lunes, 15 de noviembre de 2010

1912.- ROSABETTY MUÑOZ


ROSABETTY MUÑOZ (Ancud, Chile 1960): “Canto de una Oveja del Rebaño”. Santiago. Chile. Ediciones Ariel (1981); “En Lugar de Morir”. Santiago. Chile. Cambio (1987); “Hijos”. Valdivia. Chile. El Kultrún (1991); “Baile de Señoritas”. Valdivia, Chile. El Kultrún (1994); “La Santa”, Santiago. Chile, Editorial Lom (1998); “Sombras en El Rosselot”. Santiago, Chile, Editorial Lom(2002). Su poesía aparece en numerosas antologías y ha recido los siguientes premios por su trabajo literario: 1982, Primer Premio Concurso Universidad Austral de Chile; 1985, Tercer Lugar y Primera Mención en Concurso Apollinaire de la Universidad Federico Santa María; 1992, Mención de Honor en el Premio Municipal de Santiago por el libro “Hijos”; 1994, Proyecto Fondo para el Desarrollo de las Artes (Fondart) para preparación y edición del libro “Baile de señoritas”; 1995, Proyecto Fondart para creación de texto poético “Actas de gracia”; 1995, Mención de Honor en el Premio Pablo Neruda que otorga la Fundación Neruda; 1998, PREMIO Entel al Mejor Escritor Regional; 1999 Mención de Honor en Premio Municipal por el libro “La santa, historia de su eleveción”; 2000 Beca Fundación Andes para escribir texto poético; 2000 Premio Pablo Neruda que otorga la Fundación Neruda; 2002 Beca para Escritores Profesionales en la Séptima Región; 2002 Premio Consejo del Libro y la Lectura por mejor obra inédita “Sombras en El Rosselot”.




Poemas del libro “Sombras en el Rosselot”
editorial Lom, 2002.


CASA DE CITAS

Oscurece y las piezas inician movimiento.
Suenan
a veces ríos dulces
a veces ocarinas
o violenta sangre en oleadas.
Hasta el encajar de unos dedos entre el cabello
parece oírse.
Medusas transitan aèreas
pegándose en las superficies a su paso.

Ferviente esta casa
navega con las ventanas abiertas
de par en par.







PAISAJE

Parece tan húmedo
el bosque pintado en la pared.
Incluso, cerrando los ojos,
el lago se vuelve navegable
y saltan peces sin carnada al bote.
La marea roja se retira
y estamos otra vez llenos de sueños.

A veces basta un ruido exterior
o un ligero movimiento
para que se evaporen
sillones hundidos, cortinas
luces de colores
humores descompuestos
y giren en caleidoscopio,
los días mejores.









BALBUCEOS

Los objetos me persiguen
Arremolinados.
Se debilita mi cascada.
Balbuceo. Se agrieta la voz.

Cual caracol que rodea
Su universo de dos metros
Con un hilo de plata,
Esta casa soy yo.










VIGILIA

Obligada a la vigilia
muestro los dientes a la satisfacción.
En vilo
sacar a uñadas la capa del perdón.
En la punta del agrado
rememorar acres residuos
quebrar el gusto
arder.
Sobrevivir es tarea indigna.










AIRE

A través de las hendijas, a veces,
se cuela el amor.

Internada como estoy,
su descarga me sacude.









LO ABISAL DEL BESO

Humedecer en que aleteamos unísonos.
La fugacidad se estaciona
y pájaro en la nieve acurrucado
y estatua de pueblo enmohecida.
Besándonos
retorno al paisaje
éste, de brazos extendidos.







RÍO NOCTURNO

En cascadas el agua se desliza.
Siento el río nocturno atravesado
sobre el techo.
Despertamos cegados.
Un cardumen brilla
suspendido en el aire.
Sobre mis uñas, un círculo
y en el borde de la boca.


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No se crían hijos para verlos morir

Cuando el mar se llevó a sus tres hijos
ella estaba acodada en la media puerta
de su casa, pensando en ollas aladas
y repletas. De pronto cayó en un vacío
del que surgió vieja y encorvada. No
necesitó entrar para vestirse de negro.
Ya estaba recogiendo flores cuando
salió su hombre con la radio en la
mano, desamparado y tembloroso.

Ella es una sábana flotando sobre nosotros.
Nada detiene el remolino que alienta su vuelo.
Desde su vientre deshabitado
los ovarios violeta se abren como flores nocturnas.
La ansiedad es un arrecife
donde acerados corales hieren los cuerpos amados.
Sin hijos bajo sus ojos
quisiéramos las madres
ofrecerle un trozo de pañal
para vendar sus muñones o un arca
donde recoger los alados restos.





Canto a los pastores

Oh! queridos pastores que
pensáis en mí
y tan bien me comprendéis,
Necesito que sigáis decidiendo mis días
defendiéndome de los peligros
que hay fuera del rebaño.
Comprad todas las armas
que se precisen para ello.
Invertid en festivales
y eventos deportivos
toda mi vida de trabajos.
Gracias por los autos
los televisores a color
las barredoras eléctricas
y los juegos electrónicos.

Gracias por las canciones de moda
los libros de ocultismo
las carreras en moto
las reinas de belleza
los superhombres
y el nuevo metro.
Perdonad a las malas ovejas
que no olvidan supuestos dolores
y pretenden malditos ideales y libertades
que no sirven para nada.
No necesitáis castigarlos,
nosotros los abandonaremos:
no leeremos sus libros
no los escucharemos.
Ya veréis como mueren desangrados.
Ayudadme en los pocos momentos difíciles
cuando el televisor se apaga
y estoy, por casualidad, solo.
No permitáis que caiga en la tentación
de volverme loco, como las malas ovejas.







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