Jade Castellanos
Nació en la ciudad de México en 1973. Poeta y narradora. Estudió lengua y literatura inglesa en la UNAM; la licenciatura en ciencias humanas y la maestría en literatura latinoamericana contemporánea en el Centro Universitario de Integración Humanística. Ha participado en talleres literarios impartidos por Eduardo Milán, Óscar Wong, Andrés Acosta, Dolores Castro y Saúl Ibargoyen. Ha colaborado en diversas revistas literarias. Becaria del diplomado en Creación Literaria en Casa Lamm. Ganadora del concurso Poema a mi madre 2006, del periódico Milenio. Parte de su obra se encuentra en la antología El camino del haikú, Fata Morgana, 2005 y en Antologías de mujeres poetas en el país de las nubes (2000-2001).
Bibliografía
Poesía - Libros individuales
1. El arte de lo efímero. México: Iván Ardila, 1995.
2. Luz nahual. México: Lucta, 1997.
3. El vértigo del colibrí. México: Tintanueva, 1999.
4. Riscorso. México: Ediciones del Ermitaño (Solar), 2001.
5. Diente de león. México: Tintanueva, 2002.
6. Verano vorágine. México: Letras Vivas (Los Poetas de la Banda Eriza), 2006.
Narrativa - Cuento - Libros individuales
7. Cuentos y encuentros. México: Casa Lamm, 1994.
8. De locas por la gran ciudad. México: Ediciones del Ermitaño (Solar), 2001.
9. El colapso. México: Amarillo Ediciones, 2013.
LOCURA I
Guardo tu aroma
en el rincón más oscuro de la noche
Me arrebatas los pensamientos
Y las horas
dulces frutos
palpitando dentro
Nombro tu presencia
con el gozo del primer día;
placer y angustia mezclados
para bautizar la flor
que nace, roja y pura
Tus labios
más dulces que las uvas
me llevan al abismo
¿Cómo explicar ante el mundo
estas ansias de embriagarme,
este nivel de locura
en la sangre?
¿Acaso tengo que justificar
mi corazón rugido,
mi trémulo cantar
entre las olas?
¿Por qué no escupirle
al mundo que ESTOY VIVA?
RAÍZ ARDIENTE
A mediodía
una limonada, un café
frases cortas
de connotaciones largas
La sonrisa vertical
que te añora
un beso de raíz ardiente
en la entrepierna
La plenitud de la entrega
que sólo acontece
en las miradas,
iluminaciones que prometen
la luz cenital
del fuego nuevo.
MANTRA
Silencio
La calle muda y sola
Un cuarto roto
El guía espiritual
que me aterriza
Mantras creadores de luz,
vasto sonido del fuego
Crepitando a medianoche
La antigua opresión en el pecho
Después el viaje
Antiguo desprendimiento
Añorada libertad.
OTOÑO
Sobre las palmas
altos destellos dorados,
la quimera del cielo
que susurra
En un latido
la caída ondulante
destello rojo
Caoba la mar
plañidera de hadas
Siempre me encuentra
sentada frente a ti
Onda eterna, iridiscente
Vuelco salino.
VACÍO
La tentación del vacío
es demasiado grande
Sólo arrojarme y dejar
que la gravedad
haga el resto.
LOCURA II
Lo que separa
la normalidad de la locura
es esta línea de agua_________________________
esta línea tan fina
casi transparente,
para mí desconocida.
Escuchaste su voz,
el canto que estremecía
y el tiempo no pasó
y la herida estaba ahí
Por siempre
mientras el flagelo
del aire
torturaba tu piel.
Escalofrío sonoro.
CAÍDA
La noche y su hendidura perfecta
Clave de sol que estalla
en mi boca
Luz de azogue en tus pupilas,
espejo de ondas renovadas,
acantilado en el que vuelvo a caer
desfallecida
Soy una sirena
atrapada en sus propias redes,
Circe que languidece
cuando la luna descubre
nuestra piel,
luna cuya luz se escapa
a raudales entre mis piernas.
DÉDALO
Me sumerjo a fondo,
me dejo hundir
en esta pasión que
todo lo arrastra,
en este laberinto
de llamas siempre vivas
Eres el Minotauro
que laceró mi vientre;
necesito tu herida plural
esta llaga que duele y goza,
que se renueva entera,
este signo de luz
quemando todo a su paso.
ORFANDAD
Ahora sí te extraño, me digo,
una vez que cierras la puerta
y vuelve a instalarse el silencio
en esta página
Antes creí añorarte
simples juegos de inocencia,
esta, en cambio, es
la flama del dolor
que se inaugura,
y de golpe el mundo
pierde sonidos, aromas,
la música que lo envolvía,
la piel que alumbraba
con sus latidos ciegos
Nada palpita ya,
todo está muerto
en cuanto apagas la luz
y se cancela el aire,
los rincones de luz,
mi corazón incandescente
Me hiere el amor
con su relámpago,
y esta soledad me deja
expuesta, vacía,
más que nunca indefensa.
AGONÍA
Estoy enferma
cuerpo y alma
un trozo de agonía
Mientras la tarde cae
con su latir oblicuo,
y el frío taladra
con su espina la ventana,
mi ser languidece
El dolor te lleva
a nuevos senderos,
angustias dulcísimas
cuyo origen real
no se revela nunca
El aire que respiro
no me alcanza,
boqueo como un pez
buscando al girasol
que vuelva luz
mi herida permanente.
Noche feroz,
Acometes tu rabia
con voluptuosidad,
Te regocijas
en el sueño,
la sangre y la desgracia
cobran la cordura
de la yegua blanca
El grito escinde la oscuridad,
algo parecido a la paz
perfila el alba.
Y yo no participo de ella.
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