miércoles, 19 de marzo de 2014

WAFA LAMRANI [11.284] Poeta de Marruecos

Wafa Lamrani


WAFA LAMRANI

(Nacida en 1960, en Ksar el-Kebir) es una poeta marroquí. 




RETRATO

Allí
donde está el meditabundo rapto
descansas, oh mujer asombrosa, entre humanos.
Oh extraña, incluso entre los extraños
tu corazón está iluminado con estrellas
que de ninguna parte emanan.
Y tú, triste y fuerte, 
como la cima de una bendita montaña,
abundante, con la docilidad de la catarata,
y tan atrevida y tan alta,
derramada de la sabiduría de la noche
como la palabra que fluye entre los enamorados.
Y tu copa siempre
está herida…
En la desolación resides,
mas recoges toda la belleza del mundo, 
la campana de la espera en vano te aleja,
y en vano te oculta la alegría que se vierte
de tu vieja incandescencia celeste.
Y, como la aurora, aprendes
en el sosiego de los collados
a amistarte con los elementos.
Y cuando en los turbados valles
te alumbran las heridas, ¡oh mujer buena!,
la luna se desplaza, magnífica, hacia tu frente.
Eres el vagabundeo del alma en su extensión,
y eres tan verde de revelación,
ascendiendo en una pasión que se reitera.
Florecientes son tus orillas,
y tu tierra es la de los nacimientos.
Enamorada
surges de los poros de la belleza absoluta,
tienes otra vida
más amplia que el dolor que fielmente espera
al umbral de tu corazón,
o aquél mordido por las gatas de la maternidad.
Deseada, te germinan,
y rejuvenecida te ofreces.
¡Oh, viaje hospitalario!
¡Oh, árbol del sol!
¡Oh fuego de la señal!
¡Qué profundidad posees!
¡Qué despertar de tu serenidad!
¡Oh, tú!






MI RECUERDO DE ÉL, ES LA AUSENCIA

Secreto con bordes de seda, 
alegría menuda,
un canto floreciente del ruiseñor,
el primer susurro de la treintena
en la estación de mi vida,
una primeriza niñez a la espera.
Paso hacia un futuro al que me precedieron
los racimos del señal…
Para mí las gaviotas, el día mezclado al flirteo del mar
y para nosotros el azul del zureo.
Mi memoria iluminada por su vigésima vela.
¡Oh sol, que seas amable!
Mi cuerpo está preocupado por el ardor,
con cada luz nazco nueva,
y hacia la luz oriento mis dimensiones.
Abandono la memoria, broto en la señal,
mi vestido es la piel del aire
y mi cuerpo el beso del viento,
con la estrella se mezcla el tiempo 
que hemos entretejido.
¿Quién de nosotros es la extensión?
¿Quién de nosotros es el destello?
Aprende la tinta lo que ya saben las palabras.
Si tuviera la circunstancia de desierto…
Alrededor de mis días crecen copos de nieve
bordados por azucenas de fuego
y al recién llegado entregó una nube el exilio de la luna.
Sobre el tierno latir del sillón maduró el corazón 
y por debajo de su mirada mis manos se encendieron.
Existe amor entre la iluminación que él enturbió
y un café mezclado, 
convertido por el principio de la mañana en una amiga.
Un silencio floreció. 
El café huele a su alumbramiento.
Un jardín se adormeció cerca del balcón de las palpitaciones. 
El hueso almacena el rayo del sol, y yo a él.
Aquél que se mantiene erguido en el punto hacia el laberinto
leído por su libro.
En sus ojos están mis cosas, mis libros, mis vestidos,
mis perfumes, mis hojas, mis dudas, mis amistades,
mi certeza menuda, el color de la casa, mi pluma y los asientos del coche.
De negro me gusta mi abecedario y las arboledas de mi intimidad.
A la estatura de mi cuerpo le gusta el verde pistacho.
Abierto a las ausencias mi pañuelo y su tiempo, 
el color azul de sus ojos.
¿Es de color azul mi sangre o su corbata?
Mi recuerdo de él es la ausencia...
-No sé cómo es el color de tus ojos sorprendidos, los quiero.
- Cada uno de nosotros es una bandada de ausencia
y el lenguaje una torre de residencia.
El desierto no envuelve en la seda de la palabra.
Nuestra extensión es una.
Hacia nosotros, profundamente, hemos penetrado.
Nos cogió el camino y no nos hemos encontrado. 
El nido de palomas es casualidad para encontrarme
en tu impetuoso soplo vivo.
No te destronaré, mi promesa es iridiscente y yo deseada
y te deseo.
En ti se extiende el espacio de mi sabiduría
¡y en tu locura he de florecer monturas de gacelas u olas de niebla y belleza!
Las estaciones reconcilian 
y entre yo y yo misma, se alejan las cubiertas de mi libro vigilado.
Dibujos de su futuro y lo que no roí de mi abandono pasado.
En su órbita contemplando, abrazada por mi vuelta del atardecer,
alrededor de los muros del corazón y de la ciudad, para dejar caer el aburrimiento, 
una pérdida amistosa me enciende. Veo una estrella, palmeras,
el cielo de su rostro y el asombro.
Exterminio y múltiple es esta ausencia
en la hospitalidad de mi acogedor cuarto, en esta noche
nos intercambiamos: el recuerdo de su aniversario y yo. 
En las rosas nos profundizamos 
sus estados como una curva, una música de la cercanía.
Mi reluciente vestido, un chocolate que nos gusta.
El brindis de nuestras copas, una palpitación
y un poema nuevo…
Emanan las arterias de la letra.
Nos llenamos de la presencia como eco.
Y yo, flauta del abecedario, 
espiga de mis chispas.






Copa de l’ànima*


Caic, caic i sense fons, semblant a aquest sol decadent, que jau darrere el meu balcó. Fum que sargeix d’impossible la meua vida. El pulmó està buit com un taronger agre a l’estiu. La sang, un espai pur que s’enlaira al lluny.
Voldria llançar-me a mi mateixa. Llançar aquest buit comprimit entre les meues costelles a l’espera que l'aire s’emmotle en un tercer pulmó per a les explosions de la meua ànima.


Traducción de Estel Julià
Traducció inclosa al treball d'investigació Dietari visual d'Enric Alfons.
Una proposta pictòrica per contextualitzar algunes poètiques
de l'Àfrica i. I'Orient, 2012.
*Traducció del poema «Coupe de l'âme» de Wafaa Lamrani, a partir de la versió francesa d’Abdellatif Laâbi, inclosa en l’edició del 2005 de La poésie marocaine, de l’Independance à nos jours, Paris SNELA la différence, pàg. 144. 









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