Guido Eytel
Nació en 1945, en Temuco, CHILE. Su currículo literario refiere, entre otros datos, lo siguiente: que ha publicado cuatro libros (Casas en el Agua, novela. LOM Ediciones. Santiago, Chile. 1997; Sangre Vertió tu Boca, novela. LOM Ediciones. Santiago, Chile.1999; El Camino del Piñón, novela para niños. Pehuén Editores. Santiago. Chile.2002; Puestos Varios, cuentos. RIL Editores. Santiago. Chile. 2005); que ha obtenido muchos premios (entre los cuales destacan: 1981, Primer premio en los Juegos Literarios Gabriela Mistral por el conjunto de textos “Pluma y sangre”; 1998, Premio municipal de novela a Casas en el Agua como la mejor novela publicada en Chile en 1997. Municipalidad de Santiago; 1998, Premio Academia, de la Academia Chilena de la Lengua, a Casas en el Agua como el mejor libro publicado en Chile en 1997; 2001, Primer premio de novela infantil, concurso del Consejo Nacional del Libro, por El camino del piñón; 2004, Primer Premio Concurso Nacional de Cuento “Neruda 100 años”; Primer Pemio Concurso Nacional de Poesía “Neruda 100 años”).
Lo que el currículo no señala es que es una persona encantadora, armado de una suma de historias y experiencias ligadas a una manera digna, dignísima, de concebir la vida y la Literatura. Una persona comprometida con su tiempo y también con la sonrisa, utensilio humano tan necesario y tan rebelde en sí mismo, máxime cuando caen esas noches largas y sangrientas que pueden durar hasta diecisiete años.
El escritor Guido Eytel es un explorador de tonos y un hábil manejador de los tiempos narrativos. Maestro en unir a la historia la estructura y la atmósfera perfectas para potenciarla. No escatima el tono grave ni el uso del humor. Profundamente imaginativo, es capaz de pararse frente a la realidad con una mirada escarbadora, crítica, y, a sus personajes, no les niega un trato comprensivo y benévolo, todo lo cual hace de sus recursos una oportunidad para reconocernos humanos y vulnerables.
Guido ha buscado la Literatura, no para vivir de ella, sino para ella y por ella. Siendo así las cosas, me inclino a creer que si la Literatura ha existido para personas como Guido, puede, pues, darse ella por pagada, justificada y satisfecha.
EL BAR DE LOS JUBILADOS
Los jubilados beben lentos su vaso de vino.
Miran en el diario
los avisos de las defunciones,
hablan de la humedad, del reumatismo,
y luego se quedan en silencio.
No hay reloj frente a la barra
y el calendario ya no sirve de nada.
JARDÍN BOTÁNICO
Una mujer da de comer a docenas de gatos
mientras los mellizos maman de la loba.
Un anciano espera la llegada del invierno.
Árboles desconocidos, pero sombras amables
me reciben y paseo por los senderos
siguiendo el vuelo de las aves enmascaradas.
“Esta es la hora en que debo pensar”, digo,
y me siento a recibir el tibio sol del otoño.
Pero no puedo pensar.
Sólo espero que pases a buscarme.
Tú
o la Muerte.
LA GARZA
Hace tiempo me persigue una garza.
Blanca, altiva y orgullosa.
Se me aparece sin que yo la llame ni nada.
Quiero pensar en los asuntos pendientes
y se me aparece la garza.
Exige un poema, un cuento, un par de palabras.
Yo nomás la miro, la dejo,
le digo que espere, que no todavía,
que a la orilla del río, que los peces,
que cuando llegue el verano.
No sé qué voy a hacer con esta garza.
LA VERSIÓN OFICIAL INDICABA TRANQUILIDAD ABSOLUTA
Pero supe que otra vez mentían
cuando bajo la mesa de ese bar sombrío
exploré tus muslos sorpresivos
y en tus ojos vi la llama subversiva
que sólo se apagó en el lecho clandestino
cuando de amor te doblegué y te vi
feliz, pero vencida.
PARA QUE QUEDE CONSTANCIA
Hoy no puedo escribir un poema.
Los gorriones beben de las pozas de la última lluvia.
El magnolio florecido dice díbujame, huéleme, escríbeme.
Pero yo no puedo escribir un poema.
Dejo la fecha para que quede constancia:
miércoles 8 de octubre.
Será un día largo.
PUMAS
I
Veo los ojos del puma que me miran
a través de los barrotes de su jaula
veo los ojos del hombre que me miran.
II
Eran los pumas furiosamente bellos
cuando se sabían dueños de su patria.
Si había sol se tendían al sol y bostezaban.
Si había lluvia y viento, olfateaban sus presas en el
viento.
A puro amor no más se emparejaban
en los claros de la selva de esa patria.
Brillaban al sol cuando hacían el amor bajo los
robledales.
La puma pumesa se hacía brillo de oro cuando se dejaba
querer
como de furia, como de fiera, como de filos.
Brillábanle los dientes y parecía que jugaba.
El puma parecía que jugaba cuando la perseguía por los altos pastizales
Era libre este pumesco amor en los años libres de la
patria,
y todos éramos libres en esos años libres de la patria.
III
Desde lo alto los vi venir. Vi cuando quemaban
las montañas. De sus fauces de metal
salían llamas y ardían los coigües, las araucarias ardían
y caían las araucarias como si fuera el cielo
que en un puro trueno se caía.
Ardía, igual que un infierno ardía la montaña.
Brasas volvíanse los robles, los alerces grandes
y ardientes estacas. Y el notro con sus flores de fuego
un fuego verdadero se tornaba.
Entonces tuvimos que escapar.
Desde ese entonces de fuego
que andamos vagando por las montañas.
IV
Puma tú, puma yo, puma todos
debemos defender la poca patria.
Para que nuestros cachorros beban de estos ríos y estos
lagos.
Para que los cachorros de nuestros cachorros
lleguen a jugar bajo las araucarias.
V
Mi pumesa de luz se vino a oscura
en la tan poquita patria,
en la montaña jaula que quedaba.
En las noches me la encuentro sola
echándoles sus cantos a la luna.
Mi puma pumesa, que era puro brillo,
puro salto, puro oro,
puro sol luciéndole las ancas.
Hoy la encuentro llorándole a la luna.
Cada lágrima suya es un cuchillo
que gota a gota me desangra el alma.
VI
Así quedamos, pura tierra seca.
Mira no más a mi pumesa echada.
Mírala no más, no tiene ojos,
no tiene ni siquiera un poquito,
ni siquiera un asomo de mirada.
Una vez al día me traen carne u agua.
Para que viva, dicen, como si vida fuera
vivir adentro de una jaula.
VII
Veo los ojos del hombre que me miran
a través de los barrotes de su jaula
veo los ojos del puma que me miran.
EL TIGRE SUEÑA
Sueña con ser ave migratoria.
Levanta los ojos cansados
y se le caen de envidia
al ver volar a los viajeros.
Sueña con ser ave de presa.
Aguilas, cernícalos, halcones,
quién los para?
Admira la velocidad del vuelo,
la certera embestida feroz también admira
su gallarda apostura de vigía.
Sueña el tigre sueña
con ser ave de jaula
y tener las plumas coloridas.
Sueña el tigre sueña
con su ración diaria de alpiste y de verdura.
Sueña el viejo tigre.
Y sueña el ave migratoria.
Y sueña el halcón
y el hombre sueña:
al final todos van a dar
al mismo sitio,
al final todos van a dar
al mismo sueño.
EL AIRE DEMASIADO AIRE
Triste es saber que pájaros somos
y que nos cortan las alas antes de volar.
¿Para qué hicieron el viento
y la nube
y el árbol?
Entonces
¿Para qué estas ganas de volar?
El vuelo es demasiado azul
para esta ala mocha,
el aire demasiado aire
para la cortada pluma caudal.
¡Cantemos, pájaros baldados!
DESTINO DE PÁJAROS
De toda clase de pájaros
hay en esta jaula del Señor.
Pájaros secretarios, pájaros serpientes,
pelícanos golosos, cóndores perdidos,
lloicas desangradas, chercanes revoltosos,
grandes pájaros del mar, palomas mensajeras,
pájaros vigilantes, pájaros cantores.
Pájaros del bien y pájaros del mal.
En lo que todos se parecen
es que todos algún día caerán.
FÍO-FÍO
Entre los arrayanes silba el fío-fío.
Fío silba y silbo fío. Fío.
En la espesura silba fío
y en la sombra silba fío.
No lo veo ni me ve.
Sin embargo horas silba y silbo.
Dos amigos para siempre
y que no se pueden ver.
LA CHINCOLA
No más verte y se abrió el aire
como si fuera el viento esclavo
de tu paso.
No más verte y cayó
de rodillas el silencio.
Y de verdad me volví pájaro cantor
y bailé la danza nupcial
con mis más bellas plumas de colores.
Hasta que entregaste el cuello,
vencida de amor y vencedora,
sin saber lo poco que ganabas
en el momento que todo lo perdías.
PHITOTOMA RARA
El macho tiene un ladrillo en el pecho
y golpea dos piedras en lo alto de un pino.
La hembra come tallos tiernos de los frutales
mientras yo golpeo piedras
en lo alto de un pino.
Y tengo un ladrillo en el pecho
mientras tú picoteas los pámpanos ácidos
y dejas cerrar los ojos bajo el parrón.
ESPECIE EN EXTINCIÓN
Los cazadores nunca nos dejarán tranquilos.
Pobre pajarita mía de las alas quebradas,
debo entrar furtivamente a los graneros
para que sobrevivas.
Pobre pajarita mía de las alas quebradas,
hemos perdido la batalla.
Ni águila ni halcón ni nada.
Solamente el solitario miembro
de una especie condenada a la extinción.
JOTES
Alguien ha de esconder nuestra basura.
Alguien ha de comerse nuestros muertos.
Alguien debe ocuparse del trabajo sucio.
Pájaros basureros, pájaros enterradores,
negros como la Muerte, ustedes,
los jotes.
LA JAULA DE LOS LOROS
Guacamayos, tucanes, cotorras,
choroyes, tricahues, loros loros,
pájaros babeles gobernantes,
asambleístas, silbadores,
metacantores, pájaros huecos,
pájaros ecos, pajarecos,
locutores, comentaristas,
locuristas, guacatorras,
comentoyes, goberneles,
pajarantes, choroístas,
ésta es la gran jaula de los loros:
aquí habita la metralla
del canto, el silbo y la palabra.
A estos pájaros perdónalos, Señor,
porque ninguno sabe lo que dice.
PAJARITA DE EXPOSICIÓN
Esta señorita sabe lo que vale.
Con el pico se alisa las plumas
y hace gárgaras con miel y limón.
De su jaula cuelgan las medallas,
los otros pájaros la miran al pasar.
El canto de cristal, la pluma de oro,
se va de una a otra exposición.
Pero a la pajarita de oro, compañeros,
en su jaula la han visto bostezar.
PERSONAJES FAMOSOS DE LA FAMILIA
El Gorrión de París.
El Zorzal Criollo.
El Pájaro Pintado.
El Águila Americana.
El Ave Fénix.
La Paloma de la Paz.
¡Para no nombrar
al Pájaro Loco!
SIN RAZONES
No es el odio quien mueve
al Cazador cada mañana
ni me mueve el temor
para esconderme y esconderte.
No por eso hemos tejido el nido
en lo más oculto de las zarzamoras.
Ni el odio ni el temor:
solamente pájaro y Cazador
cumpliendo a conciencia sus papeles.
LA HORA DEL AMOR
Para la hora del amor tenemos
plumas y cantos de colores.
Cuando el rocío viste
de cristales las espinas
y sólo una mirada basta
para sanar las heridas de tus alas.
Y una sola mirada tuya
me vuelve orquesta la garganta.
La mañana se nos vuelve baile y canto.
Pajarita mía,
chincola de los ojos dorados,
ésta es la única hora
en que volamos.
EN LAS TARDES DE OTOÑO
De los álamos caen las hojas
como viejas monedas de oro.
Los campesinos hacen fogatas
con las vainas secas de las arvejas
y se funde el humo
con los árboles del cerro.
En tardes de otoño como ésta
nos gusta pasear por la nostalgia sin motivo,
tomados de las alas
como dos niños abandonados,
como dos ancianos solitarios,
como dos pájaros ahogados
en la apacible laguna del recuerdo.
EL CAZADOR
Antes del amanecer se levanta el Cazador.
Calza sus botas de siete leguas,
viste su pelliza forrada de plumas,
revisa los cartuchos destinados para el día
y como en su casa entra al campo frío.
Ha de revisar matorrales y rastrojos,
vigilará la copa de los robles,
todo el cielo abarcará su ojo certero.
Ni la lluvia, ni el viento, ni la escarcha
detendrán sus pasos ni borrarán las huellas
que como cruces va dejando en el barbecho.
¡Y todo por un par de pájaros hambrientos,
abrazados y medio muertos de frío!
EL HALCÓN PEREGRINO
El que olvidó su condición de pluma.
El que negó tres veces
el nido construido de hojas secas.
El que se volvió garra feroz
para vivir cazando a sus hermanos.
Para que nadie lo reconozca
debe pasear encapuchado.
ASÍ NO, VIDA
Está bien que la Muerte
no tenga respeto con nosotros.
Total, ése es su oficio,
ésa su doctrina.
Pero a ti, Vida,
no puedo perdonarte:
todos los días
dedicada a hacernos zancadillas.
LAS BANDADAS
De todos modos, pajarita mía,
nadie nos hará cambiar.
Los choroyes alborotan
y verdes van a caer sobre el trigal.
Las tórtolas nos llaman:
“éste es el vuelo, ésta es la bandada,
ésta es la alegría del amor conyugal”.
Llenos de trigo y llenos de amor todos morirán.
Y nosotros, pajarita mía de las alas mojadas,
sin compañía ni alimento,
ni vuelo ni trigal.
Con la pura esperanza
de que este pobre canto vivirá.
PÁJARO INFIEL
Algún día me tentó la garza.
Sobre mi hombro dejó caer su largo cuello.
Otra vez la zorzala cantó
y me fui de trino en trino a su vereda.
Con torcazas y tórtolas volé.
La lloica me hizo arder el pecho
con su pecho.
Pero siempre vuelvo a ti, chincola mía,
pobre pajarita mía de las alas cortadas,
y me echo en tu nido a descansar.
UN PÁJARO DE AMOR CON LA COLA CORTADA
A Jorge Teillier
“La amistad es un pájaro
de amor con la cola cortada”.
Jules Renard
A esta mesa baja
la sangre de la memoria vuelta vino.
Hemos de beber como aldeanos sin apuro.
Por el puro gusto de vernos la cara
después de tanto tiempo.
Cuando pájaros jóvenes
solíamos rondar los nidales más preciados.
A la vuelta de la esquina
nos esperaba el futuro cereal,
el aire, el vuelo.
Cuando el mundo brillaba,
recién inaugurado.
El tiempo pasa, camaradas,
pero nada ha cambiado entre nosotros.
Sólo nos queda beber este vaso de vino
y cantar las canciones olvidadas
como si todavía fuéramos inmortales.
LOS SUEÑOS
En las noches sueño que vuelo.
En las noches sueño que canto.
En las noches sueño que vivo.
En las noches sueño que sueño.
CADA VEZ MÁS CERCA
Los disparos suenan cada vez más cerca.
Cada año suenan más cerca los disparos.
Pero no es ésa nuestra bala.
El Cazador nos ronda silencioso
y no alcanzaremos a escuchar el estampido.
EL ENCUENTRO
I
El Cazador apunta su escopeta calibre 16
de dos cañones superpuestos
y sigue el candoroso vuelo
de una pajarita blanca.
La frágil pajarita tuerce el cuello,
mira hacia arriba y hacia abajo,
sin alas se viene abajo la pobre.
Dos perdigonazos,
dos muñones sangrantes,
y un perro la recoge
- tibia todavía, todavía viva -
y adentro del morral lo oscuro:
un espeso olor a tierra, pluma y sangre.
II
El pájaro joven levanta su vuelo inaugural.
Descubre el cielo, dueño del espacio,
en el cielo azul bate sus dos alas azules,
pleno de canto y osadía,
absoluto de pluma y de color
atraviesa el aire y se hace aire.
Un ángel azul libre,
un inocente ángel azul
que el peligro descubre demasiado tarde
y otra vez en el morral oscuro
ahogado de tierra, pluma y sangre.
III
Se encuentran los dos cuellos agónicos,
la pluma reclínase en la pluma,
juntan sus dos tibiezas moribundas,
abrazan sus inútiles sangres
y besan sus heridas.
Ambos, dos,
dos ángeles con las alas cortadas
camino del infierno.
Guido Eytel
Por Ernesto González Barnert
Guido Eytel (Temuco, 1945) nos recuerda que la escritura es trabajo de artesanía, de sopesar lento, pulir con afán. Y que cuando uno asume el oficio con mayúsculas, es decir, del único modo posible. Cuando uno toma consciencia en la escritura que es perder muchas cosas, pero la dignidad no. Es cuando nos percatamos que Eytel no es un escritor que viene de vuelta es uno que nunca se ha ido y te invito a leerlo, escucharlo, responder aquí a nuestras preguntas de siempre.
- ¿Cómo llegaste a la propia escritura? ¿Qué detonó la pulsión por escribir y dar cuenta?
- En un principio fue la lectura. Leía todo lo que leían los niños y jóvenes de mi época y algo más. No recuerdo muy bien qué fue lo que me impulsó a escribir. Hoy digo – medio en broma, medio en serio - que fue para enamorar a las muchachas en flor. Claro, porque los otros amigos jugaban básquetbol, tocaban la guitarra, cantaban o bailaban y uno, el pobrecito, no tenía ninguna gracia. Agreguémosle algo parecido a una neurosis de adolescencia y ya estaba listo el almácigo.
- ¿Qué ha significado para ti escribir?
- Ha sido, para bien o para mal, mi modo de vida.
- ¿Para quién escribes?
- Para todos y para nadie, pero me gusta pensar que alguna vez un lector desconocido pueda sentir una pequeña vibración, un aleteo de pájaros, al leer algo mío.
- ¿Cuándo escribes necesitas algo a tu alrededor, alguna cosa, haces algo en particular, etc?
- Tengo que estar solo. La maldita procrastinación me obliga a hacer mil cosas antes de escribir la primera palabra. También juego solitario y que conste que no soy el único escritor que hace eso. Varios me han confesado en secreto lo mismo, pero no voy a dar sus nombres.
- ¿Cómo es tu proceso escritural? ¿Cómo trabajas hasta concretar un poema o narración? ¿Es un proceso análogo?
- Antes me sentaba y escribía, casi como iluminado. Los años me han hecho un poco más responsable (o más lento) y tengo que pensarlo mucho antes de escribir. Tengo que confesar que escribo muy mal pero corrijo bastante para que resulte algo decente.
- ¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
- Todos estamos comprometidos con algo, pero generalmente esta pregunta pareciera apuntar a si lo que uno escribe debe estar o no vinculado a las luchas políticas y sociales de la época. Yo soy militante, pero no me gusta la literatura “mensajera” y trato de no hacerla, pero en tiempos de la dictadura real no sentía ninguna vergüenza al escribir panfletos. Había que hacerlos.
- ¿Qué poetas, escritores, artistas o experiencias han marcado tu cocina literaria y también la propia vida?
- Son tantos, casi todos los que he leído. Le debo a cada santo una vela y a cada poeta un verso. Empecé leyendo a los españoles, después llegaron los chilenos y después los franceses. Y los chinos y los persas y los peruanos y los argentinos y los nicaragüenses y los salvadoreños, en fin, la globalización poética me llegó mucho antes que la otra. Y es mucho mejor.
- ¿Qué me puedes decir de la literatura chilena contemporánea? ¿Que autores destacas? ¿Qué me dices de tu promoción chilena?
- Me gusta la diversidad en todo y, por supuesto, también en la literatura. Me parece que esa diversidad existe hoy en la literatura chilena y es bueno que así sea. Lo que no me gusta es que la disputa neoliberal por el mercado haya llegado a los escritores, que se pelean por un mercado mínimo que no influye para nada en la economía nacional. Y muy poco en la cultura nacional, que hoy se fabrica en los mall, en los shopping center y parece que en la televisión, que hace años que no veo. En cuanto a “mi” promoción, no me siento parte de ningún grupo o generación. Debe ser porque vivo tan lejos o porque no me gustan las patotas.
- ¿Qué opinión te merecen los talleres literarios?
- Ayudan - sobre todo si el que dirige los talleres es generoso y comparte sus trucos, sus tretas, sus descubrimientos- pero no aseguran nada.
- ¿De tu obra si tuvieses que elegir un poema o fragmento narrativo...cuál?
- No, por favor. Soy el peor crítico de mí mismo.
- ¿Qué libros nunca has podido terminar de leer?
- No valían la pena. Eran olvidables y fueron olvidados.
- ¿Cuál es para ti el gran libro olvidado de la poesía y también de la narrativa chilena?
- Yo sigo releyendo Recuerdos del pasado, de Pérez Rosales, pero hay varios otros. Te daría los títulos, pero se me han olvidado.
- ¿Cuál fue la última novela y el ultimo poemario que leíste?
- La presa, de Kenzaburo Oé y Demonio de la nada, de Andrés Morales.
- ¿Qué libro estás leyendo ahora?
- Ninguno. Las fiestas han sido largas y hay que descansar.
- ¿Cómo ves hoy por hoy la industria editorial? ¿Como autor qué soluciones le daría a este problema?
- Los que llevan la manija en este país no quieren que los populares lean. La lectura crea conciencia y es liberadora. Entonces, hay que dejar los libros con el precio que están para que lean sólo los que tienen el billete y mantienen el sistema. Así que la solución es política, pero no se ve muy cercana.
- ¿Qué piensas de los Premios literarios?
- Los jurados siempre se equivocan. Lo bueno es cuando se equivocan a favor de uno.
- ¿Quién te gustaría que recibiera el Premio Nacional de Literatura?
- La lista es larga y la batalla muy encarnizada, así que prefiero guardar silencio y mirar como se agarran del moño los partidarios de unos y de otros.
- ¿Qué te parece este Chile ad portas del Bicentenario? ¿Su política cultural para con la Poesía?
- ¿Bicentenario ya? Doscientos años y seguimos siendo unos niños arrinconados por la cordillera y convencidos de que todo el mundo nos está mirando como ejemplo. Claro, ejemplo de desigualdad, de injusticia social, de tontería institucionalizada. Y lamentablemente las instituciones funcionan.
¿Política cultural? La política cultural en Chile hace tiempo que consiste en llenar formularios y participar en sorteos. ¡A la chuña la política cultural! Y así va a seguir siendo, con un gran “festival” como broche de oro. Y después, nada.
- ¿Qué palabras le dirías a alguien que está comenzando en esto de la poesía o escritura, alguien que ha decidido ser poeta?
- Piensa bien en lo que te estás metiendo, cabrito, cabrita.
Con esto uno llega a ser tan pobre que ni siquiera te publican en DICOM.
- ¿Cuáles son los 10 libros que recomiendas leer?
- Nunca diez libros, no tengo top ten. Todo lo que llegue a las manos, todo lo que se pueda, y lo más variado posible.
- ¿Qué opinas de las nuevas formas de difusión literaria por Internet como revistas literarias, blogs, páginas sobre literatura?
- Me parece excelente. Hay de todo, como en botica, pero es cuestión de saber buscar. Yo leo mucho en Internet, aunque si es algo de más de tres páginas tengo que imprimirlo.
- ¿Qué cosa últimamente te quita el sueño?
- Aparte de la falta de previsión, de salud, de dinero para un sustento digno, yo diría que estoy bastante tranquilo. El alprazolam, que es muy barato, me ayuda a conciliar el sueño.
- ¿Qué te escandaliza?
- ¿A estas alturas del partido puede uno escandalizarse de algo? Sí, por suerte.
Me escandaliza que haya gente que piense que las cosas están bien como están. Me escandaliza la distribución del ingreso en Chile. Me escandaliza el consumo desorbitado y el endeudamiento vicioso. En fin, me parece que hay bastantes razones para escandalizarse.
- Me gustaría que a ti mismo te hicieses una pregunta – que nadie más te ha hecho- y te la respondieras. Una que nadie ha tenido la gentileza de hacerla.
- Me gustaría que alguna vez alguien me preguntara por la delantera de Independiente de Avellaneda de 1955 para responderle, con absoluta seguridad: Michelli, Cecconatto, Bonelli, Grillo y Cruz.
- Y por último ¿A qué le tienes miedo?
- A las entrevistas.
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