lunes, 20 de diciembre de 2010

2563.- MAYRA OYUELA


MAYRA OYUELA. Escritora y poeta hondureña, nacida en Tegucigalpa el 29 de junio de 1982. Desde muy pequeña se interesó por la literatura y empezó a realizar sus primeros escritos, más allá de haber crecido bajo una familia humilde. Tras ingresar al colegio, sus conocimientos literarios se fueron fortificando paulatinamente, creando un estilo propio de poesía basado en la cotidianidad, temáticas variadas y experiencias personales.

Aunque empezó su carrera de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad, una biblioteca albergada en esta institución la “devoró” por completo, y fueron la cantidad de libros reposados en este lugar que determinaron su futuro literario, a tal punto de dejar atrás su carrera de artes plásticas e incorporarse definitivamente al mundo de las letras y continuar escribiendo como lo vino haciendo desde temprana edad.

Con respecto a su obra es un libro abierto, según ella no tiene la verdad absoluta en sus textos, le gusta siempre interrogar en sus palabras y sus pensamientos bajo el efecto “bola de nieve”, ya que con ello demuestra ser auténtica en lo que escribe. Al momento de realizar lecturas públicas de sus poemas, Mayra aplica un lenguaje natural y universal entendible para la gente del común, dejando a un lado los tecnicismos propios de su estilo literario.

Tras tomar la decisión de continuar por la senda literaria, Mayra obtuvo el primer lugar en el IV Concurso de Poesía en la Escuela de Bellas Artes de su país hacia 2001. Posteriormente fue integrante del taller literario Altazor, y fue fundadora del movimiento literario Paíspoesible. Algunos escritos fueron publicados en diarios y revistas hondureñas, y fue reseñada en antologías como: Versofónica, 20 Poetas (2005) y Papel de Oficio (2006).

Para 2006, Mayra lanzó su primer libro de poemas titulado Escribiéndole una casa al barco (2006) de Editorial II Miglior Fabbro. Ha participado de lecturas en un encuentro de poesía femenina en Managua (Nicaragua) y fue invitada especial en el marco del VIII Festival Internacional de Poesía en San José (Costa Rica). En 2009, Mayra lanzó su segundo libro llamado Puertos de Arribo (2009), el cual fue traducido al italiano por el poeta Alessio Brandolini.

Su producción poética se vio estancada desde el 28 de junio de 2009, cuando en su país se estalló el golpe de estado contra el presidente de ese entonces Manuel Zelaya, lo cual la motivo con otros colegas suyos a formar un movimiento en contra de este suceso denominado Artistas de la Resistencia, cuyo resultado fue el lanzamiento de obra textual y visual denominada Tierras del Nunca Más (2009), donde se evidencia lo más atroz de este golpe de estado.


Poesía hondureña en resistencia ante el golpe de Estado



Nos compromete el grito

Buenos días sindicatos, buenos días socialistas,
buenos días trotskistas y seguidores de Gramsci.
Buenos días populistas y proletariado.
Buenos días campesinos, buenos días campesinas,
buenos días científicos, intelectuales,
lideres, zapateros, ebanistas, y poetas.
Buenos días amas de casa, anarquistas,
historiadores, niños, niñas,
buenos días marxistas, emos y punks.
Buenos días dramaturgos, actores, músicos, y orejas.
Buenos días docentes, buenos días artistas
buenos días estudiantes, feministas, taxistas
escultores, camareros e incrédulos.
Bienvenidas ratas, bienvenido sol,
bienvenida piedra, zanates, seudo derechos humanos
garrotes e infiltrados:
Estamos todos reunidos aquí
porque en casa presidencial
hoy amaneció gobernando una cucaracha.
Camaradas puristas del lenguaje,
no pediré disculpas por el panfleto
porque desde los estercoleros de New York
se promueve la sangre,
residimos en el lugar que habita el hombre,
convivimos en el lugar donde lapidan al hombre
y no queremos más hijos para llorar,
nos compromete el grito,
nos compromete la luz que se dispara
desde los fusiles de nuestras gargantas
desde la gallardía de sabernos todos hijos de la carne,
dioses de carne.
Pedimos pan y nos dan hambre,
pedimos respeto y nos proveen soborno.
No doblaremos las rodillas,
no es tiempo de orar,
no esperaremos que crucifiquen nuestra opinión
para que resuciten nuevas democracias,
en nuestras manos la esperanza de levantar la vida
y honrar la sangre de los que hundieron
el anhelo como anzuelo a la tierra,
aferrados al consuelo de devolvernos la esperanza.
Los que custodiamos los sueños en las noches baldías
no instigaremos en el llanto de las madres que hacen patria
con los nombres de sus hijos muertos.
¿Quién amará al hombre con su destello verduzco de azufre?
humanoides mercenarios de humanos,
líderes de un sol que no sabe alumbrar,
melodías tristes son las marchas tras sus pasos
con la furia incesante en cada pie,
con la madrugada reciclada en los ojos
y un ataúd de paisajes por derribar.

¿Quién habitará a este hombre?
Selva de carne atravesada por la desgracia de lo insuficiente
licántropo de ciudades hundidas bajo sus huellas
ave fénix que la muerte vencerá
ante la desgracia de llevar a cuestas un precio.

¿Quién pereció en este hombre?
¿La bondad, la esperanza en lo verdadero?
Avanza con armas el humanoide, animal de vértigos
criatura extraña y rebelde,
domesticada por el lujo, por la avaricia,
por el poder y el descaro.





Trágame Luna

O aterrizá en este océano que soy.
Mirá que tengo la piel fosilizada de lenguas
y un abanico azul que golpea
desde mis trompas de falopio.

He acampado en la sangre del abismo,
he provocado la suntuosa apatía por los ocasos.
Mirá que busco los ojos del sur
y llevo en las manos
el paracaídas de la locura.
Escuchame luna,
la serpiente de la soledad
moldeó mi estatura rompiendo mis olas,
inyectando la dosis precisa de la seducción.
Mirá que me ha mordido desde adentro,
profundo,
vaciando los restos de la nostalgia,
esa que se reproduce
en el inventario de las sorpresas,
me ha dejado intacta la incertidumbre
y esta reseña de manipular los géneros
a mi conveniencia.

He volado profundo tus cielos, luna,
mientras un hombre
ha deletreado mi arena más húmeda.
He comido de la catarsis de la investidura.
Trágame luna
o volvete caracol, velero, arrecife,
lo que querrás
pero volvé, acampá,
quedate

Fuente: Arte Poética





Escribiéndole una casa al barco

Esta casa vuela,
su altura conjura un papalote
que se distorsiona a la distancia.
Esta casa es un mar
y un barco también,
donde crispados, salimos
a contemplar
los delfines más blancos de la locura.
Esta casa tiene un color, un nombre,
su capitán Morgan lanza de sus anzuelos
aurelianos peces,
espectros que devoramos
en lo profundo de los desvelos.
Esta casa barco se desliza
por las olas de una Tegucigalpa oscura
mientras humanos veleros,
navegan lento
dentro de botellas.





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