Sapphire
—Ramona Lofton—, poeta, “performer” y agitadora cultural, nació en California en 1950 y vive en Nueva York. Entre sus publicaciones podemos citar American Dreams, una colección de poemas calificada por la crítica como una de las más tocables de la década de los 90. También ha enseñado a leer y a escribir a adolescentes y a adultos de Harlem y el Bronx durante varios años. Entertainment Weekly ha dicho de ella que “conoce la vida secreta de la ciudad mejor que las estrellas de rap y los sociólogos”. Precious, dirigida por Lee Daniela y basada en la novela Push de Sapphire, obtuvo el Premio Público en el Festival Internacional de Toronto y se impuso en la 15ª edición del Sundance Film Festival ganando tres de los premios más importantes: el Gran Premio del Jurado, el Gran Premio del Público y una distinción especial del jurado a la actriz protagonista, Mo’Nique. Obtuvo además el Premio del Público en el Festival de San Sebastián. La edición en paperback de Push se encaramó en el número uno de la lista de los títulos más vendidos del New York Times.
Escritora y poeta americana, Sapphire es una conocida artista de performance y defensora de los derechos de gays y lesbianas.
"Hombre conejo" de Sapphire
Traducido por Santiago Acosta
1.
él es la noche
persiguiendo conejos,
una olla de polvo
bajo el cielo de asfalto
rajado de estrellas.
atleta,
“triunfa chico negro de Houston”.
de pie, derecho como una hojilla
abre mi vagina de un tajo
estirándola como luces que sangran en el aire oscuro
sus dientes de conejo arrastran mi lengua
por sables ocultos bajo sal,
de la punta cortada
gotean rosas rojas
que gritan: papi, no.
se supone que no debería ser
tu cena, negro.
tu semen forma dedos
en mi garganta,
dedos lanudos.
toso todo el tiempo
hombre conejo
chico negro
corre
salta
obstáculo tras obstáculo—
cada vez más alto.
hasta que tu pene se derrita
como un malvavisco en el fuego
y tu miedo sea un desierto sin otra flor
que tus dos hijas,
Bellezas Americanas,
firmes capullos que abres,
pétalos de luz rosa desangrándose
bajo una luna destrozada.
agujas de pino brotan de la arena
pero no preguntas para qué son
rodeado como estás por pequeñas hijas,
diminutos cazones que se ahogan entre pañales.
tú hiciste esto güevo de conejo,
güevo de conejo
güevo de conejo
engendro coprófago saltador
ojos ciegos abriéndose
como enfermedad terminal
boca tras boca—
paralizante luz.
2.
me deslizo entre frías habitaciones de poliéster,
hasta tu cama—
allí todo es tan ordinario y roto.
esquivo la blanca piel y
los ojos sangrantes de Jesús.
casi todas las noches dormías
en el obituario de la luz—
completamente sola.
la imagen estaba colocada de tal manera que
cuando tu cabeza golpeaba la almohada
veías a Jesús.
¿el qué?
3.
veías a la muerte como las piernas negras de tu madre
como los dientes torcidos de tu hermana retrasada
como el olor húmedo de la luz en el ojo de un pez.
veías a la muerte cabalgando sin automóviles ni tarjetas de crédito.
veías a la muerte arrastrándose tambaleándose como las mujeres gordas
que odiabas.
veías que Jesús no podía salvarte.
la mano de dios está fruncida por el olor a cabello quemado y
grasa caliente,
ella te escucha diciéndole a tus hijos no se vayan a juntar
con una negra.
sus tetas cuelgan tristes serpientes subiendo por tus piernas
hasta que tu pene habla y con mirada ciega ves
a las dos hijas que abandonaste sin agua en el desierto.
oh la muerte te conoce y te invita a cenar,
sale rodando del garaje como un coupe de ville,
es una hija de lengua viperina que te traiciona,
es un conejo sediento ahogándose en una carretera solitaria.
la muerte es un hacha dentro de un ascensor elevándose hacia el sol.
la muerte es el huevo de dios.
la muerte es una hija que se alimenta.
tú eres la mesa donde la negra y húmeda tierra descansa—
tú eres la cena del polvo,
un cadillac regresando a una choza derrumbada.
eres el conejo liberado del temor
el círculo quebrado por el sol
el mango de un hacha enterrada,
cabeza rodado por el desierto
como una bola de paja—
de regreso a Neptuno.
4.
ahora soy la reina de la arena,
viento envolviéndose como alambre alrededor del cuello del conejo,
el final de un ciclo.
mis hijos se rehúsan a creer que tu pene es una chupeta.
mis hijos son el desierto florido;
flores de cactus abriéndose al perdón,
millones de conejos saltando—
saltando por encima de ti.
Some Different Kinda Books
I
She asks why we always
read books about black people.
(I spare her the news she is black.)
She wants something different.
Her own book is written in pencil.
She painstakingly goes back & corrects
the misspelled words.
We write each day.
Each day the words look like
a retarded hand from Mars
wrote them.
Each day she asks me how
do you spell: didn´t, tomorrow, done
husband, son, learning, went, gone . . .
I can´t think of all the words she can´t spell.
It´s easier to think of what she can spell:
MY NAME IS CARMEN LOPEZ.
I am sorry I was out teacher.
My husband was sick.
You know I never miss school.
In that other program
I wasn´t learning nothing.
Here I´m learning so I come.
What´s wrong with my husband?
I don´t know. He´s in the hospital. He´s real sick.
I was almost out the room
when I hear the nurse ask him,
Do you do drugs?
He says yes.
I say what!
I don´t know nuthin´´bout no drugs.
I´m going off in the hospital.
He´s sick.
I´m mad.
Nobody tells you nuthin´!
I didn´t hear that nurse
I wouldn´t know
nuthin´.
Huh?
Condoms? No teacher.
He´s my husband.
I never been with another man.
II
I think he got AIDS
he still don´t tell me.
I did teacher. I tried
to read the chart at the hospital
but I couldn´t figure out those words.
Doctor don´t say, he say privacy.
The nurse tell me.
She´s Puerto Rican. She say your husband
got AIDS.
I go off in the hospital.
Nobody tells me nuthin´.
He come home.
He say it´s not true,
he´s fine.
He´s so skinny without his clothes
he try to hide hisself nekkid
don´t want me to look.
I say you got to use
one of those things.
He say nuthin´s wrong
with him.
III
He stop sayin´ that.
Now he just say hes gonna die
all the time
all the time
dying.
I say STOP that talk,
the doctor say you could
live a long time
my sister-in-law say,
he got it so you got it
it´s like that.
I say, I don´t got it,
my kids don´t got it either.
Teacher, I need a letter for welfare
that I´m coming to school
on a regular basis.
IV
He´s in P.R.,
before that he started messing around
again.
Over the Christmas holidays
he died.
That´s where I was at
in P.R.
I´m fine. Yeah, I´m sure teacher.
What do I wanna do teacher?
I just wanna read some different
kinda books.
Ghosts
There are thirteen windows in this room.
I see the tops of trees and sky, my parents
run thru my mind; my father
scurrying like a mouse. My mother is sitting. Why have I come
here, and what do their ghosts
want with me. I know I’m not writing poetry
but trying to build a bridge back to poetry.
I will go home to a hot stuffy room.
I have lived with their ghosts.
The black haired mother, her parents
on her back. We had, all but one, come
to bury her twelve years ago. My father
died at seventy-five, a stroke, my father
myself? Or me, myself—where is poetry,
the feeling I used to have, will it come
in the middle of exercises? Finally I have a room
with windows. Finally my parents
are dead, are ghosts.
How they beat me, left me, laughed at me, are ghosts.
I see him frozen, hurrying, in a picture, my father.
I seldom saw my parents
together. My mother never mentioned my father’s poetry.
I found it after he died. I was in his room
before his funeral. I had come
from New York to bury this father, come
to throw dirt on the recovered ghosts
of memory, willing to believe as I lay down in his room
I was a liar. Then my sister says, my father
got her while she was in diapers. In his poetry
he talks of sunsets and doesn’t mention his parents.
My mother said he was ashamed of his parents.
When it is my time who will come?
I have no children except this poetry that isn’t poetry.
Our father’s penis is the ghost
we suck in our dreams. Still I miss that father,
raise him from photographs to come sit in my room.
Here at the writers‘ colony I attempt poetry in a room.
I see my mother and father at the top of the sky. My parents
have come here, home, to help me, ghosts.
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