Raúl Aníbal Sánchez
(Chihuahua, México 1984). Es colaborador y socio fundador del blog cultural Terrario <http://terrar.io>. Ganó el concurso Ciencia y Tecnología para los Niños y Niñas de la Ciudad de México convocado por el ICYT-GDF (2008) con el cuento “Luna de día”; obtuvo el primer premio del concurso Historias que Trascienden (UAM), y el primer lugar en el Premio Nacional de Cuentos Infantiles y Juveniles Cuenta conmigo (Conafe). Ha publicado en las antologías Cenzontle de papel y Florecer en la plaza mayor (Taller Editorial Zócalo), y ¡Esos malditos escuincles! 25 Mexican Poets 30 and Under en Big Bridge: a Webzine of Poetry and Everything Else (Big Bridge Press, número 17). Es becario del programa Jóvenes Creadores del Fonca.
1
Así llegan las fotografías
primero ella dientes magníficos
luego él un poco calvo un poco alegre
sostiene en la mano un trago de licor indefinible
Cada tanto
un fotografía nueva
como algo borroso que nos pasa de largo
Un hombre o mujer diferente
“Ayúdanos a encontrarlos”
escribe alguien sin rostro
en los correos electrónicos
o en las paredes de juzgados
Leemos historias
dónde se les vio
a las afueras de un bar
salieron a comprar víveres dicen
estaban de vacaciones
y de pronto nadie contestó el teléfono
Cuando por fin nos detenemos a observar
buscamos en la profundidad de sus ojos
una señal
algo de tristeza
o premonición
2
En este siglo
las huellas de los ausentes son largas
Nos quedan las fotografías ingenuas
y los zapatos que no llevaban puestos
Prodigadas con la despreocupación del inmortal
quedan sinnúmero de anécdotas y cartas
Las calles donde vivieron el nombre de sus compañeros de trabajo
la identidad de los amantes los viajes
el lugar donde ese día bebieron cerveza
Fantasmas que sobrevivirán a nosotros
a los criminales
al tiempo de los hombres
3
Por desgracia
esta mañana del 20 de septiembre
han sido encontrados muertos
apreciamos su valiosa ayuda
ahora su familia puede descansar tranquila
sabiendo que se encuentran
en el regazo del Señor
¿Por qué sonríen
qué miran cuando miran hacia la cámara
hacia nosotros que les observamos a través del tiempo?
¿Ven la sombra ominosa tras de uno mismo
erguida y dispuesta a devorarnos?
On silence
Silence is the unbearable repartee
G.K. Chesterton
El silencio y sus juegos de palabras
sesesos susurros apenas útiles para este idioma
ésta lengua barbada
con el ropón lleno de parches
Tesis doctorales sobre el silencio
ensayos de revista semanal
reflexiones larguísimas atribuladas
calcos de viejas pinturas
con ermitaños sin lámpara en un bosque
El silencio y sus cuatrocientas voces
sus cuatrocientos mandarines alemanes
con palabras intraducibles explicadas al pie de página
Qué saben del silencio ni siquiera es el canto del grillo
la sirena en la noche el zumbido agudo en el tímpano
que los adolescentes sufren al volver de la alberca
la soledad en la que piensan sobre esa muchacha
a quien nunca pueden dirigir la palabra
Y luego el mar con su roca espuma y niebla
el color amarillo el azul del cielo surcado por gaviotas
Discuten en las salas de conferencias
en los congresos de hombres de letras
el humo de cigarros busca la perfecta sinestesia
Mientras allá afuera se van la vida los hijos
Los claros de pasto y ceniza parques y estatuas
son apenas artilugios borrosos que nos pasan de largo
Ante el milagro de la lluvia buscamos el charco la onda
la parte que del todo nos brinde respuesta
Revillagigedo y Pugibet
El hombre de la basura
arrastra unas botas
que eran cafés
hace tiempo
De pronto
brinca sobre sus compañeros
hacia un costal
desparramado
Entre cáscaras de naranja
ha encontrado una corbata
y un broche dorado
Ya se sabe
1
Estamos solos
eso ya se sabe
cada hombre en la tierra
es la pieza extraviada de un ajedrez diferente
2
Estamos solos
los perros convocados a jauría
los adolescentes extáticos como derviches
las viejas en domingo camino de la iglesia
en los cráneos donde se guardan indistintamente
napoleones y mendigos
En el vientre de la madre
en los brazos de la madre
en el sepulcro de la madre
3
Solos en la ruina
llamará a la puerta una muchedumbre innecesaria
la culpa como una sonrisa sin rostro
el miedo y su sombrero verde
la nada vestida con traje de fiesta
Solo mientras escribo
mientras mi mujer duerme en otro cuarto
también sola
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