domingo, 19 de diciembre de 2010

2539.- MANUEL MARTÍNEZ FOREGA


Manuel MARTINEZ ESTEBAN, conocido como Manuel Martínez Forega) nació en Molina de Aragón, 1952. Es crítico literario y filólogo. Estudios de Filología Española, de Filología Románica y de Derecho en la Universidad de Zaragoza
—Ha ejercido y ejerce la crítica literaria en los periódicos El Día, Heraldo de Aragón, Diario 16 Aragón y El Periódico de Aragón y en las revistas Turia y Malvís.
—Crítico de arte y editor de la revista Pasarela. Artes plásticas.
—Director de la Tertulia poética «Las fuentes de la mentira» de la Biblioteca General de Aragón.
-Autor de numerosos textos catalográficos y artículos monográficos sobre pintura clásica y contemporánea: «Pintores aragoneses del siglo XIX», «Iris Lázaro», «Joaquín Ferrer», «Antonio Cásedas», «Ángel Aransay», «García Maya», «Cristóbal Toral» (sobre el que también dirigió realizó y textualizó un vídeo sobre su obra), «Elisabeth Remiro», «Julia Alijarde», «Antonio Fortanet», «La pintura española en el reinado de Felipe IV», «Mariano Barbasán», «La abstracción U.S.A.: su lengua y su palabra», etc., etc.
—Fundador de la colección de poesía «La gruta de las palabras» de Prensas Universitarias de la Universidad de Zaragoza.
—Profesor de los «Cursos de Verano» de la Universidad de Zaragoza en Teruel.
—Vocal de los Congresos Internacionales sobre la obra de Jaime Gil de Biedma (Zaragoza, 1992), Gabriel García Márquez (Zaragoza, 1993) y Miguel Labordeta (Zaragoza, 1995).
—Ha entregado trabajos de investigación en torno a Francisco de Aldana (El amor en la poesía de Francisco de Aldana: materialidad y espiritualidad; Luis de Góngora (Función de la mitología en los sonetos de Góngora); Ángel Guinda (Un Claustro romántico: acercamiento al romanticismo en la poesía de Ángel Guinda); Mariano José de Larra (La polifonía en los artículos de Mariano José de Larra, «Fígaro») y Juan Ramón Jiménez (Memoria y recuerdo en el poema Espacio de Juan Ramón Jiménez).
—Becario del Ministerio de Asuntos Exteriores español y del Gobierno checoslovaco durante los años 1983, 1984 y 1985.
-Becario del Programa Europeo de estancias en el extranjero de la Fundación CAI-CONAI (1990).
—Invitado por la Academia de Ciencias de Checoslovaquia, dentro de Convenio de Intercambio entre ésta y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas español, durante los cursos 1989 y 1990.
—Conferenciante en la Universidad Karolina de Praga (1989), Cátedra de Filología Ibérica, en torno a la «Generación postnovísima de poesía en España»; en la Radiotelevisión checoslovaca sobre «Última poesía española» (1990) y en la CAI (Teruel, 1994): «El escritor frente a su obra: Cómo escribí He roto el mar».
—Primer premio de Poesía del Consejo superior de Investigaciones Científicas (Madrid, 1987).
—Premio «Búho» 1992 de la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro.
—Premio «Roland Barthes» del Congreso Europeo a la traducción (2002).
—Miembro numerario de la Sociedad General de Autores de España (S.G.A.E.).
—Miembro numerario de la Asociación Colegial de Escritores (A.C.E.)
—Miembro numerario del Centro Español de Derechos Repográficos (C.E.D.R.O.)

Bibliografía de Manuel Martínez Esteban

POESÍA:
—Vestíbulo néumico (Zaragoza, edición de autor, 1977).
—En el umbral de las ubres (Zaragoza, Librería General, 1978).
—Un infierno de salva(c)ción (Zaragoza, Porvivir Independiente, col. «Puyal», 1982).
—Cuerpo de la edad (Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 1985).
—He roto el mar (Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1987).
—Ocho poemas de deseo (Madrid, Ediciones Breves, col. «Pubis», 1989 y 1990).
—He roto el mar, 2ª ed. corregida y ampliada (Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 1993).
—Berna (Zaragoza, OR Creativos, col. «Aquisgrán», 1996).
(Ha sido traducido al rumano, checo, macedonio, ruso y búlgaro, inglés, francés e italiano)

ENSAYO:
—Ángel Guinda: Pus esplendoroso del cielo (Zaragoza, Al Margen, 1983).
—Criterios sobre la representación del espectáculo en torno al Poema de Mio Cid en Molina de Aragón (Guadalajara), según una idea original de Manuel Martínez Forega, (Zaragoza, Lola Editorial, 1980, 1984 y 1998).
—Sobre arte escritos, sobre artistas (Zaragoza, Lola Editorial, 2001).
- Todo es posible en Peralejos (de las Truchas), Zaragoza, Lola Editorial, 2002.
- Un héroe común imaginario, Zaragoza, Lola Editorial, 2002.
- Sueño y realidad de la memoria, Zaragoza, Lola Editorial, 2002.

RELATO:
—La trucha, (Zaragoza, Lola Editorial, 1997, 2000 y 2001).










Bebedizo


¿Han gozado tus labios de los nardos?
¿Alguna vez has sentido húmedos
sus pétalos deslizarse?
Si así no ha sido, díselo a todos,
porque ya es hora de aspirar
aquello que abandonaron los anhelos.

Si, por el contrario,
guardas el aroma todavía
de los tallos que bebiste,
los que tu cuerpo perfumaron,
los que dejaron en tus ojos
una sonrisa para siempre,
a nadie lo digas; guárdalo
como un secreto
y en secreto díselo
sólo a quien creas que aún
puede hacer de ti un jardín abierto,
un muro de enredaderas,
un ventanal sin celosía,
a quien pueda vestirte con visillos
robados al deseo esperando
que llegara la noche para celebrarte.


[http://www.revistalaocaloca.com/]







DOBLE SENTIDO

Si alguna vez de una sonrisa hiciste
la cadena de tus ojos,
no hagas de un solo beso
la atadura de tus labios.







ORIENTACIÓN

Navegar por tu boca.
Sólo con tu astrolabio.






ORACIÓN EN PRECISO ARAMEO

Erdap ortseun euq sàtse ne sol soleic,
odacifitnas aes ut erbmon,
agnev a sortoson ut onier,
esagàh ut datnulov
ìsa ne al arreit omoc el oleic.
Le nap ortseun ed adac aìd elsonàd yoh,
sonanòdrep sartseun sadued
ìsa omoc sortoson somanodrep
a sortseun serodued,
y on son sejed reac ne al nòicatnet,
sam sonarbìl ed lam, nèma.






PUBLIO VERGILI MARONIS

Cuando llegas a casa
sin haber dicho una sola palabra
debiendo decir tanto,
te preguntas si es cierto que la causa
es la razón o es motivo el instinto
de tu cabal desdicha.







EMPATÍA

Cuando una daga rompe el corazón
del niño sin las ubres de su madre,
qué me importa el tamaño de tu herida.






DUDOSO DOLOR

Dónde, de este dolor, se encuentra el límite
—cada vez te preguntas—;
y, con esa mirada
traída de los sueños, piensas que sí existe,
que en el extremo máximo del padecimiento
brilla el borde nítido de la mejor aurora;
pero adviertes que, despierto, era sólo
la línea que persigues del deseo.
Y tiemblas de nuevo porque eres hombre
que, sin haber padecido tanto como crees,
piensas, sin embargo, que es dolor la sola duda,
aunque no duela su invisible herida.









La vecina

Ahora que la noche me despierta, nadie duerme al lado.
Unas gotas de lluvia ensucian los cristales
(cuánto polvo suma el silencio).
El isócrono golpeo de unos pies en la escalera
nada desconocido me dicen del mundo.
Acaso arrastren una culpa, o un dolor;
tal vez dejaron en el portal un deseo.
Qué más da; son sus pasos la lectura de mi olvido,








EL DOLOR DE LA LUZ

En la sombra está su nombre inscrito
como un estigma que a la luz renuncia,
invisible y no obstante poderoso,
latente como el dolor que cada día,
cada día, por simple azar burlamos.
Otro día, al fin, te rendirás
a su esplendor imbatible, a los brillos
de su daga, a la final herida de su filo,
y permanecerás ahí, incrédulo,
creyendo ser un sueño fugaz
lo que no es sino la propia rigidez
de tu nombre desde ese momento
perfilado contra un fulgor inmóvil.
Y ambos serán ya uno para siempre,
ungidos a la memoria de aquellos
que dejas y se irán más despacio
(pero se irán) cediendo al vacío
otro vacío, otra asombrada oquedad
para el relámpago, para otro olvido.







EPITAFIO
Si para morir he merecido la vida,
deseadme mejor muerte.






Las alas

Las alas resplandecientes del día
suaves se pliegan en el aire detenido
para advertirme que todo está en calma
pero yo ando inquieto).






Como un pájaro

Como un pájaro al alba, rociado y confuso:
La noche me ha dejado a la intemperie.






Ya en el desfiladero

Ya en el desfiladero,
todas las formas de la piedra son tu forma,
¿y no es la piedra el icono del tiempo?
¿Tan remota es tu presencia?








Si pudiera

Si pudiera rozarte apenas;
si pudiera en tu piel escribir un poema:
¡Qué herida!








HISTORIA DE LABIOS

Adolescentes perdidos en sus tímidas locuras,
hacen hoy temblar el aire con su grito
llegado del cosmos sombrío,
donde el astrólogo lee los enigmas del azar.
Siempre los labios, desde hace milenios,
dicen alcanzar las estrellas y sus números;
lo dicen desde el enorme edificio de la razón
y, sin embargo, siguen buscando a los dioses.

Esos labios tuyos dormidos,
de la adolescencia prendidos un día,
deben despertar a la vida de los sentidos,
erguirse para besar a los vivos.

Que la esfinge prosiga su hierático destino,
que permanezca dormida Kéops,
Nereo en su cueva marina,
Delfos adherido a su Pitón,
ciego Tiresias en el Hades...

Yo quiero
tus labios, tus labios vivos...


Manuel Martínez Forega
[http://crepusculariosiglo21.blogspot.com/
search/label/Manuel%20Mart%C3%ADnez%20Forega]

No hay comentarios:

Publicar un comentario