, ejerce como profesor en Universidad Fernando Pessoa, de Porto. Publicó su primer libro, Secura Verde, en 1950. Su obra poética comprende más de 25 títulos, buena parte de ellos reunidos en Assim São as Algas (2000), Posteriormente publicó Castália e Outros Poemas (2001), Três Poemas de Amor Seguidos de Livro Quarto (2004) y Palinódias, palimpsestos (2006). Además de poeta, también es traductor. Entre los autores traducidos destacan Pablo Neruda (seis libros, entre ellos Canto General, que le supuso el Gran Premio de Traducción APT/PEN Club Português), Giacomo Leopardi, Rafael Alberti y Nicolás Guillén. La República de Chile le concedió la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral. Es Doctor Honoris Causa por la Universidad S. Marcos (S. Paulo, Brasil). En España acaba de aparecer su primer libro traducido Escrito en rojo (Editorial Germanía, Alzira, 2009), en versión de Ana María da Costa Toscano.




Poemas traducidos por Alfredo Pérez Alencart



ASÍ SON LAS ALGAS

De las palabras
que aprendiste
solamente una
no tiene traducción.
Cuando traduces
amor, tú sabes
que otro ya es su nombre.
Así son las algas
cuando se pudren.




GEOGRAFÍA

Pertenezco a esta
geografía, a la blanca
luz de la resina, al filo
del arado. Mi casa
es esta: un lecho
de jaras y una rosa
entre hojas secas abriéndose
al amparo del rocío.





PEQUEÑAS COSAS

Hablar del trigo y no mencionar
la cizaña. Recorrer
en vuelo raso los campos
sin posar
los pies en el suelo. Abrir
un fruto y sentir
en el aire el perfume
a espliego. Pequeñas cosas,
dirás, que nada
significan ante
esta otra, mayor: decir
lo indecible. O esta:
entrar sin brújula
en el bosque y no perder
el rumbo. O esa otra, mayor
que todas y cuyo
nombre por precaución
omites. Que es necesario,
a veces,
no despertar al silencio.






DORMIR UN POCO…

Homenaje a Federico García Lorca

Dormir un poco – un minuto,
un siglo. Despertar
en la cresta
de una ola, ser
el lastre de espuma
que hay en el sueño
de las algas. O
ser solamente
la marea, que siempre
vuelve
para decir: yo no morí, yo soy
la mariposa
del viento, la flor
incandescente de estas aguas.







UNA CIUDAD

Una ciudad puede ser
sólo un río, una torre, una calle
con balcones de sal y geranios
de espuma. Puede
ser un racimo
de uvas en una botella, una bandera
azul y blanca, un caballo
de crines de algodón, esporas
de agua y lados de granito.
Una ciudad
puede ser el nombre
de un país, de un muelle, un puerto, un barco
de golondrinas y gaviotas
ancladas
en la arena. Y puede
ser
un arco iris a la ventana, una albahaca
de sol, un beso
de magnolias
al crepúsculo, un globo
encendido
en una noche
de junio.

Una ciudad puede ser
un corazón,
un puño.






CUATRO HAIKUS

1.

Si hubo un paraíso, fue
después, cuando se mordió
la manzana.

2.

La cabeza de la luna
entre los muslos.
El sexo de tal resplandor.

3.

Solitarios, solidarios
ambos – Hermes
y Afrodita.

4.

Muy próximas
a la luz fulguran,
cargadas, las espadas.






COMO UN ECO

No tenías
nombre. Existías
como un eco
del silencio. Eras
tal vez
una pregunta
del viento.





ERA AQUÍ, ERA EL TIEMPO

Era aquí. Llegaban,
con la noche, las serpientes
del frío, el ovillo
de las caricias: irrumpían
de la sombra
los deseos liláceos,
deshojándose en nuestras bocas
el malquerer de los besos.
Era
el tiempo de las
cerezas y de las malvas.






DELFOS

Entrarás en Delfos por la puerta
secreta – la de la serpiente. Ése es,
y no otro, el camino
hacia el templo. Junto
a la piedra
del altar cogerás
el oro gastado
del tiempo y la sangre
inútil de los sacrificios. Y
sabrás que amor
y muerte son
la otra cara del mito.






CENTRO

Te di el nombre de la abeja,
pero tú eres panal y miel,
sustancia roja
hecha de sangre y piel.

Mayúsculo amor
con el sol por dentro.
Flor dentro de la flor.
Centro del propio centro.






ESPACIO DISPONIBLE

Me recuesto en tu cuerpo
como si fueses
la última cama
en mi habitación de huésped de los días.

Me recuesto y velo
a la criatura resplandeciente
que duerme reclinada
en la orilla marítima del silencio.

Allí donde el tiempo
se anula y renueva
en la nutriente evidencia
de un gesto o de una mirada
sorprendidos sobre el agua
construyo mi casa,
habito el espacio total
disponible para la vida,
necesario para la muerte.






BASTA UNA FLOR

Basta una flor,
basta un ala
para saber que la primavera
entró en nuestra casa.






AL PRINCIPIO ERA LA SELVA

Selva
virgen. La carne,
el sexo vegetal
aún no poseído
por el hachazo del hombre.







FLOR DE LA PASIÓN

Ahora sé
que la pasión
es azul y coronada
como la sangre y la cabeza
de las reinas. Que tiene
nombre de flor
y es única. Porque,
si no lo fuese,
no sería pasión.






ROSALÍA

Rosa lírica de los
jardines
de Galicia. En tu
garganta cantan
verdes ruiseñores, la flor
del verde pino, las olas
del mar de Vigo.
Canta,
enamorado,
un trovador antiguo.
Cantigas de amor,
cantigas de amigo.





ENTRAS EN MÍ DESCALZA...

Entras
en mí descalza, vulnerable
como un blanco próximo, herida
en las rodillas y en los muslos. Por el tacto
nos conocemos, es esa luz
oblicua que nos ciega. Y te pertenezco
y me perteneces como
la lámina,
la vaina, la llama
a la mecha.




Mi agradecimiento al amigo poeta y traductor
Alfredo Pérez Alencart, por enviarme la documentación







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