Jorge Alejandro Camacho Sosa
Nacido en la Habana, CUBA en 1964. Ha publicado Ojos de Miope (Editorial Letras Cubanas, 1990), Conversaciones con Jenny (Banco de ideas Z, 1993), así como varios cuentos en antologías. Fue ganador del Premio Casa de América Latina del concurso Juan Rulfo convocado por radio Francia Internacional con el cuento ¡Oh, la Habana! en el año 2000. Actualmente reside en Colombia y trabaja como consultor en temas de turismo y cultura.
nada tan perenne como la espuma
ante esa perpetuidad el hombre se confunde
llega el momento en que no sabe
si son las olas
contra los arrecifes en la Habana
o una jarra de cerveza
en la tristísima Dublín
y no es que Dublín sea triste
sino que una espuma de cerveza
puede ser
las pompas de jabón con que jugaba
o la espuma
de esa playa que ha quedado tan lejos de Dublín.
se podría sobrellevar
si esta cerveza no tuviese
las crestas blancas del lavadero de la madre
entonces el día ya no es tan bueno
y nadie entiende
a quien va a tomar cerveza
y se pone triste
solo de mirar la espuma
no dijo virgo o sagitario
sino cáncer
lo hizo con el descaro
con que los médicos hablan de la muerte
dijo cáncer
como quien dice lluvia
como si no fueran
mi vida
y mis miedos
lo dijo
sencillamente lo dijo
y yo
lo escuché
sencillamente
para emprender la ruta de papeles
y quirófanos
de burócratas y médicos
que a veces confundo
Mal de amores
odio a una muchacha
porque me abre su alma
y me cierra sus piernas
a otra
porque me abre sus piernas
pero me cierra su alma
a una tercera
porque abre todo
pero no resulta interesante
la cuarta no abre nada
¿Quién es el poeta
sino uno más de esos
que sudan
ríen
lloran
y que mueren un día
a pesar de sus versos?
¿quién es el poeta
sino uno más
pero que canta?
Estos poemas pertenecen al libro El sueño y la rabia del peregrino.
IX
El camino es circular
y tiene un algo de abismo.
Ya tú no eres el mismo
como no lo es el lugar.
Entonces, el regresar
termina siendo pues nada,
un consuelo, una bobada
que no sana ni es razón.
El regreso es la ilusión
de quien no tiene más nada.
VII
Cuando cruces el abismo
daña el puente, daña, daña…
rompe sin furia y sin saña,
di “no hay regreso” tú mismo.
Sentirás como que un sismo
te deja solo y sin piso,
sentirás como un aviso
de la muerte y de la vida,
sentirás como una herida
y te verás de improviso.
APÁTRIDA
La patria es una ramera
vendida al peor postor.
Es remedo de folclor.
es discursito “ripiera”.
Es también la ventolera,
la nostalgia de arreboles,
o quizás los caracoles
que nos regalo un amor.
La patria es el sabor
arcaico de unos frijoles.
Ah patria, patria, carajo
que te me has vuelto sabores
el mar con unos colores
o el olor de un pan con ajo.
Ay patria, que es desparpajo,
es mujer de ron y luna,
es la mirada gatuna
de una muchacha en La Habana,
es un gallo en la mañana,
es diciembre y aceituna.
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