jueves, 25 de noviembre de 2010

2096.- CARLOS PUJOL


Carlos Pujol (Barcelona, 1936) es un poeta, traductor, editor, historiador de la literatura y novelista español. Ha estudiado y preparado antologías y ediciones de la obra de Balzac o Joan Perucho, autores –entre otros– en los que se le considera un especialista. Ha traducido al español obras escritas en francés, inglés, italiano y catalán. Es doctor en Filología Románica y hasta 1977 fue profesor de Literatura Francesa en la Universidad de Barcelona. Ha sido crítico literario, entre otros medios, de El País, La Vanguardia, El Sol y ABC.
Novelas
Los días frágiles. 2003.
Antes del invierno. Palencia: Menoscuarto, 2008.
El teatro de la guerra. Palencia: Menoscuarto, 2009.
[editar]Cuentos
Fortunas y adversidades de Sherlock Holmes. Palencia: Menoscuarto, 2008.
Poesía
Los aventureros. Pamplona: Pamiela, 1996.
Su poemario Versos de Suabia tiene un trasfondo autobiográfico, ya que frecuentó esa región de Alemania por la boda de uno de sus hijos y el nacimiento de sus nietos. Es precisamente en boca de uno de estos, Matthias, en la que pone alguno de los poemas del libro.
Ensayos y estudios literarios
Balzac y La comedia humana. Barcelona: Bruguera, 1983.




[Sin título]

Eres la disponible eternidad,
y a mí que me distrae
el vuelo de una mosca.
Mientras haya juguetes,
soldaditos, peonzas, bicicletas,
el cine de la tarde de los sábados,
ni me acuerdo de ti.
Urgen todas las fábulas.
Tú, rey de la paciencia,
con tesoros de tiempo en los bolsillos,
esperas a que un día
me canse de estar solo.








[Sin título]

Cercarán la ciudad, los centinelas
se darán a la fuga,
y habrá un hosco silencio en todas partes.
Que eso iba a suceder ya lo sabíamos,
aunque siguiera siendo inconcebible.
A la espera de todo,
va a clarear de un modo ceniciento,
y se abrirán las puertas.
Del sitiador ni rastro.
Al alba la derrota será extraña,
sólo entonces, brevísimo, intervienes.







[Sin título]

Después de haber perdido muchos trenes
que parecen más bellos por perdidos,
se llega a algún insólito lugar.
El viaje o su ilusión
cruza inviernos, sorpresas y locuras,
al perderse uno gana,
lleva no pocos años el saberlo.
Querer estar en raros extravíos
y accidentes es el aprendizaje
de echar de menos lo que no se ve.









Entre una guerra y otra

Entre una guerra y otra,
O al final de las guerras,
Suponiendo que alguna vez terminen,
Existe lo que antaño se llamaba
Los cuarteles de invierno.
En la tregua del frío
Los soldados se daban a olvidar
Lo que era inolvidable;
Con sueños, aguardiente y fanfarronas
Quimeras se les iba
Agrio y moroso el tiempo de las manos.
Alguno cavilaba hasta escribir
El Discurso del método,
Y había quien con versos y novelas
Parlamentaba con su corazón
Entre irónicos, sabios y prudentes,
Fogueados y aturdidos del tumulto
Que seguían llevando en la memoria,
Daban la vuelta a todo lo vivido,
Sabiendo que faltaba todavía
La más dura campaña,
El sonreír sereno y con encanto
Esperando rendirse a discreción.







ARTE POÉTICA

La perfección tal vez, o el simulacro
que sirve de consuelo por su ausencia,
no depende jamás del añadir
tal o cual adjetivo,
seguramente todos extravían,
sino de la cordura de no usar
las palabras sobrantes. Casi todas.
Aludiendo a razones
desconocidas, pero imprescindibles,
un poema se teje con silencios
que la voz reconoce como suyos.
Para poder contar lo que sabemos
acerca del amor, de cómo pasa
el tiempo por las vidas.

Vidas de los poetas, 1995.





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