jueves, 2 de diciembre de 2010
2223.- SAMUEL JARAMILLO
Samuel Jaramillo nació en Bogotá, Colombia, en 1950. Economista y urbanista, con estudios de postgrado y doctorales en Francia e Inglaterra, es un investigador reconocido en Colombia y en América Latina en estudios urbanos, disciplina en la que ha publicado varios libros de amplia circulación. Desde muy joven se destacó como poeta, ganando varios premios nacionales y siendo incluido en múltiples antologías. Ha publicado 6 volúmenes de poesía y una recopilación de su obra en este género. También tiene una labor de crítica literaria abundante, centrada especialmente en la producción poética y narrativa de escritores de su generación en Colombia y América Latina. La editorial Norma publicó su novela Diario de la Luz y las Tinieblas -Francisco José de Caldas, un relato histórico sobre la vida de este personaje de nuestra independencia. En la actualidad es investigador y profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes en Bogotá. Libros de poesía publicados: Ásperos Golpes, 1973; Habitantes de la Ciudad y de la noche, 1981; Geografías de la alucinación, 1982; Selva que Regresa, 1988; Bajo el ala del Relámpago, 1995; Doble Noche, 1998; Casa que respira, 2002. Al decir de Gabriel Jaime Franco: “Tal vez ningún poeta ha expresado mejor nuestro desarraigo y nuestros palos de ciego en la búsqueda de una identidad como Samuel Jaramillo. Su libro Geografías de la Alucinación es una valiente reflexión sobre su generación, un sobrecogedor examen de la orfandad y el desvarío de miles de jóvenes que vieron escaparse muchos de sus más altos sueños. La suya es una poesía clara que no se ha ocultado en falsas retóricas y que ha recurrido a imágenes atrevidas y llenas de virtud arrastrándonos a una zona donde el espíritu respira". Y al decir de Juan Carlos Medina: "Si la misión y el poder del poeta consisten en construir sentido, he aquí una muestra contundente de ello: a partir de las palabras de Samuel Jaramillo la Sabana adquiere una carga de significación que difícilmente podrá eludir en adelante el lector perspicaz de esta poesía. Su palabra transforma la sabana de Bogotá: su melancolía de altiplano andino, su belleza triste, su humedad, su luminosidad evocadora dejan de ser rasgos geográficos azarosos y se convierten en marcas de un territorio delimitado: el territorio propio de la mística del no creyente".
HAY QUE ABRIRLE UN LUGAR A LA NOCHE
y a su respiración vegetal.
Igual, lo que me corresponde es el deseo.
Un cuerpo de mujer arde lentamente
en la penumbra horizontal
donde una hierba oscura
crece con denuedo.
El estremecimiento
de las ramas de los árboles
no responde solamente al viento
de esta noche ecuatorial
que lija las cosas
hasta dejar de ellas tan solo el hueso:
habla de que, contra toda prudencia,
quise besarla una vez más
en el jardín lunar.
Me voy. Pero ahora sé
que a mi espalda
dejo una puerta entornada.
Como una brasa,
el deseo dormita.
Ronronea con sus uñas retráctiles
en la noche estival.
PIENSO: SI SE PUEDE VIVIR SIN ESA NOCHE
en la que en la sartén hervían las estrellas,
es porque de verdad nada resiste el olvido.
El pájaro mensajero
debe poner su huevo en la eternidad.
El pájaro mensajero
deposita su huevo al otro lado
de esta puerta,
fuera de la corriente del tiempo.
BAJO UN CIELO VERTIGINOSO
en el que escurren nubes
con una velocidad de asombro, hay una playa.
En esa playa estas tú
En esa playa instalada en una luz del pasado
estoy yo también.
Destapo una botella
y su aroma espeso todavía perfuma
el aire denso bajo el calor.
Hay el aleteo de algún caballo
con sus grandes dientes oscuros.
Hay un pecho vacío como una caja de hierro
que solo encierra aire.
Un aire negro, hermético.
En esa playa irreal tu mirada se desplaza
en dirección a la mía,
pero no se detiene, y sigue bajo el cielo ominoso.
Destapo una botella:
su olor baña el aire caliente
bajo las nubes veloces.
UN TRAZO RÁPIDO QUE RAYA EL FIRMAMENTO
el pájaro se catapulta hasta los confines del cielo.
Creo que tu presencia es la brisa torrentosa
que lo arrastra a esas alturas.
Conozco que estás cerca
y mi corazón emplumado
bate sus alas
alocadamente.
ME ENTERO DE QUE LA DIFERENCIA
entre que el sol gire alrededor de la tierra
o que la tierra gire alrededor del sol
es una simple cuestión de elegancia
en el que mira, en el que calcula.
Entonces, cuando el que ora va a la montaña
con este acto hace que la montaña vaya a él.
Son los que no creen, con sus objeciones,
los que han perfeccionado la idea de Dios.
Así tus dudas sobre lo que siento por ti:
cuando tu cuerpo acaricia mi mano
también mi mano acaricia tu cuerpo.
Dicho esto, me aplico a organizar
esto que llamo sueños, a clasificarlos,
no sea que se confundan con mis recuerdos.
¿Mi mano? ¿Tu cuerpo?
Quién puede poner algún orden
en este enredo de locos.
SÍ. ES POSIBLE QUE LA FORMA CAPRICHOSA
con que se viste el vuelo de los pájaros
no tenga nada que ver con la historia
de nosotros, terrestres.
Que las posiciones de los astros
y de los planetas sean ajenas
a nuestro destino.
Lo lamento, si es así.
Deploro si el curso de mi vida
no está signado por el movimiento
de tus párpados.
Peor para nosotros.
La vida mía: si no es de la vacilación
de tu mirada, de la duda bajo el relámpago,
¿de qué pende su trayectoria obligada?
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/
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