viernes, 23 de diciembre de 2011
5529.- CANDELARIO REYES GARCÍA
Candelario Reyes García
Nació en Corquín, Copan, HONDURAS. (1958)
Educador, poeta, dramaturgo y trabajador cultural permanente.
Fundador del Teatro Yahamalá (1981).
Fundador del Festival Regional de Teatro por la Paz (1983)
Fundador del Centro Cultural Hibueras (1989)
Fundador de la Escuela Campesina Monte Amistad (1999)
Ha publicado varios libros, puesto en escena más de veinte obras de teatro propias y formado varias generaciones de trabajadores culturales. Entre sus obras de teatro tenemos: "Método de la basura: una manera de hacer teatro campesino" (1992).
En la actualidad coordina el Centro Cultural Hibueras, junto con su esposa, Elena Guadalupe Pérez Avelar, y un equipo de colaboradores y voluntarios, en Santa Bárbara, Honduras, con quienes promueve diversos programas para la promoción de una cultura de paz.
PATRIA LIBRE
A Nora Miselem
Hermana dulce y bella,
la patria es un poema que despierta
en tus ojos cuando gimes ríos y volcanes,
se adormece cuando tus labios sonríen
alas de marimbas y lagunas.
Y es nuevamente niña en la danza de la luz
que le devuelve frescura al gozo
de tu voz que anuncia
rondas infantiles en los patios
y saltas a volar con los jilgueros.
Un día te torturaron, siempre, cada día,
torturan a alguien,
matan,
matan de hambre.
Oprimen.
Por eso hermana, despierta los ríos,
las lagunas, dales alas de marimbas
e ínfinitos susurros de jilgueros
y volcanes
para que vengan al patio de esta resistencia
a jugar la ronda
de esta patria que se libera.
Menester
Para el poeta chileno Quique Silva
Sancho ríe a solas;
así hace juicio y saliva saboreando el tiempo:
ríe de recordarse de la ocasión cuando Don Quijote
bajo la costra del verano
y dentro de una armadura arcaica,
en la que para ser caballero andante
metió su humanidad,
más abundante de huesos y pellejo,
que de músculo y sesos:
viéndolo bien,
era huesos, pellejos y sesos los que se le asaban,
que el irredento sol,
de esas soledades,
calentaba su armadura como una sartén sin mango,
al punto, de que Don Quijote ya olía a chicharrón.
Y lo difícil que fue
desatarle del cuerpo los pedazos de fierro
convertidos en un imperio
del mismo infierno.
Por suerte logró desnudarlo,
y sofocarlo casi con gotas de agua
en aquel desierto,
del que Dios guarde al mundo.
También ríe de pensarlo
vagando desnudo por los riscos de La Sierra Morena,
enfermo de una pobreza por dentro,
no de amor, ni de locura
sino de delirio de si mismo,
que es también como un incendio,
que deseca el seso y acongoja el alma;
de lo que La Virgen Magdalena nos guarde.
Y es que no sólo una armadura
es acicate para cualquier Quijote,
si recordamos cuando caído como pez torpe
en el fondo de una poza,
estuvo a punto de ahogarse por el peso de su arnés;
de no ser salvado por aquellos molineros
que después lo apalearían,
hasta aguadearlo, o escurrirlo más bien
por causa del capricho,
y de la ofuscación,
de exigir a fuerza,
lo que no se puede,
y cuando no se debe.
Por que defendiendo su razón,
viéndose en lo correcto,
necios de su verdad,
hasta los cuerdos y caritativos, se vuelven crueles.
Sancho tiene cuatrocientos años,
y cada siglo rejuvenece,
recordado y restablecido en el vulgo,
van sus adagios en millones voces,
cada vez mejor dichos,
y menos escuchados.
Sancho amigo,
no de un lugar sin Mancha,
ni de una Mancha fuera de lugar,
en que para honra de Dulcinea.
ayuna, se desvela y porfía,
caballero sin par, que desde su cabalgadura
ve lo que viene, y vislumbra lo que será.
Pudiendo más la locura que la razón,
el valor que las hazañas,
la aventura mucho más que la ventura:
viene, sea, que tú o yo:
sanchos,
y te encuentras con Quijotes.
Convirtiéndolo en célebre escudero montando a Rucio,
jumento tan reputado
como el asno anónimo que cargó al Nazareno:
estableciendo las distancias,
por supuesto;
no entre borricos.
Porque veredes, Sancho amigo,
que en el camino de las preguntas de sí propio,
no dudando que los gigantes sean molinos,
o el ulular del viento una guerra santa;
podríaste también encontrarte siendo un Quijote,
quizá velando tus armas, deshaciendo entuertos,
y no menos resquebrajado de huesos y alma,
por creer ver con los ojos
y oír con los oídos,
hasta donde la imaginación es ciega y sorda.
Pero Quijote al fin,
tanto cuan gozoso por la dicha y fermosura,
de una dama no tan alabada como debiera serlo,
aquella a quienes dediques tus oficios y pesares,
y para quien vivencies haciendo cabalgata
sea en Clavileño
o en Rocinante,
que igual entrambas cabalgaduras
se tocan las estrellas de los siete cielos,
que siendo uno caballo de palo
y el otro de carne y hueso,
por algún secreto de lo desconocido,
ambos viven,
como pares tentados por la vestales de la edad de oro:
que hay mundos más por encima de lo que pensamos,
como hay para el amor adornos de elogios y alabanzas,
que nunca darán fin.
Sancho,
y que tú por no ser árbol sin hojas,
siendo tan abundante de verbos y adagios,
no fueras menos Quijote que de mí escudero,
de no ser por la grandeza deste tu señor,
dicha de toda edad y siglos,
escudo y lanza; que sin malicia, o falsedad
aguija al mundo y resguarda el honor de los débiles,
pone a prueba el deshonor y el fraude,
o combate el desamor, la crueldad y la culpa:
aunque tú te veas,
Sancho,
el que fuiste brazo, savia y razón
del buen gobernar de una ínsula,
nunca olvides,
de donde sacaste la inspiración y el valor.
Y ambos,
Sancho mío,
no olvidemos que encarnación somos,
dese fabulador que jamás,
como nosotros, pudo venir a las Indias,
y que para bien nuestro hiciese menester
en que suéñame creyéndome curarme mis feridas
y que para el dolor, basta el aceite, la sal
el vino y el romero.
Pero que también me erigió sabio
de saber que nunca será mejor
tener llenas las alforjas, como penar, penas de amor
por el valor del servicio al bien amado,
y la devoción de la amada por el dueño de su hermosura…
…como hizo de ti, de mí
los mayores deliberadores de la razón de la sinrazón.
Por él y con él
es como cabalgando vamos,
yo en Rocinante
y tú en Rucio,
no menos felices que sufridos,
que es así cuando entre bandidos te veas, frestones, curas, cabreros,
señores de alcurnia, o simples rameras;
en la noche ésta, en que todo, cada vez, mayormente huele,
y no precisamente a ámbar;
así le vertamos las mejores esencias.
Bertha Oliva
Una vida,
todas las vidas,
Una entrega por la vida
para crear un mundo de
justicia,
con el talante sencillo
como las mujeres suelen
hacer amable el universo
y darle la sazón perfecta
al bocado de la ternura.
Si bien no inventaron el
relieve de las montañas,
ni prodigaron los arrecifes
del mar,
si fueron la creadoras del
arte rupestre del hogar.
Así
apareció
y fue público
el graffiti para protestar
con la misma decencia
con que saluda
o se gasta acrecentando
el sentido de la solidaridad.
Y entre l sombra y el
sigilo,
la luz
vino y cocinó el futuro,
guardando celosamente el
archivo
de la verdad.
Leer,
entonces;
resistir,
pues;
responder,
siempre;
protestar,
con ahínco:
es asunto de mujeres
en el edén de la dignidad,
de manera limpia
y concepción refleja.
de dar género a la
humanidad,
amando.
Ojos vivos d vivir luz propia,
Rostros definitivos de gozo,
Voces, voces, casi cantos
al viento:
son las mujeres que se organizan
y demandan con lucidez
y con lealtad,
siempre dispuestas a dar más
Restituyendo la verdad.
Bertha,
en todas las mujeres de la
resistencia contra el golpe,
Que niegan
Y reniegan,
Que verdad se escribe
Con tinta de mentira
Con golpes a las mujeres,
Con humillación y crimen.
Bertha,
ciudadanía plena,
autodefensa en un mundo
machista,
golpeador y bestial.
Mujer confrontando la
desventaja;
entregada,
en la reconstrucción de la
patria
que es justicia,
el bien,
la paz.
Bertha y todas las mujeres
hoy en esta resistencia,
son el mayor testimonio
de que si se puede crecer
y emerger en la
alternativa,
Al decir
¡no! ¿ya basta!
al horror.
Y
saludar al honor
de hacer un mundo para vivir,
laborando y sonriendo
igual cuando invitan a un jazmín,
una orquídea
o un rosal
a pasar adelante
y habitar en casa,
en la lumen del hogar.
PAZ Y BIEN
Hoy sería un día cualquiera
domingo doce de julio,
pero hace veinte años,
tres hondureños en el exilio en Costa Rica,
fundamos el Centro Cultural Hibueras,
para trabajar por la cultura de la paz,
iniciando un nuevo hacer de mundo
a favor de los más pobres, de los más pequeños.
Así volvimos pletóricos a la patria,
pese a que los perros de garra
de los escuadrones de la muerte del 3-16
continuaban operando bajo la venia
de los dos partidos tradicionales,
liberal y nacional y sus aledaños acólitos.
Fundamos recogiendo las acciones
y las palabras de nuestros mártires,
enunciadas como un evangelio breve
por el recién caído Miguel Ángel Pavón:
“…ningún esfuerzo será demasiado,
mucho menos estéril o inútil
para la promoción del bien, la justicia
y la paz para todos y todas.”
El día que lo escribió
lo mataron junto al primo Moisés Landaverde.
Su llamado lo hicimos nuestro
y la historia ha sido bella.
Hoy viviríamos una grata fecha de festividades:
veinte años y mucho arte, educación, gente,
organización, libros, escenarios....convite.
Desfiles de zanqueros, zarabandas,
exposiciones de pintura,
conciertos,
competiciones de ajedrez y deportes,
juegos tradicionales,
convivios comunitarios.
Iba a ser una apoteosis de semanas,
comunidad y comunidad
como un colosal guancasco
que era la fiesta de paz
de nuestros ancestros:
abudante de comidas y bebidas
de maíz, frutas, tubérculos ,
flores , cogollos y cacao Xocolatl.
Hoy pudiera no ser un día cualquiera,
domingo doce de julio con pólvora y alborada,
pero hay toque de queda, golpes,
estado de sitio, dolor en el costado:
Los gorilas han dado golpe de estado.
Una vez más han enlutado la patria.
Y así será,
siempre una historia de tontos,
mientras en el país haya ejército,
a manera de guardia personal,
costeada con el hambre del pueblo,
a favor de unos cuantos coroneles
propietarios, empresarios
pudientes del estado de injusticia
que como chinche picuda
nos tiene enfermo el corazón
y muerta el alma a los hondureños,
contra los que siempre dispara.
Ya no es Honduras, es una guerra
apéndice del comando sur
del ejército gringo que amaestra y permite
para que siete de cada diez hondureños
que la pasan mal, insalubres, deshechos
y hechos mierda acosados por la pena,
mantengan los privilegios
de tres poderosos NO hondureños ;
y así nadie se sobrepase
y reclame que el mundo sea promiscuo
paraíso de la injusticia que conviene
porque aplasta, engolosa y engaña
cuando más de alguno
se la quiere pasar de listo
y dice: ¡vengan hermanos
comamos, pensemos,
criemos y creamos!
Pudo ser un agasajo de paz, hoy,
pero nos sorprendió el luto,
el golpe de los gorilas,
cuando deberíamos tener fiesta
y algazara de contento en las aldeas y caseríos.
Amanda Castro (*)
La mañana me sorprendió en mi huerto aporcando lechugas
y trasplantando perejil.
En eso recibí la llamada de Lupita para contarme que te habías
muerto, Amanda Castro.
Por un momento creí que se trataba de otra Amanda.
¿Te acordás que nos vimos la última vez el 15 de septiembre en la
Plaza Morazán de Tegucigalpa, convocados por Iris Mencía
a hacer ayuno antigolpe? Vos ya estabas allí cuando yo llegué,
porque yo me fuí antes a la manifestación.
Teníamos ya ratitos de no vernos, y vos al principio no me reconocistes,
como les sucedió a muchos en esos días, porque tenía yo la bárba
crecida. Era un ancianito de barba. Y vos estabas allí, con tus ojos
todo luz, con tu risa, toda sol.
Y como vos siempre me dijistes que yo era el poeta del azadón,
porque además de labrador de la tierra, sólo daba un azadonazo
y brotaba un poema, el problema mío, es que er como todos los
campesinos de honduras, dejamos las cosas en rústico. Y es cierto.
Entonces yo te prometí hacer un arte poético, que nunca te entregué,
pero que hoy te voy a dar porque desde hace tiempos lo tengo,
porque vos me decías ¡Diablos! Candelario ¿Qué es para vos la poesía?
He hilábamos conversaciones tontas, porque lo lindo, es que con vos, se
podía hablar de todo, se puede, pues, tan abierta.
Y lo impresionabas a uno, tan gozosa, a pesar de que la vida te había
condenado a andar pegada a ese cilindro de oxígeno.
la fibrosis pulmonar, no las podía contigo, y esa cruz, la llevabas
como un bicho parte de las ironías de la vida.
Amanda, dejá que te haga llegar esto que escribí ya tiempo a tu pedido.
AIRE POÉTICO
Para Amanda Castro
Poesía, no te redimas en mí,
si quieres, mastúrbate en mí
y somos dichosos los dos,
tú en mí
y yo, en el bicho del tiempo, trepidando.
No me des el arte de conseguirte jamás,
sólo sedúceme,
que tu asechanza sea mi parnaso,
digo, mi orgasmo,
y que yo nunca sea poeta,
ni menor, ni peor
el cheque de nadie,
el académico de nunca,
la cátedra del mentor.
Déjame que me arrastre a tus pies,
como el azadón a los míos
cuando labro la tierra.
Nunca seas, ni la fiera, ni la feria
del premio,
sé mi apremio
y que yo no pueda alcanzarte,
para mantenerme cerca del pueblo,
magro, crudo, rudo,
del nudo, del denudo,
del luego, del jamás por ego,
de ese horizonte
que le tiñe arcoíris a la fábula.
_________________________________________________
(*)Honduras: Falleció Amanda Castro, poeta, feminista luchadora por la justicia y por la vida (1962 -2010)
Amanda fue poeta, feminista militante, defensora de los derechos laborales de las mujeres, en especial aquellas que trabajan en la maquila. Se destacó por su lucha contra el golpe de Honduras al posicionarse a lo largo de su vida del lado de las causas justas de las mujeres y del pueblo hondureño.
No lloren por mí
Cuando el velero blanca de mi calmada paz y la melancolía se aleje del puerto con camino infinito y sin retorno/ no lloren por mí/ que la muerte me ha dado el descanso y con sus tiernos brazos me muestra el camino de la luz hacia la aura/ que la muerte me lleva consigo a conocer los secretos fantasmas de sueños insomnes que tanto dolor provocaron en vida/ que no llore mi madre/ porque con nuestros muertos estoy de regreso desnuda y contenta de la mano del hombre que decidió ser mi padre y su amor/ que los abuelos me aguardan para contarme los cuentos de antaño que no pude escribir/ que no llore mi hermano/ porque él me vio en la montaña perderme en la lluvia buscando un camino que llevaba al mar/ que recuerde mi risa confundida/ entre los granitos de arena que cantaban los niños/ de nuestro viaje río arriba descubriendo el amor/ que no lloren mis niñas/ tres hebras de la misma madeja que hilvanan el cielo y el mar/ el viejito lleno de amor que no llore nunca/ porque voy contenta/ que no llore mi amante compañera tierna/ mi bastón/ mi mano mi pluma cuando no he podido escribir/ mi amor cuando no he podido amar/ mi vida cuando no he podido vivir/ que no lloren mis amigos/ porque ellos ya conocen de mis amores con la muerte y no les sorprende el dolor/ que recuerden mis versos y que beban lo que no pude/ cuando apenas y se distingan mis cenizas entre las aguas o el viento de un templo en Copán/ que no llore nadie/ que quemen incienzo alzando las copas/ que me voy contenta para Xibalbá/ que no llore nadie/
BREVE NOTA BIOGRÁFICA DE LA POETA
Amanda Castro, promotora y activista de los derechos y la creación de las mujeres, nació en Tegucigalpa, Honduras, el 21 de octubre de 1962, falleció en Tegucigalpa, el 19 de marzo de 2010. Ha publicado, entre otros, Poemas de amor propio y de propio amor (1993); Celebración de mujeres (1996), Onironautas (2001), Una vez un barco (2004).
Compiló en una antología la poesía escrita por mujeres hondureñas contemporáneas. Doctora en filosofía por la Universidad de Pittsburg, es fundadora de Ixbalam Editores (http://www.ixbalameditores.org/) y del Proyecto Siguapate (http://proyectosiguapate.blogspot.com).
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