Gotthold Ephraim Lessing
Gotthold Ephraim Lessing (Kamenz, Sajonia, 22 de enero de 1729-Brunswick, 15 de febrero de 1781) fue el escritor alemán más importante de la ilustración. Con sus dramas y ensayos teóricos tuvo una influencia significativa en la evolución de la literatura alemana.
Lessing, hijo de un pastor y redactor de obras teológicas, creció en Kamenz. Después de iniciar en 1737 su formación en el colegio del pueblo y seguirla desde 1741 en la academia Santa Afra de Meissen, comenzó en 1746 a estudiar Teología y Medicina en Leipzig, que finalizó en 1748. De 1748 a 1760 vivió en Leipzig y Berlín, donde trabajó como crítico y redactor, entre otras publicaciones, del periódico Vossische Zeitung. En 1752 obtuvo el título académico de Magister (equivalente a la "licenciatura" actual) en Wittenberg. De 1760 a 1765 fue secretario del general Friedrich Bogislav, Conde de Tauentzien. En 1765 retornó a Berlín desde donde se trasladó a Hamburgo en 1767 para trabajar como dramaturgo y consejero del Deutsches Nationaltheater ("Teatro Nacional Alemán", en alemán). Allí es donde conoció a Eva König, su futura esposa. En 1770 fue nombrado bibliotecario en la Herzog-August-Bibliothek ("Biblioteca del Duque Augusto") de Wolfenbüttel. No obstante, su trabajo se vio interrumpido en múltiples ocasiones debido a varios viajes, entre otros en 1775 junto con el príncipe Leopoldo a Italia. En 1776 contrajo matrimonio con Eva König, quien se había quedado viuda, en Jork (cerca de Hamburgo). Eva Lessing murió en el año 1778 después del nacimiento de un hijo que tampoco logró sobrevivir. El 15 de febrero de 1781 murió Lessing mientras visitaba al mercader de vinos Angott en Brunswick.
Su creación
Lessing fue un escritor (que, de hecho, consideraba superior el arte de la poesía al de la pintura, al incorporar el concepto de tiempo,1 pensador y crítico literario interesado en muchos temas. Siendo uno de los representantes más sobresalientes de la ilustración alemana, se convirtió en el pionero intelectual de la nueva autoconfianza de la burguesía. El estilo irónico y polemizante es característico de sus escritos teóricos y críticos. En este sentido su peculiar empleo del diálogo le ayudó a observar cada cosa desde varios puntos de vista e incluso a buscar trazas de verdad en los argumentos de su adversario. Nunca consideró que la verdad fuera algo estático, que alguien pudiera poseer, sino que entendió la búsqueda de la verdad como un proceso de acercamiento.
Muy pronto dirigió su interés hacia el teatro. En sus ensayos teóricos y críticos relativos a este tema, así como en sus propios trabajos como autor, intentó contribuir al desarrollo de un nuevo teatro burgués en Alemania. Se opuso a la teoría literaria de Gottsched y sus discípulos, que fue la generalmente aceptada en sus tiempos. Criticó particularmente la simple imitación de los dramaturgos franceses y abogó por el regreso a los principios clásicos de Aristóteles, así como por el acercamiento a la obra de Shakespeare. Fue precisamente Lessing quien inició la entrada de Shakespeare en Alemania, trabajando con varias compañías teatrales.
Hasta 1769 intentó, junto con otros, crear un Teatro Nacional alemán en Hamburgo. Hoy en día se admite que sus trabajos fueron prototipos de la dramaturgia burguesa alemana que se desarrolló más tarde. "Miss Sara Sampson" y "Emilia Galotti" son consideradas las primeras tragedias burguesas, "Minna de Barnhelm" modelo para muchas comedias clásicas alemanas y "Nathan el Sabio" (en alemán Nathan der Weise), el primer drama ideológico. Sus obras teóricas "Laokoon" y "Dramaturgia de Hamburgo" (Hamburgische Dramaturgie) siguen siendo la vara de medir para la discusión de los principios estéticos y teóricos de la literatura.
En sus trabajos religioso-filosóficos defendió la libertad de pensamiento de los cristianos creyentes. Argumentó en contra de basar la creencia en revelaciones y fue contrario a entender la Biblia al pie de la letra, como defendía la predominante opinión ortodoxa. Siendo "hijo" de la ilustración, confió en un "cristianismo de la razón", que se orientaría en el espíritu de la religión. Creía que la razón humana - impulsada por la crítica y contradicción - evolucionaría también sin revelaciones divinas. Con el fin de iniciar una discusión pública contra la ortodoxa "fidelidad a la letra", publicó entre 1774 y 1778 siete "Fragmentos de un Innombrado" (Fragmente eines Ungenannten) escritos por Hermann Samuel Reimarus, fallecido en 1774, lo que llevó a la llamada "Controversia de los Fragmentos" (en alemán Fragmentenstreit). Su adversario principal en esta controversia fue el pastor principal de Hamburgo, Johann Melchior Goeze, contra quien Lessing redactó, entre otros, once esctritos llamados Anti-Goeze.
Además, en numerosos enfrentamientos con los representantes de la opinión ortodoxa tomó partido por la tolerancia frente a las demás religiones del mundo. Cuando se le prohibió publicar más ensayos teóricos, Leesing expresa este posicionamiento en su drama "Nathan el Sabio". En el escrito "La educación de la humanidad" (Die Erziehung des Menschengeschlechts) expuso coherentemente su opinión.
El concepto de la libertad (del teatro frente al dominio del modelo francés y de la religión frente al dogma eclesiástico) fue el hilo conductor de toda su obra. Consecuentemente, se comprometió con la liberación de la burguesía de la tutela de la nobleza. Asimismo, siempre se esforzó por la independencia de su propia existencia literaria. No obstante, difícilmente pudo imponer su ideal de la posibilidad de una vida siendo escritor libre frente las presiones económicas. Así fracasó en Hamburgo su proyecto de una editorial autogestionada por los autores que intentó realizar junto con C. J. Bode.
Sus obras
El joven erudito (Der junge Gelehrte), 1748
Los judíos (Die Juden), 1749
El librepensador (Der Freigeist), 1749
Miss Sara Sampson, 1755
Philotas, 1759
Fábulas (Fabeln), 1759
Laocoonte o sobre los límites en la pintura y poesía, 1766
Minna von Barnhelm, 1767
Dramaturgia Hamburguesa, 1767
Emilia Galotti, 1772
Anti-Goetze, 1778
Nathan el Sabio (Nathan der Weise), 1779
La educación de la humanidad (Die Erziehung des Menschengeschlechts), 1780
Loa a la holgazanería
Holgazanería, ¡por fin voy a dedicarte
también a ti una loa!
¡Oh,... qué... pesado... se me hace
cantarte con dignidad!
Pero trataré de hacerlo lo mejor que pueda:
Tras el trabajo es bueno descansar.
Máximo bien del que te posee,
cuya vida sin molestias...
¡aaah,... bostezo!... me vuelvo... desganado.
Bueno, me perdonarás
que no pueda cantarte:
eres tú quien me lo impide.
Gotthold Ephraim Lessing, incluido en El Lied clásico. Haydn, Mozart y Beethoven (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, selec. y trad. de Judit G. Viloria).
Laocoonte (fragmento)
El cuadro de Pandaro, del canto cuarto de La Ilíada, es uno de los más acabados y de los que mayor poder tienen para suscitar imágenes y asociaciones con el lector. Desde que Pandaro coge el arco hasta que la flecha cruza los aires no hay un solo momento que no esté pintado, y todos ellos están tomados de un modo tan próximo y, con todo, tan diferenciados unos de otros, que, aunque no supiera como se maneja un arco, sólo con esta pintura podría aprenderlo. Pandaro saca el arco, coloca la cuerda, abre el carcaj, escoge una flecha nueva y bien emplumada, apoya la flecha en la cuerda, con la muesca de la flecha encajada en la cuerda tira de las dos hacia atrás, la cuerda se acerca al pecho, la punta de hierro de la flecha se acerca al arco, el gran arco, curvado, se distiende de repente con sonido, la cuerda vibra con un zumbido, salta la flecha y vuela por el aire en busca de su presa.
Epigramas de Gotthold Ephraim Lessing
Für Betty Tuxpan, gracias por leerme, pero sobre todo,
gracias por brindarme tu amistad, “buena mujer”.
Die Sinngedichte an den Leser
Wer wird nicht einen Klopstock loben?
Doch wird ihn jeder lesen? — Nein.
Wir wollen weniger erhoben
Und fleißiger gelesen sein.
Los epigramas al lector
—¿Quién no va a elogiar un Klopstock?
¿Pero lo leerán todos? —No.
Nosotros queremos elevarnos menos,
y ser leídos con mayor diligencia.
An Grillen
Sei kürzer! sprichst du, Grill. Schweig, Grill! du bist nicht klug.
Ist das dir kurz genug?
Al grillo
—¡Sé breve! —dices, Grillo. —¡Calla, grillo! No eres sensato.
¿Es esto suficientemente corto?
An den Paul
Es scheinet, daß du, Paul, der einz’ge Trunkne bist:
Denn du willst nüchtern sein, wo keiner nüchtern ist.
A Pablo
Parece que tú, Pablo, eres el único ebrio,
porque quieres estar sobrio donde nadie lo está.
Turan
Die Knabenliebe log dem redlichen Turan
Der ungerechte Pöbel an.
Die Lügen zu bestrafen,
Was konnt er anders tun, als bei der Schwester schlafen?
Turán
Los muchachos aman al honesto Turán,
y la prole miente injustamente.
Para castigarlos y desmentirlos,
¿qué podía hacer sino acostarse con su hermana?
Hänschen Schlau
Sagt Hänschen Schlau zu Vetter Fritz,
Wie kommt es, Vetter Fritzen,
Dass grad’ die Reichsten in der Welt,
Das meiste Geld besitzen?
Juanito el astuto
Dice el astuto Juanito a su primo Fritz:
¿Cómo es que los más ricos del mundo
poseen la mayor parte del dinero?
[Grabschrift auf einen Gehenkten]
Hier ruht er, wenn der Wind nicht weht!
[Epitafio de un ahorcado]
¡Aquí descansa cuando el viento no sopla!
Publicado por César Abraham Navarrete Vázquez
http://caesarisnv.blogspot.com.es/2012/04/epigramas-de-gotthold-ephraim-lessing.html
Miss Sara Sampson, de Gotthold Ephraim Lessing
por FEDERICO OCAÑA
Miss Sara Sampson, Gotthold Ephraim Lessing,G.E. Lessing (Kamenz, 1729- Brunswick, 1781) escribió Miss Sara Sampson, la primera tragedia burguesa (bürgerliche Tragödie), que presentamos en la edición de Escolar y Mayo, en un momento clave de su vida. En efecto, en 1755, fecha de redacción de Miss Sara Sampson, Lessing había dejado atrás los tiempos de estudiante de Teología en Leipzig (“un lugar en el que se puede ver el mundo entero en pequeña escala”), ciudad donde había canalizado su vocación literaria gracias a la traducción de obras teatrales francesas. Con el apoyo de Christlob Mylius, primo de Lessing y escritor con cierto prestigio en Prusia, nuestro autor conoció a la afamada Caroline Neuber, cuya compañía teatral estrenó en 1748 su primera comedia: Der junge Gelehrte (El joven erudito), a la que seguirán Damon, oder die wahre Freundschaft (Damon o de la verdadera amistad), Die alte Jungfer (La vieja solterona), Der Misogyn (El misógino). Como revela Santiago Sanjurjo en el estudio introductorio, “el teatro alemán de comienzos del siglo XVIII se revelaba profundamente insatisfactorio […]: por un lado estaba el teatro cortesano, demasiado orientado al gusto cortesano de la aristocracia y dominado por la ópera italiana y por el drama francés (que representaban en su lengua compañías provenientes de Francia); y por otro lado se encontraba el teatro popular de las grandes ciudades, destinado a la población inculta, y del que se encargaban agrupaciones ambulantes alemanas que solo en contadas ocasiones actuaban en la corte”. Pero ninguno de estos géneros, que podrían verse como los latigazos del Barroco, recogía la independencia o autosuficiencia -económica, política y, a partir de ahora, también estética- de la burguesía, ni el gusto de una nación alemana cuyos intelectuales se encontraban ya en plena tarea Ilustración.
Será Johann Christoph Gottsched (1700-1766) quien impulse, aunque aún de forma ingenua, la creación de un teatro ilustrado y nacional: Gottsched propone una “poética crítica” (Critischen Dichtkunst) al servicio de la racionalidad, o, en palabras de Sanjurjo, “que la literatura no atente contra los principios de la filosofía de la Ilustración, de la religión o del pensamiento utilitario burgués”. Pero las reformas de Gottsched, su afán por elevar el teatro alemán a un nivel en que pueda servir de instrumento para la educación del burgués, o, en general, de cualquier hombre racional, no eran suficientes. Si Gottsched se inspiraba en modelos franceses y apoyaba un teatro moralizante (que se ha definido como “sächsische Komödie”, “comedia sajona” o “comedia de carácter”), Lessing tomará partido por la Empfindsamkeit: junto con Der Freigeist (El librepensador), Die Juden (Los judíos), de 1749, Miss Sara Sampson ejemplifica la continuidad de Lessing con los ideales de la Ilustración y al mismo tiempo la búsqueda de un nuevo modelo.
En tanto que tragedia burguesa, Miss Sara Sampson no se ocupa de héroes de clase alta, no muestra una moral única o unívoca: los problemas morales se muestran tal cual, aunque eso suponga un mayor número de monólogos y una mayor longitud de los mismos, lo que hace de la obra de Lessing particularmente recomendable para la lectura, aunque sea problemática a la hora de su representación. Al mismo tiempo, como advierte Sanjurjo, la sensibilidad de la tragedia puede resultar chocante si no se tiene en cuenta la evolución histórica a la que hacíamos mención.
La tragedia se cifra precisamente en un curso de los acontecimientos que va y viene no según el destino -heroico- de los personajes, sino en función de la complejidad de sus sentimientos, siempre a medio camino entre la virtud y el vicio.
MELLEFONT: […] Arruiné mi fortuna, es cierto. El castigo llegará a su debido tiempo y tendré ocasión de experimentar los rigores y las humillaciones de la necesidad. He frecuentado mujeres disipadas, lo admito. […] Todavía no había raptado a ninguna Sara de la casa de su amado padre, ni la había obligado a seguir a un hombre indigno que ya no era en modo alguno dueño de sí mismo.
Al comienzo de la tragedia es Sara quien desea volver a ver a su padre, Sampson, y al mismo tiempo no renuncia a Mellefont, a quien, en cambio, vemos dubitativo, recordando su nada virtuoso pasado y pensando antes en la herencia que espera que en el perdón de Sampson. Lessing abre la tragedia in media res, justo en el momento en el que Sampson parece dispuesto a tolerar la afrenta, pero introduce, en un tiempo simultáneo, a la malvada Marwood, amante despechada de Mellefont y madre de la hija de éste. Así, a la innovación poética se une la alianza entre el concepto de tolerancia y el de tragedia: Lessing inaugura el espacio romántico, logra emocionar y conmocionar al público de la época, y propone nociones filosóficas claves de la Ilustración.
Si Nathan der Weise (Natán el sabio) puede ser considerada la obra maestra del citado concepto de tolerancia, Miss Sara Sampson resulta relevante para entender el camino que le lleva hasta esa meta: aquí ya se presenta una tolerancia real, absoluta, entendida como aquello que “sobrepasa todas las expectativas”. Sampson no sólo busca la reconciliación con su hija, sino que aprueba finalmente su unión con Mellefont, al mismo tiempo que decide tratar a su criado, Waitwell, también como un igual.
SARA: Me ruega… ¿Me ruega? ¿Un padre a su hija? ¿A una hija culpable? ¿Y qué es? (Lee para sí) Me ruega que olvide su precipitada severidad y que no lo castigue por más tiempo con mi ausencia. […] No dedica una sola letra a mi crimen. (Prosigue leyendo para sí.) Quiere venir a recuperar a sus hijos en persona. ¡Sus hijos, Waitwell! ¡Esto sobrepasa todas mis expectativas!
Sólo en estas condiciones de tolerancia e igualdad se puede producir la tragedia, ahora sí, burguesa, sólo en esas condiciones puede el público, aristócrata o burgués, identificar dónde está la virtud en cada escena, en cada personaje, sólo en estas condiciones tiene sentido la virtud por sí misma, aunque sea determinada por la emoción que se quiere buscar y por algo tan arbitrario y heterogéneo como los caracteres humanos, donde felicidad y tristeza se mezclan con la misma facilidad con que lo hacen la suerte y la desgracia en la vida.
MELLEFONT: Eso, mi querida Sara, es, como vos misma habéis dicho, la natural y temerosa confusión de verse inmerso en una inmensa dicha. ¡Ay, vuestro corazón tenía menos reparos en creerse infeliz que ahora, para su propia desgracia, en creerse dichoso!
Miss Sara Sampson, de Gotthold Ephraim Lessing. Edición de Santiago Sanjurjo. Escolar y Mayo, Colección El álgebra y la luna, 2014. 156 páginas,
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