sábado, 17 de diciembre de 2011
5434.- ETELVINA ASTRADA
Etelvina Astrada (1930-1999)
Poeta argentina que nació en Alemania en 1930. En 1975, tras el Golpe militar, se exilió en España, donde falleció en 1999.
La poesía de Etelvina Astrada (Argentina, 1930-1999) está marcada por la ira solidaria y dolorosa y el amor carnal y visionario.
Era hija del epistemólogo marxista Carlos Astrada. En 1978 antologó y dio a conocer "Poesía política y combativa", obra que reúne voces de poetas argentinos contra la dictadura de su país. De sus ocho libros editados, cuatro de ellos los dio a conocer en España. "Etelvina Astrada galopa las llanuras del desconsuelo. Llena con gritos tiernos el seco paisaje que recorre buscando el rumbo de las verdades", dijo de la poeta Carlos Edmundo Ory. "Atizando la lumbre", "Memoria arrebatada", "Las penas capitales" y "Autobiografía con gatillo" son algunos de sus títulos publicados.
EL POETA COMO LOS PÁJAROS…
El poeta como los pájaros
recoge las desperdigadas migas
que la gente deja al pasar.
¡Es tan cotidiana el hambre de su alma!
Atizando la lumbre, 1996.
GOLPEANDO
Hay una clase de héroes,
varones ilustres,
casta nacida de dioses o diosas,
o algún humano bastardo;
hay una clase de héroes y hazañas,
repetida odisea con las mismas tizonas
y un verbo que insiste en infinitivo
como orden, como una secreción
de las glándulas y de los atrofiados glandes.
Golpear, golpear!
y luego la historia de la infamia
con un gerundio:
Golpeando!
y por eso, hace mucho
que aguantamos el golpeadero,
y por eso, hay
golpes de pie,
golpes de mano,
golpes de vista,
golpes de fortuna,
golpes de gracia,
golpes de ira,
siempre en la golpiza,
en el golpeteo,
en la golpeadura,
en el golpe,
en el golpe,
en el golpe,
en el golpe de estado,
porque también es un estado el golpe,
pero como a golpes vivimos
y nos hacemos de golpe,
se acabarán para siempre los golpes.
Poema publicado en Mujeres poetas de Hispanoamérica,
editado por Ramiro Lagos. Colombia, Ediciones Centro
de Estudios Poéticos Hispánicos Tercer Mundo, 1986.
No reclamen como los pájaros
apenas unos mendrugos
que de a poquito les tiran
porque son la alegría de un momento.
Para el alto vuelo,
eso no basta,
conquistad la harina y la levadura,
las herramientas y el trigal,
y seréis dueños del pan de cada día
y recién podréis dormir tranquilos
Soy materia inflamable
Soy materia inflamable,
vivo en combustión,
incendiaria del corazón,
terrorista angélica,
subversiva desde el pecho hasta las espaldas,
desde el pubis hasta la sien.
Soy una drogadicta del amor.
Es mi punto de referencia,
la cima más alta
y el barro más barro en el llano.
Delirium tremens e in extremis.
Súmmum en el límite.
Desovo el amor a perpetuidad,
bella criatura del sueño y los espejismos,
espesa lava de las oscuras bocas de los volcanes
que el corazón calcina
y en el rescoldo todavía yazgo,
todavía aguardo
el último resplandor del universo.
Calzo mis zapatos
que se caminan solos,
cualquier día
o un lunes de entre tantos
que me aparta del mundo.
Se llevan clandestinamente
el hábito de mi bostezo
todavía humano.
Calzo mis zapatos
que se caminan solos,
huérfanos de la medida de su dueño.
Hoy me duelen la pena
y me quedo a la diestra
de dos huellas gemelas
sin saber de quién han sido
en esta partida.
Poema extraído de: Trilogía poética de las mujeres en Hispanoamérica
(pícaras, místicas y rebeldes) Tomo III, Compiladora Leticia Luna,
Ediciones La cuadrilla de la Langosta, México, 2004.
Los fascistas nacieron para muertos y muerte,
para oler hedores,
reptar en las cloacas y oscuridades,
estrangular el canto de un pájaro con las manos,
violar la belleza,
orinar el alma y el cuerpo,
cenizar la llama,
punzar las carnes,
vaciar con taladro las cuencas.
Mi pueblo lleva un silencio por dentro,
un largo oficio rumiante detrás de las rejas
y por cada asesinato.
Como un mar tendido con movimiento lento y seguro
asciende y baja su sangre derramada
en las altas mareas del tiempo.
Mi pueblo con un mar de fondo
agita sus aguas tumultuosas
y no habrá mareógrafo que mida tan alto oleaje.
Desde alta mar,
constante desliza un golpe de ola
y trae una agitada marejada
que estremecerá a la tierra
y levantará en vilo a sus muertos.
Mi pueblo rompe en aguas libres
su ola crestada contra las costas
delineando las nuevas orillas del alba.
Que nadie amaine las velas de su barca.
Que nadie amaine en el fondeadero su ancla.
Juntos debemos estar en este mare magnum.
Mi pueblo no duerme.
Mi pueblo está en armas.
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