jueves, 4 de noviembre de 2010

1730.- DAVID ELOY RODRÍGUEZ


David Eloy Rodríguez nació en Cáceres en 1976, aunque vive desde 1993 en Sevilla, adonde se trasladó desde Jerez de la Frontera (Cádiz), ciudad en la que transcurrió su infancia. Es licenciado en Comunicación Audiovisual y ha realizado también estudios de Antropología. Se dedica a la literatura. Ha publicado varios libros de poesía (algunos de los cuales han sido traducidos íntegra o parcialmente al catalán, al italiano, al francés y al portugués) y su obra ha sido recogida en antologías nacionales e internacionales (Once inicial –2002–, Andalucía Poesía Joven –2004–, Poesía viva de Andalucía –2007–, Once poetas críticos en la poesía española reciente –2007–, Poesía española 2008, Aquí y ahora –2008–, etc.). Además participa desde 1996 en diferentes proyectos escénicos vinculados a la palabra poética. Con ellos ha intervenido, accionando de viva voz su propia obra, en numerosos festivales literarios y artísticos. Actualmente, como parte de la compañía de poesía La Palabra Itinerante, desarrolla la obra escénica Todo se entiende sólo a medias (www.soloamedias.net). Ejerce crítica literaria, escribe canciones, guiones de cómic y videopoemas con/para diversos artistas, y textos suyos han aparecido en revistas y otras publicaciones literarias, artísticas, de pensamiento… Ha intervenido con sus creaciones en diversas exposiciones y otras iniciativas de arte contemporáneo. En Septiembre de 2009 fue uno de los tres escritores españoles invitados a la Bienal de Jóvenes Creadores de Europa y el Mediterráneo que tuvo lugar en Skopje (Macedonia). Es uno de los editores de Libros de la Herida (www.librosdelaherida.blogspot.com). Vinculado al colectivo La Palabra Itinerante desde 1996 (sobre La Palabra Itinerante: http://www.lacasatransparente.net/?p=892 y http://www.soloamedias.net/quienes/palabra.html), realiza desde allí acción cultural y social, imparte talleres de creación y participa en diferentes propuestas artísticas.

- POESÍA:
Chrauf (1996).
Miedo de ser escarcha (2000).
Asombros (con imágenes del artista Miki Leal) (2006).
Los huidos (2008).
Para nombrar una ciudad (2010).

- NARRATIVA INFANTIL:
Este loco mundo (17 cuentos) (escrito junto
a Miguel Ángel García Argüez y José María Gómez Valero,
con ilustraciones de Amelia Celaya).








SOMOS ETERNOS EN CADA DECISIÓN

I

Es la tierra, son los lobos, es la luna.
Tus pies en este barro.
Tus pies. Este barro.


II

Ya casi no pisamos tierra, pisamos
nombres, cifras, y eso no es caminar.
¡Tan lejos de tanto que está tan cerca!
Cada día acontece
la expulsión del paraíso.


III

Hay que confirmar el mundo en todos sus extremos,
acariciar cada cosa
para comprobar que está en su sitio.
Destituidos del verbo libertad,
despojados de vivencia,
somos seres sin hogar posible,
perros famélicos que escarban, desesperados,
en una sepultura.

(De Asombros)






CRIATURAS


Hay palabras que van y vienen de uno a otro lado
casi sin notarse, como la luz unta el día,
cumpliendo un pacto antiguo.

Hay palabras que languidecen igual que amores
que decaen, tristes, en anemia o burocracia,
fatigados de pérdida.

Hay palabras que se comprenden en los severos
dominios del invierno, palabras malheridas,
infaustas cortesanas en los fueros de un rey cruel.

Hay palabras como fúnebres farsas o sombras
sin figura o guiñapos en las fauces de cachorros,
palabras vencidas por su propio veredicto
igual que barcos que tan sólo trasladaran
enfermedades infecciosas de isla a isla.

Hay palabras que huyen en barcazas de ciprés
por el río de la misericordia, audaces,
prófugas, sin reposo.

Hay palabras como peces turbios en un lago
de dolor cristalino.
Hay palabras dulces masticando sal.

Hay palabras que son cisnes nadando aguas extintas.
Hay palabras como hormigas en el mar
que intentan alcanzar la tierra.

Hay palabras imantadas, clérigas de arcaicos
saberes, muy turbadoras palabras con alas
de perro, tan diestras en
hablar desde otro tiempo y nacer en este instante.

Hay palabras que golpean tenaces la puerta
de tu casa con la sombra de sus puños. Insisten,
como la lluvia sobre las lápidas insisten,
precisas, feroces.

Hay pecios del ruido del mundo, palabrería.

Hay palabras como palomas que se disputan
migajas de este cielo.
Hay palabras con nariz de payaso, palabras
como gafas de ver.


Todas, todas ellas devoran
implacables, cruciales, el país de lo sin nombre,
todas imponen su presencia arrogante, convierten
el oro del misterio en piedra pura.

(De Asombros)







APARICIONES FUGACES DE PRODIGIOSA DURACIÓN

Súbditos de regiones clausuradas,
lejos de la verdad
de cada cosa,
malgastamos el tiempo en este exilio
en el vano país
de lo evidente:
esta enorme prisión,
este baile deshabitado.

Pero un niño secreto vive
bajo todas las máscaras.

A veces asoma su sed
yugular, descubre sus ojos primordiales,
y nos reconocemos:
vislumbramos en su inocencia libertaria
qué somos, quiénes.
La vida ocurre entonces:
hallazgo, sentido, reunión,
certeza de ser, la justicia
de una respiración tan verdadera
en los resucitados.

Ese niño secreto
se asfixia en la maleza de ilusiones,
se araña en signos huecos, mentirosos,
es por eso que nos implora
y susurra al oído su plegaria
como si nos dictase
la letra de canciones imposibles:

Habría que esquivar la muerte,
sus fauces tan abiertas,
vivir las horas
en crudo, de asombro en asombro.
Habría que nacer, darse a nacer,
tener la audacia
de aquiestar en el mundo,
probar a lo que sabe algo sin nombre,
apoyar las dos manos en su vértigo.

Sólo somos si somos aventura.

Sólo lo fugitivo permanece.


Pero no escuchamos bien qué dice
-hay quizás demasiado ruido-
y no entendemos nada, nada.

¿Lograremos hoy el milagro
de la revelación de la materia?
¿Arribaremos absolutos,
íntegros, a los otros?
¿Podremos hoy vencer los miedos
y ver más claro, hacer verdad?

Casi todo nos pasa inadvertido.

Un niño prisionero se hace sangre.


Del libro Asombros
[colección Carne y Sueño, César Sastre Editor, 2006]








CADA LATIDO QUE DEJAMOS ATRÁS
ES UN ENIGMA IRREPETIBLE
(AGUAS RÁPIDAS NOS LLEVAN)


Durante la noche
alguien amó unas cuantas canciones viejas
del mismo modo que se ama a un ángel,
con la misma textura, idénticas ganas de volar.

Durante la noche
dieron exactas las tres de la memoria
y alguien supo del tamaño del miedo,
cuánto pesa de cierto el dolor.

Durante la noche
alguien visitó tierras firmes y naufragios,
alguien averiguó lo impreciso de sus límites,
alguien se dejó rozar por el tacto del tiempo
como si fuera la única noche, la última vida.

Durante la noche
alguien bebió botellas de licor de tristeza,
bebió como un antiguo y venerable poeta chino,
bebió leche materna y agua del mar.

Durante la noche
alguien hizo votos de aullido y de silencio,
alguien desmigó su corazón para los pájaros,
alguien lloró de alegría en un idioma distinto.


Durante la noche
alguien recordó los más hermosos cuerpos,
los ojos más indóciles,
y besos insolentes y flacos
como la lluvia de verano o una revolución.

Durante la noche
alguien quiso una carta verdadera, una carta
escrita por los dedos del deseo, un mensaje
con palabras no borrosas que nombraran
sin que eso fuera una forma de caer.

Durante la noche
alguien cosió con un hilo claro
aguas de fuentes oscuras.


Los pájaros de la mañana se alimentan de despojos,
de algas que arrancaron de los sueños.


Del libro Asombros
[colección Carne y Sueño, César Sastre Editor, 2006]








COMO LA MARIPOSA POSADA EN LA ALAMBRADA,
INDIFERENTE A LA NOCIÓN DE MUERTE

El instante que media
entre una pregunta y su respuesta,
ese segundo de vacilación
propiedad de lo aún no concebido,
ese intervalo de vacío
en que respiran codiciosas,
como animales fabulosos y sin rostro,
las posibilidades.


Del libro Asombros
[colección Carne y Sueño, César Sastre Editor, 2006]



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