lunes, 15 de febrero de 2016

ALEJANDRO PERALTA MIRANDA [18.119]


Alejandro Peralta Miranda

Alejandro Peralta Miranda (Puno, 16 de abril de 1899 - Lima, 29 de mayo de 1973) fue un poeta indigenista peruano. Fue el más vanguardista y rupturista de todos los poetas del grupo Orkopata.

Hijo de Demetrio Peralta y María Miranda. Hermano del también destacado poeta Arturo Peralta, más conocido como Gamaliel Churata. Su infancia transcurrió entre su ciudad natal y Arequipa, de donde provenía su padre.

Hizo sus estudios primarios en el Centro Escolar N.° 881 de Puno, cuyo director era el célebre educador puneño José Antonio Encinas. Por problemas familiares no pudo cursar la secundaria.

Durante su adolescencia, ayudó a su padre en su taller de zapatería. Al cumplir los 18 años de edad, empezó a trabajar en la recaudación de impuestos, primero en las provincias del Collao y Cuzco, y luego en Iquitos y Lima. Alternó su trabajo burocrático con la lectura y la actividad poética.

Integró el grupo Orkopata, que organizara su hermano Arturo y que reunió a diversos poetas del sur del Perú, en su mayor parte radicados o nativos de Puno, cuyo tema insistente era el hombre indio y la tierra andina. Bajo pseudónimo colaboró en la revista literaria La Tea (1917) y junto con su hermano editó el Boletín Titikaka (1926-1929).

Llegó a jubilarse de su función pública y continuó su labor creadora, publicando, tras largo silencio poético, sendos poemarios en 1968 y 1971. Fatalmente, en 1973 murió a consecuencia de un accidente de tránsito.

Publicaciones

Ande (1926)
El Kollao (1934
Poesía de entretiempo (1968) Premio Nacional de Fomento a la Cultura en 1969
Tierra-aire (1971)
Al filo del tránsito (póstumo, 1974)

A continuación, un ejemplo de su poesía, de su etapa final:

VERSOS DEL ABUELO

a Adita
Susanita
Dianita
Norita
Milagritos
Nelson

"Dejad que los niños vengan a mí"
dijo la voz de un florido corazón.
Esa perfumada voz
tiene su casa en mi corazón.

Aprended de los pequeñuelos
que saben leer en mi corazón,
corren, gritan, cantan, posan sus deditos
sobre las espinas de mi corazón.

Son mi pan del día
dueños de la luz,
¿cómo hacer con todos en mi corazón?

Ruiseñor canario jilguero perico codorniz gorrión
por favor pasadles la voz
que está abierto de par en par mi corazón.

(De Tierra-aire)


Apreciaciones críticas

Su poesía acrecida por una esencia vital tiende a recoger la travesía del Ande, ofrece el ambiente sureño de la nueva fe del Perú profundo, afirmada desde las raíces del Lago Titicaca. Vanguardista a su modo, sus versos recogen el sentimiento de tristeza y desolación cargada por imágenes ilusionistas, que entremezclan la expresión de la naturaleza, y desde luego, la independencia de su fe creadora, entre elocuente, plástica y surrealista.
César Toro Montalvo


Renovó el tono y el carácter de la poesía indianista; y en sus últimas expresiones, logró una sobriedad intensa, a veces sentenciosa, con una proyección entrañable.
Alberto Tauro del Pino


¿De dónde la importancia de la poesía de Peralta? Fundamentalmente reside en lo que podría llamarse la nueva versión de lo indio. Esa versión consiste en el empleo de un instrumento distinto al tradicional: un verso descoyuntado, a base de imágenes, y de imágenes vanguardistas, ágiles, deportivas, plásticas. Cuando, por ejemplo, habla de "las gaviotas bataclanas", introduce en el tema andino la contrafigura de las bailarinas del Ba-Ta-Clan de Madame Rasimi de París que, en ese momento, habían visitado Sud-América y desencadenado, desde Buenos Aires y Santiago, una oleada de compañías de revistas frívolas, picantes. El indio se emancipa de la tutela de las grandes abstracciones para caer en manos de los pequeños ídolos escénicos contemporáneos.
Luis Alberto Sánchez



Alejandro Peralta, dibujo de Raúl Echave

Alejandro Peralta Miranda

"Siga usted por su vía. Puede estar seguro de que sus poemas quedarán, Son ellos de los versos que andan y viven. Los demás están en los estantes y eso nos tiene sin cuidado". César Vallejo (1926).

En 1926, con el texto de "Ande" en la mano y la mirada sobre París, Cesar Vallejo, solidario, le escribe a Alejandro Peralta Miranda (Puno, 26 de abril de 1899 - Lima 29 de Junio de 1973) una encomiosa carta sobre su primer libro, augurándole la brillante trayectoria que  alcanzaría como uno de los fundadores de la poesía indigenista peruana [1].

Nacido en Puno y parte de la numerosa familia de los esposos Demetrio Peralta Díaz, de oficio talabartero, y María Miranda Córdova, Alejandro es el hermano menor de Arturo ("Gamaliel Churata", Arequipa 1897 - Lima 1969) y hermano de Demetrio ("Diego Kunurana", Puno 1910- Lima 1971) y sus cuatro hermanas [2]. 

Alejandro y Arturo estudian juntos en la Escuela Primaria N° 881 regentada por José Antonio Encinas quién reconoció sus dotes poéticas. Se matriculó para seguir la secundaria en el Glorioso Colegio San Carlos de Puno, pero abandonó los estudios, como lo había hecho antes su hermano Arturo, dedicándose a trabajar con su padre.

Sobre su infancia en la Escuela de Encinas, escribió:

"En la lengua de los cholitos del Centro Escolar
somos los compañeros mayores que allá por 1907 y 1911
vivimos intensas zonas de futuro y la más pura alegría proletaria
y es que se llamaba José Antonio Encinas el maestro
....
Nuestra infancia cabeza pelada y frente saltona
la llevaban encendida en médula india
esos muchachos que para la gente de la ciudad
han convertido el centro escolar en escuela de la cholada
Orkopata les da su única calle que es el rio de la lluvia
por ella transitan de mano de los jilgueros" [3]


Alejandro y Arturo emprenderían juntos sucesivas aventuras literarias, compartiendo el mismo ideario. En 1915 fundan el grupo "Bohemia Andina" y Alejandro publica sus primeros versos en "La Voz del Obrero"; en 1917 ambos participan en la revista "La Tea" dirigida por Arturo.

Por esos años Alejandro ingresa a trabajar en la Caja de Depósitos y Consignaciones, viajando por el  Collao y el Cusco, empleo que lo llevó a Iquitos y luego a residir en Lima, donde se jubiló [4].

En 1919, en su primer viaje a Lima conoce a César Vallejo, con quien empieza a intercambiar correspondencia y de quien recibe unos años más tarde Trilce (1922) y  Escalas Melografiadas (1923).  En ese viaje, el diario "El Comercio" publica un poema suyo dedicado a Abraham Valdelomar fallecido ese año y a quien había conocido cuando llegó a Puno en 1910 inspirando a la juventud de entonces [5]. 

En 1925, los hermanos Peralta fundan el "Grupo Orkopata" que al año siguiente publica el primer número del "Boletín Titikaka" (1926-1930) a través del cual el grupo buscaba difundir "Ande"(1926), el primer libro de Alejandro Peralta, escrito con estilo vanguardista. El primer poema del libro, "La pastora florida", dice:

"Sus ojos golondrinas
se van a brincos sobre las quinuas

Un cielo de petróleo echa a volar globos de humo

Picoteando el aire caramelo
evoluciona una escuadrilla
de aviones orfeonidas

Hacia las basílicas rojas
sube el sol a rezar el novenario
sale el lago a mirar las sementeras
el croar de las ranas se punza en las espigas" [6]


Alejandro (izquierda) y Arturo Peralta (derecha) en Orkopata


La publicación de "Ande" es saludada por intelectuales como José Carlos Mariátegui, José Santos Chocano, Luis Alberto Sánchez y José María Eguren. 

Dice el director de "Amauta", donde fueron frecuentes las colaboraciones de Alejandro y Arturo Peralta, sobre "Ande": "Su libro es la más afinada e inspirada creación de poesía andina. Es U. el poeta más moderno, "occidental" de los andes primitivos, hieráticos, y por ende un poco oriental. Nos ha dado U. , al mismo tiempo que una magnífica y acrisolada obra de arte, un fehaciente testimonio de un Perú Nuevo". [7].

En 1930, Alejandro Peralta se encontraba ya casado con Elsa Castro de Mendoza, originaria del Cusco, quien lo acompañó hasta su fallecimiento. Su hermana Aída Castro, fue esposa de Churata, luego del fallecimiento de Brunilda, su primera esposa (1929) [8]. 

En Orkopata participan además de los hermanos Peralta, Emilio Vásquez, Mateo Jaika, Aweranqa, Dante Nava, Inocencio Mamani, entre otros. 

En 1932, tras una importante experiencia literaria e ideológica, el grupo  se ve obligado a disolverse cuando, bajo la dictadura de Sánchez Cerro, Gamaliel Churata tiene que escapar a Bolivia.
Luego, cada uno de los miembros de Orkopata  continuarían sus brillantes trayectorias personales. Sobre el grupo Orkopata, Alejandro Peralta escribió el siguiente poema:
"Aquí no es sólo la función gástrica
es el hambre y la fiebre
el pobre y el explotado creen en su brazo
saben que es Ayllu rehecho en el replante

Los Orkopatas 
tienen el parentesco
del hueso triturado
en la injusticia.
..........
A Orkopata 
llegó el Gobierno armado hasta los dientes
Y PORQUE ASÍ
DEBE SER
a culatazos
refrendó su categoría de chujlla
Desde entones los Orkopatas nos queremos hasta la médula" [9]

En 1934 Alejandro Peralta publica "Kollao", quizás su libro más militante. Allí esta "El indio Pako".


Alejandro Peralta

"La prisión le ha comido la carne al indio pako
sólo le queda el pómulo filudo

En el regazo de un cerro va a pasar la noche

Allí le toco hacer frente a las balas
cada peñasco era una maquina de fuego
.....
Siente la noche a bocanadas
sabe que en el galpón no queda nadie
PERO
AQUÍ
ESTÁ
EL 
INDIO 
PAKO
Y SU NOMBRE ES ALCOHOL
PARA LA INDIADA"  [10]

Luego,  por más de 30 años, Peralta no publica otro libro hasta "Poesía de entretiempo" (1968), con un texto más intimista, pero no menos comprometido. Con este libro gana el Premio Nacional de Fomento a la Cultura de 1970. En el homenaje que le brindaron en esa ocasión el "Instituto Puneño de Cultura", el "Instituto José Antonio Encinas", el Departamental de Puno  y "Brisas del Titikaka", Peralta dijo en su discurso de agradecimiento: "Cabe decir que yo no he arado en el mar. Que hoy que ha resucitado Tupac Amaru, mi poesía en la que esta de cuerpo entero el hermano indio, va a echarse a andar como quiere el inmortal poeta de Santiago de Chuco". 

En el poema "Mitmak", de "Poesía de entretiempo", dice:

"Un día de nieve
me echaron
los brazos y pies
atados

Pero me lleve mi monte
y mi lago
para continuar
guerreando

Bandera de fuego
agitaba
dolorido  viento

Sol pleno
bandera de fuego 
del alba" [11]

Más tarde saldría "Tierra-Aire" (1971), en el cual retoma el énfasis en los temas sociales en una época marcada por los cambios políticos en el Perú y el mundo. Finalmente, luego de su fallecimiento en un accidente de tránsito, el Instituto Puneño de Cultura publica su libro póstumo "Al filo del transito" (1974) [12]. 

En sus últimos años, tras la muerte de su hermano Arturo (1969) y cansado de la indiferencia ante la obra de éste, trabaja incansablemente por difundir su notable producción. Así, con el Instituto Puneño de Cultura, formado en Lima por intelectuales del altiplano, y aportando él mismo económicamente,  logra la publicación de la "Antología" de Gamaliel Churata.

En uno de los últimos versos que escribió, dice:

"Para José Portugal Catacora, bastión de la 
escuela nueva peruana, autor de valiosa
 literatura altiplánica" Alejandro Peralta.


"Ya me voy a lomo del canto
el látigo del sol en mis manos

Padre nuestro que estas en el aire
gracias por haberme pedido que cante" [32]


De la obra de Alejandro Peralta, José Portugal Catacora, amigo suyo [14], ha dicho:

"Peralta pertenece a esa brillante generación de trabajadores del pensamiento que, en Puno, retuvieron por un momento el cetro cultural del Perú desde el "Grupo Orkopata" y el "Boletín Titikaka". Y es, indiscutiblemente, el más alto exponente de la poesía puneña. Sus libros "Ande" y "Kollao" lo sitúan al lado de Vallejo, como cantor del dolor serrano con nueva mentalidad"[15].

(Otros poetas indigenistas puneños y sus poemas: Poesía Indigenistas)

NOTAS

[1] "Querido y gran poeta. Le envío un entrañable abrazo por su magnífico libro Ande. Me doy cuenta que se trata de un artista mayor, de vasta envergadura creadora. Su libro me ha emocionado de la emoción de la tierra. Mil gracias por este presente. Siga usted por su vía. Puede estar seguro de que sus poemas quedarán. Son ellos de los versos que andan y viven. Lo demás está en los estantes y eso nos tiene sin cuidado. Suyo con toda admiración." (Carta de César Vallejo a Alejandro Peralta, 1926). 

[2] Son en total siete hermanos: Arturo, Alejandro, Maximiana, Domitila, Carmela, Adriana y Demetrio.

[3] "Orkopata". En "Kollao" 1934.

[4] Su paso por la selva, donde llegó a fines de los años treinta como empleado de la Caja de Depósitos y Consignaciones, dejó poca pero significativa huella en su poesía, como los poemas "Pablo Parinari", "Tu y la Selva" y "Elegía a un pajarito" recogidos en "Poesía de Entretiempo" y como "La familia de pescadores y shiringueros" publicado en la Revista Folklore N° 22 de 1949. Ver las referencias de Francisco Izquierdo Ríos sobre su encuentro con Peralta en 1942 en Iquitos y su larga amistad, consignadas en su libro "Cinco poetas y un novelista" (1987). Allí, el poeta le confiesa su admiración por Walt Whitman, por Neruda y su aprecio por Arguedas. 

[5] Referencias de Francisco Izquierdo Ríos en su libro "Cinco poetas y un novelista" (1987).

[6] "La Pastora Florida", en "Ande", 1926.

[7] En "Boletín Titicaca" N° 3. 

[8] Sergio Caller mencionado en su libro "Rostros y rastros. Un caminante cusqueño en el siglo XX" (2006) que Aída conoce a Gamaliel Churata, cuando ella, motivada por su trabajo político con los comunistas del Cusco, viaja a Puno y se aloja en casa de su hermana Elsa, allá por el año de 1930, conociendo y casándose con Arturo Peralta. Aída realizó entonces un importante trabajo político con las mujeres puneñas del campo, el cual dejó al distanciarse Alejandro y Arturo Peralta del partido comunista. 

[9] "Orkopata". En "Kollao" 1934.

[10] "El Indio Pako", en "Kollao", 1934.

[11] "Mitmak", En Poesía de Entretiempo", 1968.

[12] Además de los poemas inéditos reunidos en "Al Filo del Tránsito" (1974), algunos de sus primeros poemas y otros más recientes no publicados, son recogidos en "La iniciación poética de Alejandro Peralta" (1976) de Emilio Vásquez.

[13] "Letanía" en "Al Filo del Tránsito". 1974

[14] El poema "Cienaga" de "Aire Tierra", página 31, esta dedicado a José Portugal Catacora. Dice en su última estrofa:
Poeta se incendia el mundo
Como don Segundo Sombra "hacete duro"
Vietnam esta sangrando.

[15] En "El Cuento Puneño". Puno, 1955. Allí se publica el cuento de Alejandro Peralta "¿...?".

Publicado por yanapiri 
http://joseportugalcatacora.blogspot.com.es/2013/09/alejandro-peralta-miranda.html






Poemas de Alejandro Peralta


La Pontificia Universidad Católica del Perú acaba de publicar en dos tomos "Poesía vanguardista peruana", en los que reúne once poetas vanguardistas y reproduce las primeras ediciones de sus respectivos libros de poesía que marcaron la vanguardia peruana, además de una serie de documentos que complementan el espíritu cultural de una época que hasta hoy influye en la poesía nacional. Entre esos libros está "Ande" (1926), del puneño Alejandro Peralta (1899 - 1973), que si bien goza de prestigio por la alta calidad de su poesía y por la actitud fundacional de la corriente indigenista, sigue siendo un libro difícil de hallar. Antes la misma universidad había publicado "Ande" y "El Kollao", (imagen de arriba, 2006) lo que hace significar la importancia de este poeta que hay que seguir revalorando para fortalecer el espíritu andino que cubre toda nuestra cultura.

Aquí una breve muestra de la poesía de Peralta en "Ande".


l a p a s t o r a f l o r i d a

Los ojos golondrinos de la Antuca
se van a brincos sobre las quinuas
Un cielo de petróleo hecha a volar 100 globos de humo
Picoteando el aire caramelo
evoluciona una cuadrilla
de aviones orfeonidas
Hacia las basílicas rojas
sube el sol a rezar el novenario
Sale el lago a mirar las sementeras
El croar de las ranas se punza en las espigas
Los ojos de la Antuca
se empolvan al pasar por los galpones
Ha guturado la campana
el asma tatarabuela del pueblo
Din Don Dilin Dooon
-como tijeras de trasquila
se han hundido en el vellón de las ovejas
Pobre Antuquita
Todo el día detrás de la majada
Hecha un ovillo sobre las piedras
se ha ido tan lejos
Se va a quedar en media pampa
acorralada entre los cerros
El barro de los fangos
ha ensuciado el camino bengala de sus ojos
Para qué habrá ido sola al pastoreo
con tantos duraznos abridores
i las caderas reventonas
Tiene la boca llena de tierra quemante
Un kelluncho le brinca sobre las parietales
Bajo un kolli pordiosero
ha hecho acrobacias locas con el Silvico
en el trapecio de sus nervios
I SE HAN BAJADO LAS CARNES
I HAN HECHO CANTAR LA HONDA
Los ojos golondrinos de la Antuca
se van
planeando
por las cabañas...




a g u a f u e r t e

Sobre una pared trunca
el sol se ha roto un ala
siento un vaho de sangre que me quema
estar solo i al borde de este charco de sangre
i no tener quien grite por mi boca
Cómo será de triste mi cuerpo
cuando sea esta misma hora de durazno
i cante una mujer junto al río
lengua salada
de cantos mañaneros
i me vaya amarrado
SOBRE LOS HOMBROS DE CUATRO ESQUELETOS




l u n a r i o m u s i c a l

Se han volcado las fuentes de la luna
i mi cuarto es un lago de aromas
Beethoven
en la penumbra se alborota la melena
El silencio se moja la nuca bajo una ducha de estrellas
En mi boca - cilindro musical
juega como un confite el plenilunio



s  i  e  m  b  r  a

Todo está bien
Ahora a darse viento

Hoy más que nunca siento tus dientes en mis artérias

Pero mejor esá así
Muy bien

                    Pronto vendrán los días com los labios gastados
                    i llenas de suturas las espaldas
                    Hasta entonces que se te aclaren las escleróticas

                    YO VOY A SEMBRAR PALABRAS




n  o c t  u  r  n  o    d  e    s u  b  u  r  b  i  o

Andar volando

L a s   a l a s   s o b r e   l a s   l o s a s

Voy a ocultar en las sombras mi escapulario de llagas

Pero  por qué  há  de  ser así?
s i e m p r e   a s í

Bueno
Déjame andar siquiera por las calles

Para nada   Para todo
guardamos los harapos de los días
i el alma en los vestidos viejos

En plena bocacalle

como un búho has caído de tu ausencia




.

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